Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17: Montaste todo este circo

Nota: En el apartado de arriba tienen la pronunciación correcta de Taeyang. 


Me gustaba mucho mi nueva vida sobretodo porque estaba haciendo muchas amistades. Gracias a Nirvana, en mi cumpleaños conocí varias personas que también compartían mis mismos gustos y en las noches, hablábamos por un chat que teníamos. En las tardes después de clases y luego de terminar con mis tareas iba a la habitación de Taeyang a darle tutorías y pasar el rato juntos. Nos habíamos vuelto muy buenos amigos.  Aunque yo todavía seguía sintiendo muchas cosas por él, no quería arruinarlo confesandole. 

Tania, por otro lado, a cada rato me preguntaba si tenía algo con él, no entendía por qué me insistía tanto. Ella solo me decía que no le dijera a Nirvana porque me iba a estrangular mientras dormía. Entendía que su hermana fuera celosa, pero en mis entrañas sentía que había algo más que nadie me estaba diciendo.

Sin embargo, al volverme tan cercana a Taeyang teniamos la confianza suficiente como para poder contarle lo que había ocurrido con mi mamá.

Y gracias a él comenzamos una pequeña investigación por nuestra cuenta en la que el motivo principal era lograr una reunión con mi madre. Al principio era difícil porque Taeyang debia entrar al sistema (hackear en palabras más finas) a investigar donde trabajaba ella y con quiénes nos podíamos comunicar para coordinar una reunión sin mencionar mi nombre.

Me había hecho pasar por una empresaria que deseaba comprar acciones en su compañía y nos reuniríamos en una cafetería en las afuera de la ciudad.

Taeyang estaba conmigo, iba manejando mientras yo removía mis manos y miraba por la ventana.

La mano de Taeyang se extendió para agarrar la mía. Todavía no sabía el problema que yo tenía para concentrarme cuando hacia lo que un mejor amigo haría, reconfortarme. No sabía que mi corazón latía desbocadamente cuando se acercaba para abrazarme, o cuando me daba un beso en la mejilla, cuando acariciaba mi cabello porque le gustaba o esto, sujetar mi mano sin decir nada.

Entrelazó su mano con la mía y me giré para mirarlo.

—Gracias por hacer esto—dije con un hilo de voz.

—Tranquila, por favor.

—Eso intento, pero estoy muy nerviosa. No sé si me vaya a gustar la respuesta que estoy buscando.

—Solo piensa en que pase lo que pase, no estás sola ni jamás lo estarás.

Sin darme tiempo levanto su mano con la mía y la llevo a sus labios y dejo un cálido beso en mis nudillos.

—Yo estoy aquí—su voz gruesa sonó sincera y mi corazón volvió a encogerse.

No quería admitirlo en voz alta pero me estaba enamorando de él.

El resto del camino intentó distraerme con temas al azar pero una vez el auto se detuvo, volví a mi estado de nerviosismo.

Era momento de enfrentarme a ella.

A mi mamá.

Mi ropa se componía de un saco con una camisa blanca y una falda pegada al cuerpo con unos tacones. Taeyang había insistido en que debía entrar en el papel si al menos quería que se sentara frente a mí. Taeyang me paso unas gafas enormes y bajé del auto. Me gire para encararlo—Por favor, no te vayas.

—Jamás lo haría. Voy a estar aquí, envíame un texto si necesitas ayuda.

Asentí y bajé. La cafetería era para gente adinerada y necesitaba hacer una reservación y vestir como si tuvieras dinero para poder pasar. Una vez entré al lugar, recibí una mirada de superioridad por parte de una chica que me escaneó de arriba abajo y cuando se convenció de que yo parecía valer la pena me habló.

—Tengo una reservación, a nombre de Shescka McDonald—me miro raro, al parecer por mi acento, y le resté importancia. Me dejó pasar y llegue hasta una de las mesas que quedaban alejadas de la entrada.

No sabía cuánto tiempo había pasado pero un mensaje de texto llego a mi celular.

Taeyang Kang: Ya está aquí, acabo de confirmar tu asistencia.

Taeyang y yo acordamos que lo mejor era que no tuviera mi número telefónico para que no sospechara nada. Mi corazón comenzó a latir desbocadamente cuando la vi entrar al lugar. Alta, imponente, con la barbilla levantada como si el mundo debiera estar a sus pies y un caminar seguro. El resonar de los tacones llamó la atención de muchos. Observé su vestimenta, vestido pegado al cuerpo sin parecer indecente, tacones negros cerrados y cabello marrón suelto con ligeras ondulaciones. Era hermosa. 

—Señorita McDonald, entiendo que deseaba reunirse conmigo.

—Así es, —dije con la voz temblorosa, a lo que ella levantó una ceja y se sentó. Parecía que sospechaba algo porque rápido me pidió que me quitara las gafas—. Es que tengo un ojo rojo y no quiero incomodarla—ella se cruzó de brazos.

—No me molesta, quítese las gafas para que así pueda verla a los ojos.

No me atreví a decir nada, así que solo me quité las gafas.

Su mirada recorrió todo mi rostro y juro que esperé una reacción de arrepentimiento, de asombro o de culpa, pero no había nada en su rostro.

—No me digas que montaste todo este circo para reclamarme algo.

—Solo quiero saber por qué lo hiciste.

Mi voz se quebró. Odiaba ser tan emocional.

—No quería la vida que tenía.

Mis manos comenzaron a temblar y mis ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Por qué nos abandonaste?

—No quería la vida que tenía—volvió a repetir esta vez temblando. Eso se me hizo raro.

—¿Eso es lo único que dirás?

—Es lo único que tengo que decir.

Una rabia que tenía contenida dentro de mi salió a flote.

—Entonces, nunca te interesó tu familia.

Ella acomodó su cabello con cierta gracia que me hizo pensar en que se estaba burlando de mi y eso me rompió el corazón.

—Estaba atrapada y debía salir de ahí.

—¿Nos veías como una prisión?

—Lo mejor que me paso en toda mi vida fue llegar aquí y ser exitosa—parecía que todo lo que decía había sido ensayado. Incluso hablaba como si fuera un robot.

—¿Y qué hay de mí? ¿De Emily? ¿Nunca nos amaste?

Ahí la vi tragar con dificultad y sus ojos se humedecieron.

—Claro que las amé, las amé con todo el corazón a pesar de que no eran mías.

Y mi mundo se me vino encima cuando la escuché decir eso.

—¿A qué te refieres? —fue lo que pude decir con un hilo de voz.

Ella bajo la cabeza. Esta vez se veía tan afectada como yo. Sus delicadas manos con joyería cara comenzaron a temblar. 

—No puedo creer que Tony sea así de egoísta.

—¿A qué te refieres? —mi voz se levantó un poco y ella soltó un suspiro.

—Lo siento Zuliney pero no soy tu madre biológica, solo fui una chica que se cruzó en el camino de tu padre cuando recién había perdido a su esposa, tu verdadera madre.

Todo a mi alrededor se paralizó. 

 —Al principio  me quede para ayudar, pero ya me estaba sintiendo ahogada porque honestamente no me sentía la madre de ustedes o quizás es que no era del todo madura para asumir esa responsabilidad siendo tan joven. Siento mucho que las cosas hayan sido así pero tú papá nunca me permitió decirles nada, ni siquiera despedirme de ustedes. En eso sí tengo que disculparme contigo, no merecías lo que paso y lo siento mucho Zuliney. Siento mucho que todo haya ocurrido de esa manera y hayas tenido que enterarte así.

Me había quedado en silencio. Ella permaneció frente a mí, limpiándose las lágrimas que disimuladamente bajaban por su rostro.

—¿Por qué cambiaste tú nombre? —pregunté con las lágrimas bajando por mi rostro y mi pecho siendo comprimido.

—Quería escapar de todo lo que me vinculaba a mi antigua vida. No siempre fui la mujer que soy ahora, escapé de un ambiente muy tóxico y no quería que me encontraran.

—¿Hablas de papá?

Ella negó.

—De un hombre que acababa de salir de la cárcel que estaba obsesionado conmigo. Nunca fui amada Zuliney, yo no sabía lo que era eso. Ese hombre me golpeo hasta casi matarme. Hasta que lo metieron a la cárcel. Mi infancia fue un asco, mis padres usaban drogas y eran negligentes y apenas acababa de cumplir los dieciocho cuando conocí a tu padre. De verdad, perdóname Zuliney.

—Eras muy joven—fue lo que pude decir limpiando mis lágrimas—. Siento que hayas pasado por algo tan horrible.

A pesar de lo que yo había de acabado de escuchar me dio tristeza por ella. De repente me puse de pie.

—Tengo que salir de aquí.

Ella también se puso de pie, limpiando sus lágrimas.

–Por favor, hablemos. Me gustaría seguir en contacto contigo.

Muy en el fondo me gustaba la idea, pero mi mente estaba revuelta y un nuevo sentimiento de furia se había desarrollado en mi pecho por mi padre. Necesitaba enfrentarlo y que me dijera toda la verdad. Cuando llegué al auto, Taeyang intento sacarme información, pero mis lágrimas lograron silenciarlo todo el camino. Una vez llegamos a casa, me encerré a mi habitación y a pesar de los intentos de Taeyang de subirme el ánimo no lo logró. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro