Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16: Sex on the beach

Con el tiempo que llevo conociendo a Taeyang puedo decir varias cosas de él. 

Ama los dulces, odia los silencios incómodos, odia el tema de las novias, le gusta jugar a la consola, le gusta fastidiarme cuando está aburrido, le gustan las peras, las bebidas energéticas y pasar el rato conmigo. 

La palabra amigos seguía doliendo cada vez que salía de sus labios pero yo solo sonreía ampliamente y fingía estar bien.  Dos meses me habían bastado para caer rendida por él. 

Mi cuerpo se mueve al ritmo de la música, estoy junto a Nirvana y Jin, en una fiesta electrónica cerca de la playa.  Desde hace varias horas que perdí la cuenta de cuántos tragos me he tomado.  Jin está con sus brazos hacia arriba y Nirvana menea su trasero como si no hubiera un mañana. Yo agarro mi cabello y me muevo de un lado a otro sintiendo la vibración de la música por todo mi cuerpo. 

Ni siquiera sé donde están Ander, Tania y Taeyang. Los tres se separaron del grupo y no los he vuelto a ver. 

Alguien se mueve de forma brusca y me empuja hacia adelante. Caigo sobre Nirvana y ella pierde el balance y acabamos en el suelo. Suelto una risita borracha y ella hace una expresión de horror al observar que alguien le ha pisado la mano. 

—¡Nos van a aplastar!—me grita con horror. Intento ponerme de pie pero siento un empujón y vuelvo a caerme. Sus ojos se abren con miedo. 

Unos brazos me levantan y volteo a ver quién es, un desconocido. Se acerca a mi oido. 

—¿Estás bien?—asiento. No obstante, no me espero el empujón que alguien más le propina para alejar sus manos de mi cintura. Cuando me percato de la cabellera de Taeyang, me tenso. ¿Qué? Me agarra la mano con brusquedad y me saca del gentío. 

—Nirvana—intento decir. 

—Ander ya la ayudó. 

Nos apartamos del lugar y la música se escucha algo distorcionada. Tania se acerca a mí y deja una bebida en mis manos antes de adentrarse el grupo de personas que saltan siguiendo el ritmo. 

—¿Por qué lo empujaste?—pregunto algo confusa. 

—Estaba tocando tu trasero—suelta con molestia—. ¿Estás tan borracha que no lo notaste?

Comienzo a negar. Lo veo tomar asiento y se lleva una mano al rostro con frustración. ¿Son ideas mias o está celoso? Sacudo el rostro, no creo. Taeyang me ha dejado claro que no le intereso. 

—¿Qué es?—le pregunto con la voz arrastrada moviendo la bebida. Parece que no me ha entendido porque hace una mueca. Me meto entre medio de sus piernas y me inclino cerca de su oreja—. ¿Cómo se llama la bebida?—susurro. Su cuerpo parece tensarse. 

—Sex on the beach—me responde con la voz arrastrada y con su rostro demasiado cerca de mi mejilla. 

No sé por que escuchar eso de sus labios ha provocado algo raro en mí. Pierdo un poco el balance y sus labios tocan mi cuello. Mi cuerpo se estremece ante eso y parpadeo intentando entender lo que ha pasado. 

Ambos nos observamos con los ojos bien abiertos. 

 Me obliga a sentarme sobre su muslo. Lleva una mano a mi cintura y la deja allí mientras observa hacia la multitud. Con seriedad. Mi corazón late desbocadamente. 

—Mejor quédate sentada o vas a caerte.

Lleva una gorra con la vícera hacia atras, algunos mechones negros escapan, está vestido completamente de negro. <<Se ve tan hermoso>>, pienso.

Acerco la bebida a mis labios para darle un sorbo y sabe tan buena que lo bebo como si fuera agua. La mano de Taeyang interrumpe mi momento. Comenzamos un mini forcejeo hasta que la bebida se nos resbala de las manos y nos empapa a los dos. 

Me pongo de pie de un salto al sentir que la camisa se me pega a la piel. 

—¡¡¡Mira lo que haz echo!!!—le digo alterada sacudiendo las manos—. ¡Yo quería mi sexo en la playa!—vuelvo a gritarle casi llorando viendo  el vaso en el suelo. 

Su cara hace una mueca. 

—Eso no es agua—me regaña despegando la camisa de su piel. Sus ojos bajan hasta sus pantalones, tambien están mojados. 

—¿Te orinaste?—pregunto para molestarlo, levanta la mirada enojado—. Pero si hay baños cerca. 

Algunas personas voltean a vernos. 

—¡Eres insoportable!—me dice poniendose de pie. 

Todos entramos al auto apretados. Ander va manejando, Jin a su lado. Tania, Nirvana, Taeyang y yo estamos en la parte de atrás. 

Cuando llegamos a la casa, todos salen del auto, yo gateo por encima de los asientos y mi pierna se enrreda con el cinturón y la mitad de mi cuerpo cae fuera del auto.

Suelto una carcajada estrepitosa y los chicos, quienes ya estaban intentando abrir la puerta voltean a verme. 

—¿Quien la ha dejado sin supervisión?—cuestiona Ander con las llaves en las manos. Jin se apoya de la pared, Nirvana parece que se va a desmayar en cualquier momento y Tania me ignora abriendo la puerta—. Y, Taeyang, ¿ahora tienes complejo de manguera? 

—Solo riego las plantas—murmura el medio coreano, de repente, todos escuchamos el chorrito. 

¿El imbécil está orinando a unos metros de donde yo estoy? 

—Idiota—lo insulto intentando quitar mi pie del cinturón—. No hagas eso, vas a estropear las flores—comienzo a llorar.  El medio coreano se gira y muevo el rostro a otro lado—. ¡Cúbrete, por Dios! No quiero verte el gusano. 

—No es un gusano,—se defiende. 

Suelto una risita.

—Ayúdame, ya que mis amigos me han dejado tirada—digo volviendo a mirar la entrada, todos desaparecieron. Genial, me va ayudar el que está igual o peor de borracho que yo. 

—¿Yo estoy pintado o qué?

—Lo siento. 

Parpadea mirando el cielo, pero pierde el balance y cae hacia adelante. Sus manos se apoyan  en el suelo y gatea en mi dirección—. Zuli... ¿que haces? 

No puedo evitar reirme. 

—Aquí admirando el cielo—murmuro apoyando el rostro en el suelo, mi pie todavía enrredado con el cinturón. 

—¿Por qué sigues ahí—su voz suena arrastrada. 

—Anoche encontré una cucaracha bajo mi cama—digo, sorbiendo mis mocos. ¿En qué momento he comenzado a llorar? —. No pude matarla, por eso dormí en el sofá. 

—¿Las cucarachas hablarán entre ellas?—la pregunta sale de Taeyang, que ahora se ha sentado sobre su trasero y parece jugar con una hoja. La noche esta algo cálida. 

—¿No estamos hablando ya?

Hace un silencio como si estuviera procesando. De repente, suelta una risita y se gira en mi dirección. 

—¿Tendrán nombre las cucarachas?—vuelve a preguntar, sin ayudarme—. Algo así como: Cucaracho Junior Segundo. 

—¿Vas a ayudarme o no?—lo interrumpo. 

Esta vez sale de su estado de sabio pensador y me ayuda. Ambos entramos a la casa apoyándonos y evitando tropezar con todo. Nos reímos  como dos idiotas.  Camino hasta la cocina y ambos escuchamos la voz de Ander. 

Taeyang parece lavarse las manos y yo abro la nevera para sacar jamón, queso y lechuga. 

—¿Van a comer a esta hora?—me pregunta el futuro enfermero con incredulidad. 

—¿Eso es malo?—pregunto con las manos apoyadas de la encimera. Tae abre la alacena. 

—Son las dos de la mañana—señala el reloj. Me acerco al grifo para lavarme las manos.  

—¿Y?—Taeyang y yo preguntamos al unísono. 

Hace un gesto con la mano. 

—No enciendan la estufa—nos dice con advertencia, luego se pierde por las escaleras.  

Bien... ¿qué iba a hacer? Taeyang coloca el pan frente a mí. Me quedo un rato observando todo lo que tengo frente a mí. 

—Pan, jamón, queso, lechuga—repaso los ingredientes. 

—Mierda, estoy muy borracho—el medio coreano dice apoyando el rostro en la encimera —. Yo voy a querer dos—me avisa señalando los ingredientes. Sus ojos estan entrecerrados. 

Comienzo a preparar todo.  Estoy como tonta, y parezco un camaleón moviéndome con lentitud. 

—¿Quién era aquel chico?—pregunta de repente—. El que te estaba tocando el trasero. 

Frunzo el ceño. 

—¿Quién?

—Olvídalo—dice soltando un suspiro—. Nunca me has hablado de tu ex. 

—Alberto era un imbécil, ese es el resumen—le digo encogiendome de hombros. 

Hacemos silencio. Cuando la comida esta lista, levanto a Taeyang con un golpecito en el rostro. Se ha quedado dormido en solo cuestión de segundos. Me observa adormilado. 

Sus ojos escanean nuestra comida y hace una mueca. 

—¿Y el pan?

Parpadeo, escaneando la encimera. ¿Por qué hay tantas cosas? Hay bolsas llenas de comida, frutas en un envase, llaves, papeles, cartas, libros y cosas raras. La encimera es un desastre. ¿Donde esta el pan? Estoy segura que Taeyang me lo ha dado. 

—Ni modo—me encojo de hombros enrrollando el jamón y comiéndolo de un bocado. 

—¿Y el queso?—vuelve a cuestionar Taeyang a mi lado, ambos observamos la encimera. 

—Cómetelo así—digo por fin. 

Cuando terminamos de comer, ambos nos ayudamos para llegar hasta las escaleras.  Taeyang se sienta en el primer escalón y se recuesta hacia atrás. 

—No voy a dormir ahí—le digo observando las escaleras pero como todo se mueve a nuestro alrededor, opto por sentarme a su lado. Ambos soltamos un suspiro. 

—Me he divertido—murmura observando fijamente el techo—. Nunca la había pasado tan bien como lo hago cuando estoy contigo—confiesa. 

—Yo quería sexo—digo con la voz arrastrada, mis parpados pesan. Estoy por quedarme dormida. 

—¿Qué? ¿Con quién?

—Con quien sea, contigo tal vez—es lo último que digo antes de quedarme dormida. 




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro