Capítulo 16
Estoy en el taxi, yendo a "casa". Mi respiración se vuelve rápida, jadeando por el dolor. Y mi visión se vuelve borrosa cuando el taxi se aleja y bebo de la última imagen de Él.
Entré en mi departamento. No tenía idea de qué iba a hacer ahora, esto ya me había pasado antes, pero por primera vez en mi vida me sentí aterrado por ello. Ya no tenía dirección. Me sentí desolado. Condenado.
Porque durante los últimos cuatro meses, Erik logró hacer que mi vida girara en torno a él. Estaba temblando por la adrenalina de ver cómo mi vida cambió totalmente en un día. De felicidad a... hiperventilación. Estoy bastante seguro de que eso es lo que me está sucediendo en este momento.
Necesito irme. Muy lejos de aquí. Lejos de él. Necesito ir a casa.
Empaqué rápidamente, ni siquiera presté atención a lo que estaba poniendo en mi maleta. Tomé todo el dinero que ahorré y revisé los boletos de avión.
¿Conocen el dicho: "es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado"?
Es el más ridículo y estúpido de todos. Quien lo dijo no tenía idea de qué es el amor. Yo sí lo sabía. Lo conocí a la perfección, lo tocaba, lo probé y respiré todos los días de él y luego me lo quitaron. Lo perdí por completo. Es una agonía que hace que cada pulgada de mi piel y mi corazón duela.
Entonces no, no es mejor. Esto es lo peor.
—¿Raven?
—Charles, ¿qué pasa? —Ella entró en pánico inmediatamente cuando escuchó mis sollozos por teléfono.
—Estoy... yo... me voy a casa, Raven. No puedo ir a despedirme, sólo necesito tomar el primer vuelo, que es en unos pocos minutos—
—Oh Dios. Voy enseguida.
—No. Me voy en este momento, no puedo quedarme un segundo más aquí, te llamaré cuando esté en casa.
Sé que debo ser el peor hermano de todos los tiempos, se preocupaba por mí y todo lo que hice fue preocuparla aún más con mi llamada, pero no podía pensar con claridad, tenía que huir.
Se suponía que no debía terminar así. Se suponía que no terminaría en lo absoluto.
Pensé sobre eso una y otra vez en el avión. Se suponía que él era mi último primer beso. Y ahora, esos labios que me besaron como si me estuvieran adorando dijeron palabras que nunca pensé que un ser humano pudiera decir. Palabras crueles y venenosas. Nunca las olvidaré. Y, sin embargo, no puedo odiarlo. Todavía lo amo, al igual que la primera vez que me di cuenta.
Lloré en el avión, la gente me miraba y sentí que me estaba sofocando. Sentí ganas de decirles que abrieran las ventanas, por más loco que fuera.
***
Con pesar, abrí la familiar puerta del lugar donde me crié. Donde mis padres todavía vivían. El hogar de mi juventud. «Hogar». Tuve otro hogar en los últimos meses, pero se fue, se incendió.
Dejé caer mi maleta en el suelo, y finalmente, apareció mi madre sólo para ver a su hijo llorando. Puse mis manos sobre mi rostro, cubriéndolo para poder ocultar mis facciones retorcidas, para ahorrarle al menos un poco del dolor que estaba sintiendo. Ella es como yo, emocional, cariñosa y amorosa. Esto la devastará tanto como a mí.
Ella me abrazó y ya podía sentirla temblar por la preocupación.
—Oh, mi muchacho, ¿qué ocurrió?
Los únicos sonidos que escaparon de mis labios fueron sollozos. Ella me sujetó más fuerte.
—Necesito refugio, mamá.
—¿Qué pasó, cariño? ¿Te arrestaron de nuevo?
—No, mamá. Lo dejé.
***
Después de mi crisis, subí a mi pequeña habitación, donde todo permanecía tal como lo dejé. Mi madre me metió en la cama de mi infancia, como a un niño de cinco años con miedo al coco o a una tormenta eléctrica. Secó las lágrimas que corrían por mis mejillas. Hice un hipo y tartamudeé.
—F-fui tan... tan... e-estúpido.
—No eres estúpido, cariño. Sólo eres humano. —Me tranquilizó, acariciándome el pelo—. Críe a un niño hermoso, dulce y cariñoso, el mejor tipo de ser humano, y esos son los que están destinados a sufrir más.
—¿Por qué duele tanto? —Pregunté a través de mis dolorosos sollozos, a pesar de que obtener una respuesta no me ayudaría. Nada podría. Sólo una persona podría mejorar esto...
—Simplemente lo hace, bebé. Ojalá pudiera decirte que se detendrá, que lo olvidarás algún día, pero... Incluso cuando sigas con tu vida, aún lo recordarás, el primer amor, esa chispa, la buscarás en todo el mundo después... —ella acarició mi pelo cariñosamente y lloré más y más fuerte, como si me hubieran apuñalado y estuviera sufriendo una lenta y dolorosa muerte.
—Yo... yo... no sé qué... voy a hacer... ahora, mamá. —Mis ojos estaban hinchados y mi nariz estaba llena, haciendo que mi voz sonara nasal e infantil.
—Duerme, cariño. Eso es lo que tienes que hacer —continuó, calmándome hasta que me dormí, cansado del dolor.
***
Durante las siguientes semanas estuve entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Me sentí como en coma, sin dormir completamente, pero tampoco completamente despierto. Sólo había destellos de luz solar y de luna, de lágrimas, del infierno. No sabía qué día era, pero me sentía como si hubiera estado en la cama por una eternidad.
Las mañanas eran las más difíciles. Es el momento en que me levanto y me doy vuelta para ver que Erik no está detrás de mí. Él no está allí para darme un beso de buenos días, o susurrarme amorosamente al oído que es hora de desayunar.
Y así es como todos los días comienzan. Con lágrimas.
Así es como todo un mes de mi vida pasó. Sin Erik a mi lado. Me gustaría decirte que ya no me duele o que no lo extraño... pero sería la mayor mentira nunca dicha. Amo a Erik. Y ni siquiera puedo imaginar dejar de amarlo.
—Cariño... —Mi madre estaba en la puerta, parecía más preocupada todos los días. Ella se acercó y se sentó en el borde de mi cama—. Tu padre, tu hermana y yo, estamos muy preocupados por ti... —pasó sus dedos por mi cabello.
—Lo siento —sollocé de nuevo.
—No tienes que disculparte, pero echamos de menos a nuestro niño feliz. ¿Por qué no me das el número de ese hombre? Tal vez yo podría hablar con él. —Lo que una madre haría por su hijo...
—No, él sólo... yo fui... no tendría sentido... —Comencé a llorar de nuevo, como si ella acabara de presionar un botón al mencionarlo, y yo ya era un lío de llanto en un instante.
—Shhh, lo siento, ya no hablaremos más de él. —Había tristeza en su voz también. Ella compartía mi dolor. Mi agonía era suya también, incluso si no era en la misma medida.
***
Mi madre era una salvadora, así que tuve que hacer un esfuerzo para no lastimarla también. Ella me dejaba comida todos los días en mi habitación. Hoy encontré la fuerza necesaria para ir abajo, cuando escuché a mis padres pelear. Nunca peleaban, mi padre era un hombre callado y tranquilo, mi madre se parecía mucho a mí, más apasionada y comunicativa, pero nunca peleaban.
—Sharon, sólo déjalo en paz, él estará bien, es un adulto —dijo mi padre con calma.
—No es adulto. No para mí. ¡Es mi hijito! Y está dolido. Sea quien sea ese hombre, lo despedazó. No críe a mi pequeño bebé para que fuera aplastado, como una hoja de árbol seca. Así que, si quiero llevarle el almuerzo a mi hijo a su habitación, lo haré, y no puedes detenerme, Brian. No puedes detenerme. —Mi madre no maldecía. Jamás.
—Sharon...
—Es muy joven y... Es sólo que... parece que no va a salir de esto. Parece que se dio por vencido... y no sé qué hacer para ayudar a mi hijo. —La escuché llorar. Me sentí muy mal por hacerle esto a mi familia.
***
Fui a mi vieja computadora, porque mi hermana llamaba como una loca por Skype, todos los días.
«Hola», escribí estúpidamente, como si estuviera conociendo a un extraño en Internet.
«CHARLES, RESPONDE», escribió ella en mayúsculas, y casi puedo escucharla diciéndolo en mi cabeza.
«No tengo ganas de hablar». Y eso es lo que he estado escribiendo durante el último mes.
«...»
«¿Qué pasa?»
«Nada, sólo quiero verte, volveré a casa también, el viernes, ¿está bien?»
«Tienes exámenes, no te preocupes por mí».
«Pero me preocupo. Mañana es mi último examen, luego vuelvo a casa».
«Está bien... Jeg Elsker cava». Le desee suerte, con la esperanza de no estropear la gramática. Esas fueron las últimas palabras que escuché de él.
«Yo también te amo, Charles»
¿También? No le dije que la amaba.
«Te deseé buena suerte, pero yo también te amo».
«Qué extraño, Google me lo tradujo como "Te amo"»
¿Qué...?
Rápidamente lo escribí yo mismo. Sabía que era tonto de mi parte pensar en esto, pero... Oh, Dios. Realmente significa "te amo". O bien Erik no sabe tantos idiomas como pretende, o realmente me dijo que me ama.
Oh, ese bastardo.
Mis ojos estaban entrecerrados y me sentí como si hubiera vuelto a la vida.
Él me ama.
Él me dijo que me ama. Yo tenía razón. Sabía que él me amaba. Siempre lo he sabido.
¿Has leído "Cumbres Borrascosas" de Emily Brontë? Un personaje, Heathcliff, siempre fue muy despiadado, a veces incluso cruel. Y como lector, se supone que debes odiarlo. Pero yo nunca lo hice. Porque a pesar de todas sus horribles acciones, él amaba muchísimo a Cathy.
Mi Erik me amaba muchísimo. Nada más importaba en este momento.
En realidad, sí, sólo una cosa: llegar lo más rápido posible a Nueva York.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro