✨ Capitulo 7 ✨
[Editado, 20/08/21]
Yoongi se encontraba saliendo de su despacho, había pasado todo el día buscando en libros alguna forma de romper el lazo, pero no había encontrado nada. Cansado y decepcionado se dirigió a su habitación pero en el camino se encontró con el causante de sus debates.
Jimin se dio cuenta de su presencia rápidamente, por lo cual su cuerpo se tensó congelando sus pasos en un solo lugar. El vampiro captó su temor, lo más curioso es que ya no encontraba divertido percibir el miedo del elfo.
Jimin quiso darse la vuelta y escapar, necesitaba hacerlo, por eso siendo controlado por su instinto intentó regresar, pero un fuerte agarre en su muñeca se lo impidió; el menor se sobresaltó en su lugar, su cuerpo comenzó a temblar por el miedo y pánico.
Desde aquél día no había vuelto a hablar con el vampiro y en parte quería que siguiera siendo así, pero sabe que tarde o temprano tendría que enfrentarlo, solo tenía que ser valiente y dejar la cobardía de lado.
─ ¿Qué tal está tu cuello?... ─ Yoongi se sorprendió de su pregunta ¿en serio él estaba preguntando eso? ─. Creo que fuí muy duro el otro día contigo ─ pero sus palabras salían sin su consentimiento, sorprendiendolo a él mismo.
Jimin no podía creer que Yoongi estuviera aceptando sus errores, incluso dudo si se trataba del mismo vampiro que lo atacó la otra vez, pues parecía una persona completamente distinta, además se miraba y escuchaba tranquilo, todo lo contrario a la otra vez.
Con miedo y duda Jimin levantó la mirada, conectandola con la del más pálido, quien sintió una descarga eléctrica al apreciar con más atención los ojos del pequeño elfo; eran hermosos, dos luceros rebosantes de inocencia, sufrimiento y miedo; dicen que los ojos son las ventanas del alma, Yoongi entendió el significado de dicha frase al sentirse perdido en esos brillantes zafiros, solo en ese momento el agarre de su mano se suavizó considerablemente.
─ Ya estoy mejor, no se preocupe ─ quiso golpearse al encontrar tontas sus propias palabras, quizá yoongi ni siquiera estaba preocupado y él ya estaba haciendo de cuenta y caso de que si.
Pero Yoongi no respondió, ¿entonces porque Jimin sentía, muy en el fondo de él que el mayor si se preocupaba?, la parte racional le decía que no sea estúpido, que vea la realidad de las cosas, pero la parte ingenua le gritaba que lo que veía en esa oscura mirada era preocupación. Su débil corazón anhelaba saber que se siente que alguien se preocupe por tí, porque en sus cortos 18 años nunca ha escuchado algo así viniendo para él, nunca se sintió importante, nunca se sintió querido y valioso para alguien, pero no podía ser posible, no debía dejarse llevar por los deseos de su corazón.
─ Para la próxima no seré tan brusco contigo siempre y cuando colabores ─ y sin querer arruinó todo el momento.
─ ¿Colaborar en que? ─ se soltó del agarre, sabía que estaba siendo un ingenuo, pero no imaginó que tanto.
─ Jimin, no eres el único que he comprado, hay más seres raros como tú y todos están aquí por un propósito, me obedecen, están a mi disposición y hacen lo que les ordene ─ dijo sin tener una idea del daño que causaba.
─ Pues muy raros podemos ser, pero somos seres vivos no objetos ─ apretó el puño, de pronto las ganas de llorar se hicieron presentes.
Odiaba todo esto, odiaba no poder hacer nada, odiaba que su palabra no tuviera ningún valor, odiaba que todos en la mansión sean unos completos ciegos que no veían que vivían bajo las reglas de un ser sin sentimientos, odiaba a Yoongi.
─ Igual ese no es el punto aquí, lo importante es que si yo quiero puedo beber tu sangre y tu no tienes que negarte ─ habló cabreado jamás se había topado con alguien tan terco como Jimin ─. Además también puedo tener relaciones sexuales contigo cuando se me de la gana ─ y esa fue la gota que derramó el basó.
Jimin sintió un horrible estremecimiento al escuchar eso último, la desagradable sensación en su estómago ante los recuerdos que no tardaron en llegar.
Hace un año
─ Por favor, ya no sigas obligandome, ya no quiero─ Jimin se encontraba llorando con su ropa rasgada y su labio partido, estaba cansado de que su madre y su padre lo obligarán a hacer eso, solo porque recibían a cambio una buena cantidad de dinero
─ Claro que sí, eres nuestra fuente de ingreso, después de todo darte a luz no fue tan malo ─ la mujer mencionó con burla, ver al elfo tan destrozado se le hacía divertido, por más que este suplicaba y rogaba para ponerle fin a este sufrimiento esta no cedía.
Jimin ya estaba acostumbrado a que le dijera que se arrepentía de haberle dado a luz, pero le dolía que sus padres se sintieran felices de hacerle algo tan desagradable como eso, su cuerpo no sólo tenía heridas físicas, sino también psicológicas, donde cada vez que se miraba al espejo lloraba al sentirse sucio y solo pedía desaparecer.
Su madre salió de su cuarto dejándolo solo y hecho un mar de lágrimas se sentía usado, sin valor y tan miserable. Hace unas horas Soowon el hombre que pagaba por él había estado ahí, Jimin tenía moretones en todo su cuerpo, ya que había sido golpeado por él al tratar de resistirse, había luchado para defenderse, le había llorado y suplicado, pero el Sowoon era mucho más fuerte que él y como siempre terminó haciéndole lo que ya hace tres años hacía.
─¡Me niego! ─ dijo rotundamente, estando al borde de las lágrimas, sentía tanto enojo, todas las personas lo miraban como alguien a quién podían manejar a su antojo, lo habían lastimado de tantas maneras que el seguir teniendo sentimientos le sorprendía, ya estaba cansado, ya no permitiría que hicieran lo que quisieran con él.
─ ¿Por qué quieres hacer las cosas más difíciles? ¿eres idiota o que? ─ revolvió sus cabellos con frustración.
─ Pues podré ser un idiota, pero este idiota a sufrido mucho, ni si quiera tienes una idea y ya no pienso dejarme manipular por la gente y eso te incluye ─ Jimin no sabía de dónde había sacado el coraje para hablarle así, su cuerpo temblaba, no podía negar que sentía miedo de enfrentarse a su mayor, pero de algo estaba seguro que pelearía con todas sus fuerzas.
Yoongi sentía su sangre arder, como podía revelarse de esa manera a él, al gran Min Yoongi, su orgullo estaba siendo dañado por alguien tan insignificante y pequeño, pero no podía hacerle nada después de todo por eso quería romper dicho lazo lo más antes posible.
─ Mirá sabés que, ahora no estoy de humor para estar discutiendo contigo, mañana hablamos, ahora ya es muy tarde será mejor que vayas a dormir─ dicho esto yoongi se retiró y se dirigió a su habitación, dejando a un Jimin quien comenzó a caminar rumbo a su cuarto dejando varías lágrimas a su paso.
Era un nuevo día. Yoongi se encontraba resolviendo unos asuntos de la mansión junto a Hoseok, además que el pelirrojo tenía una importante noticia que darle.
─ Yoongi otra cosa, Namjoon vendrá la próxima semana ─ mencionó sosteniendo su libreta.
A Yoongi le alegró mucho la noticia, Namjoon era su primo y se llevaban bastante bien.
─ Que bueno gracias por decírmelo ─
Debía ir preparando su habitación, la última vez había escogido una y no sabía si esta vez se escogería la misma, de cualquier forma el moreno era alguien bastante exigente; siempre anda en busca de lo mejor, aunque dentro de su mansión nunca terminaría insatisfecho ya que siempre lo consiente con lo mejor.
─ Bueno yoongi, si ya no me necesitas me retiro ─
Yoongi asintió con un movimiento de cabeza, Hoseok entendió y salió de dicho lugar dejando al vampiro solo.
Jimin se encontraba en la cocina ayudándole a Jin, el mayor se había negado pero al ver que el elfo no paraba de insistir terminó aceptando, incapaz de negarse a esos ojitos suplicantes.
Al cabo de unos momentos el Omega se dio cuenta de que Jimin tenía unas grandes habilidades en la cocina, y se quedó sorprendido, al ver la agilidad y destreza de sus movimientos.
─ Jimin, no sabía que podías cocinar─ halago distrayendo al elfo quien se encontraba preparando arroz.
─ La verdad no soy tan bueno, solo se hacer cosas sencillas y básicas, cuando vivía con mis padres yo era el encargado de cocinarles y fue así como aprendí lo poco que se ─ la modestia se podía sentir en cada una de sus palabras.
─ Pues a mi me parece que lo haces muy bien ─ mencionó con completa sinceridad, sonrojando al elfo, quién no estaba acostumbrado a que lo halagaran.
En ese momento una pelinegra entró sin tocar la puerta, su semblante era serio y frío, conservando el aire de superioridad al cuál ya todos estaban acostumbrados viniendo de ella, poniendo tensó el ambiente alegre que había dentro de la cocina.
─¿Seulgi te ofrece algo? ─ preguntó el omega con mucho respeto.
─ Vine por una fruta ─ contestó sin mirarlo. Jin busco unas manzanas en la nevera y se las extendió a seulgi, quien en estos momentos no prestaba atención a los movimientos del cocinero, pero su penetrante y discriminadora mirada estaba sobre Jimin, quien podía sentir unos ojos pesados sobre su espalda causándole nervios y escalofríos.
Había algo que la irritaba de sobremanera, causándole un sabor amargo cada vez que lo veía. Jimin había llegado a la mansión robando la atención de todos los que ahí vivían, no se hablaba de otra cosa que no fuera el elfo y la verdad ni siquiera entendí a qué se debía tanto escándalo; no era la gran cosa ahora que lo veía detenidamente, era un niño prácticamente, aún se podían apreciar rasgos infantiles en su rostro, no era atractivo, se notaba lo falto de experiencia que estaba, no siquiera vestía con elegancia.
Puras tonterías, Yoongi no podía cambiarla por él; no podía.
Jimin no entendía el motivo de esa mirada, pero no le sorprendía, en el fondo esperaba que esto ocurriera, pues no todo era perfecto y menos para él.
─ Seulgi aquí está tu fruta ─ Jin se dio cuenta de su mirada hacia el pequeño elfo.
Por suerte para todos, dos toques en la puerta pusieron fin a ese ambiente de tensión que los había abrumado.
─ Adelante ─
El pelirrojo entró. Se sorprendió al ver al elfo con un delantal rosa y cocinando como si fuera alguien de la servidumbre, quiso llamarle la atención, pues de haber sido Yoongi quien lo viera lo hubiera reprendido a él y a Jin por mezclarse con el personal de trabajo.
Pero mejor decidió ignorarlo, no quería ser él el que le prohibiera las cosas al peliceleste, ya demasiado había tenido con los tratos de Yoongi para quitarle algo que seguramente le servía como medio de distracción y escape de su cruel realidad.
─ Buenos días hoseok, ¿te puedo ayudar en algo? ─ saludo y pregunto el omega.
─ Buenos días a todos ─ mencionó de forma general ─. Si la verdad venía para darte un anuncio, el día lunes tendremos visitas importantes, Yoongi quiere que prepares un banquete como bienvenida, para salir bien te aconsejó que empieces desde temprano y así evitamos problemas ─
─ Claro hoseok, gracias por avisarme con tiempo ─ lo agradece porqué así preparaba todo desde un día anterior ─.¿Pero a qué se debe tanta preparación? ─ preguntó curioso.
─ Namjoon vendrá a quedarse unos días ─
El asombro fue evidente, Jin tiró lo que tenía en las manos, dejándose llevar por la bomba de emociones y el palpitar de su corazón al escuchar dicho nombre.
Gracias por leer.
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