[Editado, 18/08/21]

El silencio se hizo presente de forma perturbadora en aquella habitación, la cara de Hoseok era de confusión y su mirada interrogante; las palabras dichas anteriormente no tenían ningún sentido para el vampiro de húmedos cabellos rojos, y el silencio sepulcral no ayudaba en nada.

─ ¿Yoongi a que te refieres?─ quería una respuesta clara, pero al parecer Yoongi pretendía que adivinara lo que sea que intente decirle.

El nombrado apretó el puente de su nariz y cerró los ojos, de verdad que tenía un grave problema y no tenía ni la más mínima idea de como resolverlo o afrontarlo. ─ Hoseok esto es malo ─ su mano subió un poco hasta llegar a su cabello y revolverlo con frustración.

─ Yoongi si no me dices que tienes no entenderé nada ─ el pelirrojo se empezaba a cansar, tanto rodeó lo estaba molestando y acabando con su intachable paciencia.

El pálido era un mar de sorpresas, de esos vampiros misteriosos e impredecibles, por ende; por más que el pelirrojo intentara descifrar el significado de dichas palabras no lograba entender en lo absoluto.

─ Hoseok creo que encontré a mi pareja de sangre ─ confesó por fin, encontrando patéticas sus propias palabras; el que se había burlado de las palabras de su madre cuando entró a la edad adulta, el que había prometido jamás depender de nadie, el que se había reído de esas "creencias" Ahora estaba viviendo en carne propia lo que era estar atado a una persona, la cual para su mala suerte ni siquiera era de su misma especie.

Hoseok juraría haber escuchado mal, porque lo que su mente alcanzó a captar no se oía bien viniendo de un vampiro como lo era Yoongi, pero al ver la seriedad en el rostro del pálido supo que su mente no le estaba jugando una broma como pensaba y al contrario Yoongi si tenía motivos para afligirse.

Porque aunque no tuviera nada de malo y algunos sueñan con encontrar a su pareja, existían vampiros como Yoongi los cuales las consideran innecesarias.

─ Podrías repetirlo ─ dijo anonadado.

─ No te hagas, claro que escuchaste  ─ casi le gruño ─. Y si, se que parece una locura pero ¿cómo explicas que ahora no puedo beber sangre de alguien más?, hace unos momentos iba a beber sangre de Seulgi, pero paso algo que jamás me había ocurrido, su sangre no era como siempre, era distinta y desagradable; creí que el problema era ella, quería creer que era eso, pero ahora que bebo de tus reservas es lo mismo, Seulgi no era el problema el problema soy yo ─ maldecía internamente ─. o más bien el problema es Jimin ─

Era increíble que lo que más sorprendiera al pelirrojo fue escuchar el último nombre de toda la confesión ¿que culpa podría tener el elfo? A no ser que…

─¿Jimin? ─pregunto, ya sabiendo la verdad de todo, ahora ya tenía sentido.

─ Si, veras ayer que lo dejaste en mi habitación lo mordí a la fuerza, después de eso empecé a sentirme mal, quería decírtelo pero no estaba seguro ─ el vampiro camino de aquí para allá, parecía que le abriría un agujero al suelo.

─ Yoongi calmate, si le ves el lado positivo no es tan malo después de todo ─ dijo sin pensar.

─ ¿Que no es tan malo dices?  ─ habló irritado ─. Ahora estoy atado a ese mocoso. Hoseok debe haber una manera de romper el lazo ─ el pelinegro se acercó más al nombrado, tenía la esperanza de que su amigo tuviera una solución a su problema, esté siempre sabía qué hacer.

─ Lo siento Yoongi, no estoy enterado de una solución, no se como se rompe el lazo ─ dijo con pesar en su voz, lamentablemente no contaba con ese conocimiento.

─ ¿Entonces estoy perdido? ─ miro los ojos oscuros de su amigo y este solo bajó la cabeza sin saber exactamente qué responder, aunque quería tener las palabras indicadas para aliviar y traer calma a su amigo, no encontró nada para ayudarlo.

─ Lo único que te queda es aprender a quererlo ─ tal vez si dejara de ser tan terco y cambiará esa mente retrógrada hasta se sintiera agradecido con la vida y valoraría lo que ahora tiene.

─ ¿Qué tonterías dices?, ¿te estas escuchando? sabes juré que jamás volvería a querer a alguién ─ habló ceñudo, estando totalmente en desacuerdo, era una locura.

Aprender a quererlo, tremenda estupidez.

─ Yoongi no puedes seguir así, tienes que volver a abrir tu corazón, eso fue hace mucho tiempo, amigo tienes que olvidar ─ Yoongi estaba mal y se rehusaba a verlo, vivía amarrado a un ayer que no lo dejaba avanzar y lo único que lograba era condenarse él solo.

Un error del pasado que le arrebató la poca humanidad que por naturaleza poseen, Yoongi se encerró en un capullo del cual nadie ha sido capaz de sacar.

─ Creés que no he intentado olvidar, cada maldito día de mi vida lo e intentado ─ el semblante de yoongi cambio a uno más duro y colérico, cada vez que tocaban ese tema solo podía sentir enojo, amargura, tristeza y dolor, todos esos sentimientos que había enterrado volvían aparecer convirtiéndose en una sensación de ahogamiento.

Hoseok no dijo nada, comprendió que ese era un tema delicado y era mejor no seguir insistiendo más.

Jimin y Jungkook se encontraban caminando hacia un rumbo fijo, hoy era el día en el qué Jungkook le presentaría al resto del harem al pequeño elfo. 

Les había dicho que lo esperaran en el gran salón, ahí los reuniría a todos.

─ Ya verás que te llevarás bien con ellos ─ decía emocionado el cambiaforma conejo; Jimin muy al contrario se encontraba nervioso, ¿que tal si no era aceptado? ¿Qué tal si a más de alguno le caería mal? Jimin sabía que las posibilidades eran altas, toda la vida ha lidiado con ello.

─¿Estás seguro? ─ pregunto con duda, temiendo la respuesta ─ .Hay alguno que sea humano ─ pregunto curioso.

Jungkook nego. ─ No, yoongi solo compra a seres mágicos y raros como tú y yo ─ respondió con orgullo.

Llegaron a dicho lugar y ahí estaban todos esperandolos, Jimin los miró con un poco de pena y nerviosismo, pues la mayoría se miraba mayor que él; se sentía tan pequeño a comparación de ellos.

─ Tardaste bastante ─ dijo un hermoso chico de cabellos dorados ─ Jimin lo observó con ojitos expectantes, era súper alto pero poseía un cuerpo delicado y sus facciones eran finas, aparte las pecas en su rostro lo hacía ver adorable.

─ Lo siento Felix, es que me dormí… Pero aquí estoy, eso es lo que importa ─ se encogió de hombros restándole total importancia.

─ Hola ─ la mirada de Jimin viajó a una hermosa joven de ojos azules, piel blanca y cabello negro ─. Me llamo Nayeon ─ la chica le regaló una linda sonrisa y Jimin se la devolvió de forma tímida.

─ Hola Noona ─ dijo nervioso mientras jugaba con sus deditos.

─ Hola Jimin, ya nos conocíamos, ¿te acuerdas de nosotras? ─ Jimin miro a dos chicas, las cuales tenían una sonrisa de oreja a oreja; se trataba de las gemelas con cuernitos y pequeñas alas parecidas a las de los murciélagos.

─ Claro que me acuerdo de ustedes, nos conocimos cuando llegué ─ se sentía feliz que hasta ahora nadie le estuviera diciendo palabras hirientes y muy al contrario se sentía cómodo y aceptado.

Ambas chicas corrieron emocionadas donde el pequeño elfo ─. Eres muy lindo y tienes una piel muy suave ─ dijeron ambas al unísono mientras tocaban el rostro de Jimin, el peliceleste no pudo evitar reír por las cosquillas que las traviesas manos de las gemelas le provocaban.

─ Ya déjenlo ─ dijo jungkook mientras apartaba a las súcubos del elfo, estas chillaron al sentir como jungkook las tomaba de sus alas ─. Bueno Jimin te los presentaré ─ era el momento perfecto ─. Las gemelas son Sana y Momo, son súcubos, por eso las alas y los cuernos ─las chicas se sintieron orgullosas de sus alitas; ambas eran un poco infantiles.

─También tenemos a Rose, que es una cambia forma gato ─ a ella Jimin ya la conocía, también la había visto cuando recién llegó a la mansión.

─ Ella es seulgi, es una dríada del bosque ─ Jimin hizo una pequeña reverencia a la chica de ojos verdes, sin embargo esta solamente lo miro seria, había tanta frialdad en su mirada.

Seulgi creía que estaba perdiendo el tiempo ahí, cuando podía estar encerrada con Yoongi, aún seguía de malas por lo que ocurrió ayer, no podía olvidar el rechazo del vampiro, y este ridículo juego de niños la estaba molestando a tal punto que hasta fingir le era difícil.

─ Ella es Nayeon, es una bruja de hielo ─ Jimin observó a la chica de bonita sonrisa, sus dientes delanteros eran similares a los de Jungkook, ambos le recordaban a un tierno conejito, aunque uno de ellos literalmente lo era.

Nayeon era muy blanca y sus ojos azules podrían hipnotizar a cualquiera sin ningún problema; pequeños copos de nieve adornaban su negro cabello, dándole una imagen sumamente mágica y preciosa.

─La última niña es onda, llegó antes que tú, es una sirena ─ Jimin observó que le faltaba algo importante ─ ¿y su cola?─ preguntó sin poder evitarlo.

Jimin ya había escuchado antes de las sirenas, siempre había sentido esa curiosidad de ver a una, y ahora que la tenía justo enfrente de él, no era como la describen en los libros.

─ Mi cola sale solo cuando estoy en el agua ─ le contestó la chica de cabellos rosados ─. Pero si quieres cuando tengas tiempo te la puedo mostrar  ─ vio como los azules ojitos de Jimin adquirían un brillo peculiar ─. Paso la mayoría del tiempo dentro de la piscina ─ agregó con una sonrisa.

─ ¡Muchas gracias!, cuando pueda iré a visitarte a la piscina─ contestó Jimin muy alegre y emocionado.

Y como no estarlo, estando rodeado entre tantas personas tan peculiares como él, no se sentía raro, no había necesidad de esconderse y ocultar sus orejas como tantas veces lo había hecho cuando vivía con sus padres, podía ser simplemente él.

─ Él es Felix, un mago ─ Jimin formó una perfecta "O" con sus labios.

─ Un gusto para mí poder conocerte, cuando Jungkook mencionó que eras un elfo sentí mucha curiosidad ─ tenía conocimiento del gran poder que estos seres albergaban, la magia, la belleza y la inteligencia de los elfos era la principal característica que se encontraba en los libros al buscar información sobre ellos, aunque el pequeño que ahora veía era aún muy joven para saber lo valioso que era; lo más seguro es que sus poderes todavía no estuvieran bien desarrollados debido a su corta edad.

─ Creo que son todos ─ mencionó Jungkook contandolos con la vista.

─ Es un gusto conocerlos, espero que nos llevemos bien ─ habló con sinceridad el pequeño elfo. El resto de la mañana se la pasaron hablando y conociéndose más, riendo por cualquier ocurrencia que se les venía a la mente, sin embargo seulgi no iba a soportar tanta inmadurez, por lo que salió del salón en el momento en que los terminaron de presentar a todos.

Gracias por leer ❣