[Editado, 12/02/22]

El calor del mediodía empezaba a sentirse, el ambiente era cálido pero agradable. Jimin se encontraba en la habitación de su Hyung, Yoongi le había propuesto no salir de esta y que descansará pues últimamente el chico había experimentado mareos y había vomitado en más de una ocasión. Con lo sobreprotector que era el vampiro había insistido en que hasta que mejorara lo mejor sería que descanse.

Le había dicho a los cocineros que llevarán la comida a la habitación para hacerle las cosas más fáciles al elfo.

Pero se encontraba tan aburrido en la habitación, le hacía falta su Hyung y eso que se habían visto en la mañana, tenía sobre sus piernas el pequeño cerezo que había hecho crecer y florecer, con él se distraía mucho; su mente se mantenía ocupada viendo como las pequeñas florecillas brotaban de este, pero debía admitir que ya estaba aburrido de eso.

La puerta fue tocada, creyendo que era su Hyung dejó el pequeño florero en la mesita y se dirigió rápidamente hacia la puerta para abrirla pero sus ojos se abrieron de asombro cuando vió a Seulgi parada justo a unos centímetros de él.

─ Noona, ¿qué hace aquí? ─ preguntó sorprendido pues la pelinegra nunca lo había visitado, pensó que a lo mejor buscaba a Yoongi.

─ Hola Jimin ─ le regaló una sonrisa, claramente falsa ─. Sabes, hace unos días que algo me está inquietando ─ lo miro a los ojos ─, no me siento bien por como te he tratado; estoy muy arrepentida y quisiera pedirte perdón. Fui una tonta que te hizo pasar un mal momento pero no pienso hacerlo más te prometo que trataré llevarme bien contigo, ¿que dices?, ¿me perdonas? ─ soltó con hipocresía.

Jimin no se esperaba esto, es verdad que la chica no había sido tan amigable con él; pero él no era alguien rencoroso e inocentemente creyó las mentiras de la driada.

─ No se preocupe Noona, yo la perdono ─ sonrió mostrando una eyesmile.

─ No sabes cuanto me alegra escuchar eso ─ soltó fingiendo alivio ─, creí que estarías enojado conmigo; pero estoy muy feliz de que me perdones ─ lo abrazo, abrazo que el elfo correspondió gustoso.

Luego de que se separaran la driada volvió a hablar ─ Te he preparado algo, algo que demuestra mi agradecimiento ─ seulgi sabía fingir bien.

─ ¿En serio?─ sonrió el elfo ─ ¿que es? ─ preguntó curioso.

─ Es una sorpresa, la tengo en mi habitación necesito que me acompañes para mostrartela ─ lo tomó de la mano dispuesta a jalarlo hasta su cuarto; pero Jimin se soltó de su agarre llamando la atención de la chica ─ ¿que sucede Jimin? ─ frunció levemente el ceño

─ Lo siento Noona quisiera ir con usted pero... Hyung me ha pedido que me mantenga en la habitación ya que no me e sentido muy bien y no se... No quiero desobedecer.

Sabía que Yoongi no le había ordenado nada, que él solamente se lo había aconsejado porque estaba preocupado; pero aún así quería hacer lo que el vampiro le había pedido.

La driada maldijo en su mente, Jimin era tan testarudo  ─ Jiminie solo será un momento ─ hizo una sonrisa forzada.

─ No se... ─ soltó dudoso no queriendo ceder ante el pedido de Seulgi; pero al mismo tiempo se sentía apenado, después de todo ella se había tomado la molestia de ir hasta su cuarto para pedirle perdón y quererle dar algo como símbolo de su arrepentimiento.

─ Mira tengo una idea porque no te adelantas tú, mientras yo le iré a avisar a Yoongi que saldrás de la habitación solo por un momento ¿que dices aceptas? ─ volvió a insistir.

─ Está bien ─ dijo derrotado.

─ Perfecto ve a mí habitación luego te alcanzo ─ le dio las llaves.

Y así lo hizo Jimin, después de la plática con la driada camino hacia su habitación, ya sabía dónde quedaba, estaba un poco retirada de la suya pero solo eran unos cuantos pasos.

Llegó a la puerta y metió la llave en la cerradura para abrirla, la giró y lentamente la fue abriendo.

Era la primera vez que el elfo estaba en la habitación de Seulgi, esta estaba muy bien decorada, no era tan grande como la de Yoongi; pero aún así era bastante amplia.

Estaba tan distraído mirando los detalles de la habitación, Jamás se imaginó que alguien lo miraba desde atrás, una mirada perversa y enferma caía sobre él.

Dio dos pasos silencioso, pensando en que por fin lo veía, lo tenía tan cerca, tan indefenso, como a él le gustaba.

─ Nos volvemos a encontrar, hermoso mochi ─ dijo con una amplia sonrisa en su rostro acercándose a paso lento hacia el menor.

Esa voz hizo que el cuerpo del Jimin se estremeciera por el miedo, su corazón se aceleró asustado y agitado;  sintió como su respiración se cortaba y su garganta apretada y seca, sus pupilas se dilataron casi al instante, su pequeño cuerpo comenzó a temblar.

Involuntariamente soltó un sollozo, reconocía esa voz, la había escuchado tantas veces y solo había una persona en el mundo que lo llamaba con el apodo de mochi.

Lentamente, temeroso y deseando que solo haya sido su imaginación se fue dando la vuelta. Sus ojos se toparon con el causante de sus pesadillas, este lo miraba con una sonrisa diabólica y sádica en su rostro.

Perdido por el terror y las lágrimas comenzando a salir, comenzó a hiperventilar, quería gritar pero su voz se había cortado, sentía toda la fuerza de sus piernas abandonarlo. De pronto todo se volvía borroso ya no aguanto más y sus piernas flaquearon, lo último que recordaba era sentir como golpeaba el frío piso y seguidamente todo volverse negro.

Yoongi salió de su despacho con la intención de ir hacia su habitación y preguntar cómo seguía el elfo; lo había dejado un poco mal de salud en la mañana y eso no lo tenía nada tranquilo, sus mejillas estaban pálidas y últimamente había vomitado todo lo que comía, eso le preocupaba; ya le había pedido a Hoseok que buscara un médico para que revisara al elfo, para chequear que nada anduviera mal con su salud.

─ Jiminnie...─ dijo entrando a la habitación, frunciendo rápidamente el ceño cuando no lo vio acostado en la cama ─ Jiminnie...─ volvió a llamar pero no recibía una respuesta.

Extrañado se dirigió al balcón tampoco estaba ahí, camino hacia el baño y dio dos suaves toques en la puerta de esté ─ ¿Jimin estás ahí? ─ pregunto ya un poco preocupado al no recibir respuesta.

─ ¿Jimin? ─ llamó una última vez antes de abrir la puerta no encontrando a nadie.

Algo no andaba bien, conocía bien al elfo, él le había dicho que descansará y sabía que el elfo no saldría de la habitación sin informarle.

Sintió una punzada en su pecho, llevó su mano a la zona adolorida y trago grueso, tenía un mal presentimiento, tal vez no debió confiarse tanto al dejarlo solo.

Salió de la habitación con la esperanza de encontrarlo en cualquier lugar de la mansión.

Holii, espero estén teniendo un lindo fin de semana.

Hoy o mañana les traigo otro capítulo, estamos estrando a lo más emocionante.

Gracias por leer.