✨ Capítulo 33 ✨
[Editado, 20/12/21]
Namjoon estaba pensando seriamente en volver con su familia aprovechando el viaje junto a sus primos y el elfo. Ya se estaba resignando y aunque amará al omega no quería seguirlo atosigando con lo mismo; lo único que quería es que el omega sea feliz y encuentre su propia felicidad junto a un alfa que lo ame igual o más que él.
Se llevaría un lindo recuerdo del cocinero, de la única persona que le había hecho sentir una y mil sensaciones nuevas y hermosas; recordaría su escandalosa risa que al principio le molestaba, pero después de acostumbrarse a ella la sintió más como una necesidad en sus aburridos días.
Sería tonto seguir insistiendo cuando el omega le había dicho de una y mil maneras que no quería saber nada de él. Sabía que Jin sufría con su presencia por eso en los últimos tres días no lo había visitado como lo hacía todas las mañanas en la cocina, era lo mejor detener todo a tiempo y dejar ya los tontos juegos de lado.
Decirle adiós al omega sería lo más duro que haga en su vida; pero de lo contrario ninguno de los dos podrá ser feliz y él lo único que anhela más que su propia felicidad es que Jin lo sea.
Dos toques en la puerta de su habitación lo hicieron despertarse de golpe, se levantó de la cama quejándose porque al momento de poner sus pies en el piso este estaba frío por las altas temperaturas que hacía en las noches.
─ Le hubiera hecho caso a Hoseok de poner una alfombra ─ susurró para el mismo.
Camino hacia la puerta para abrirla y grande fue su sorpresa.
Creyó que estaba soñando y que su cerebro ya le empezaba a jugar alguna clase de broma.
Pues lo último que espero fue ver a Jin parado justo afuera de su habitación, con las mejillas levemente sonrojadas.
─ J-Jin...─ fue lo único que pudo decir el moreno aún con la mente en blanco.
─ ¿Podemos hablar? ─ preguntó tímidamente el omega sintiéndose tan nervioso e inseguro; pero esto era necesario, era momento de arreglar todo.
"Di algo, idiota" habló la conciencia de Namjoon ─ claro entra ─ respondió haciéndose a un lado para que el omega ingresara a la habitación.
Jin se sentó en un pequeño sofá no muy lejos de la cama, mientras que Namjoon se quedó de pie a un lado de la puerta observando al omega.
Las manos de Jin sudaban, la vergüenza y los nervios lo estaban matando, incluso ahora quería salir corriendo y encerrarse en su habitación; pero ya no quería ser un cobarde.
─ ¿A qué se debe tu visita? ─ preguntó Namjoon pareciendo relajado por fuera pero por dentro también se estaba muriendo de los nervios y la curiosidad por saber qué era lo que hacía el omega en su habitación.
─ Yo... y-yo... ni siquiera sé por dónde empezar ─ mencionó mientras jugaba con los adornos de su camisa.
─ Tranquilo, no te fuerces, si es difícil puedes hacerlo cuando te sientas seguro ─ no quería que se sintiera presionado, no importa el motivo.
Jin lo miró a los ojos y luego empezó a hablar.
─ Y-yo escuche tu conversación con Hoseok la otra vez ─ fue al punto, quizás un poco brusco; pero entre más rápido mejor, corría el riesgo de acobardarse y salir corriendo.
─ ¿Cuál conversación? ─ pregunto, pues últimamente había tenido varias charlas con el pelirrojo.
─ Esa d-donde el te preguntaba si me amabas...y tu le r-respondiste que si ─ Jin no quería imaginar la cara que tenía en estos momentos, podía sentir el calor de su sonrojo, también su aroma y feromonas delatándolo.
─ Ahh esa... ─ soltó apenado rascando con nerviosismo su nuca y desviando su mirada hacía la ventana.
─ Yo… lo siento.
─ ¿Por qué te disculpas?
─ Fui un tonto, un necio. Jamás me moleste en escuchar tu parte de la historia, tantas veces intentaste explicarme y yo me hice el de los oídos sordos; sólo pensaba en mi, en como me sentía ─ sus ojos picaban por las lágrimas que querían salir. Esa vez cuando escucho la platica entre ambos vampiros sintió una gran culpa, se sintió un idiota, por eso había llorado y escapado ─. L-lo siento... ─ dijo casi en un susurró.
Namjoon se dirigió hacia donde él y lo abrazó esta vez el omega, no se interpuso no dijo nada solo dejó que los brazos del moreno lo consolaran ─ lo siento... Lo siento... Lo siento─ repetía una y otra vez mientras lloraba en el pecho del vampiro.
─ No tengo nada que perdonarte, Te amo ─ fue lo único que dijo el vampiro sintiendo por fin un gran alivio y felicidad por poder abrazar al omega.
En otra habitación se podían escuchar unos chasquidos y uno que otro gemido. Jimin estaba tumbado con la espalda recargada sobre la cama, Yoongi se encontraba encima de él pero sin llegar a aplastarlo, mientras le devoraba la boca al menor en un intenso y ardiente beso que cada vez se tornaba más acelerado.
Jimin le había pedido a Yoongi que si podían repetir el beso que se habían dado en la habitación de Félix, lo había visto tan sonrojado y tímido; pero en sus ojos había notado ese deseo y curiosidad. Aceptó e inició un beso dulce e inocente, pero que al pasar los minutos y por el calor del momento logró volverse más salvaje hasta terminar en una guerra de lenguas donde Yoongi exploraba toda la cavidad bucal del menor. Los movimientos de Jimin eran torpes pero solo se dejaba guiar por el mayor.
Yoongi decidió aventurarse más abajo besando y chupando su cuello dejando visibles marcas rojizas que dejarían claro que el elfo solo le pertenecía a él. Se deleitaba con los pequeños gemidos que salían de la boca del elfo. Se animó a llevar las cosas más lejos metiendo una de sus manos en la camisa de Jimin, este se estremeció y arqueo su espalda al sentir los fríos y largos dedos del pálido pellizcar uno de sus pezones.
Era una sensación desconocida, jamás había sentido ese hormigueo en su entrepierna o su entrada tan lubricada, sensación que Yoongi le estaba haciendo experimentar.
Perdido en la bruma del placer ladeo su cabeza mostrando su lechoso cuello, dándole total acceso al vampiro para que enterrara sus colmillos en el.
Y cómo negarse ante eso, cuando el elfo se le estaba entregando de esa manera tan dispuesto, tan sumiso, tan jodidamente irresistible.
Yoongi no se resistió más y clavó sus colmillos en la blanquecina piel de Jimin robándole un jadeo al menor haciendo que este curve los dedos de sus pies y apriete las sábanas con sus manos en señal de excitación; succiono ese manjar tan exquisito que lo hacía perder la cordura, sintiendo el cuerpo más pequeño retorcerse ante las nuevas sensaciones; luego lamió toda la sangre que se había corrido por su cuello depositando besos en toda esa zona.
Los gemidos de Jimin inundaban toda la habitación, sentía vergüenza pero sabía que Yoongi se deleitaba escuchandolos, aparte que tampoco era como que pudiera contenerlos. Abrazó el cuello de Yoongi mientras este simulaba embestidas.
Ambos se estaban dejando llevar por sus sentimientos, Jimin sentía que si se trataba de su Hyung estaría bien, que no tenía nada que temer, Yoongi quería saber hasta donde le permitía llegar el elfo, quería saber si ya había superado su miedo. Sin embargo cuando llevó su otra mano a la entrepierna del elfo logró sentir como el cuerpo del menor se tensaba empezando a temblar rápidamente aterrado.
Supo que tenía que detenerse aunque se estuviera muriendo de ganas por hacerlo suyo.
Levantó su rostro para ver los ojos del elfo y aunque tuviera una expresión deseable con sus mejillas sonrojadas y labios rojos e hinchados por los recientes besos apasionados que se habían dado; en su mirada solo se podía reflejar un inmenso miedo.
─ L-lo siento H-hyung... ─ sus ojos empezaron a humedecerse ─ y-yo no puedo hacer e-esto ─ con sus temblorosas manos tapó su rostro. Deseaba eliminar aquellos dolorosos recuerdos para siempre de su memoria, comenzar desde cero sin traumas y miedos. Dolía tanto, dolía no poder hacer algo para cambiarlo.
Su llanto fue desgarrador, sus sollozos venían cargados de tanto sufrimiento. Yoongi maldijo al causante de tanto daño.
─ Tranquilo pequeño, no te obligare a nada que no quieras─ habló suave para tranquilizar al menor; pero supo que había fallado cuando el elfo tomó la sábana y se tapó con esta, dándole la espalda al mayor mientras sollozaba al sentirse triste por no poder corresponder al vampiro.
Yoongi también lo abrazó por atrás, mientras repartía besos en su cabeza y le susurraba palabras alentadoras.
Holi, espero estén teniendo un bonito inicio de semana.
Oigan, si ven errores de ortografía, gramatical o tienen alguna critica constructiva no duden en decírmelo, me ayudarían mucho.
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