[Editado, 22/10/21]

─ ¿En serio crees que tu me importas mocoso?, la verdad no, jamás creí que haberte dado a luz haya sido una buena idea y me arrepentí miles de veces de haberlo hecho ─ la frialdad con la que que lanzaba cada una de las palabras se sentían como dagas afiladas clavándose con fuerza en el lastimado corazón de aquel pobre niño ─; ¿pero sabes qué?, algo bueno salió de haberte tenido, gracias al señor Soowon ahora tenemos dinero garantizado y una mejor vida asegurada.

Solo escuchar ese nombre le causó náuseas y ganas de vomitar, pero al mismo tiempo tristeza y ganas de morir. Las lágrimas caían como cascadas, sus ojos estaban irritados y sus labios maltratados. No quería seguir escuchando más a su madre, aquello solo lo destrozaba el doble de lo que ya estaba, así que decidió ignorarla y darse la vuelta para dirigirse a su cuarto.

Rápidamente se metió a la ducha para darse un baño, se sentía sucio, manchado, burlado y humillado. Quería eliminar cada marca en su piel, la dura esponja se encargó de limpiar su cuerpo, dañándola más en el proceso, pues no importa cuantas veces le pasará, la suciedad no se eliminaba.

Emocionalmente se sentía muerto y usado.

Su pequeño y delicado cuerpo dolía en gran manera, sus piernas temblaban y ahora también tenía un terrible dolor de cabeza debido a todo el llanto.

Se recostó sobre la cama y tomó una posición fetal, unas rebeldes lágrimas aún escapaban de sus ojos; se abrazó a sí mismo, los recuerdos lo atormentaban como demonios del infierno.

¿Qué culpa tenía él de la avaricia de la gente?, había aceptado que sus padres lo odiaban, aunque dolía aprendió a vivir con ello, ¿pero ahora como elimina aquel turbio recuerdo?, está seguro que aunque las marcas desaparezcan el trauma vivirá para siempre en su memoria. Se supone que un padre está para proteger a su hijo, para cuidarlo y brindarle el amor que necesita, no para arruinarle la vida y tratarlo como basura.

Poco a poco su vista se iba sintiendo pesada, la almohada se humedeció gracias a sus lágrimas, no sintió en qué momento el cansancio lo venció y cayó rendido en los brazos del morfeo.

Los días siguieron pasando, Jimin pasaba todo el día encerrado en su jardín, el lugar que él mismo había creado para no sentirse solo y olvidarse por un momento de lo cruel que era el mundo.

Cuando estaba a punto de superar ese terrible suceso y enterrarlo e intentar seguir con su vida, esta le jugó otra mala pasada; pues después de cinco meses Soowon volvió a su casa ocasionando que el cuerpo del elfo se paralice y empiece a temblar por el pánico y el miedo que sintió al volver a ver a el hombre que tanto daño le había hecho.

Nuevamente les entregó dinero, nuevamente vio aquella sonrisa enfermiza en los labios de aquellos que decían ser sus padres, nuevamente aquellas miradas que se miraban con complicidad le dieron a entender que su pesadilla aún no terminaba.

Y es que Jimin ni siquiera imaginaba que su tormento tardaría años en acabar.

Corrió y escondió su pequeño cuerpo detrás de un árbol, agarró sus piernas con sus manos y lloró asustado. Negó con su cabeza repetidas veces no quería volver a repetir ese momento, quería que alguien lo protegiera y que le dijera que todo iba a estar bien, que ya nadie iba a volver a lastimarlo pero esa persona nunca llegó.

Su madre lo fue a buscar y lo sacó a rastras de su jardín, Jimin luchó lo más que pudo, pataleo, grito, lloró; pero nuevamente volvieron a lastimarlo.

Su cuerpo fue violentado una vez más, marcas, golpes, burlas y un sin fin de cosas que lo hicieron ceder; se cansó de luchar, su fuerza no era nada comparada con la de aquel hombre. Cerro los ojos esperando el momento de que su tortura terminara, muchas veces perdió el conocimiento, otras lloro de forma desgarradora e incluso suplicaba entre tanto dolor y abuso.

Su estado de ánimo decaía y se podía reflejar en su jardín, pues las flores que antes estaban hermosas y llenas de vida ahora estaban marchitas y secas; los pétalos de las rosas caían para secarse en el suelo, los árboles habían perdido gran parte de sus hojas, dejando solo las ramas secas y débiles, todo el ambiente era triste al igual que el elfo.

Los años siguieron pasando y Jimin estaba por cumplir los 17 años, cuando cansado de tanto abuso decidió rebelarse a sus padres, les dijo que ya no permitiría que Soowon lo siguiera violando y los amenazó con escaparse si los abusos continuaban, estos no lo tomaron a bien y su padre golpeó y maltrató el pequeño cuerpo del elfo.

Pero eso no fue todo, pues no les bastó golpear al menor hasta dejarlo inconsciente en la sala de su casa, si no que también decidieron acabar con lo único que lo mantenía sonriendo.

Su querido jardín.

Prendieron fuego a cada flor, cada rosa, cada árbol y pequeño detalle que el elfo tanto se había esmerado en cuidar.

Jimin corrió hacia su jardín que ardía en llamas para intentar apagar el fuego pero su padre lo detuvo, el elfo luchaba desesperadamente entre lágrimas y gritos desgarradores para liberarse de su agarre, pero solo le tocó ver como sus hermosas flores se consumían volviéndose cenizas.

El corazón se le oprimió como papel siendo arrugado, las lágrimas se derramaron como un día de lluvia. Jimin supo que la palabra "felicidad" no sería parte de su vida jamás, que había nacido para ser infeliz y moriría sumido en su desgracia.

Dos meses después, en la noche y cuando sus padres dormían salió de su casa para nunca más volver, tal vez lo que hacía era imprudente y peligroso; pero no le importaba morir en el intento.

Miro por última vez el que había sido su hogar por muchos años, las lágrimas volvieron a salir; pues buenos recuerdos no llevaba, al contrario, eran amargos y desagradables.

Estuvo caminando solo y sin rumbo por varios días, no tenía a donde ir y se sentía solo, aguantaba frío y hambre; dormía en cualquier callejón, solo con la luna y las estrellas de compañía, su única amiga era la soledad, lloraba todas las noches; lo único que pedía era paz, felicidad, protección, amor ¿era mucho pedir eso?

Estuvo así durante toda una semana, hasta que cayó en las garras de secuestradores que lo encerraron junto con otras criaturas extrañas como él.

Hasta que un día le dijeron que sería el siguiente en ser subastado, y así fue como terminó en las manos de Min yoongi.

Yoongi había quedado atónito ante la reciente confesión, no podía encontrar las palabras apropiadas para decir cómo se sentía; tenía una sensación de impotencia, si tan solo hubiera llegado antes lo hubiera protegido ante cualquiera, Jimin había sufrido tanto desde niño, su corazón dolía sólo de pensar en todo lo que había tenido que soportar el menor.

─ J-jimin y-yo... ─ su voz salió tan inestable que hasta él mismo lo había notado. Sabía que un simple "lo siento" no ayudaba en nada.

Jimin se encontraba cabeza baja por la vergüenza, recordar todo su pasado solo lo ponía más sensible, haberle contado todo a Yoongi no lo había hecho sentir mejor, al contrario ahora sentía miedo de que el vampiro se alejara de él.

Yoongi tomó el pequeño cuerpo entre sus brazos colocandolo sobre su regazo, y lo aferró más a su cuerpo. Necesitaba tenerlo cerca, protegerlo; dejarle claro que ahora todo estaría bien que él lo cuidaría, que ya no tenga miedo, no necesito las palabras ya que Jimin entendió perfectamente su acción.

─ Y-yo... ─ Yoongi sostuvo su cuerpo más fuerte permitiendo al elfo desahogarse.

Jimin lloró amargamente en el pecho de Yoongi, su cara estaba roja y sus labios hinchados de tanto morderselos.

Yoongi se sentía terrible, solo quería sanar su lastimado corazón. Fue luego de tantas lágrimas que el elfo se quedó dormido en los brazos del vampiro, Yoongi acarició su suave y esponjoso cabello para luego recostarlo sobre la cama dejándolo tranquilamente dormido.

Ahora las ganas de buscar a ese tal

Soowon eran enormes, quería hacerle pagar con sangre cada una de las lágrimas del elfo.

Pero no sólo él, también sus propios padres habían colaborado para hacerle la vida de cuadritos a Jimin, sabía que el elfo no era capaz de odiarlos, era un alma tan noble; pero él no tenía el corazón tan puro cómo el de Jimin.

Observó el cuerpo del menor esté aún soltaba suspiros entre sueños, su rostro aún tenía rastros de lágrimas; aún dormido su expresión reflejaba angustia pura. Yoongi depositó un casto beso en la frente del elfo, para luego levantarse y darse un baño, se puso su usual bata negra para luego recostarse a un lado de la cama, donde con suma delicadeza atrajo el delicado cuerpo al suyo;algo que le calentó el corazón fue sentir los puñitos del elfo aferrándose a la tela suave de su prenda oscura, Jimin buscó el calor del vampiro como una necesidad adormecedora, enterrando su nariz en el cuello pálido del pelinegro.

Era la primera vez que Yoongi permitía que alguien durmiera a su lado.

Holaa👋

Espero se encuenten bién. Por motivos de trabajo, solo actualizare este capítulo, y si lo he publicado es por puro milagro 😭

¿Que piensan ahora que saben sobre el pasado de Jimin?

Nos leemos en unos días, gracias por leer.