✨ Capítulo 22 ✨
[Editado, 14/10/21]
⚠ Capítulo con alto contenido sensible, escenas de violencia y abuso, leer con mente abierta ⚠
Yoongi llevó a Jimin hacia la habitación, pero no a la de él, si no que a la suya propia; pues el menor no dejaba de repetirle que no lo dejara solo, se había afianzado tanto a su cuello y no permitía que alguien más se le acercara, no se le ocurrió otra cosa más que llevarlo a su cuarto, donde lo dejó con cuidado sobre la cama buscando su mayor comodidad.
El elfo no se miraba bien, su cuerpo seguía temblando y no paraba de llorar de forma desconsolada y angustiante. El vampiro ya no sabía que hacer, ya le habían dado un té para los nervios y ya habían curado la herida en su cabeza, Yoongi se había encargado de consolarlo y abrazarlo buscando la manera de calmarlo.
─ Jimin tienes que calmarte, todo estará bien ya pasó el peligro ─ trato de tranquilizarlo, pero fue inútil.
─N-no, no… n-no nada esta bien... el regresara p-por mi─ el elfo estaba teniendo claramente un ataque de pánico, Yoongi lo supo por la forma en la que hablaba y en la que se hacía bolita agarrando sus piernas mientras movía su cabeza negando el hecho de que todo estaría bien.
─ ¿Jimin quien regresará por ti? ─ no lo soportaba, necesitaba saber de quién hablaba.
Todo había pasado demasiado rápido, no quiere ni recordar que había estado a punto de perderlo. Joder si no hubiera llegado a tiempo ni sabe que hubiera sido de él.
─ Él es m-malo, él me h-hará daño ─ llevó sus manos a su cabeza y tiró su cabello cerrando los ojos con fuerza, el miedo lo estaba haciendo perder la razón y la cordura.
─ ¿Jimin dime de quién hablas? ─ preguntó más alterado al ver que no recibía respuesta.
─ Nada esta-ra bien, él me e-está buscando ─ el elfo no salía de su trance, el peliceleste negaba, aquel hombre había estado cerca de llevárselo, quizá en la otra tenga más suerte, esta perdido; fue tonto al creer que podría escapar de sus garras. Más todo se volvió claro cuando sintió un suave golpe en su mejilla derecha.
Yoongi había actuado por impulso, sin embargo no le había pegado fuerte, ni siquiera había usado fuerza, solo lo necesario para hacerlo entrar en sí.
─ ¡Jimin!, ¡me dirás al fin que es lo que te ocurre! ─ la preocupación se podía sentir en su voz.
El elfo lo miró con lágrimas en los ojos irritados, su labio inferior temblaba y su pulso era acelerado, el dolor en su mirada era profundo, solo quería olvidar y no recordar más los momentos más traumantes de su vida; por eso decidió confiar en el vampiro, decidió que lo mejor era abrir su corazón y liberarse un poco de aquel pasado oscuro.
─L-le c-contaré todo... ─
Empezó a recordar mientras le contaba toda la verdad.
Flashback
Un pequeño niño elfo de apenas 13 años observaba desde su jardín a sus padres hablando con un hombre alto de piel blanca y cabello azabache, hombre que llegaba muy seguido a su casa y siempre lo miraba de forma rara y lo hacía sentir incómodo.
Pero esta vez algo diferente pasó, el hombre sacó un pequeño sobre de su bolsillo y se lo entregó a su madre, la mujer lo abrió emocionada y cuando vio lo que contenía dicho sobre una gran sonrisa se dibujó en su rostro, sonrisa que también vio en su padre.
No le dio importancia y siguió jugando en su jardín; pero la felicidad le duró pocos días, cuando su madre entró a su jardín para hablarle de algo importante.
Su madre camino hacia el sacándolo de su mundo, él elfo la miró confundido, eran pocas las veces que la mujer entraba a su jardín, solo lo hacía cuando la situación era importante.
─ Jimin necesito que me sigas ─ dijo con la misma frialdad que la caracterizaba y sin ningún tipo de rodeo.
El elfo obedeció y siguió a su progenitora; pero se extrañó al ver que salían de casa y lo llevó a un lugar que desconocía completamente; pues casi nunca salía de su hogar y cuando lo hacía jamás llegaba lejos por miedo a que alguien más lo criticara por lo que es, ya suficiente tenía con sus vecinos.
Cuando por fin llegaron a su destino se detuvieron en una gran casa bastante lujosa, Jimin jamás había estado en una casa de ricos.
─ ¿Madre que hacemos aquí? ─ pregunto confundido.
─ Lo sabrás cuando estés adentro ─ respondió seria y seca sin mirar a su hijo, más interesada en mirar los detalles de aquella enorme propiedad, deseando algún día poder disfrutar de un lujo como este. Para eso debía cuidar muy bien a Jimin, su hijo sería quien lo sacaría de la pobreza en la que había vivido toda su vida.
Jimin la miró con ojitos curiosos, rebosantes de inocencia, sus facciones infantiles lo hacían ver tan puro; bueno, en realidad aún lo era.
─ ¿Usted no vendrá conmigo? ─ preguntó extrañado ¿porque su madre lo dejaba solo en una casa que no conocía?, no lo sabía.
─ Tu solo entra, cuando estés dentro te explicaran porqué estás aquí ─ mencionó restándole importancia a su hijo quien esperaba una respuesta clara y menos misterio.
─ Madre n-no me deje solo, ¿después cómo volveré a casa? ─ hizo un puchero involuntario, él no había memorizado el camino a casa, no quería perderse.
─ Creo que te fijaste en el camino, si no es tu problema, no pienso volver por ti ─ escupió molesta.
Jimin empezó a sentir un mal presentimiento y se sintió asustado al ver como su madre se marchaba dejándolo solo.
Con algo de temor y duda tocó el timbre de la puerta y a los pocos minutos una mujer al parecer de la servidumbre le abrió.
─ ¿Tú debes ser Park Jimin cierto?─ la mujer le sonrió dejando ver su blanca dentadura, pero por algún motivo que desconoce aquella mueca en sus labios le parecía falsa y forzada.
─ ¿Acaso me esperaban?─ el menor cada vez sentía más desconfianza ¿porque sabían su nombre?
─ Yo no pero el jefe sí. Entra por favor te guiaré hasta su habitación ─ respondió la mujer y Jimin dudó en gran manera de entrar, solo quería estar en su casa y embriagarse con el olor de las flores y rosas en su jardín; pero si volvía ahora su madre de seguro no lo dejaría entrar. Así que un poco inseguro entró al lugar, solo quería acabar con esto rápido.
Caminaron por la lujosa casa hasta una habitación bastante grande, la mujer abrió la puerta y Jimin entró con algo de duda, ya estando adentro observó a un hombre de espaldas parado cerca de la ventana mirando hacía afuera.
Cuando el más alto se dio la vuelta lo pudo reconocer, era el mismo hombre que visitaba a sus padres, la mujer se retiró dejándolos solos a ambos.
─Jimin viniste, no sabes cuanto esperé tenerte aquí ─ soltó con una sonrisa enfermiza.
Jimin trago grueso ante la mirada perversa y pervertida que el hombre le había dado.
─ P-podría decirme porqué estoy aquí, quiero irme a casa ya ─ los nervios se podían notar, quería llorar y no entendía porque; era como si su subconsciente presintiera lo que venía.
─ No pequeño, no comas ansias, apenas acabas de llegar y ya quieres irte ─ incluso su voz era desagradable.
─¿Q-quién es usted y p-porque va seguido a mi casa, que es lo que busca ahí? ─ estaba temblando, su cuerpo reaccionó de forma negativa, pues sus piernas las sintió sumamente débiles y su pulso se aceleró debido al pánico.
─ Me llamó Soowon y siempre te he buscado a ti ─ Jimin quería salir corriendo, el ambiente se sentía pesado, al menos para él.
─ ¿A mi...?─ pregunto confundido ignorando el hecho de que Soowon se acercaba de forma cautelosa a él.
─ Si, a ti pequeño; siempre he ido solo para mirarte a ti ─ dijo esto último arrastrando su mirada a lo largo de aquel pequeño cuerpo, una mirada depravada y enfermiza.
─ N-no u-usted está mal, yo me voy─ él hombre no lo dejó ni darse la vuelta cuando ya lo estaba tomando del brazo.
─ No pequeño no irás a ningún lado, no pague por ti solo para dejarte ir ─
─ ¡S-suelteme! ─ Jimin empezó a luchar para soltarse del agarre pero jamás la fuerza de un niño de 13 años será más grande que un hombre ya mayor. Soowon azotó la puerta haciendo que el menor se asustara más de lo que ya estaba.
─ ¡Déjame ir, suéltame! ─ Jimin no dejaba de luchar, las lágrimas ya se estaban haciendo presentes.
El hombre lo arrastró y lo tiró a la cama con brusquedad, para luego posicionarse encima de él.
─ Grita, llora, patalea nada de eso cambiará lo que te haré ─ río con burla al ver los inútiles intentos del elfo.
─ N-no usted está l-loco.... ─ sollozó con fuerza.
El hombre empezó a reír a carcajadas, Jimin solo lo miraba con temor y pánico palpable en su mirada.
─ Pues si; asi me traes loco, no sabes cuando soñé con esto Jimin, cuanto soñé por tenerte asi como te tengo ahora tan sumiso, tan a mi merced ─ las manos de Jimin fueron tomadas con fuerza y posicionadas arriba de su cabeza para que no fueran un estorbo para lo que venía a continuación.
Luego de eso entre luchas, llantos y súplicas logró quitarle la ropa dejándolo solo en boxer. ─d-detente, p-por favor─ él elfo suplicó entre lágrimas y llanto, estaba cansado de luchar cuando claramente el hombre era mucho más fuerte ─, basta... ─ quería que alguien llegará a salvarlo, no le gustaba nada la situación en la que estaba.
Pero eso no hizo que Soowon cambiará de opinión, al contrario, le dio la vuelta al elfo quedando este boca abajo. Intentó levantarse, pero el mayor lo tomó del cabello y enterró su cabeza en la almohada, llevó la mano que tenía desocupada al elástico del boxer del niño y lo bajó rápidamente. Ahora sí tenía a Jimin como él siempre quiso, como había soñado tantas veces. Su cuerpo aún era el de un niño, tan pequeño, tan frágil y vulnerable; pero Soowon no veía eso, él estaba cegado por su obsesión que no veía con claridad las cosas.
Dio una fuerte nalgada haciendo que Jimin chille de dolor y suelte más lágrimas; pero eso no fue nada comparado al dolor que sintió cuando Soowon lo penetró sin preparación alguna, haciendo que el elfo suelte un gemido lastimero que desgarraría los oídos de cualquiera, menos de quien le estaba haciendo daño. ─ b-basta... m-me d-duele... ─ suplicaba Jimin para que el mayor se detuviera, pero oír al elfo suplicar solo lo motivaba a embestirlo con más fuerza, el hombre tocó la blanca espalda del elfo, sintió su suave piel y su orgullo creció al saber que era el primero que lo tocaba de esa manera, se inclinó para besar su nuca y Jimin sentía tanta repulsión al sentir los labios de Soowon recorrer su cuerpo
─ Q-quiero que grabes mis caricias en tu c-cuerpo, para siempre J-Jimin ─ gimió en su oído para luego tomar sus caderas y embestirlo con más fuerza.
La cama rechinaba producto a los bruscos movimientos, las cálidas paredes del elfo asfixiaban él pene de Soowon, su placer era el sufrimiento del elfo.
Jimin juraba que lo estaba rompiendo, sentía su vista nublarse y todo volviéndose negro, los forcejeos y súplicas fueron deteniéndose, al mismo tiempo que sus cansados párpados se cerraban. El mayor al contrario del elfo si lo estaba disfrutando su mano aún estaba en el cabello del niño mientras lo penetraba salvajemente, sentía que pronto se vendría y solo bastó un par de embestidas más para venirse en un ronco gemido.
Salió del interior del peliceleste, feliz y satisfecho de haber cumplido su mayor fantasía. Cuando se recuperó pudo observar un poco de sangre en la entrada del elfo, la cual se deslizaba por sus gorditos y maltratados muslos, pero ni siquiera le dio importancia. Dirigió su vista al niño, este estaba inconsciente, en su rostro habían rastros de lágrimas, no se dio cuenta en qué momento se había desmayado.
Después de unas horas Jimin despertó con un grito cargado de angustia. Cuando sintió su cuerpo adolorido y cansado los recuerdos empezaron a llegar. Lloró amargamente, le habían quitado su inocencia y de la manera más vil de todas, quería morirse en ese momento, quería dormir y ya no despertar nunca más.
Sus ojos estaban rojos al igual que su rostro, lloró hasta sacar todas sus lágrimas. Como pudo se vistió y caminó a paso lento, todo su cuerpo dolía jodidamente, sentía que en cualquier momento sus piernas lo traicionarían; pero no se lo permitiría, no ahorita, solo quería salir de esa casa lo más pronto posible.
Camino lento por todo el pueblo con la mirada perdida y gacha, solo quería llegar a su casa y darse un baño. En el camino chocaba con algunas personas que saltaban uno que otro insulto; más sin embargo ni siquiera les ponía atención.
Llegó a casa y su madre estaba cocinando la cena y al mirarlo solamente se burló llamando la atención del niño.
─ Vaya, vaya hasta que te dignas en aparecer, dime… ¿como te trato soowon? ¿Lo disfrutaste? ─ la burla era palpable.
Jimin la miró enojado y triste, no podía creer que su madre le estuviera diciendo esas cosas.
─ ¿te divierte esto?, ¿dime es divertido ver a tu único hijo sufrir de esta manera?─ sus ojos otra vez dejaron salir gruesas lágrimas, su corazón dolía se sentía tan lastimado y traicionado, la mujer solo se río a carcajadas. Jimin solo la miraba con indignación y puños apretados, odiaba su actitud, odiaba que lo viera como un objeto, odiaba que le tocarán unos padres como esos, odiaba existir, odiaba el mundo tan basura.
En el otro capítulo continuaré narrando los recuerdos de Jimin...
Nos leemos hasta la próxima semana, gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro