✨ Capitulo 12 ✨
[Editado, 10/09/21]
En alguna parte del pueblo.
Un hombre alto y musculoso entró a una casa bastante lujosa, iba en dirección al despacho del dueño de dicho lugar. Tocó la puerta y al escuchar el ya conocido "adelante" entró cerrando la puerta con seguro cuando ya estaba dentro.
─ ¿Me traes buenas noticias Jungsoo? ─ Sowoon dirigió su mirada hacía el cambiaformas y al mismo tiempo hombre de confianza.
─Sí señor, le tengo una excelente noticia; es sobre el vampiro Min yoongi ─ soltó sabiendo que su información sería de completo interés para su señor.
El mayor sonrió de lado, ahora sí estaba interesado en lo que su mejor hombre tenía que decirle ─ . A ver habla, yo te escucho ─ recargo su codo sobre el escritorio y apoyó su mentón en su mano, poniendo toda su atención en el contrario.
─ Después de investigar por varios días; mis hombres y yo hemos dado por fin con la mansión del vampiro. No fue tan difícil ya que al parecer es muy conocido por la gente quienes nos ayudaron mucho. Su mansión no queda muy lejos de aquí, sería un día de viaje; pero entrar a dicho lugar no será nada fácil, pues es vigilada día y noche por otros cambiaformas, algunos de ellos son: panteras, tigres, osos y en su gran mayoría lobos. Es un poco complicado ingresar a la mansión.
Al otro hombre no le importaba lo difícil que se escuchara, a él lo único que le interesaba era recuperar a su niño, ese el cual le había entregado la inocencia hace ya cinco años. No le importaba lo arriesgado que fuera con tal de recuperarlo y volver a tenerlo a su merced y hacerle lo que él quisiera.
Sowoon estaba enfermo, pues se había obsesionado con Jimin y lo había comprado en más de una ocasión; claro que los padres del elfo aceptaron dicho negocio, eran unos obsesionados y no les importó vender a su único hijo para recibir una buena suma de dinero a cambio.
─ Nada es imposible Jungsoo, tú solo prepara a tus hombres y entrenalos bien, lo demás déjamelo a mí ─ espetó manteniendo una mirada siniestra. El cambiaforma no supo qué decir al apreciar tanta locura en sus ojos, no quería ni imaginar las atrocidades que pasaban por su mente enferma.
Sowoon tenía una macabra idea de cómo entrar a dicha mansión, solo le faltaban unas pequeñas cosas por resolver para llevar a cabo su malévolo plan; donde finalmente recuperaría lo que él siempre consideró como suyo.
A Jimin.
─ Como usted diga señor, los entrenare el doble a partir de ahora ─ claro que él haría lo que Sowoon le pida, a él lo único que le interesaba era el dinero y la recompensa que recibiría después de esta misión.
─ Muchas gracias Jungsoo. Puedes retirarte ─
─ Con permiso ─
Dicho esto el cambiaformas salió del lugar dejando solo a Sowoon; quién incluso solo con cerrar los ojos ya se imaginaba a Jimin a su lado, podía sentir su suave piel bajo su tacto, sin oponer resistencia alguna.
Cerró sus ojos y recordó esa última vez cuando lo había hecho suyo, la manera en la que el menor lloraba con cada embestida y cómo luchaba para defenderse. Aún podía escuchar esa suave y dulce voz suplicándole que se detuviera, podía incluso ver su rostro cubierto de lágrimas. La imagen que se formó en su cabeza fue tan clara que su cuerpo reaccionó inmediatamente ─ pequeño mochi, ya no veo la hora de tenerte otra vez─ dijo para sí mismo.
Jimin se encontraba en el área de la piscina junto con onda, la sirena que había comprado Yoongi. La chica estaba dentro del agua y la luz de la luna iluminaba su hermosa cola. El elfo la miraba impresionado y con una sonrisa radiante, era la primera vez que miraba una sirena y estaba fascinado a tal punto que casi de brinquitos de la emoción.
Su cola era una degradación de escamas esmeraldas, con algunos destellos más azulados los cuales con la claridad de la luna se podían apreciar más claramente. Los pequeños detalles no podían pasarse por alto, al estar en el agua su cabello castaño creció e incluso cambió a un rubio brillante y sus ojos se volvieron dos hermosos zafiros.
─ Jiminie si me sigues mirando así harás que me sonroje ─ mencionó la sirena al notar el par de ojitos mirándole con profunda fascinación.
Pero el que se sonrojo fue el elfo quién sonrió tímidamente por haber sido descubierto.
─ Perdóname Noona, es solo que es la primera vez que veo una sirena, incluso no estaba seguro de que fueran reales ─ dijo el elfo sonriéndole a onda.
─ No te preocupes solo bromeaba. Sabés lo mismo me paso contigo, nunca creí que conocería un elfo la verdad, es que los de tu raza son muy raros de ver, con razón Yoongi oppa te compró, eres alguien muy valioso Jimin ─ soltó con absoluta sinceridad.
Jimin suspiró de forma lenta ─. Pues sí te soy sincero jamás pedí ser un elfo, daría lo que fuera por ser alguien normal─ la sonrisa alegre que Jimin tenía cambió por una nostálgica y claramente triste.
─ ¿A qué te refieres con normal? ─ Onda ladeo la cabeza, en un claro gesto de confusión, porque no había entendido el significado detrás de dichas palabras.
Jimin odiaba recordar su pasado, de ser posible quisiera que esos recuerdos fueran eliminados para siempre de su memoria, porque eran crueles y dolorosos. Su corazón dolía al recordar los tratos de las personas, las burlas y maltratos que recibió los cuales aún marcan su cuerpo cicatrizado, como una odisea atormentadolo diariamente.
─ Sabés yo no soy hijo de elfos, nací siendo uno; pero mis padres son humanos y al ver que era diferente me rechazaron, no solo ellos, si no todo el pueblo me miraba como un fenómeno.
Hace 9 años.
Un pequeño y hermoso niño de mejillas regordetas y cabello celeste salió de su casa en dirección hacia otros niños que se encontraban jugando, el pequeño elfo al ver que se divertían quiso unirse y jugar con ellos.
─ Hola ─ se acercó lenta y tímidamente, llamando la atención de los demás infantes quienes se detuvieron y lo miraron raro.
Jimin jugó con sus manitas producto del nerviosismo, sus rellenos mofletes mantenían un leve sonrojo. Era la primera vez que pediría algo como eso, incluso jamás se había acercado tanto a los otros niños del pueblo, por el mismo miedo de que lo trataran mal; pero ahora ahí estaba y se sentía muy feliz de haberse atrevido a salir de casa y tratar de hacer amigos.
─ ¿Puedo jugar con ustedes? ─ pregunto dulcemente.
─ Miren nada más a quién tenemos aquí, sí es el fenómeno del pueblo ─ se escuchó una infantil voz.
esas palabras hicieron que la sonrisa alegre e inocente se le borrará rápidamente ¿porque todos lo llamaban fenómeno?, El no se consideraba uno, él era un niño bueno que no dañaba a nadie. Su pequeño corazoncito dolía.
─ No soy un fenómeno, mi nombre es Jimin ─ dijo acercándose a los otros niños y tratando de convencerlos.
─ Que asco alejate de mi ─ dijo una niña empujandolo, este fue a parar cerca de otro niño que también lo empujó y nuevamente fue a dar a las manos de otro y otro; esto lo hicieron repetidas veces mientras reían como si se trata de un juguete con el cual podían hacer lo que quisieran mientras Jimin solo lloraba. El que le tocaba recibirlo está vez se hizo a un lado ocasionando que el elfo no tuviera nada con que sostenerse y por esto cae de bruces al suelo aterrizando en un charco de agua y lodo, provocando que se raspe las manos y rodillas.
Estaba mareado y sucio, pero más que todo triste. ¿Por qué lo trataban así?, ¿porque eran tan crueles?
Levantó su vista hacía los otros niños estos se burlaron al mirarlo cubierto de lodo, el labio de Jimin temblaba por el llanto, sus ojitos azules estaban llenos de lágrimas y sus mejillas estaban empapadas de estás mismas.
─ Vez, ese es tú lugar; en el suelo con el fango─ reían todos burlándose.
─ ¿Por qué son tan malos?, ¿qué les hice? ─ al pequeño Jimin se le dificulta hablar por el llanto y los espasmos.
─ Jamás estarás con nosotros porque nunca seremos amigos de un fenómeno como tú ─ escupió con odio un niño ─. Mejor vámonos no vaya a ser que nos ensuciemos por estar cerca de él ─ dijo otra niña.
Luego todos los niños se fueron dejando a Jimin solo y sintiéndose la peor basura que podía haber en este mundo tan podrido en el que le tocó vivir. Con dificultad se levantó del suelo.
Solo quería ir a casa y recibir mimos y consuelo de su madre. Pero al llegar recibió todo lo contrario a lo que esperaba, pues su madre lo recibió con una cachetada repentina; este llevó su regordeta manita al lugar donde había recibido el golpe y las lágrimas volvieron a salir al escuchar los regaños de su madre.
─ Mira nada más cómo vienes, sabes lo que me cuesta lavar la ropa y tú la ensucias de esta manera ─ soltó furiosa, su rostro completamente rojo.
─ L-lo siento ─ dijo aún llorando y temblando sobando con su manita la zona que había sido maltratada por su madre.
─ Ve a tu habitación y no salgas ─ dijo la mujer señalando su cuarto y el pequeño hizo lo que ella le ordenó. Se sentía muy mal y cansado, tanto física como emocionalmente. se dio un baño, se puso su pijama y se acostó en su cama protegiéndose con las sábanas y llorando a mares.
Esa noche lloró desconsoladamente esperando algún día ser aceptado y querido.
Actualidad.
Fue hace muchos años pero el recuerdo aún dolía. Jimin no podía con el nudo en su garganta, quiso sonreír pero solo logró dibujar una mueca, podía sentir sus ojos picar y no quería arruinar el momento por sus fantasmas del pasado.
─ Lo siento Jimin, no tenía idea de lo que pasaste ─dijo la chica con escamas, pues había notado la profunda tristeza en los ojos azules de Jimin.
─ No te preocupes, eso ya pasó, ahora estoy bien ─ mencionó tratando de disimular el dolor emocional que sentía su corazón.
─ Jimin ahora tienes amigos, todos nosotros lo somos ─ dijo la chica sonriéndole al elfo, despertando cierta felicidad en el peliceleste, quien no pudo evitar sonreír de forma auténtica.
─ ¡¿de verdad?! ─ Jimin no se esperaba escuchar eso, pues no sabía que era un amigo, jamás había tenido uno.
─ Si, no tienes que sentirte triste nunca más, ya no estás solo ─ la chica le transmitía tranquilidad a Jimin, como también una cálida sensación en su pecho.
Hola.
¿Como creen que va la historia hasta ahora? ¿Les está gustando?
Gracias por leer. ♡
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