
Capítulo 30
Bea espero hasta escuchar la puerta cuando se cerró cuando Fernando salió del apartamento, entró al baño y a pesar que ese día perdería permanentemente al amor de su vida, sintió su corazón acompañado y tranquilo, al saber que no importaba lo que pasara en sus vidas, siempre tendrían esa noche que compartieron y en la que sus almas se entrelazaron de una manera que nadie podría romper nunca.
Sonriendo se baño, constando en su cuerpo las evidencias de la noche anterior como pequeños enrojecimientos y pequeños dolores en parte de su anatomía que jamás habían dolido, pero con ese sentimiento de paz que había obtenido la noche anterior, se preparó para celebrar y hacer lo mejor posible el día de su mejor amiga.
Mark la fue a recoger a su casa al poco de ella haber comenzado a desayunar, desayunaron juntos.
-¿Cómo te fue anoche? -preguntó finalmente Mark.
-Bien -contestó Bea sonrojándose.
-Por lo rojo de tu cara puedo decir que fue mejor que bien... -dijo Mark pellizcándole la mejilla sonrojada -no te avergüences mi hermosa amiga, lo que se hace con amor y entrega no debe avergonzarnos...
-Lo sé... es sólo que fue tan maravilloso... -dijo bajando la mirada -pero tu serás mi esposo...
-Sí, pero fue mi idea... así que tenías permiso de engañarme... -y haciendo que levantara la cara le preguntó -la pregunta ahora es ¿Qué pasará ahora?
-Creo que puedo sobrevivir aferrada a ese recuerdo... él me pidió que me fuera con él que abandonaría todo si tenía una oportunidad de tenerme... pero le dije que no
-Uhm... es tu decisión, pero ahora dime ¿Estás preparada para pararte junto a ellos en el altar mientras te lo arrancan de tú vida? -preguntó Mark algo preocupado.
-Eso solo lo sabremos cuando llegue el momento, pero en este momento la paz que encontré anoche, me hizo poder arreglarme para ir a ver a mi mejor amiga casarse con el hombre que ella ama.
-Bien no les hagamos esperar más.
Mark pasó dejando a Bea por la casa de los padres de Karen donde todas la chicas se prepararían porque la boda sería en el patio de la hacienda, Bea terminó de revisar algunas de las cosas de la ceremonia con la organizadora de bodas.
Cuando llegó a la habitación donde estaba Karen con todas las chicas del cortejo y su madre, Bea sonrió al ver a todas ajetreadas con los vestidos y peinados, cuando entró Karen la abrazó fuertemente.
-Bea estaba preocupada, pensé que llegarías tarde, te vez muy bien esta mañana... tienes un brillo especial, te ves genial... -y tomándola de las manos le preguntó -¿Lista para mi boda?
-Claro -dijo Bea dándole su mejor sonrisa -Vamos terminemos de arreglar a la novia más linda del mundo.
***
Todo estaba listo para la boda a las 5 de la tarde, Bea no había visto a Fernando desde que lo abandonó en el cuarto por la mañana y sabía que Mark iría a encontrarse con él después de dejarla a ella.
Todos los miembros del cortejo se colocaron en sus respectivas posiciones, Bea era la última justo antes de la novia con su padre. Se abrazaron por última vez y Bea le deseo buena suerte.
Comenzó la música y desde donde estaba Bea pudo ver a Mark a la par de un nervioso Fernando, sonrió al verlo tan agitado, y cuando fue su turno de caminar por el pasillo, sintió la mirada de Fernando sobre ella.
Sus ojos se encontraron y Bea caminó al altar con una sonrisa en sus labios y la mirada fija en Fernando, como si nadie pudiera verlos, lo cual era real pues los ojos estaban esperando a la novia, solamente Mark había podido verlos... Bea sintió que si sus miradas pudieran hablar con palabras esas sería: "Te amo y te amaré por siempre incondicionalmente", Bea pensó que si esa fuera su boda, esa sería la mirada que esperaría del que fuera su esposo, intentó no pensar en su inminente boda con Mark, pues el saber que aunque se querían jamás sentiría esa misma mirada.
Cuando finalmente llegó a su lugar en el altar, la música comenzó a sonar dar inicio a la caminata de la novia, Bea todavía sentía las miradas esporádicas de Fernando sobre ella, así que decidió sucumbir por una vez y verlo, sus miradas se cruzaron por unos segundos y los dos volvieron a ver a Karen que caminaba agarrada del brazo de su padre al altar.
Bea pudo ver los ojos de Karen llenarse de lágrimas y sonreírle a ella, justo cuando soltó a su padre y volvió corriendo por el pasillo buscando la salida.
Todos estaban sorprendidos, Bea salió corriendo detrás su amiga junto con la madre de Karen, la encontró sentada en una banca cerca de un árbol, estaba llorando, pero cuando las miró a ambas.
-Mamá ¿Puedes dejarme sola con Bea? Por favor -dijo secándose las lágrimas.
Su madre asintió y se alejó.
-Bea, por favor siéntate conmigo -le dijo Karen extendiendo su mano hacía Bea.
Bea se sentó junto a ella y le tendió un pañuelo.
-¿Por qué huiste? -le preguntó Bea mientras Karen usaba el pañuelo.
-Tú estas enamorada de Fernando -dijo Karen y cuando vio que Bea iba a negarlo le dijo -por favor déjame terminar, además no fue una pregunta, es una afirmación, lo sé desde el día que te conocí, ¿Sabes que Fernando me dijo hace algunos meses que no me amaba? -dijo riendo un poco -no me importó pues soy egoísta, y tenerlo en mi vida era todo lo que quería, aun cuando eso lo hiciera infeliz, pensé que yo podría ganarme su amor con el tiempo y hacerlo feliz...
Bea la miraba sorprendida pero permanecía en silencio mientras Karen seguía hablando.
-Pero hoy que estaba lista para caminar al altar, te vi a ti caminar antes, nadie más que yo pudo ver la manera en que Fernando te miraba, te veía como si fueras la mujer más hermosa de todas, sus ojos brillaban tanto que hacían parecer que las estrellas no brillaban, como si su amor te pudiera tocar a través de su mirada, y me imagino que tú lo veías de la misma manera por la sonrisa de bobo enamorado que tenía en la cara... Pero cuando comencé a caminar hacia él, no me dio esa mirada que cada novia espera el día de su boda... y me dí cuenta que jamás me la dará, pues él te ama tanto como tú a él... Y finalmente acepté lo que hace mucho me digo, no te merezco como amiga... tú te apartaste de mi camino para que yo pudiera tenerlo, sin importarte que tú sufrieras... Lo siento mucho Bea...
Bea sentía las lágrimas salir de sus ojos sin que ella pudiera evitarlo.
-Karen... sólo te deje que tuvieras lo que tú querías... tú me has dado tu amistad y cariño... siento mucho... en serio esperaba que él te llegara a amar con él tiempo... -dijo Bea entre sollozos.
-No te preocupes mi bella amiga, mi corazón por fin a comprendido lo que mi cabeza sabe desde hace mucho tiempo... así que no te sientas mal por tener lo que ha sido tuyo desde siempre, es lo que te mereces... -se paró y la jaló en un abrazo fortísimo.
Se abrazaron durante mucho, hasta que se separaron y vieron a Fernando parado a varios metros de ellas mirándolas con cara de preocupación.
Karen le sonrió y le extendió la mano, él caminó hacia ellas, Karen tomó la mano de ambos y las unió dentro de las suyas
-Ustedes se merecen estar juntos -y viendo la mirada sorprendida de Fernando dijo -No quiero casarme contigo, eres libre -se acercó a él lo besó en la mejilla y dijo mientras se alejaba- iré a hablar con mis padres.
Fernando miró a Bea y sin mediar palabra la besó y le dijo
-Mi libertad te ha pertenecido siempre.
Y se abrazaron esperando un momento para entrar nuevamente en donde estuvieron a punto de perderse por siempre.
Hola chicas y chicos, hasta aquí este capítulo, espero les haya gustado...
Espero sus comentarios y su votación.
Gracias por leerme, hoy si estamos llegando al final de la historia.
Besitos,
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