Capítulo 25
Edith había estado sufriendo toda la semana por el silencio de Bea, cuando la miró en el recital de Celeste, se dio cuenta que no se equivocaba, pues el alma de su hija era la más hermosa que conocía. John conocía su historia, pues antes de casarse ella le confesó su pasado, y sonrió al recordar lo que le dijo al saberlo:
"Cariño, si tú quieres la traemos hoy mismo a nuestra casa cuando nos casemos, sabes que la quiero mucho, y ahora la quiero aún más"
Definitivamente él era un hombre maravilloso, decidieron esperar para no herir a Bea, incluso asistieron a la Graduación de colegio de Bea, pero no se lo dejaron saber, pues Adela había prohibido a Edith estar tan cerca de Bea: "Sabes que solamente la ayudas a tomar malas decisiones, si estás allí decidirá no ir a la fiesta, o simplemente intentará convencerte de pagar la carrera que quiere, tú sabes que soy la única madre que ha conocido, así que si no te alejas un tiempo la convenceré de no salir de casa y estudiar por linea, sabes que a ella le gusta complacernos"
Y eso bastó para que ellos decidieran hacer un viaje, del que regresaron durante una semana, para poder ver a Bea graduarse, sin poder acercarse.
Edith se reprendía fuertemente por no haber sido más fuerte y haberse dejado arrebatar a esa hermosa criatura que era su hija, y esperaba que Bea pudiera perdonarla. Esperaba poder tener la oportunidad de compartir mucho tiempo con ella ahora que sabía la verdad.
Cuando su teléfono sonó, Edith miró con felicidad que era Bea:
-Hola corazón, Que bueno que llamaste -respondió Edith.
-Hola... mamá -dijo una voz al otro lado de la línea.
Edith sintió sus ojos llenarse de lágrimas al escuchar eso que había esperado escuchar durante tanto tiempo. Y ahogando un sollozo dijo:
-Sí mi hermosa hija...
-¿Puedes verme hoy?- preguntó Bea -quiero hablar contigo... Claro si tienes tiempo... Cuando tú puedas estará bien...
-Hoy es genial -dijo Edith -dejaré los niños con la niñera ¿Paso por ti?
-No, mejor veámonos a la hora del almuerzo en nuestro restaurante de hamburguesas favorito -respondió Bea.
-Claro mi cielo, allí te veré... -y justo antes de colgar dijo -Te amo hija.
***
Bea estaba muy nerviosa, aunque no estaba segura del porqué ya que esa mujer era la misma mujer que ella había amado durante toda su vida, la única diferencia era que ahora no la llamaría tía sino mamá.
Cuando llegó al lugar a la hora estipulada, Edith ya se encontraba esperándola, desde que Bea le había llamado no podía estar tranquila así que decidió salir desde antes para poder estar en el lugar a tiempo.
Bea llegó y no sabía como comportarse, pero cuando Edith la abrazó con el mismo cariño y devoción de siempre se aferró a ella y lloró no de tristeza, sino por el alivio que su alma sintió por primera vez en su vida eran lágrimas de verdadera felicidad.
Después de sentarse y ordenar, Edith rompió el silencio:
-¿Cómo has estado? -y tomándole la mano preguntó -¿Lograste leer lo que te di?
- Bien, sí lo leí -y estrujándose las manos dijo -siento mucho haberte causado todo ese sufrimiento...
Edith tomó las manos de Bea y le dijo mientras las besaba:
-Por tenerte todo eso y más valdría la pena -y con los ojos llenos de lágrimas dijo -agradezco cada día haberte tenido...
-¿No quisieras que yo fuera mejor? -preguntó Bea -Como Estefanía...
Edith se enfureció al saber que Bea se sentía de esa manera.
-Tú eres maravillosa tal y como eres... Estefanía es vacía, fría y calculadora... jamás quisiera que fueras así... estoy muy orgullosa de la mujer que eres mi niña...
Bea sonrió ante las palabras de Edith, sus "padres" nunca estuvieron orgullosos de ella, al contrario siempre supo que era una gran decepción para ellos.
-¡Oh! ¿Y John? -dijo Bea pensando que de seguro debería guardar el secreto -¿Qué pensará de nosotras cuando lo sepa?
-Él ya lo sabe mi vida -dijo Edith sonriente -desde antes de casarnos le conté de nosotras... cuando supo que sabías la verdad, te arregló una habitación en casa, si quieres irte con nosotros... Pero si no... John compró el apartamento donde vives y lo puso a tu nombre... O podrías pasar algunas noches en casa...
Bea la miró sorprendida, jamás espero que John lo tomará tan bien.
-Me encantará pasar algunos días con ustedes y mantener mi espacio... -respondió Bea sonrojándose.
El resto de la tarde la pasaron juntas con Celeste y Daniel, Edith sentía su corazón rebosar de amor cada vez que Bea le llamaba mamá.
Bien chicos y chicas hasta aquí este capítulo, está chiquito lo sé, me disculpan los errores...
Gracias por leerme, recuerden votar y dejarme saber en los comentarios que les parece la historia
Besitos,
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