Es que la felicidad por la charla con Krist no me podía durar tanto, yo lo sabía. Ahora me siento como el reverendo culo de nuevo. Tuve una psicoterapia estando sólo yo y el psicólogo.

Me hizo hablar de un tema que me afecta mucho: el divorcio de mis padres. 

Relatar cada mísero y horrible detalle, cada uno. Duele, en serio, duele. Más tarde, nos pusimos a pelear por un asunto referente al tópico principal:

¿Es mía la culpa del divorcio? Yo insistí, fundamenté, argumenté e incluso me frustré para demostrar que sí. Sin embargo, el "profesional de la salud" no dejaba de meter chivas con que yo no tenía nada que ver.

Disculpen si la hoja está un poco extraña, las páginas cuando se secan quedan algo arrugadas, es normal que ocurra cuando lloro. No es la primera ni la última página en que las páginas acaban húmedas por mi dolor.

Y que se sepa que me siento muy extraño, acosado. Por favor, no me quiten mi diario ni lo revisen, es en contra de la privacidad.