Krist no ha dejado de llamarme ahora. Tuve un par de llamadas de Dave también, pero eso no me importaba.

Fui a ver a Courtney no más para llevarme a mi gato. Quería sentirme solo pero no tanto. Como no quería salir otros días, aproveché de estar todo el día afuera. Compré comida, helado, mucho helado porque hacía calor.

Comida para mi minino también.

Balas para una escopeta.

Y cocaína, que llevaba dos semanas sin aspirar. Como que elegí mucho la heroína en este tiempo, quise ir con otro de mis amores.

Fue una tarde de compras, cosa que cuando regrese a casa, me diera cuenta de las muchas llamadas perdidas y mensajes de voz que tenía. Rodé los ojos en disgusto.

Ya era de noche, cogí el diario en que escribo, las balas, la escopeta y salí de casa porque seguía recibiendo llamadas que no quería contestar, el ring del teléfono molestaba mucho.

No pensaba en regresar para atender esas mierdas.