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〘CHAPTER TWO 〙
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—Vamos Lana, no puedes estar así para siempre.
La pelirroja rodó los ojos y dejó la jarra de hidromiel en la mesa de forma brusca.
—Ya deja de molestar, nada ni nadie me hará volver a la forja— sentenció con el entrecejo levemente arrugado— Ese... Ya no es lugar para mi.
—Pero-
—Draal— el tono de voz amenazante calló al grandote— Si quieres darle un lección a la bolsa de carne, adelante, hazlo. Pero no vengas a buscarme, ya no quiero estar involucrada otra vez con la magia de Merlín.
Refunfuñando el trol adulto bebió de un solo sorbo el alcohol y se levantó para salir del bar.
—Cobarde— soltó antes de desaparecer por completo.
Aún con la vista puesta hacia donde se fue el trol, soltó un suspiro cansado relajando su postura y dejó caer sus hombros tensos. Entendía la molestia de Dral, si bien ella había estado entrenando por algunas décadas para ser una cazatroles, él llevaba siglos. Y el hecho de que un humano que no sabía pelear, que no tenga más de dos décadas de vida y fuera un completo ignorante de la existencia de las criaturas como ella fuera el elegido, le hervía la sangre.
Miró sus manos llenas de cicatrices antes de cerrarlas en un puño.
La responsabilidad sagrada por la que Draal y ella, habían sacrificado su cuerpo y tiempo, estaba en manos de una insignificante y frágil individuo.
—¡Ya deja de perder el tiempo y trabaja!— el grito de su jefe la hizo mirar en dirección de la forja.
Pero solo negó con la cabeza eliminando algunos pensamientos y siguió con su labor.
—¡Siete cervezas por aquí!— una trol alzó una jarra borracha y con gran euforia.
—¿Qué tu qué?— dejó de prestarle atención de los demás clientes para ver a su amigo.
—Fue toda una golpiza épica, debiste verlo— Draal sonrió— Estaba apunto de matarlo, pero no podía decidirme sobre como hacerlo.
Las risas del hijo de Kanjigar eran escuchadas por todos los troles ubicados a la redonda.
—Draal, no debiste hacerlo— negó cansada.
El mayor rodó los ojos.
— Me dijiste que si quería darle una lección a esa bolsa de carne, que lo hiciera. Y es lo que hice.
—Sí, pero no pensé que fueras tan tonto como par ir— sobó sus sienes algo exasperada— Mira, no hay que involucrarse más en esto. Merlín eligió y ya está.
Draal alzó una ceja.
—¿No habías sido tu la que dijo que el amuleto eligió mal?
La pelirroja guardó silencio, claro que recordaba lo que había dicho. Sin embargo...
—Lo sé, pero si es así entonces no pasará mucho para que la bolsa de carne muera y el mando pase a alguno de los dos— dejó la bandeja de madera sobre la mesa para recoger las jarras vacías— Yo a diferencia de otros, soy paciente y pienso las cosas.
Él algo confundido dejó de beber.
—Ah... ¿Esta es una de esas veces en la que me dices algo ofensivo en cubierto?
—Tal vez— sonrió Lana pero se quejó al sentir un golpe en la cabeza— ¡Oye!
—Te lo mereces, ya veras cuando golpee a ese saco de carne otra vez— hizo movimientos circulares en la jarra para beber otra vez— Será divertido.
Pero fue interrumpido por el objeto de sus burlas y el contenido salpicó sobre la pelirroja cuando el cazatroles azotó la jarra de Draal contra la superficie de la mesa.
Lana frunció el entrecejo.
—Aquí me tienes bocón. La revancha— los señaló a ambos— Tu, yo. Como quieras y donde prefieras. Ahí estaré.
—Y también yo— le secundo la bolsa de carne que siempre lo acompaña.
Restregó su mano sobre la cara para quitar la cerveza que cubrió su rostro con una mueca de asco, tenía el olor a alcohol impregnado.
—Wow, no sabría decirte si eres inteligente y sabes que eres fuerte como para volver a enfrentarlo— comentó con clara aversión al líquido, sacudiendo la mano— O un tonto suicida.
—Genial, nueva persona para la lista de matones— Tobias sacó su celular para teclear la pantalla.
Lana miró el aparato arrugando la nariz, esa cosa tenía mal sabor.
—Oye ¿Cuál es tu problema?— preguntó Jim.
—¿Mi problema? No tengo ningún problema, solo que me molestas con tu presencia— se encogió de hombros.
—Pues que mal para ti, soy el cazatroles. Y me verás muy seguido por aquí— se señaló a si mismo de forma desafiante.
—Lo sé, pero a diferencia de este tonto no haré nada para que quieras marcharte— lo miró con burla— Eres un humano, solo debo esperar a que tu insignificante vida llegue a su fin.
Recibió otro golpe en la cabeza de parte de Draal.
—¡Oye!
—Te lo mereces.
—Solo dije la verdad.
Estaba a punto de recibir otro golpe, pero antes se lanzó sobre el cuerpo del mayor. Draal la recibió con un golpe, pero esta se agarró del antebrazo de este para lanzar patadas a diestra y siniestra.
—Ja, débil— se burló Draal.
—Ugh, te voy a patear ese trasero picoso— lo mordió enterrando sus filudos dientes.
—¡Ay!
Una batalla infantil te desarrolló
—¿Qué se supone que hacen?— preguntó Tobias en susurró.
—Pelea de no hermanos, mejor larguémonos antes de que se vuelva un desastre— Blinkous los empujó saliendo a hurtadillas del bar.
—¡Ustedes, ya déjense de pelear par de tontos!
El sonido de cristales rompiéndose y muebles cayendo llegó a oídos de todos los que merodeaban por la zona.
—¡Mis coles!
– ↻d a t o c u r i o s o ;
❛Lana tiene 88 años, de los cuales pasó las últimas tres décadas entrenando junto a Draal. Y Aunque ella no lo admita, lo ve como familia. Es su lugar seguro❜
βye :hans_zero: βye
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