Capítulo veinticinco
CAPÍTULO VEINTICINCO
—Ahora sí— suspiro, ya llegó el momento— dime qué tan malo, que tan bueno o qué tan decente fue.
—Ninguna de esas, solo fue... raro, caótico en mi interior, yo... odié cada segundo. No sabes el cólera que me causó ver a mi papá intentando hablar con nosotros como si nada, como se acercaba a los niños y acariciaba sus cabellos. Lo odié.
➤
—Hace años que no los veo. Namjoon es muy alto— sonríe— y en televisión se ve incluso más grande.
—No estábamos enterados de que Moon había traído niños al mundo— no he dicho palabra desde que llegué, estoy estático, un escalofrío me recorre la espalda cada vez que tengo los ojos de mamá sobre mí, cada vez que me habla— son muy lindos.
—Y gemelos.
—¡Eso es lo más impresionante!— exclama ella— Las probabilidades no son tan altas, es una suerte maravillosa.
Dejo la mirada en la pared del fondo, este es el hogar que ambos mantienen, las paredes están recién pintadas... blanco, cuando éramos pequeños y ella estaba en casa, ese tono estaba prohibido. Nuestras paredes eran grises.
También veo algunas figurillas de porcelana, debe cuidarlas mucho. Trago saliva, siento que si me muevo mucho, mi nerviosismo será simplemente demasiado obvio y no quiero que noten eso.
Sun solo asiente cuando le hacen alguna pregunta y Moon suelta una de sus risillas que no poseen mucha gracia, solo para llenar el ambiente incómodo.
—¿Eso es una sortija?— escucho a papá preguntar, se ríe— Lo es, no... no sabía que estabas en una relación tan seria.
Observo el anillo.
—No es una sortija de compromiso— responde Moon en voz baja, los niños se acercan a mi mano apenas la notan y sonrío de boca cerrada dejándolos ser curiosos al respecto—es algo que comparte con su novia. Un anillo de promesa.
—¿Y tú novia es la chica de cabello rosado?
Fue el tono de obvio desagrado que usó, el que me hizo levantar la cabeza, tragarme mi miedo y contestar esa pregunta con mi voz más firme.
—Se llama Roxanne— recientemente decidió usar ese nombre como el definitivo, está en su registro y he ahí la razón por la que Seokjin se refirió a ella de esa manera—Roxanne Kim.
Asiente.
—La conocí. Tiene un temperamento fuerte, un poco grosera.
—¿Y qué esperabas?
—¿Roxie noona tiene uno igual?— Sungjae decide hablar, busca mi atención.
—Si es tu novia... un poco de amabilidad vendría bien.
—Ella no tenía la obligación de ser amable, no cuando conoce la historia completa.
Papá interviene.
—No hablemos sobre el pasado. Mejor dejarlo justo donde está, en el pasado.
—Su padre está muy enfermo— dice, de la nada, peino mi cabello hacia atrás, hastiado y tembloroso— es muy poco el tiempo que tenemos para compartir con él y cada día su dolor aumenta.
—¿Sabes cuánto te queda?
—No, sé que es poco, no quise que fuesen muy exactos.
Asiento.
—No creo que mueras muy pronto, honestamente— respiro— ¿Tratamiento? Tal vez se pueda hacer algo para prolongar tu vida, es más, yo puedo pagarlo, ya que te gusta tanto respirar.
—Kim Namjoon. No seas tan poco empático con la situación de tu padre.
—Le estoy ofreciendo una solución. Deberías estar emocionada ya que a ti te encanta el dinero, dudo que ese pensamiento haya cambiado solo porque haz envejecido.
—Namjoon.
—¿Cuánto quieres?— pregunto— ¿Cuánto quieres para dejarnos en paz?
—¡NAMJOON!— levanta la mano al aire, el miedo lo retengo en mi interior, no lo demuestro— Siempre has sido tan... desobediente.
Grita, su rostro está rojo y se ha puesto de pie, casi parece que las venas en su cuello van a reventar. Sam entra, suspira y se lleva a los niños al auto, lo sé porque eso se acordó antes de entrar a este lugar.
Me alegra un poco que mis hermanas también se muestran firmes a mi lado, si tienen miedo, no lo demuestran.
➤
—¿Y sabes qué? De nuevo, papá no hizo nada cuando mamá me levantó la mano con intención de golpearme— bufé— ella iba a golpearme otra vez después de muchos años.
—Oh, Nam...
—Pero sabes que creo que entendí el punto de Kendo al pedirme considerar hacer esa visita horrenda— le digo, rasco mi nariz, sintiéndome un poco mejor— él habló de tener un cierre y después de irnos comprendí y... me sentí aliviado, porque sabía que no volvería a verlos nunca más. Me quité un peso de encima, uno que cargué por años y que me jodió la espalda. Porque fue horrible, lloré como un desgraciado durante toda la noche y en el avión parecía una maldita fuente, me sentí mal por una sola cosa.
—¿Cuál?
—Porque no me gusta odiar, sin embargo, en ese instante mi odio era tan malditamente grande y obvio, que realmente no me importó escuchar que papá se moriría— tomo su mano, la coloco en mi mejilla y con ese gesto le pido silenciosamente que me acaricie, eso me da confort— me sentí una mierda porque por mi cabeza solo pasó la idea de que si se moría, nosotros tendríamos paz, todo sería más fácil y solo seguiría esperar a que mamá también muera, el karma es fuerte, pero es una puta mierda también, porque probablemente el karma me llegará a mi por estar deseando que mis padres se mueran de una vez.
¿Y qué me queda? Aceptarlo. Lo único bueno de esto es que no he tenido pesadillas, pero creo que se debe a qué dormí en compañía de Rox, cuando tenga que dormir solo, me daré cuenta de si ha funcionado este cierre o no.
—¿Entonces?
—Mamá dejó la sala y papá empezó con su tontería de "es que realmente la amo, su madre es la única mujer que aceptaré en mi vida" porquerías así que no vale la pena intentar corregir. Moon lo miraba con tanto repudio y más porque luego le reclamó por estar de descuidada con los hombres y que debía estar muy agradecida por tener un hermano que puede encargarse de arreglar sus errores. Lo peor es que lo dijo como si fuese un consejo agridulce. Soltaron mucha mierda hiriente que iba directamente con esa intención, la de herirnos y sacar provecho de un estado vulnerable— negué—no sabían que mis hermanas ahora son más fuertes y capaces de defenderse por si solas, tuvimos que aprender a la fuerza a no dejarnos pisotear. Sirvió de algo, al menos.
—¿De qué otra cosa te diste cuenta?
Lo pienso.
—No estoy muy seguro, tal vez de que puedo... al menos un poco...
—Puedes confrontar a quienes te hacen daño sin necesidad de perder el control de tus emociones. Te estoy escuchando y mantuviste una perfecta postura en un entorno tóxico como ese, cuántas veces te escuché decir que no eras capaz y que tenías miedo de terminar siendo un ser humano que levanta la mano a otro solo por estar enojado— es... es cierto, sí— yo creo qué, más que tenerle miedo a tu madre, te aterraba ser como ella cuando se enojaba contigo y te hacía pagar. Ya ves que no es así, no existe ni una pizca de venganza en tí, Nam, solo un poquito de resentimiento que es incluso entendible— encogió sus hombros y sonrió contenta, apretó mis mejillas— no eres ese tipo de bestia que odiabas y creías ser, mi amor. Siéntete orgulloso.
Es la primera vez que no tengo nada que decir más que lo ya dicho hace horas.
—Yo te amo como un loco, Roxanne. Gracias.
Amo la manera en la que me abre los ojos para ayudarme a darme cuenta de lo que es obvio para todos, menos para mí. Ese encuentro no fue solo un cierre, fue la prueba que necesitaba para darme cuenta de que realmente no soy tan malo.
No soy esa bestia.
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