
Capítulo nueve
CAPÍTULO NUEVE
Pasaron dos semanas y en esas dos semanas me di cuenta de que ahí me tenía ella como perrito detrás suyo de un lado al otro y con mi agenda vacía, si que más.
¿Sabes dónde queda este sitio? Me preguntaba y si lo sabía, ahí estaba yo tomando las llaves de mi motocicleta luego de no usarla por meses, solo para llevarla hasta allí.
Me preguntaba si me molestaba hacer paradas porque vio algo que le pareció "bonito" y también iba detrás suyo luego de estacionar, se probaba la prenda, salía, me la enseñaba, según yo lucía adorable y se la llevaba solo por eso. Blusas, shorts, accesorios, tinte para el cabello, ya teníamos una pulsera a juego, ella compró dos collares para ambos porque yo compré las pulseras.
¿Y creen que me negué a ponerme todo lo que me pedía? No, en absoluto, no sé cómo decirle no a una niña de cabello rosa, es imposible para mí.
—Oh, Namjoon— jala de mí— mira, esos zapatos verdes pequeñitos le gustarían a Sungjae.
Eureka, estábamos buscando regalos para los gemelos, no por una ocasión especial, simplemente porque quiero darles un detalle y Rox me ayuda en ello. Le comenté acerca de la fascinación por las cosas muy coloridas que tiene Sungjae.
—Y son de su talla, gracias al cielo— la observo, me mira feo— es decir, gracias a tí.
—Muy bien, eh.
Volviendo a lo tonto que soy... Harrison me ha llamado muy satisfecho por como me tomo este asunto tan en serio y que ha visto fotografías de nosotros juntos por todas partes, me felicitó por mi compromiso e insistencia respecto a darle una buena imagen a Rox.
No quise decirle que desde que me quedé a dormir con ella, desarrollé un gusto por tenerla cerquita todo el tiempo porque entonces me va a preguntar cómo fue que pasó y tampoco quiero decirle que pensé que había muerto en la bañera de su nuevo hogar y que para corroborar tuve que verla tal cual llegó al mundo; desnuda.
También que incluso la sequé y envolví en toallas yo mismo. Eso sería muy raro.
—¿Que le gusta a Joonie?
—Bueno, la ropa no tanto, le gustan las figuritas de animales... sobre todo los tigres y dinosaurios.
—A la juguetería entonces.
—Y mochilas para la escuela, también hay que comprar la lista de útiles escolares... Moon ya les compró el uniforme a ambos— saco mi teléfono, buscando leer que más necesitan— al menos hoy hemos llegado en auto.
—Vaya, los niños si que necesitan cosas.
Asiento.
—Todo el tiempo.
Subimos, ella conduce pues el auto es suyo y yo voy de copiloto leyendo en voz alta que más hace falta. En la casa hay palillos para niños, pero creo que no es necesario tenerlos más, están aprendiendo a usar los demás. Moon les enseña.
—Ah, mierda— me quejo— los putos tampones de Sun.
••••
—¡Llegamos!— anuncio— ¡Niños!
No tengo que llamarlos dos veces porque sabían que había salido a traerles cosas, así que llegan casi a la velocidad de la luz, acompañados por Happy. De hecho, se sostienen de él para caminar porque son un poco torpes con los pies a la hora de ir a paso rápido.
—Hola Rox— ya la conocen, sacude la mano dejando algunas de las bolsas en la mesa y Joonie se acerca— ¿Estaban los dos comprando?
—Sip, ayudé a su tío a elegir las cosas, ojalá todo les guste a ambos.
Blue aparece, más dormida que despierta y se acerca a darle un abrazo a Rox, saludándola con confianza y es que se topan muy seguido en el trabajo.
—¡Kim Sun!
—¡Voy!— salta los dos últimos escalones, corre colgándose de mí— ¿Qué me has traído?
—Lo que pediste, tampones.
—Ah— la decepción en su rostro me causa mucha risa, señalo la bolsa con el helado— Ok, soy feliz de nuevo. Hola, Rox.
—Hola— devuelve risueña el saludo.
—Tía Sun, dame helado.
—Es de maní, a ti no te gusta el maní.
—A Sungjae no le gusta, a mí sí.
—¡Zapatos verdes!
Ya los encontró, señalo a Rox.
—Ella los eligió, dale las gracias.
—Gracias Rox, me gustan mucho— la mira con mucha ilusión y sonriente— se los mostraré a mamá cuando llegue.
Por supuesto ahora los zapatos son el centro de su atención y se va con ellos al sillón para probarlos, haciendo oídos sordos al resto del mundo que lo rodea.
Blue sigue enredada a Rox.
—Estoy cansada pero tengo que regresar a trabajar— se queja con ella, es como si le hablara a su estómago porque Rox a parte de ser muy alta, hoy traía plataformas, se las ha quitado pero ella aún así camina en las puntas de sus pies según como practica— una locura, Roxie, una locura.
—Siempre está la opción de renunciar y dormir el resto de tu vida.
Se lo piensa y niega después.
—No, amo mi trabajo y estoy preparando algo— levanta la vista— ¿Cuento con tus servicios de modelo de pasarela?
—Cuenta con ello.
—Bien, ya tengo una modelo, faltan otros nueve.
Joonie regresa comiendo helado en un vaso y se sienta junto a su hermano, halagando sus nuevos zapatos y lo contento que se ve con ellos, yo los dejo con Blue y Sun para que terminen de ver y guardar todo, llevándome a Rox hasta arriba a mi cuarto.
—Aun tienes unas horas antes de tener que ir con Harrison— le digo, asiente— yo te llevo, así que no hay prisas.
—Estás cansado, no seas bobo y quédate durmiendo. Ya fuimos a almorzar, compramos cosas en todas partes, necesitas hacer una pausa.
—No, está bien, me gusta estar ocupado— le giro y la abrazo, se nota bastante confundida, pero me acepta y devuelve el gesto después de unos segundos— gracias por tomarte el tiempo de venir conmigo a hacer todas esas cosas tediosas, lo aprecio.
—N-No hay de qué. Tú siempre haces lo mismo por mí, hacerme compañía y no quejarte por ello.
Me alejo, riendo.
—Es que es muy obvio que no te gusta estar sola. Pero, también disfruto mucho pasar el rato contigo, lo admito.— continúa cerca, me mira insistente y lo entiendo al instante, negando— No voy a dejarme pintar el cabello de rosa.
—¡¿Por qué no?! Si te verías caliente— se cubre la boca— perdón, se me escapó.
—Si, seguro. Vamos a dormir cinco minutos.
—Me cambias el tema.
Aparto las cobijas y señalo, ella sube primero aún con su alegato, luego voy yo y nos cubro a ambos, pongo mi mano en su boca.
—No se habla cuando se va a dormir.
Me muerde. Alejo la mano.
—Haré photoshop de tí con el cabello rosa y te darás cuenta de lo sexy que te verás.
—Otra vez se te andan escapando comentarios locos.
—Ese fue intencional.
—Oh... niña loca. Duérmete.
Hace pataleta y decide darme la espalda, no hace más que causarme gracia. Pasan pocos minutos y luce como que ya se ha dormido.
Hago otra tontería, la atraigo hacia mí, entierro mi rostro en su cabello y es cuestión de dos minutos caer igual de dormido. Por supuesto me aseguré de colocar una alarma o Harrison la matará.
••••
Puta alarma.
La apago, no sé porqué he puesto un tono tan insoportable habiendo tantos mejores, veo que tengo algunas llamadas perdidas de Seohan, son solo dos, así que no es nada grave, normalmente cuando es una emergencia, hay, por lo menos, unas diez.
Seguro solo quería saludar. Hace eso con frecuencia.
—Rox.
Pincho su mejilla con mis dedos, se queja pero no despierta, solo busca esconderse en mi cuello y sostenerse desesperadamente de mi torso. Rox se remueve mucho mientras duerme, es inquieta.
Sigo insistiendo para que se levante hasta que ya se resigna y abre los ojos, me observa, se limpia el rostro.
—¿Qué hora es?
—Cinco de la tarde.
—Todavía quedan dos horas...
—Y ya gasté quince minutos despertándote—aparta las cobijas— espera me bajo primero-
Levanta una pierna y la pasa por encima de mí, no sé si es que ya no tiene caso apartar la mirada, pero me quedo viendo que se le ha recogido la falda hasta el estómago y sus shorts también están arrugados.
—¿Qué?
—Nada, termina de bajar.
—¿Me prestas tu baño?
—Todo tuyo.
Baja, da pasos cortos y se encierra en el baño, termino de botar mis respiraciones atascadas.
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