Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo doce

CAPÍTULO DOCE

El celular comenzó a sonar de manera insistente y me desesperé, contesté aún dormido y me acomodé mucho mejor bajo las cobijas.

—¿Sí?

—¿Namjoon?

—Ajá.

Silencio.

—¿Qué haces contestando el teléfono de Rox?

—¿Qué hablas?

Abro los ojos, veo rosa. Ah, mierda.

—Entonces... ahí estuviste metido toda la noche.

Maldito Harrison.

—No preguntes, ya te paso con Rox. Solo dame quince minutos porque es como despertar al dios del sueño.

Lo escucho reírse.

—Vale, ya le conoces el sueño.

Lo ignoro, me doy la tarea de sacudir a Pinky con delicadeza y cuando abre un ojo, le entrego el teléfono, se sienta derecha y pronuncia un saludo bastante atrofiado, me giro hacia el otro lado de la cama para seguir durmiendo o eso intento, es difícil volver a recuperar el sueño cuando ya fue perturbado.

Ellos hablan y hablan y siguen conversando, no entiendo mucho, pero cuando acaba, una de sus piernas me pasa por encima y me abraza la espalda.

—¿Qué pasó?

—Tengo que irme en unas dos horas.

Vuelvo a girarme, dándole la cara.

—¿Y qué? ¿Planeas volver a dormirte? Arriba, a bañarse.

—Ya voy, ya voy— vuelve a sentarse, molesta— no vayas a irte, espérame.

—Tengo que irme a casa.

—No, quédate aquí, puedo robarte un día, al menos— insiste— no tardaré, solo una hora para finalizar y regreso.

—También tengo que bañarme y hacer lo que te dije sobre el álbum de Sasha.

—Lo haces desde aquí. También te bañas acá.

Que mujer más insistente, no puede ser.

—Tengo que subir de todas maneras, Rox, la laptop está en mi habitación, mi ropa, mi teléfono.

Quiero creer que se resigna pero no, solo se me tira encima aplastandome o eso intenta, continúa intentando convencerme y yo estoy aún medio dormido.

—Nammie.

—Oh, cállate— la aparto, se ríe— voy por mis cosas, no te duermas en la maldita bañera.

—Que gruñón eres en las mañanas.

Ignoré eso y subí a casa tan rápido como pude, di los buenos días, no me quedé a conversar, me bañé y cepillé en mi baño porque no tiene sentido hacerlo en casa de Rox, tomé mi mochila, bajé, mi teléfono en el bolsillo, mi cabello todavía mojado y de nuevo seguí derecho hacia la salida.

—¡Es tu casa, no un hostal!

—Silencio, Jungkook.

Y me fugué de nuevo. Solo me puse ropa cómoda, esa que parece pijama pero no lo es, no tardé tanto como creí, veinte minutos y al llegar, Rox había terminado su baño.

—Usé la ducha para no dormirme.

—Inteligente decisión, lo apruebo.

—Pedí el desayuno y llega en quince minutos más, señor rabietas— blanqueo los ojos— puedes ir y seguir durmiendo, te llamaré cuando tenga que irme y cuando regrese espero encontrarte todavía en mi habitación.

—Esa ha sido una orden muy demandante.

Me acomodé en el sofá junto a mi mochila, apretó mis hombros y fue a terminar de organizarse, atendí mi teléfono, de nuevo una llamada de Seohan, sorprendentemente otra de JaeReon, es sorpresa ya que claramente ambos acordamos no contactarnos más, ella estuvo de acuerdo y yo también.

JaeReon no es ese tipo de mujer que intenta forzar lo que simplemente se le ha negado, tampoco le gusta que le nieguen las cosas, pero, eso no la hace hostigante. Si vuelve a intentar llamarme, atenderé para saber de qué se trata.

Le dejo un mensaje a Seohan, solo para reportarme y me causa mal sentimiento tener que mentirle diciendo que estoy ocupado cuando es obvio que no deseo ir a verlo, creo que haré eso hasta que se dé cuenta por si solo de que lo estoy alejando.

••••


—¡Nam! ¡Llegué!— la escucho revoleteando por todo el lugar hasta que aparece, finalmente, en la habitación— te traje el almuerzo, genial, creí que no estarías aquí.

—Como puedes darte cuenta, estoy hasta las orejas arreglando esto.

—Me doy cuenta.

Resulta que revisé todo lo de Sasha y a su casi novio se le ocurrió la maravillosa idea de cambiar algunas cosas, a Sasha le gustó, a mí también, pero entonces si él sigue cambiando y cambiando, tengo que empezar desde cero con las melodías que tengo a cargo.

Maldito Min Yoongi, solo estoy esperando a que la cague y me voy a desquitar de lo lindo.

—¿Cómo te fue?

—Bastante bien, fue una sesión disfrutable y muy privada, lo cuál fue bueno— uh, dumplings— Harrison dijo que necesito un guardaespaldas, al menos por las próximas semanas para que me cuide ya que siempre salgo y tengo prohibido salir sola.

—¿Tienes eventos estas semanas?

—Los tengo.

—Dile que te asigne al mío, yo no tengo motivos para salir de casa y estoy seguro de que él estará feliz de que le paguen doble. Sam es bueno y tiene su cara de malo que asusta a todos.

Sonríe y asiente, vuelvo a centrar mi atención en la pantalla mientras como y le escucho hablarme, reafirmo mi odio a Yoongi internamente. Miento, me agrada, pero ahora mismo no.

—¿No fue muy aburrido estar acá solo?

—No realmente, tanto silencio me ayudó a avanzar mucho, probablemente me hubiera retrasado arriba con los niños buscando jugar o que los deje dormir en mi habitación, también pidiendo comida cada dos minutos o tal vez pidiendo que los lleve a los jardines con los perros.

—Sungjae y Joonie son tan preciosos.

—Lo son, Moon ya está buscando clases de... creo que...— me quedo callado— ¿Por qué me miras así?

Parpadea.

—¿Así cómo?

—Así, extraño.

—Solo estoy prestándote atención. No te miraré si es incómodo.

—No, está bien.

—Vaaaale, iré a la cocina un segundo, traje cerveza, pero no le digas a Harrison, es una travesura secreta.

Se levanta y a trotecitos abandona la habitación, me quedo un poco lelo viendo a la puerta, juro que la manera en la que me estaba mirando no era una simple, de todos los días. Había una ilusión extraña y quizás... ¿admiración? no lo sé, el punto es que fue diferente.

Fue lindo, me intimidó por un instante.

Aparto la laptop y dejo el resto de los dumplings sobre la mesa para su regreso, comenta que trató de apurarse para que no enfriaran pero que aún así las puso en hielo unos minutos más.

Mientras hace eso, me enojo conmigo mismo mientras pienso en que Rox está teniendo una paciencia gigante conmigo y yo solo estoy deteniéndola cada vez que da un paso más hacia mí, ya me pidió que me deje llevar y realmente no lo estoy haciendo.

Sigo con mis barreras bien impuestas cuando podría tirarlas y, bueno, empezar por aceptar que existe la posibilidad de que Rox me guste un poco. Solo un poco.

Un poco nada más.

Llevo tiempo sintiéndome mal por encontrarla atractiva y que mis ojos se desvíen a sitios donde no deben, quiero pensar que eso forma parte de mi gusto por ella.

—Y creo que me pondré tetas.

—¿Eh? ¿Por qué? No necesitas.

Suspira.

—Creí que no me estabas escuchando, estás muy callado y te acabaste la cerveza de unos dos tragos.

—Lo lamento, me quedé pensando unos minutos.

—Espero no ser muy aburrida.

—No, no. Nada de eso.

Aparto la lata vacía, ella deja la suya en el suelo a un lado de la cama. Se acerca solo un poco.

—¿Estás seguro de que no estoy incomodándote? Te has puesto tan tenso de un momento a otro y no sé si hice o dije algo...

—Lo juro, no es eso.

—¿Entonces?— toma mi mano, la estrecha entre las suyas— ¿Pasó algo? Solo dime si necesitas algo.

Estoy por negarme, me retracto.

—Si necesito algo.

—Claro, dímelo. Te ayudaré.

—Necesito que me beses.

Su reacción es predecible, su rostro, cuello y orejas enrojecen y hace preguntas en medio de tartamudeos dónde la única que se entiende es:

—¿D-Dónde?

Muerdo mis labios.

—Donde quieras.

Suelta mi mano, rasca una de sus cejas con el índice y sigue roja. Se arrodilla en la cama, sosteniéndose de mis hombros.

—¿Qué buscas probar con eso y como sé que no vas a enojarte conmigo después?

—Solo... algo. No me voy a enojar.

—Nam.

—Bésame.

Está preocupada, lo entiendo, pero yo estoy ansioso y me gustaría que fuese ella la que se acerque primero, no lo sé, siento que es correcto de esa manera.

Todo se reproduce a detalle, se sienta en medio de mis piernas, en el espacio entre ellas, sus brazos están rodeando mi cuello y solo nos separan centímetros, ella sigue dudando.

—Nam.

—No tienes que hacerlo si no quieres, nada te obliga. Yo no lo hago.

—Es que sí quiero, maldita sea que lo quiero. Pero tú has puesto límites y dijiste una vez qué-

—Sé lo que dije, lo retiro, esto no va a cambiar nada, al menos no para mal.

Ya hemos tenido acercamientos que se sienten más íntimos que esto. Sonrío a medias y acaricio su nariz con la mía, ese gesto la derrite, la conozco y es así de dulce.

Sus uñas rascan la parte posterior de mi cabeza y se resigna, deja de sonreír para besarme los labios, el chasquido de ambas bocas se escucha quizá demasiado morboso, pero eso le da el toque al momento. Sus dientes toman mi labio inferior con fuerza moderada y lo estiran hasta soltarlo, entonces soy quien ataca su boca a mi pleno gusto.

Para darme cuenta de que estoy en problemas porque no puede ser que me guste tanto.


Otro capítulo porque estoy contenta, ha sido un buen día y quienes me siguen en Instagram saben por qué, si aún no me siguen las invito a hacerlo y si no tienen instagram, pues les dejaré la razón aquí:

Un pequeño paso para la reina, pero un gran salto para el reinooooooo, espero que la próxima vez pueda tratarse de una obra solamente mía, esperemos que sí ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro