Capítulo dieciséis
CAPÍTULO DIECISÉIS
—Estoy perfectamente.
—Oppa.
—Fue un pequeño ataque de pánico minúsculo, Harrison se va a encargar, así que no volverá a suceder— observo a mis hermanas y luego a Rox abrazando a ambos niños— Sam las llevará y traerá de ahora en adelante, está decidido.
Así lo decidí y está bien, puedo subirle el sueldo, a él no le molesta.
—Menos mal Roxie estaba contigo— Sun toma su mano y la aprieta— gracias, cariño, también gracias por traerlo aquí a tu casa.
—No es problema, mi casa es su casa.
—El tío está aquí todo el tiempo y nunca nos invita.
Ahora Joonie se queja, lo que me faltaba.
—Tu tío tiene que pasar tiempo de sus vacaciones con su novia, Joonie— le explica su madre— y va a quedarse aquí unos días, necesita despejarse y estar tranquilo, nosotros nos encargaremos del resto de Hotissue.
Eso es chistoso porque ellas son las menores de la casa pero aún así les creo cuando dicen que van a encargarse.
—Moon tiene razón— Sun levanta el bolso—necesitas paz y en casa hay todo menos eso, Roxie te cuidará mejor que nosotros.
—No es necesario, no me molesta que sean ruidosos...
—Si es necesario. Aquí está tu pijama, traeremos más ropa en la noche aunque estoy segura de que aquí tienes varias de tus pertenencias...— observa a Pinky con obvia picardía en la mirada, ella se hace la desentendida, peinando el cabello de Sungjae quien de nuevo se ha puesto sus zapatos verdes— relájate, sal de tu papel de padre de todos y diviértete aquí con tu novia al menos dos días, nosotros estaremos bien y tenemos seguridad de sobra, oppa.
—Te amamos, estoy segura de que nos agradecerás después.
Rasco mi cabeza, dudándolo.
—Bien. Pero si algo pasa y se encuentran con mamá-
—Te llamamos. Sun podrá ponerla en su lugar si eso sucede.
—Oh, sí. Sí.
Cada una agarra una de mis manos y la aprietan.
—Vamos a estar bien, déjanos cuidarte esta vez ¿Si? Siempre eres tú el que carga con todo, hemos crecido y ya no tiene que ser así, oppa.
—No lo sé, Moon, es que no quiero que pasen por más problemas-
—¡Abrazo al tío Nam!
Me mandan a callar haciendo que los dos pequeños se me lancen encima, las observo con resentimiento mientras los gemelos gritan y se cuelgan de mi cuello y a Rox la miro mal por reírse.
Se levantan, me abrazan antes mientras se despiden y Rox les acompaña hasta la puerta, a mí me dejan en cama como si estuviera enfermo o algo, suspiro. No encargarme de nadie suena a tarea imposible, soy el mayor, tengo que velar por mis miembros, mis hermanas, mis sobrinos... la pequeña no tan pequeña de Blue.
Los perros.
¿Quien controla a Jungkook y su bocota en mi ausencia? Tal vez Sasha... no, ella es peor. Van a reducir la casa a cenizas, estamos jodidos.
Rox regresa, salta a la cama, debo mirar hacia arriba pues ahí está de pie observandome hasta que se deja caer, ambos rebotamos en el colchón.
—¡Beso a daddy Nam!
—¿Disculpa?
Se adhiere a mi boca de manera agresiva, eso es nuevo, pierdo el equilibrio y termino cayendo de espaldas a la cama con ella encima, termina separándose porque no puede dejar de reírse.
—Tu cara fue hilarante.
—Pues es que me vas llamando así de la nada, no supe reaccionar.
—Lo siento, mi amor.
Me arde el rostro completo, aclaro mi garganta.
—Eso está mejor, me gusta.
—¿Debo seguir llamándote así?
—Si tú quieres...
—Bien, mi amor— beso— iré a preparar la bañera, mi amor— otro y otro— y nos daremos un baño juntos, mi amor.
Suspiro entre besos, me relajo un poco, sé que estoy muy tenso e intento no estarlo, ah, esta chica. Me hace querer ser aún mejor para ella.
Me mira con esos ojos brillantes, quisiera que los míos brillasen de esa manera tan intensa. Volteo los ojos mirando al techo ahora, resignándome.
—Bien. Trae el tinte.
Grita.
••••
—Si me has quemado el pelo, será un problema.
—Que no, hombre, que ya solo queda peinarlo y está perfecto— da vuelta a la silla, se queda viéndome— ¿Puedo decir algo indecente?
—¿Qué tan indecente?
—Muy, muy indecente, algo atrevido del nivel que tú me llamarías pasada.
—Vale, exprésate.
Se sienta en mi regazo, continúa peinando mechones de un lado al otro.
—¿Recuerdas lo que te dije hace como un mes al oído para convencerte?
Asiento.
—Que me la comerías si aceptaba hacer esto. Para ser más exacto, dijiste que te atragantarías con mi pene solo para verme con el cabello rosa— ríe— loca, atrevida, tú de tímida no tienes un pelo.
—Soy tímida cuando se trata de decir cosas bonitas, cuando es contrario a eso... pues me gusta expresarme sin restricciones— se nota— y eso que el único que ha visto algo, eres tú, yo no he tenido esa dicha.
—Cielo, te vi desnuda porque entré en pánico pensando que te morías— le recuerdo— y cuando me quedaba viéndote de más... me sentía un pervertido culpable, lo juro, yo lo intentaba pero la atracción era más fuerte.
Toma el espejo, enseñándome el resultado. Bufo, no puedo creer que me veo bien.
—Te ves magnífico.
—Que sorprendente.
—Cómo se nota que no tenías ni un poco de fe— toma mi teléfono, me da un beso antes de empezar a filmarme— le enviaré esto a tus hermanas, enseña ambos perfiles.
—¿Es enserio?
—Hazlo, anda, que el color te quedó hermoso.
Hago lo que me pide, riendo por lo ilusionada que está, también le envía el resultado a Seokjin que imagino lo leerá cuando despierte, pues dónde se encuentra debe ser de madrugada.
—¿Eres feliz?
—Lo soy.
—Ya puedes ir a preparar esa bañera. Me gustan las burbujas.
—¿Qué harás mientras yo preparo el baño?
Me encojo de hombros.
—Voy a desnudarme ¿Qué más?— le hago levantarse— ¿No querías estar en igualmente de condiciones? Pues a eso vamos. Dos minutos.
—¿Eh?
—Estoy listo en dos minutos, apúrate— tomo su mentón, sacudiendo su cabeza con delicadeza— no estés nerviosa ahora, Pinky. Digo, mi amor.
Me voy hasta la habitación, escuchándola decirme que soy malvado y que eso no se hace mientras reviso los mensajes de Seohan dónde me dice que JaeReon ha ido a verlo y que escuchó nuestra llamada.
Dice que la notó molesta y eso me resulta difícil de creer porque JaeReon no se enoja por asuntos que no le competen, además de que ya estaba enterada de mi noviazgo y cuando la rechacé, lo tomó muy bien, no armó gran drama por eso y no insistió, cosa que agradezco mucho, al menos en ese ámbito es lo suficientemente madura y centrada.
No le respondo y dejo el teléfono sobre la cama, es bastante tarde, quiero dormir tan temprano como el insomnio me lo permita, así que no quiero más asuntos rondandome la cabeza. Demonios, relajarse es difícil cuando toda la vida he sido un hombre tenso y precavido, siempre alerta y con la cabeza pesada por tantos asuntos pendientes.
Pedirme que me relaje es una petición bastante tonta teniendo todo eso en cuenta, pero, me lo han pedido las gemelas, debo intentarlo con más fuerza.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro