CAPÍTULO DIECINUEVE

—Oh, pero si son el par de mocos que parece que no pueden despegarse un segundo...

—No eres gracioso, Jungkook.

Se ríe.

—Sabes que sí— le da la mano a Rox— hola, no te veía hace días, luces radiante.

—Vaya, gracias. Luces bien y hueles a jabón de avena.

—¿A dónde vas?

—A hacer planes de playa con Kerstin y Gleb— ah, estos dos— deberíamos ir todos, será bueno para nuestra atareada existencia y así ustedes dos lucen sus rosadas cabelleras. Se ven sexys, por cierto.

—Si los demás van, nosotros también— asiento, estoy de acuerdo con Rox— saluda a Kerstin de mi parte.

—Lo haré gustoso. Nos vemos.

Él se va y nosotros subimos, solo veníamos a dejar el libro en mi biblioteca y es todo. También vengo a cambiarme por algo mejor para salir que solo deportivos.

Tendremos nuestra cita número... no sé, pero hemos tenido muchas citas, ya es costumbre.

—Lo pondré en su lugar, cámbiate.

—Vale.

Siento que tengo que comprar más ropa, por alguna razón siento que nada me queda. Guardo la guitarra en su estuche y recojo todas las hojas que dejé regadas, anoté muchos acordes y ya no sé para qué eran.

Hasta un par de baquetas que no son mías están por aquí y, oh, debo darle esto a Hoseok, es suyo.

¿Por qué tengo tanta mierda aquí que no es mía?

—Nam— regresa, aún no me cambio— ¿Quién es JaeReon?

—Ah, una conocida de hace años, te conté— me entrega mi teléfono, ah, ella lo tenía, que idiota— ¿Uh?

—Pues te ha llamado varias veces, quizás es importante.

Justo vuelve a marcar en el momento, contesto y no me da tiempo de saludar, parece muy alterada.

—¡¿Podrías decirles que autorizas mi entrada?!

—¿Sucede algo?— no responde, solo repite la petición—Bien, pero deja de gritar, que te suba Sam.

No he hecho nada en su contra, estoy seguro, esa es la voz de una mujer enojada y quién sabe que ocurrió ahora. Lo pienso mientras sube, tal vez sus padres exigiéndole cosas de nuevo, quizás es el estrés del trabajo, realmente no tengo idea de que podría ser y qué podría querer conmigo ahora.

—¿Qué sucedió?

—No tengo ni la más remota idea— le digo—subirá y hablaremos.

—Vale, no quiero perturbar con mi presencia, así que estaré en la biblioteca— sonríe— tomaré el libro de Café con leche.

—Ese es interesante. Anda, igual escucharás lo que sea que pase y antes de que preguntes, no me molesta.

Ella entra y se encierra allí, escucho a Sam colocando el código de la puerta, uno que de todas maneras van a cambiar la próxima semana, Taehyung se quejará porque no recuerda el nuevo y tendrá que escribirlo en su teléfono, nada raro. Me asomo y le hago señas para que suba.

Entro de nuevo al cuarto, descansando mi peso contra la mesa y me cruzo de brazos viendo a la puerta hasta que aparece. Entra a paso rápido y directo.

—Hey ¿Qué ocurre?

El sonido de la cachetada parece que hace eco en toda la casa, mi mejilla arde y aunque no me dolió, si que me ofende recibir un golpe en la cara sin recibir una explicación antes.

—¡Eres un imbécil!

—¿Disculpa?

Está llorando o estuvo en ello, ignoró el escozor del golpe, eso seguramente me ha dejado la mejilla roja, relamo mis labios, esperando a que decida decirme de qué se trata este arrebato horrible.

—Fui a ver a Seohan, lo escuché hablando contigo al teléfono y supuse que no era una conversación muy seria dado lo que mencionaban— dice— los sentimientos de él otra vez, esos que no se sabe si son o no verídicos porque, en caso de que no estés enterado, Seohan tiene novio.

—La vida sentimental de Seohan me tiene sin cuidado, muy bien por él. Yo necesito saber por qué demonios has llegado a mi casa a golpearme, no sé quién te creas que-

—¡¿Tú quién te crees que eres?!— exclama—¿Pensabas contármelo algún día? No es como que sea muy privada la condición de tu supuesta novia.

—¿Qué carajos quieres decir?

Y explota.

—¡¿Cómo es que has elegido a una actriz porno por encima de mí?!— grita, contengo el aire—¡Años juntos! Todo lo que he hecho por tí y cuántas veces no nos dijimos que cuando todo fuese mejor estaríamos juntos y ahora que todo está bien, me rechazas por una mujer como esa.

—¡¿Una mujer como esa dices?!— se sobresalta, creo que ninguno de los dos esperaba que yo gritase, pero esto me superó—¿Por qué demonios yo tendría que elegirte basándome en algo que dije cuanto tenía como quince años? ¿Por qué tengo que quedarme contigo cuando no siento nada hacia tí?—  sus ojos están muy abiertos— ¿O quieres que acepte ser tu novio solo por lástima?

—Tú-

—No sé por qué es tan difícil entender lo que un no, significa— y lo digo refiriéndome a Seohan de igual manera— parece que tengo que gritartelo en la cara y así lo vas a procesar correctamente, dime qué más quieres oír— me coloco de pie— ¿Un agradecimiento por haber sido mi novia cuando mi vida estaba jodida? ¿Eso quieres? Porque no es difícil dar las gracias por cinco minutos semanales de tu tiempo, si no lo recuerdas, también fuiste una novia ausente, nunca me apoyaste— me inclino, es notoriamente más baja que yo— ¿Y tú esperas que yo decida quedarme contigo? No me hagas reír, JaeReon, tú no sabes querer.

Se sorbe la nariz y asiente un par de veces, aún molesta.

—Bien. Entonces no soy la mujer para ti, lo capto, pero habiendo tantas en el mundo tu decidiste quedarte con... con...

—No lo digas, no te atrevas a-

—Con aquella vulgar, con una mujer que tiene la imagen perfecta para hacerte quedar como un demente ante todos los medios. Porque fue literalmente una actriz porno, lo que significa que cientos de manos la han tocado, un historial bastante largo y ahora tú solo formas parte de su lista— chasquea la lengua— cuando termine contigo y... te deje, al igual que según dices, hemos hecho todos, me pregunto quién será después, algún colega tuyo que tenga más dinero o más fama para que le dé mejor reconocimiento.

Aprieto los puños.

—No sé qué tan herido esté tu ego solo porque decidí amar a alguien que no eres tú— musito— pero no te permito hablar mierda de ella, porque es mi novia, su pasado no es tu asunto y no voy a seguir desperdiciando el habla con una persona tan detestable como tú. Se acabó, este fue el cierre que tú elegiste, largo de mi casa.

—Namjoon.

—Fuera de mi casa.

Grito el nombre de Sam, porque sé que sigue en la sala y escucho sus pasos, no alcanzo a escuchar lo que dice y JaeReon suelta algo que simplemente fue la gota que rebasó el vaso.

—Jodido idiota, te veré dándome la razón cuando termines enfermo por culpa de esa prostituta.

La puerta de la biblioteca se abre y Rox sale casi soltando humo por el enojo. Toma a JaeReon del cabello y casi puedo sentir el dolor de su cuero cabelludo siendo maltratado.

—¡Rox!— la agarro de la cintura cuando ya tiró a JaeReon al suelo, maldigo y Sam llega— ¡Agárrala y llévatela!

Separar a estás dos en un asunto difícil, JaeReon intenta devolverle el golpe pero solo se gana un buen rasguño por las uñas largas que Rox trae puestas, todo este ruido ha despertado a Taehyung y a Blue, el primero llega, ve el alboroto y de un manotazo, hace a JaeReon soltar a Rox.

—¡¿Qué carajos?!— exclama, mira a la castaña y bufa— ¡¿Y tú quién eres?!

Suspiro.

—Sam, encárgate.

Blue se acerca a Taehyung y se lo lleva, se lo agradezco con una mirada y cuando cierra la puerta, Rox solloza, buscando esconderse en mi pecho. Nos llevo a los dos hasta la cama y allí termina de soltarse a llorar, no hay manera de detenerla.