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Epilogo

Rayos sol cayendo colándose atreves de las cortinas, iluminando la piel descubierta por las sábanas, formando figuras entendibles y permaneciendo calientes a pesar de la fría temperatura afuera. Labios hinchados besando la frente con cabellos negros despeinados y una especial sonrisa mostrándose en su rostro rápidamente.

─Buenos días, alfa ─escuchó a Jungkook decir de forma adormilado.

─Buenos días, omega ─respondió Jimin con la energía expresada en su voz, saliendo del enredo que compartía con el cuerpo desnudo de Jungkook.

Jimin comenzó a vestirse con lentitud, presionando a Jungkook para que hiciera algo mismo, tirando de su pie incontables veces y planeando su trasero unas veces más mientras se movía de un lado a otro para arreglarse.

Finalmente, Jungkook rodó por la cama hasta estar sobre su espalda y mirar el techo de su habitación.

─Oye, Jimin. Siempre he tenido la duda de algo.

─Los hombres pueden tener orgasmos por el ano también

─¡Eso no!

─¿Entonces qué?

Jungkook, volvió a rodar hasta estar sobre su estómago, con los codos sobre el colchón, sosteniendo su barbilla.

─Mi olor favorito es el pastel de chocolate con fresas y tú hueles a eso como mi destinado. ¿Qué olor tengo yo para ti?

Jimin siguió abotonando su camisa sin dejar de mirarse al espejo.

─A ti.

─¿Cómo?

─No tienes un olor característico, hueles a ti.

El de menor estatura pareció asustarse con esa respuesta, levantándose para encararlo, sin salir de la cama se apoyó sobre sus rodillas.

─¿Esos significa que no soy tu pareja destinada pero tú sí la mía y que es posible que tu pareja destinada sea otra pero tú seas la mía?, ¿entonces moriré y encontrarás a esa persona?

Jimin comenzó a reírse.

─Significa que no tenía un olor favorito hasta que te conocí, tú eres mi olor favorito. No sé como describir tu olor, solo sé que es tuyo y es delicioso. No es dulce, ni picozo, es suave pero se hace notar en mi nariz ─después de un beso sobre la nariz ajena, sonrío palmeando su cabeza ─. Levántate ya.

Jungkook se dejó caer nuevamente sobre la cama, cubriéndose con las sábanas y rodando con ellas hasta estar envuelto a excepción de su rostro.

Así durante largos segundos hasta que Jimin no lo dejó estar más y lo apuró a vestirse.

─Yo quería ser omega para quedarme a dormir hasta que alfa regresara ─se excusó él, mirando en reproche al rubio que le ayudaba atar la corbata.

─Bueno, eres el omega del alfa líder de la manada, obviamente también tienes cosas que hacer ─respondió Jimin, subiendo el nudo en la corbata de su chico para sonreírle ─. Con las cosas que he cambiado, ningún alfa y omega se queda sin hacer algo que puede ser de vital importancia, igualdad para todos.

─¿No puedo dormir cinco minutos más?

─¿Y llegar tarde al gran día como llegaste tarde a la celebración de nuestra unión?

─En mi defensa fue tu culpa, quisiste tener sexo desenfrenado el día anterior y saliste a prisas sin hablarme.

El rubio siseo, moviendo su dedo sobre sus labios para callar al chico y moverse al espejo más cercano dela habitación, comenzando a peinar su cabello hacia atrás al mismo tiempo que Jungkook se sentaba sobre la cama para hundir sus pies en los zapatos.

─¿Por qué tenemos que usar estos atuendos si terminaremos desnudos?

─Tenemos que ir presentables a la ceremonia, Jungkook. No podemos saltarnos ninguna regla.

─Pero eres el alfa, si quieres puedes cambiarlas un poquito como has estado haciendo, ¿no?

Jimin lo miró atraves del espejo, atacandolo con aquella mirada de estarlo reprendiendo, esos ojos heterocromaticos llenos del "me estás cansando" que hicieron al pelinegro callarse, juntando sus labios hacia arriba, chasqueando su lengua y terminando con asentimiento.

Los cambios en la manada fueron grandes; principalmente porque los muros en las tres habían sido destruidos y aquel material utilizado para nuevas casas, árboles talados y nuevos creados para tener espacio suficiente, para estar más cerca los unos de los otros.

La manada era más grande, con más espacio, donde el centro de la misma era aquel precioso valle testigo de sus hermosos momentos juntos desde la infancia. Donde su pequeña cabaña, construida por los dos, se situaba como la casa de los líderes de la manada.

No estaban demasiado lejos de su gente, con caminos construidos cuidadosamente para unirlos como era debido, dejando aquella vista de la Flora pero con el espacio necesario para seguir unidos. Juntos, siempre juntos desde aquel día.

Jimin no quiso dejar ir a la gente de la manada detrás de las colinas, integrando a la gente inocente en su manada, castigando a los malos y haciéndolos irse lo más lejos posible, con la amenaza de robar sus linajes y cortar su cuello si volvían a hacer algún daño.

Por parte de la familia D Angelino, los antes alfas continuaban encerrados en las cárceles construidas por la gente, mientras el único omega de la familia permanecía feliz moviéndose entre los lobos. Estaba dispuesto a estudiar y ayudar con las tareas tanto como le fuera posible, siendo uno de los maestros en la escuela sin restricción de edad o linaje que Jimin decidió implementar.

Jungkook supervisaba las construcciones y cosechas que nunca quiso al ser quien más experiencia tenía en ello, mientras que Jimin era el que estaba a cargo de organizar las clases a distintas áreas dentro de su manada. Además de hacer varias cosas más, como implementar la modernidad y tesoros de la manada detrás de las montañas a la suya.

Podían decir fácilmente que eran la manada más grande y estable del país, teniendo seguridad de ellos cuando lobos de distintas partes comenzaban a llegar con el objetivo de hacer tratos de comercio entre ellos.

Jimin y Jungkook estaban orgullosos de poco trabajo que habían estado haciendo en el invierno, casi llegando a primavera.

El rubio golpeó la cabeza del pelinegro sin mucha fuerza, llamando su atención cuando este estaba apunto de dormirse nuevamente. Jungkook se quejó audiblemente, mirando mal a su pareja para sacarle la lengua y sobarse.

─Te lo mereces, estoy hablandote desde hace un rato y no me haces caso. Estamos a punto de subir ─acusó el de mayor altura, escuchando las palabras de su madre delta ante el público reunido.

─Estaba pensando en todo, no estaba durmiendo ─se excusó, llevando sus dedos al brazo de Jimin para pellizcarlo con fuerza.

Eso logró que ambos comenzaran a pelear en susurros al frente de la multitud, la atención dirigida a ellos cuando la madre del rubio los llamó a subir junto con ella para dar unas palabras a su gente.

─Siempre es lo mismo contigo, no te puedes estar quieto ─acusó el rubio ─. No voy a comprarte más leches de platano.

─¡Abstinencia!

Su madre carraspeó, logrando que los dos girarán su mirada a la mujer y luego a la multitud, sonriendo con vergüenza para caminar hacia las escaleras mientras seguían diciendo "es tu culpa", "es la tuya", "me distraes", "tú eres el líder".

─¿Están seguros de que es correcto dejarlos a la cabeza? ─cuestionó la madre de Jungkook disimuladamente a la madre omega del rubio.

─Ellos han logrado más que todos nosotros juntos.

Jimin estuvo de pie sobre la plataforma, Jungkook estaba a su lado y sostenían sus manos aún cuando hace unos segundos habían estado peleando. Tenían la barbilla en alto con orgullo.

─Durante muchos años nuestras manadas han luchado por ellas y entre sí. Creíamos tener razones para mantenernos juntos luchando contra los lobos que vivían a unos cuantos pasos de nostros. Ahora, estamos todos juntos, unidos como una sola manada y no tenemos que luchar más entre nosotros, sino para permanecer juntos y salir adelante.

Jimin podía ver la atención de cada par de ojos en la multitud sobre ellos, sobre él y el discurso que estaba dando. Era la primera vez que tantas personas le ponían atención al mismo tiempo, la primera vez donde no tenía que fingir una voz aguda ni movimientos fuera de lugar en su comportamiento normal ante tantas personas. Solo había podido ser él mismo con una persona y aquella persona estaba a su lado, sosteniendo su mano con una sonrisa.

─Las cosas cambiaron rápidamente, pero aún hay mucho que corregir y establecer. No podemos mantenernos quietos ante todo el trabajo que tenemos, pero la energía y fuerza que nos motivará a hacerlo es la idea de que nuestra manada será aún más fuerte de lo que ya es. De que todos los lobos serán escuchados sin importar qué, seremos felices a toda costa justa.

─Agradecemos el apoyo que nos han brindado y la confianza que ponen en nostros, porque aún cuando Park Jimin arrebató de las sucias manos de los villanos el liderato de estas manadas, ustedes rechazaron que él regresara el liderazgo a cargos más viejos y experimentados. Desde el inicio lo apoyaron y aceptaron como el líder.

─Sabiendo de nuestros antiguos linajes, cambiados a como debía ser gracias a la Diosa Luna, soy tan nuevo siendo alfa como Jungkook lo es siendo omega. Somos jóvenes siendo líderes de la manada, pero es para mi grato decir que no estamos solos en este liderazgo, porque nos tenemos a todos. ¡La manada es la fuerza del lobo y el lobo la fuerza de la manada!

Aplausos junto con las aclamaciones siguieron el discurso de Jimin, celebrando con alegría, con regocijo, el como era debido y Jimin se merecía. Como los dos merecían.

No era ningún secreto para nadie sobre el trabajo duro que habían estado haciendo, formando parte de las construcciones, tomando decisiones sabias, protegiendo a capa y espada, ayudando a sanar.

Porque el alfa y el omega de ojos heterocromaticos eran los más fuertes de la manada, aclarando a casa lobo perteneciente de la misma sobre su gran poder que comenzaba a hacerse presente. Su presencia se sentía cuando ellos lo querían, su latir se escuchaba cuando se necesitaba y sus lobos se dejaban ver cuando era necesario.

Cada lobo, grande o pequeño, sabía que la pareja prometía una próspera felicidad en la manada, que era una pareja poderosa y de temer. Que por más jovenes e inexpertos que fueran, tenían logradas más hazañas que otros lideres.

Contando por supuesto, al padre de Jungkook, del cual se llevó acabo un funeral junto con los otros lobos perdidos. Un funeral donde aullaron sin parar durante un minuto entero, despidiendo su cálido corazón por al menos unos años.

El rubio fue apartado junto con Jungkook para llevar las vestimentas ceremoniales que durante años han llevado en sus manadas, que por más que haya electricidad y poco a poco red en su aldea, no indicaba que debían dejar algunas tradiciones.

Con el pecho desnudo, mostraban aquellas runas en mención a sus antepasados, luciendo las mismas con orgullo cuando estaban de nuevo sobre la plataforma. Sobre sus hombros poseían dos enormes capaz de piel de conejo, con dibujos tintados de bellas formas y gran significado. Ambos se miraron, detallando en sus rostros el maquillaje en representación al liderazgo.

─Que bien se te ven esas rayas en la cara ─mencionó Jungkook ─, no sé ni que significan pero están bonitas.

El rubio rodó los ojos arreglando su cabello para después ponerse los collares que le eran entregados.

─Son colmillos, Jungkook. Simboliza la unión animal con la racional.

─¿Y por qué no mostramos los nuestros?

─Se supone que esta ceremonia es para comenzar a crear los lazos con cada lobo de la manada, siendo lobos no podemos hacer esos lazos. Por eso mostramos la unión de nuestras dos razones de esta manera.

El pelinegro formó una "o" con sus labios, entendiendo las indicaciones de Jimin y no perdiendo la mirada orgullosa de sus suegras sobre él. Una mirada que estaba feliz de ver, por todo lo que sabía de su pasado.

Ambos estaban listos, tomados de la mano, subieron estas exigiendo gritos de la multitud, los aplausos no tardaron y Jimin señaló la luna llena en lo más alto del cielo.

Frente a ellos, subió uno de los más viejos en la manada, siendo responsable de coronar como alfa líder al rubio. Claramente, debido a que su madre no era más una alfa. Sin embargo ella le sonreía feliz desde abajo.

─El día de hoy se declara al joven Park Jimin, principe de la manada Sun como líder alfa de la manada.

El hombre, convirtiéndose en lobo, tinto su pata de la tiza negra en una bandeja especial. Llevando la misma sobre el pecho de Jimin, justo donde estaba su corazón.

─¡Larga vida al Alfa Park! ─gritó alguien y todos repitieron aquella aclamación.

Jimin besó la mano de Jungkook al sentir vibrar su unión, mirándole de cerca al entender sus palabras sin haberlas dicho. Conocía demasiado bien a su pareja.

─Antes de hacer el lazo con cada lobo de la manada. Quiero proclamar al segundo al mando ─aclaró, observando como su gente comenzaba a hacer las filas para recibir el lazo ─. Sé que un buen alfa necesita de un buen beta y lo tendré, pero el beta que elija no será el segundo al mando. Yo soy un buen alfa gracias a que tengo un buen omega a mi lado, Jungkook no es manos por ser omega así que el será el segundo al mando en nuestra manada.

La sorpresa seguía estando ahí, pero no habían oposiciones.

Porque Jimin no estaba pidiendo permiso.

Jimin lo estaba estipulando.

─Park Jungkook, como segundo al mando, deseo que elijas el nombre de nuestra manada.

Jungkook juntó sus cejas, mirando a Jimin como si una segunda cabeza estuviera saliendo de él. Las miradas estaban encima y tenía nerviosismo. Aún así, la felicidad no podía caber en su pecho, lleno de ese sentimiento de no haber sido apartado. Porque cada que alguien parecía ignorarlo, Jimin estaba ahí sacando el muro que ponían contra él.

Jimin lo hacía sentir útil.

Jimin lo hacía sentir como alguien que podía hacer cualquier cosa.

Antes no quería ser líder, porque significaba hacer cosas que no quería y estaba obligado a decidir en situaciones que no deseaba. Ahora podía decir que era todo lo contrario, quería ser líder porque no estaba solo en esas decisiones y seria quien daría la opinión, no quien tomaría la decisión oficial.

Jimin era lo que había necesitado siempre.

─Eclipse ─soltó Jungkook ─, de ahora en adelante seremos la manada Eclipse. Porque en un eclipse está la luna y el sol, es cuando juntos. Y nosotros estaremos siempre juntos.

─¡Larga vida al omega Jungkook!

Nadie hizo esperar que continuara con la ceremonia, Jimin estuvo feliz de poder tomar la muñeca de cada lobo para encajar sus dientes y rehacer la marca. Mantuvo su sonrisa al unir frentes con cada uno para hablar atraves de sus almas, podía sentir los lobos de todos, las emociones de cada uno y no se sentía abrumado al ser Jungkook quien lo apoyaba, al ayudarle a mantener el filtro.

Y así, cuando no hubo lobo sin marca, cuando no hubo lobo sin lazo con el líder de la manada. Todos abandonaron su forma humana, para convertirse en lobos y celebrar bajo la luna llena la promesa de lo que frente a sus ojos.

El lobo de pelaje rubio cenizo, dejó su barbilla caer sobre la cabeza del lobo negro, enredados entre sí con sus heterocromaticas miradas morado y azul sobre los lobos jugueteando en el terreno.

"Oi, Jungkook."

"¿Hmm?"

"¿Lo sientes?"

"¿Eh?"

"¿Sientes esa paz absoluta?, ¿sientes a cada lobo correr por tus venas?, ¿toda la fuerza de cada uno reflejada en nosotros?, puedo decir que soy más fuerte al formar los lazos con la manada. Por primera vez siento esta unión con mis madres y otros lobos."

"Lo puedo sentir. Es completamente genial y todo gracias a ti."

"¿A mi?"

"Eres quien más fuerte ha luchado."

"Creo que, el lobo sabe lo que quiere. ¿No?"

"¿Eso que significa?"

"Nuestros lobos querían regresar a sus cuerpos originales y se querían entre si."

"Oooooh, que listo."

"Que tonto."

"¿En serio me dijiste tonto?"

"Te amo aunque seas tonto."

"¡Es mejor que corras ahora, alfa!"

"¡Espera, hay niños aquí!"

"Oye, Alfa."

"¿Hmm?"

"Tú eres mi sueño."
















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