17
Se despertó en cuanto sonó la alarma de su celular, entretenido con la canción que eligió con mucho detenimiento al ser la menso escandalosa y rara entre todo el repertorio que venía integrado. Volviendo a meter su mano dentro de las cobijas al apagarla y mirar por la ventana.
Movió un poco las cortinas, teniendo presente la clara imagen de su pueblo en la oscuridad, no tan oscuro como por la noche, ya que comenzaba a amanecer.
Levantándose con cuidado, se propinó una merecida ducha sin perder la somnolencia, teniendo más energías mientras cubría su cuerpo de ropa cómoda y agradable para su imagen. No es que estuviera preocupado por lucir bien en otro mundo o para el rubio, era por su propio gusto. Eso trataba de decirse.
Con precaución, arregló su habitación del poco desastre que logró hacer en algún momento, sin hacer ruido, teniendo en cuenta del ligero sueño que poseían sus padres algunas veces.
Estando al tanto del mensaje de Jimin donde decía que lo esperaba pacientemente en la carretera, abrió la ventana de su habitación y aventó su mochila con una muda de ropa por si era necesario convertirse, su celular estaba adentro, protegido de ser destrozado por la caída. También tenía una botella de agua y una manzana, preocupado por mantener su energía sin desayunar.
Al momento en el que se tomó del marco de la ventana para poder saltar en dirección al árbol, su brazo fue tirado hacia atrás, obligándolo a rodar por la cama y caer al suelo. Su cabeza hizo un sonido sordo al chocar contra el suelo, su espalda doliendo por el impacto, el aire resistiendo dificultosamente dentro de él.
─¡¿A dónde carajos crees que vas?! ─gritó el hombre.
Jungkook le miró con horror, notando por primera vez a su padre verdaderamente agresivo, por estar concentrado en sus cosas no sintió a su padre llegando hasta a él y tampoco a su madre a los pies de la puerta, temblando de miedo.
─¡Alfa! ─dijo la mujer. Recriminado la violencia de su padre, recibiendo una severa mirada que la hizo callar y temblar aún más si era posible, llenando sus ojos de lágrimas que Jungkook no pudo perdonar.
Se levantó gruñendole a su padre, teniendo este miedo a él, la sensación de querer ser protegido, de correr lo más lejos posible. Sentía a su lobo queriendo protegerle, ¿protegerse a si mismo?, ¿era la autoconservacion?
Su padre está ahí, frente a él, con las cejas juntas, comenzando con un gruñido bajo que le hizo temblar las piernas al pelinegro.
─Responde la puta pregunta, Jungkook.
─Soy un corredor, saldré. Lo normal.
─¿Tan temprano por la mañana?
─Me gusta vigilar y entrenar lo más rápido posible.
─¡A mi no vas a mentirme!
Sintió demasiado el suceso demasiado rápido, la mano de su padre había estampado contra su rostro, con la cara volteada y una expresión de impresión, tocó su mejilla que comenzaba a tener color, su labio roto por la garra de su padre que salió sin su permiso debido a sus negativos sentimientos. Su progenitor, bañado en sorpresa también, volviendo a tomar su postura dura, pero no como antes.
─Sé que has salido del territorio ─aclaró su padre ─, antes de ser corredor y después de. Cumples con tus trabajos más rápido de lo que otros alfas cuando eras el más atrasado de todos y al vigilar dejas directamente tu aroma y te vas al bosque. ¿Qué mieda haces ahí?, ¿cómo se te ocurre ser un puto corredor si no tienes lobo?, estás rompiendo las reglas.
─¿Cuales putas reglas? ─soltó el menor, con los ojos llenos de lágrimas ─. Cumplo con los malditos trabajos que no quiero hacer, hago más trabajos de los que debería, termino todo a tiempo y me convertí en corredor por el bien de la manada y tu puta posición. ¡¿Por qué carajos te quejas ahora si hago todo lo que quieres?!, ¡¿eh?!
En la memoria de Jungkook, pasaban los borrosos recuerdos de su pasado, aquellos protagonizados por los padres que no tenían nada que ver ahora con lo que eran. Ya no estaban esas sonrisas cariñosas, esas risas llenando todo el lugar, ese afecto constante y la sinceridad, ya no había la comunicación. La calma y el amor.
Su papá se convirtió en un mounstro.
─No puedes simplemente de la nada dar todos esos resultados y alejarte del territorio, Jungkook. ¿Estás yendo con brujos?, ¿consumes drogas para alfas?
─¿Qué?, ¡claro que no!
─¡Ni siquiera tienes lobo!
Jungkook, con ello, comenzó a sacarse la ropa, teniendo completamente confundidos a ambos de sus padres, perdiendo total vergüenza ante presentarse desnudo ante ellos debido a la cólera corriendo por sus venas. Al estar completamente desnudo, se transformó en lobo, parado sobre cuatro patas frente a su padre después de tronar todos sus huesos y cambiar lentamente.
¿Por qué tardó más?, ¿será porque no lo ha hecho desde ella última vez que se vio con Jimin?, ¿por qué de pronto se sintió tan abrumado al estar en su forma de lobo?
Se obligó a si mismo a gruñirle a su padre una vez más, mostrando sus afilados colmillos y sus ojos morados, teniendo la impresión de su padre en el momento que observó el pelo salir. Y volviendo a su forma, una sonrisa se mostraba en los labios de aquel.
─¡Hijo, tienes lobo! ─ante la exclamación, intentó abrazarlo, recibiendo manotazos de el menor, el cual comenzó a vestirse sin remordimiento.
─¿Tan rápido se te olvida lo que has hecho? ─cuestionó, mirándolo con recelo.
El hombre mordió su labio.
─¿Pero cómo?
─No tengo porque darte ninguna explicación. Mientras de resultados no tienes porque cuestionar ni una mierda. Debido a que has estado espiandome, seguramente te has dado cuenta que he bajado en mis actividades nuevamente y por eso mismo tengo que salir a descubrir el maldito problema. No te metas en el puto asunto.
─¡Soy tu padre!
─¡Y yo tu hijo y ella mi madre, además de tu esposa! ─señaló a la mujer en la puerta, viéndola llorar en silencio, envolviendolo en más de su ira ─. Pero eso no importa, ni una mierda. No te interesa en lo más mínimo, porque para ti, esta familia no es tú familia, es la maldita omega de la aldea, el maldito alfa hijo del líder y tú el maldito líder de la puta manada. ¡De una puta manada rota!
Acomodó su chaqueta, limpiando su labio y dando unos pasos hacia atrás, mirando mal a su padre, negando con la cabeza. Lo miró de arriba hacia abajo, con desprecio.
─Te has convertido en un mounstro. Un jodido monstruo.
─Jeon Jungkook. A mi no vas a hablarme así ─se acercó a él, levantando su mano nuevamente en el aire.
El menor, con miedo, puso su mejilla en alto, la que estaba sin un golpe, mostrando que no tenía miedo de él aunque sus piernas estuvieran temblando.
─Anda, vuelve a pegarme. No cambiará lo que eres, lo confirmará aún más.
Al no recibir golpe alguno, chisto girando sobre sus talones, dando un beso en la frente de su madre mientras susurraba un "lo siento mucho" y salía de la habitación para después de esto salir de la casa de prisa, tomando su mochila del suelo y escuchando a su padre asomado en la ventana.
─¡Jeon Jungkook, vuelve acá!
─¡Cuida de nuestra puta manada mientras no estoy!
[...]
Teniendo una paleta de cereza dentro de su boca, la movia constantemente debido al aburrimiento, su mirada estaba constantemente en su reloj de muñeca, observando pasar los minutos en los que Jungkook se había retrasado. Dándose por vencido, estaba decidido a mandarle un mensaje mandandolo hasta lo más lejos que conocía.
Hace unos momentos, su lobo se había movido dentro de él con inseguridad, pareciendo sufrir dentro de él, lo que le molestó en demasia porque la sensación no lo dejó estar tranquilo, haciendo que se moviera de un lado a otro hasta que esa sensación desapareció.
Pensó, rápidamente, varias veces, que ese molesto sentimiento era por el nerviosismo que tenía ante estar con Jungkook en el mundo humano. Discutiendo consigo mismo por estar de esa manera por el menor.
Sus sentimientos revueltos, los dejó ir con aquel sentimiento de enojo al ver perfectamente los pelos negros del contrario, a punto de comenzar a reclamar por su impuntualidad, notó al lobo negro cambiando detrás de unos arbustos, mostrando su blanquecino pecho de tetillas rosadas y esa expresión de ira marcando todo su rostro.
Estaba realmente enojado, porque no lograba verse ni un poco adorable aunque aquella expresión.
No sé veía como cuando discutían constantemente por cosas tontas.
Él estaba verdaderamente molesto.
Cuando el chico estuvo vestido, caminó dando zancadas, abriendo la puerta del copiloto y adentrándose al auto sin más.
Jimin teniendo eso, sacó la paleta de su boca mientras guardaba su celular y comenzaba a caminar para rodear la camioneta y subir al asiento del piloto.
─Buenos días para ti tambien.
El rubio, con el ánimo tranquilo, decidido a no molestar más al pelinegro ya que de verdad parecía estarlo pasando mal, se enfocó en conducir en silencio. Atreviéndose minutos después a sacar la bolsa que había preparado y pasarla al menor con cuidado, obligando al mismo a sacar la vista de la ventana cuando movió la bolsa haciéndola sonar. El contrario, descruzando sus brazos, le miró con duda y las cejas a un juntas, tomando la bolsa para mirar dentro de ella.
Un sándwich cuidadosamente envuelto en una servilleta, una cajita de leche de plátano, una manzana y un yogurth. Eso había dentro de la bolsa.
Miró al chico, conduciendo sin mostrar nada más que concentración en su camino.
Su mal humor huyó tan rápido de su cuerpo como dedico su atención en la acción del ajeno, ¿le trajo del desayuno?
─¿Me hiciste el desayuno?
Jimin se puso nervioso, tensando sus formado cuerpo ante la pregunta casi susurraba del menor, mordió su labio y su corazón comenzó a golpear su pecho con fuerza.
─¿Qué?, ¿pero qué dices?, obvio no. No le traería el desayuno a un fuerte alfa como tú ─comenzó a burlarse, Jungkook notando la mentira demasiado rápido y sonriendo ladino ─. Mi madre me dio eso y como me gusta comer en la universidad te lo estoy regalando para no tirarlo.
Jungkook decidió no molestarlo con la idea de que "su madre le preparó el desayuno", ya habían instalado un aura tranquila y no planeaba romper con ello. Tal vez después intentaría burlarse de algo, pero por el momento centro su atención en comer lo que había en la bolsa, ignorando la manzana y el agua dentro de su mochila.
─¿Tú desayunaste?
─Normalmente como mucho, en la noche lo hice en demasia y no tengo hambre. Tendré la suficiente para el almuerzo de la universidad. Podremos almorzar bien en la cafetería a la que voy normalmente, pero antes hay que hablar lo más posible con el curandero.
─¿Y tus clases?
Jungkook, tomó la manzana en una mano, teniendo la leche de platano en la otra, obteniendo un mal sabor de boca al combinar ambas. Dejando la manzana al último al preferir la leche de platano de alguna manera. Era realmente deliciosa, ¿a Jimin me gustaba esa leche?, ¿tendría más?, ¿le podría dar?
─Están bien, tengo excelentes calificaciones así que si faltó a algunas no habrá problema. Además de que quiero enseñarte un poco el mundo humano por si tenemos que ir seguido a ver al curandero.
─¿Por qué un curandero de lobos vive en el mundo humano?
─No sé. Lo conocí apenas.
El pelinegro, dejando de tomar de su leche, centro la atención en el rostro sereno del omega, llenando todo su cuerpo de una ira parecida a la que había sentido con su padre. Mucho menor, pero igual de peligrosa.
─¿Me estás diciendo que nos estás llevando directamente a un curandero que parece tener la solución a nuestros problemas?, ¡¿apenas lo conoces?!
El rubio, arrugado su nariz, las manos con fuerza alrededor del volante mientras giraba su mirada y ponerla sobre Jungkook con intensidad, recelo, sintiéndose indignado por la desconfianza cuando él mismo era quien buscaba más respuestas. Directamente, Jungkook no investigaba ni una mierda.
Respondiendo ante el enojo de Jimin, simplemente dijo "tengo todo calculado, no van a violar tu culo" para seguir manejando ahora él de mal humor.
Aunque también tenía sus dudas.
Evan: una mierda.
Adiós, chao.
JAJAJA
Vayan a seguirme en mis redes sociales para saber muchas cosas de mis libros y mierdas así.
TENGO VIDEOS EN YOUTUBE, SOY YOUTUBER O ALGO ASI.
Que les vaya bien.
Evan, fuera.
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