Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8. Secretos

A la mañana siguiente, Alec despertó perezosamente, sonriendo mientras giraba en la cama. Se estiró y bostezó, sacando su uniforme escolar del closet, y entró al baño donde tomó una larga y relajante ducha.

Mientras se bañaba, bajó la mirada sintiendo de nuevo un ardor, solo que esta vez era placentero. Muy, muy placentero.

Vio las pequeñas iniciales en su cadera, contrastando su pálida piel. Sonrió, trazando con sus dedos las letras. Mientras lo hacía, sintió el deseo correr en el. Gimió mientras su virilidad comenzaba a despertar y jadeo mientras tocaba de nuevo su marca. Era realmente una zona malditamente sensible, se dio cuenta. Mientras pasaba su dedo mojado por ella, se sentía temblar y jadeo, sabiendo que probablemente volvería a pecar de nuevo.

Excepto que esta vez no le importaba realmente.

Con un susurró de "Si..." tomó su miembro y cerró los ojos, dejando que el agua cayera mientras movía de arriba abajo su mano lentamente.

Podía sentir el calor, imaginándose a Magnus presionado contra él, el fantasma de sus manos, el sabor de sus labios y la suave calidez de su lengua. Jadeó fuerte mientras bombeaba su miembro más rápido, gimiendo.

Su otra mano viajaba por su piel, tocando su pecho ardiente, retorciendo sus pezones, volviéndose más atrevido mientras se dejaba llevar por el deseo. Jadeaba más fuerte aun, en sus últimas caricias de placer.

– Magnus... oh dios... oh, Magnus... dios mío! ...–

Gimió aun más alto mientras se venía fuertemente en su mano, riendo mientras recargaba la cabeza en la pared tratando de regular su respiración.

Terminó su ducha con una sonrisa, mientras pensaba sobre su marca. Esa cosa era como una flecha de cupido. Le hacia desear tener sexo con cada toque. Pero solo sexo con Magnus. Lo que era extraño para Alec, dado que nunca había sentido esa necesidad y ahora, lo deseaba demasiado.

Solo se preguntaba si Magnus lo desearía también.

*

– Buenos días Alexander. –

– Buenos días mamá, papá, Isabelle, Jonathan. ¿Cómo están? – contestó mientras se sentaba en una silla, en la mesa junto a sus hermanos.

Todos sonrieron y contestaron mientras sus padres se despedían y se marchaban al trabajo. Inmediatamente Jace sonrió y se levantó rápidamente.

– ¡Voy a llamar a Clary! –gritó mientras corría por el teléfono al estudio de sus padres.

Alec e Izzy rieron entusiasmados, antes de volver a su desayuno. Aunque, pronto, Alec casi se ahoga con su desayuno. Y ¿por qué?

Por que Izzy se volteó hacia el y le preguntó:

– Alec, ¿Quién es Magnus? – Alec se congeló.

– ¿Qué? – casi gritó en shock. Izzy sonrió mordiendo su labio.

– Querido hermano mío, tu baño comparte pared con mi habitación y realmente no es a prueba de sonido. –

Alec sintió el calor subir a sus mejillas e Izzy rió. La miró con pánico mientras su expresión se suavizaba.

– Hey, está bien Alec. Magnus es un chico ¿cierto? –

Alec solo la miró antes de suspirar y esconder su rostro en sus manos. Izzy suspiró mientras le acariciaba el cabello.

– Está bien Alec. No le voy a decir a nadie. Sería algo hipócrita de mi parte contar tus pecados cuando yo no soy para nada una santa. –

Alec la miró con curiosidad, realmente dudando que ella pudiera haber hecho algo peor que masturbarse pensando el alguien de su mismo sexo. Pero ella se mordió el labio y le susurró.

– Cuéntame de Magnus. Y yo te contaré sobre mi. –

– Bien, – Alec suspiró, sonrojándose, queriendo saber en lo que su hermana andaba. – Pero tienes que jurar que no dirás nada. –

Lo dijo seriamente e Izzy asintió, con una mano en su corazón. Tomó una gran respiración y se paró, levantando su playera y bajando un poco su pantalón, lo suficiente para revelar su marca.

– ¡Oh por dios! – jadeó Izzy. – ¡Tienes la marca de deseo! Diablos, no sabía que tuvieras impulsos sexuales, querido Alec. ¡Estoy tan orgullosa! – Alec estaba súper rojo mientras ella gritaba de emoción. – Así que ¿Este Magnus es tu alma gemela? – susurró, mientras el se sentaba de nuevo.

– Si, lo es. –

– Okey, – asintió Izzy. – Si alguna vez necesitas mi ayuda con eso, solo dímelo, ¿ok? Por que no vas a poder ocultar esto por siempre, pero puedo ayudarte por un tiempo.

Alec asintió, señalando que era su turno de decir su secreto. Por lo que ella sonrió malévolamente y se inclinó hacia el, susurrando.

– La última vez que me quedé en la casa de Clary, no me quedé ahí en la noche. Realmente pasé la noche con Simon, si me entiendes ¿no? –

Los ojos de Alec se abrieron enormemente. –¡Oh por dios, Isabelle! Que... lo que yo hice es una cosa. Pero ¿tener sexo antes de cumplir dieciocho, tener tu marca y casarte? Izzy, ¡Eso es una blasfemia! ¡Te puedes meter en muchos problemas! – Izzy solo suspiró.

– Mira, no quedé embarazada y nos cuidamos. Fue solo una vez. Y creo que aunque mi marca diga otro nombre, me casaré con Simon. –

Alec le miró fijamente, mientras su tono cambiaba a uno más serio.

– Le amo, Alec. –

Alec parpadeó varias veces antes de sonreírle y abrazarla fuertemente. Ella le devolvió el abrazo.

– Entonces, este chico Magnus... ¿Cuál es su apellido? Quizá le conozco. –

– No lo creo Izzy, – dijo Alec sonrojándose intensamente.

– ¿Por qué? – jadeó ella entusiasmada.

– Por que, – bufó Alec – No es uno de nosotros. Su nombre es Magnus Bane y es un ... plebeyo, por la falta de mejor palabra. –

– ¡Oh por dios! – gritó Izzy. – ¿Te conseguiste un chico malo y sexy de la parte peligrosa de la ciudad? Wow. Ahora se por que tienes la marca del deseo sexual.. – dijo mientras le guiñaba y le hacía desear a Alec desaparecer.

Ella soltó una risita y le volteó a ver.

– Creo que es lindo. Aunque, ¿cómo le conociste? –

– Le vi fuera del colegio un día, y luego choqué con el cuando fuimos al parque. –

No mencionó la parte donde se liaron en su fiesta de cumpleaños, dándole una versión más corta del cuento. Pero aun así, lo amó.

– Hablando del escuela, tenemos que irnos ahora. Así que quizá le veas de nuevo afuera, – dijo Izzy con un guiño mientras tomaban sus mochilas, y a Jace, y subían al auto, dirigiéndose al escuela, para terminar la última semana del curso



Disfruten C:

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro