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Capítulo 53

En cuanto Hyunjin tuvo luz verde para seguir con lo que habían iniciado, no se limitó con su autocontrol.

Tomó bruscamente a Jisung de las piernas y lo alzó rápido en un ágil movimiento para que las enrollara sobre su cadera y lo siguió besando demandante, haciéndolo soltar un jadeo en satisfacción que fue callado por medio de más fogosos besos, creando un recorrido por todo su rostro hasta bajar por su cuello, dónde Hyunjin parecía tener una especie de fijación, ya que comenzó a morder y a lamer la tierna piel de la zona con demasiada vehemencia, marcándola de colores violáceos que, evidentemente, tardarían en desaparecer al menos un par de días si es que estaba de suerte.

Subió las escaleras con Jisung entre sus brazos, importándoles poco si tenían un accidente a mitad del camino, a ese punto su apetito sexual era más importante como para prestarle atención a aquello cuando lo único que rondaba en sus mentes era complacerse mutuamente.

Sus cuerpos exigían pertenecerse una vez más, no teniendo suficiente de ninguno de los dos y creyendo que probablemente nunca lo tendrían. Siempre habría esa necesidad de ambos por estar piel a piel, incluso si no es de una forma sexual.

Entre pasos torpes y apresurados, manos desesperadas por acariciar y buscando tocar un poco más, la pareja logró llegar a la habitación que Hyunjin había destinado especialmente para que pudieran pasar la noche.

El juego húmedo entre sus lenguas no se detuvo al igual que tampoco lo hicieron las manos de Hyunjin, que a este punto, ya habían tocado todo el cuerpo de Jisung y habían quitado su camiseta para obtener más, haciendo que sus ganas de follarlo incrementaran considerablemente.

—Llévame a la cama—cerró los ojos y suplicó en medio de un gemido cuando sintió los dientes de Hyunjin raspar sobre su clavícula con completa vehemencia. —Por favor, papi— lloriqueó.

Hyunjin lo apretó más a su cuerpo y besó con más intensidad la piel descubierta, mostrándose devoto en cada una de sus acciones y caminó ahora con un poco más de cuidado hacia la cama, dónde tomó asiento con Jisung quedando sentado sobre sus piernas, quién por la desesperación de ser atendido, comenzó a fingir ser penetrado.

La erección de Hyunjin pareció endurecerse aún más cuando Jisung comenzó a hacer aquellos exquisitos movimientos sobre él con su cadera, restregándose y brincando para poder sentir la excitación de su novio entre sus gruesos muslos.

—Estás tan desesperado por tener mi polla dentro de ti, ¿No es así? La quieres sentir golpeando sobre la piel de tu vientre— la mano derecha de Hyunjin se dirigió a dónde mencionó, dejando unas suaves caricias hasta que comenzó a subirla un poco más, encontrándose con uno de los pezones y el pequeño metal frío que lo adornaba.

—Si— boqueó por un poco de aire, dándole la razón y retorciéndose bajo los toques de Hyunjin. —Quiero que me llenes con tu semen hasta que escurra entre mis piernas y pierda la conciencia— confesó sin dejar de moverse, estaba tan sumergido en la excitación que inundada su cuerpo.

Esa imagen mental logró calentar más a Hyunjin, a quién le fascinaba terminar en el interior de Jisung para ver cómo todo su semen salía a borbotones del ojiverde. De solo pensarlo deseó enterrar su polla dentro de Jisung de una vez, pero tenía otros planes en mente.

—Mierda— gruñó. —No sabes cuánto me pone imaginarte completamente lleno por mí— sus manos cambiaron de rumbo, ahora plantándose sobre el trasero de Jisung, alzando su falda para dejar el descubierto su trasero luciendo solo unas bragas de color rosa que hacían un magnífico contraste con las marcas que Hyunjin había dejado anteriormente sobre su piel.

—Quítalas— jadeó cuando sintió a Hyunjin jugar con la delicada tela de su ropa interior, y como sus dedos se colaban hasta acariciar su intimidad.

—¿Seguro?— bajó un poco la cabeza para alcanzar los pezones de Jisung con su boca, mordiendo suavemente y chupando lo más que podía de las pequeñas protuberancias en el pecho del menor.

El efecto que la boca y manos de Hyunjin tenían sobre su cuerpo lo hacían casi delirar, todo en él exigía tener más de lo que el hombre le ofrecía. Jisung se había vuelto codicioso y Hyunjin tenía la culpa de ello. Así que no se sorprendió cuando comenzó a gemirle desesperadamente a su novio que quitara su ropa y lo follara de una de vez porque no se creía capaz de aguantar más en su juego previo.

Lo quería duro, demandante, posesivo y rudo.

Jisung quería que tomara su cuerpo a su antojo, que lo golpeara y le dijera cuánto le gusta que sea así con él; sumiso, listo para complacerlo. Quería desesperadamente que lo maltratara, que jalara de su cabello y apretara sobre su cuello.

—Papi, por favor— gimió, no sabiendo específicamente que es lo que quería que Hyunjin le hiciera primero.

Hyunjin al escuchar los suaves y dulces gemidos necesitados de Jisung cerca de su rostro, pensó que incluso solo con ellos podría correrse en cualquier momento, pero su cuerpo también exigía tener más contacto con aquel hermoso ángel que gemía su nombre tan desesperadamente, pidiendo por él y quién era Hyunjin para poder negarle alguna petición a aquella deidad a quien le mostraba su completa devoción a cada segundo.

Impaciente, tomó la fina y costosa tela de encaje que era parte de la ropa que llevaba el hermoso ángel para cubrir su intimidad y las arrancó de su cuerpo, destrozando la pequeña prenda y lanzándola a alguna parte de la habitación, importándole poco donde caía.

Jisung gimió, sintiéndose más caliente por lo que Hyunjin había hecho, pero también frunció su entrecejo e iba a replicar por ello. Aunque Hyunjin fue más rápido que él y habló primero.

—Te compro más, te compro todas las malditas bragas que quieras— dijo con sencillez, volviendo a juntar sus labios con los de Jisung para disfrutar del dulce sabor que tenía su boca.

La pareja siguió un par de segundos más entre besos y caricias, hasta que Hyunjin creyó que había sido suficiente y debía arreglar el problema de ambos. Con una pequeña mordida sobre el labio inferior de Jisung y una queja, se apartó.

—Te voy a comer— avisó sin hacer ningún otro gesto. —Quiero que te sientes sobre mi cara— le ordenó, haciendo que las piernas de Jisung, que hasta ahora no habían tocado el suelo, temblaran al escuchar aquellas palabras, pero no dijo nada, solo siguió las órdenes de Hyunjin.

Se apartó del cuerpo de su novio esperando a que Hyunjin se recostara sobre la cama y en cuanto lo estuvo, le hizo un amago para que cumpliera lo pedido.

Con movimientos delicados, pero torpes, Jisung se puso de rodillas y abrió sus piernas colocando cada una a los costados de la cabeza de Hyunjin, para quedar justo como el mayor había pedido; con su trasero justo sobre su rostro para darle un mejor acceso a su intimidad. Su cuerpo estaba viendo en dirección hacia donde el bulto en los pantalones de Hyunjin se veía a la perfección, sintiéndose un poco frustrado porque Hyunjin seguía con ropa y a él lo tenía casi desnudo.

Iba a replicar por ello, pero la humedad de la lengua de Hyunjin acariciando su entrada lo hicieron soltar un fuerte gemido que resonó en toda la habitación y que probablemente, si las personas que trabajan allí aún estuvieran, lo hubieran escuchado a la perfección.

—¡Aaah..! ¡Papi!— lloriqueó al sentirse tan susceptible al tener la lengua de Hyunjin jugando con su entrada, tratando de abrirlo.

Sus caderas comenzaron a moverse inconscientemente para obtener más contacto de la boca de Hyunjin sobre su agujero. Haciendo que este metiera uno de sus dedos inesperadamente, jadeando por la deliciosa fricción que sintió quemar en su interior por lo mojado que ya se encontraba.

—Mmm se siente... Bien— murmuró para sí mismo, cerrando sus ojos y llevando su cabeza hacia atrás, disfrutando de las caricias.

Hyunjin jugaba con su lengua en la entrada de Jisung mientras sacaba y metía en un vaivén rápido uno de sus dedos, creando sonidos húmedos cada que lo hacía y concentrándose solo en arrancarle todos los gemidos que pudiera a su novio, disfrutando de sus gritos de placer pidiendo por más.

Un dedo más se unió al vaivén brusco que había comenzado, haciendo que el cuerpo de Jisung se llenara de espasmos.

—Más rápido, papi— jadeó, obteniendo respuesta al instante. —Otro poquito— sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas por la estimulación al sentir como los dedos golpearon el manojo de nervios en su interior y como la lengua de Hyunjin lamía y chupaba a su alrededor. —Y-ya no puedo— sintió cómo las lágrimas saladas se deslizaron por sus mejillas.

Hyunjin se separó con un chasquido pero sin detener los movimientos de sus dedos.

—Córrete, mi amor— pidió, fue lo único que dijo antes de volver a lo que estaba haciendo.

Solo un par de arremetidas más faltaron para que Jisung se corriera, manchando su falda y parte de la ropa de Hyunjin quién en ningún momento le dio tregua alguna, ya que siguió abriéndolo, sus dedos ahora haciendo formas de tijera.

Jisung apretó sus ojos con fuerza, la garganta doliéndole por los gemidos que dejaba escapar para que Hyunjin supiera lo bien que se sentía.

—Chúpame la polla— ordenó el mayor, dejando caer una de sus palmas sobre el muslo derecho del ojiverde, dejando una marca visible.

Jisung con un poco de dificultad se acomodó mejor sobre Hyunjin, el dolor en sus piernas era fuerte pero podía aguantar. Así que se inclinó un poco y abrió la bragueta del pantalón de su novio, apartando un poco la tela que cubría la dura erección, sacó el miembro ya goteante de presemen y adornado por unas cuantas venas a lo largo de todo el falo.

La boca se le hizo agua de solo ver el miembro del mayor frente a sus ojos con el glande rojizo y las venas saltando furiosas pidiendo por qué Jisung pasara su lengua encima de ellas, y ni siquiera lo pensó cuando se metió todo el pene en la boca, disfrutando cada centímetro deslizarse por su garganta hasta provocarle unas cuantas arcadas.

Su cabeza comenzó a subir y a bajar en un ritmo descoordinado, metiendo toda la erección en su boca hasta que sentía su nariz rozar con los testículos del hombre, quién únicamente atinaba a tragarse sus gemidos por lo bien que se sentía la boca de aquel hermoso ángel arrodillado sobre su cuerpo, pecando con su polla en el interior de su garganta.

Ambos estaban usando sus bocas y lenguas con maestría, tratando de complacer a su compañero al chupar y lamer con vehemencia. Hyunjin tomó con fuerza el muslo izquierdo de Jisung y con su otra mano, tomó los bonitos rizos en su puño y marcó él el ritmo, deteniéndolo bruscamente para dejar a Jisung con toda su polla dentro de su garganta, haciendo que varias lágrimas resbalaran por sus mejillas.

Estuvieron en aquella dichosa posición un rato más, hasta que Jisung le lloriqueó a Hyunjin que no podía mantenerse más tiempo de rodillas e inclinado.

—Fóllame— pidió con su voz entrecortada por haber tenido el pene de su novio entrando y saliendo de su boca bruscamente.

—Recuéstate y abre las piernas— demandó.

Jisung hizo lo pedido y Hyunjin se levantó para terminar de quitarse la ropa. En cuanto estuvo completamente desnudo se subió a la cama dónde un Jisung con su cabello alborotado y sus labios hinchados lo esperaban con sus piernas abiertas, tratando de regular su respiración.

—¿Quieres que te prepare más o te la meto así?— preguntó, viendo desde arriba como el cuerpo contrario sufría pequeños espasmos.

—Así— suspiró. —La quiero toda dentro— pidió mordiendo sus labios inferior, viendo con ojos brillosos al castaño.

Hyunjin escupió un poco sobre sus dedos y los guio a la entrada de Jisung para humedecer un poco más, se acomodó bien sobre su cuerpo y guío el glande a la entrada que ya había sido abierta anteriormente por sus dedos.

Entró de una solo estocada, arrebatando un gemido de placer y dolor de lo más profundo de la garganta de Jisung.

—M-muévete— jadeó, sus manos fueron a sus costados y apretó en sus puños las sábanas bajo su cuerpo.

Hyunjin amaba estar encima de Jisung cuando se acostaban porque podía apreciar la hermosa mirada de ángel que este tenía cuando parecía poder arañar el cielo en cada penetración que le daba. Pareciendo que ambos podían tocar el otro lado.

—Mierda, no sabes lo hermoso y caliente que te ves recibiendo mi polla dentro. ¿Me sientes?— sus embestidas se habían vuelto lentas, pero precisas, dando justo en el punto que hacía a Jisung delirar del placer.

Jisung asintió efusivamente, tratando de acallar sus gemidos, la garganta ya le dolía y no quería estar con su voz lastimada después.

—Te siento tan... Profundo— balbuceó bajito.

—¿Si?, ¿Sientes aquí como te estoy follando?— tomó una de las manos de Jisung hecha puño sobre las sábanas y la guío a su vientre, para que sintiera el pequeño bulto que se formaba cada que le daba una estocada.

Después de tocar y sentir a Hyunjin bajo su piel, sintió unas pequeñas cosquillas recorrerlo desde la punta de sus pies hasta pasar por toda su columna y llegar a su cabeza, indicando que su orgasmo estaba arañando sus entrañas para ser liberado.

Hyunjin ya sabiendo los gestos del menor cuando estaba a punto de llegar al completo éxtasis, llevó su mano al miembro de este, dónde comenzó a masturbar en un ritmo rápido sin detener sus embestidas hasta que sintió cómo el semen manchó la palma de su mano, pudiendo escuchar un último gemido de satisfacción al haber tenido un segundo orgasmo.

Hyunjin siguió entrando y saliendo de Jisung, sabía que su liberación no estaba tan lejos así que no se detuvo. Embistió fuerte y rápido hasta que las tiras espesas y calientes de semen salieron, llenado por completo el interior del ojiverde, y Hyunjin de todas formas no se detuvo.

Siguió penetrando a Jisung hasta que la última gota de su esencia salió, sacando su pene del interior de Jisung con cuidado obteniendo un gimoteo lastimero al hacerlo.

Hyunjin al ver cómo la entrada de Jisung comenzó a escurrir todo su semen, restregó su glande sobre la piel pegajosa, golpeando un poco con esta y creando sonidos húmedos que eran de verdad obscenos.

Jisung seguía tratando de normalizar su agitada respiración, se sentía suave y liviano, como si estuviera recostado sobre una nube. Sus ojos comenzaron a pesar por el cansancio, deseando solo poder dormir después de la follada que le dio su novio, sabiendo que él lo cuidaría en todo momento.

Hyunjin notó enseguida el sueño en los ojos de Jisung y decidió acariciar sus cabellos, arrullándolo para que pudiera descansar entre sus brazos.

—Duerme, mi amor— tarareó Hyunjin, jalando el aún cuerpo desnudo del menor para pegarlo contra él y cubrirse a ambos con las sábanas que habían dejado en una de las esquinas de la cama.

—Te amo, Hyun— susurró bajito, siendo apenas escuchado por el hombre mayor.

—Y yo a ti, mi hermoso sol— se agachó un poco y dejó un suave beso sobre su frente.

Después de haber tenido una entretenida tarde, ahora ambos estaban siendo envueltos por los cómodos brazos del rey de los sueños, cayendo ante la comodidad y tranquilidad que estos les dieron.

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