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Capítulo 50

Era de noche en Londres y Jisung tenía una pasarela para Versace en poco menos de una hora, para la cuál se encontraba siendo arreglado por un grupo de personas que no paraban de tocarlo y moverlo, haciendo pruebas del vestuario, lo cual hacía que los maquillistas y estilistas se retrasaran con su trabajo, teniendo que esperar a que terminarán de arreglar aquel asunto.

Toda la atención que estaba recibiendo era debido a que sería él quien se encargaría de abrir el desfile para esa noche, y no se querían permitir ningún error. Así que Jisung tuvo que soportar a muchas personas tocándolo y haciéndolo cambiar de ropa cada cinco minutos.

Realmente no se quejaba, siempre había soñado con ser un modelo y gracias a Hyunjin lo estaba cumpliendo, así que no decía nada al respecto cuando lo hacían dar vueltas y caminar de un lado a otro para mostrar como le quedaba lo que escogían para él.

Estuvo así un poco más de media hora, hasta que después de todo el alboroto con el dilema de cual conjunto usaría, ahora se encontraba sentado tranquilamente frente a uno de los tantos tocadores que había en el lugar, con un par de personas a su alrededor encargándose de su cabello y maquillaje mientras él bebía de una malteada de fresa y revisaba algunos cuantos mensajes de su novio.

Hyunjin le había dicho que llegaría en cinco minutos para poder verlo y pasar un rato con él antes de que comenzara la pasarela, así que, cómo todo un desesperado, no veía los segundos para que Hyunjin ya estuviera ahí con él.

No importaba si lo había visto hace un par de horas, siempre quería estar con Hyunjin.

Y aquello se había vuelto más bien una rutina. Desde que había comenzado en eso del modelaje, Hyunjin siempre lo ha acompañado a cada uno de los shows, siempre escogiendo los lugares del frente para poder tomarle fotos y vídeos que después serían mandados a su suegra, cuñadas y padres.

Hyunjin se denominaba así mismo como el fan número uno de Jisung y éste solo atinaba a sonrojarse cada que el ojiazul hacía ese tipo de comentarios al respecto, no asustandole demostrar sus sentimientos hacia el dulce rizado que tenía por novio.

Le gustaba que todo el mundo supiera sobre su completa devoción hacia Jisung, la cuál, obviamente, no era un secreto, cómo tampoco lo era el hecho de que estaba, perdidamente, intensamente y profundamente enamorado de éste, llegando incluso a ser notado por los medios de comunicación y revistas de chismes que publicaban sobre la peculiar pareja cada que tenían la oportunidad.

La pareja era el centro de atención de varios de ellos, con títulos que realmente les gustaba y otros que no tanto. Pero nunca les importó la opinión de los demás, no cuando la única que les importaba realmente era la de ellos mismos y la de su familia.

—¡Listo!— exclamó la chica que había estado maquillandolo por más de media hora, soltando un exagerado suspiro de alivio por haber terminado. —¿Quieres ver cómo quedó?— preguntó feliz al analizar su rostro, cuidando de no encontrar alguna imperfección con el maquillaje.

Jisung le sonrió y asintió de acuerdo, se levantó de la silla en la que estaba y se inclinó para ver más de cerca su rostro. El maquillaje no era exagerado, era solo un poco de color a sus mejillas, labios y párpados, unos cuantos brillos y máscara de pestaña, era de un estilo natural ya que no querían que se viera muy cargado pero eso no significaba que fuese más sencillo.

A Jisung de verdad le había gustado cada detalle del maquillaje, sobre todo los brillitos que le habían puesto, tenía unas cuantas estrellas diminutas pegadas a los costados de sus ojos y lo hacían sentirse bonito, eso le gustaba.

—Es lo mejor que me han hecho— chilló emocionado. —¿Puedo llevarte conmigo a casa?— bromeó.

La chica dejó escapar una pequeña risa. —No pero puedo darte mi número, puedes llamarme para que te maquille en cualquier momento— respondió amable, regalándole una sonrisa genuina. —Por cierto, soy Danielle.

—Yo soy Jisung— se presentó con la castaña, con la que hasta ahora estaba formando una conversación. —Y necesito saber dónde compraste estos brillos, son muy bonitos— dijo emocionado, volviendo a mirarse en el espejo para admirar como el verde de sus ojos resaltaba aún más.

Danielle lo miró con ternura y buscó algo rápidamente entre sus cosas, sonriendo feliz a encontrarlo.

—Compré estos recién, no los he abierto así que son tuyos si los quieres— le tendió unos pequeños botes, sin borrar la sonrisa que se había pintado en sus labios hacia un buen rato.

—¿De verdad?— inclinó levemente la cabeza hacia el lado izquierdo y algunos rizos se esparcieron en esa misma dirección, luciendo adorable por aquel pequeño movimiento.

—Sí, yo puedo conseguir más— se encogió de hombros, restándole importancia.

—Oh, bueno... Gracias. De verdad— le agradeció y los tomó en sus manos, yendo directamente a dónde tenía sus cosas para guarlos y evitar que les pasara algo.

Después de eso decidió conversar sobre cosas triviales con aquella chica, estuvo unos cuantos minutos intercambiando alguno que otro dato, viéndose tan entretenido que no notó cuando Hyunjin ya se encontraba ahí dentro, parado justo a lado de él. De verdad no sé había dado cuenta de su presencia hasta que habló para llamar su atención, sus brazos extendidos en su dirección para recibirlo.

—Hyun— llamó feliz, acurrucandose inmediatamente contra el pecho del mayor.  —No me di cuenta cuando llegaste— explicó. —Mira, ella es Danielle y fue quien me maquilló, ¿Me veo bonito?— preguntó rápidamente sin dejar de sonreír, a este punto el brillo en los ojos verdes de Jisung eran más intensos que los del mismo maquillaje.

Hyunjin saludó a la chica con un asentamiento y volvió a poner toda su atención en Jisung, viendo su bonito rostro con detalle. —Siempre te ves bonito— fue lo que le respondió, haciendo sonrojar un poco al más joven por el cumplido.

—Y tu siempre luces muy atractivo, me gusta— le respondió dejando un suave pico en los labios del contrario.

Danielle al ver la burbuja en la que la pareja se estaba viendo envuelta, decidió que debía darles su espacio. Con una animada sonrisa llamó la atención de Jisung y le dejó una pequeña tarjeta con su número, indicándole que podía llamarle cuando quiera y que debía ir a maquillar a otros modelos.

—¿Vendrán tus hermanas y tu madre?— preguntó ya acostumbrado a la presencia de la familia de su novio en la mayoría de sus pasarelas.

—Está vez no podrán venir, pero dijeron que te tienen una sorpresa para la próxima vez que vayamos a visitarlas— le explicó.

Jisung hizo un pequeño mohín al oír esas palabras. —Mamá y papá me llamaron para avisar que tampoco podrían venir, les pregunté porqué y dijeron que tú me dirías— inquirió curioso, queriendo saber el motivo.

—Porque más tarde cuando salgamos de aquí planeo llevarte a una cita.

—¿Una cita?— su semblante era uno lleno de duda. —Pero ya somos novios— dijo confundido.

—Lo somos, mi bello sol— le afirmó. Jisung sonrió ante aquello, aún sin acostumbrarse a qué Hyunjin y él eran novios. —Pero eso no significa que no podamos ir a citas, incluso debería de ser un motivo para tener más de ellas. ¿No lo crees?

—Bueno, es que yo pensé que las citas solo eran cuando las personas se estaban conociendo. Muchos solo hacen eso— se encogió de hombros.

—Tal vez, pero para mí se pueden hacer en cualquier momento. Solo quiero algún motivo para hacerte feliz, ver tu linda sonrisa con aquellos hermosos hoyuelos y el brillo en tus ojos— con delicadeza, tomó la suave mano de Jisung y dejó un tierno beso sobre la piel, haciendo sonrojar al ojiverde rápidamente y haciéndolo pintar una deslumbrante sonrisa en sus labios.

—Eso es justo de lo que hablo— dijo mirando al rizado a los ojos, admirando cada pequeña y delicada facción en su rostro, cómo sus labios se veían aún más rojitos de lo que ya eran y el brillo en sus ojos verdes era simplemente cautivador.

Jisung ante los ojos de Hyunjin, era perfecto. Cada que lo miraba confirmaba lo que ya sabía, lo amaba y el hecho de que cada que estaba con aquel joven lo hacía sentir que existía, era la clave y respuesta de todo. Por cada pregunta "por qué", para Hyunjin, Jisung se había convertido en su "porque"

Y Jisung en realidad no estaba mejor que Hyunjin, en lo absoluto.

Cada segundo desde que conoció a Hyunjin, se había vuelto el primer pensamiento que llegaba en cuanto se despertaba, cuando se iba a dormir y mientras no hacía nada o hacía de todo. Antes de conocer a Hyunjin, lo más bello para él era sentarse a la orilla de su ventana y admirar el cielo decorado por miles de brillantes estrella mientras escuchaba sus canciones favoritas, y ahora creía que lo más bello era tener a Hyunjin con él.

—¡Han!  Prepárate, sales en veinte— una voz los sobresaltó a ambos, estallando la pequeña burbuja en la que estaban.

—Debo apresurarme si queremos tener el resto de la noche para nosotros— dijo con una pequeña sonrisa ladina, dejando un corto beso sobre los labios de Hyunjin.

—Lo que digas, niño bonito. Estaré afuera en primera fila— dijo antes de ver cómo Jisung salía en busca de quién sabe qué.

La noche aún les deparaba más cosas a la dulce pareja.

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