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Capítulo 43

Jisung estaba nervioso, había llamado a Hyunjin hace un par de horas y le preguntó que si estaba en su apartamento, ignorando cada una de sus preguntas sobre si estaba bien y porqué no había respondido antes, dedicándose solo a responder que lo vería en el apartamento y justo ahora ya se dirigía hacia allá.

Estaba confundido, sus emociones estaban totalmente revueltas por todo lo que ha estado sintiendo después de aquella foto y sus pensamientos lo consumían al igual que un incendio forestal.

Estaba tan distraído pensando en que le diría a Hyunjin o los posibles escenarios que no se había dado cuenta que ya estaba frente al edificio, miró la gran infraestructura de abajo hacia arriba y creyó que un auto pasándole encima no se escuchaba tan mal a decir verdad.

Inhaló un poco de aire y se dirigió rápidamente al interior, ignorando a las personas en el recibidor–después de todo, ya lo conocían– y adentrandose hacia el elevador, reuniendo valor en cada segundo que pasaba para lo que se vendría en cuanto cruzara la puerta del apartamento que ya conocía a la perfección, Hyunjin se había encargado de ello.

Las puertas del ascensor se abrieron y su corazón comenzó a latir desbocado, martillando contra su pecho con vehemencia cómo si se fuera a salir en cualquier momento, pero no lo culpaba en lo absoluto, él también quería salir corriendo de ahí y llegar directamente a su habitación para encerrarse todo lo que restaba del año.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que se había vuelto familiar durante los meses pasados.

—Jisung, cariño— saludó Jyll con una enorme sonrisa, acercándose a Jisung rápidamente para envolverlo en un cálido abrazo.

Jisung no dijo nada pero correspondió el abrazo de la mujer, estos meses le había tomado un gran aprecio.

—¿Está Hyunjin?— preguntó en cuanto se separaron, espero que la respuesta sea que no para tener que volver a su casa y tomar un poco más de valor.

—Está en su habitación, dijo que vendrías así que me pidió que te dijera que te esperaría ahí— contó encogiéndose de hombros.

Jisung asintió con una pequeña sonrisa en agradecimiento. —Gracias, iré a buscarlo.

La mujer asintió, ya sabiendo un poco sobre lo que la pareja hablaría pero se limitó a devolver la sonrisa y dirigirse a la cocina.

Jisung caminó hasta la habitación de Hyunjin, sabiendo exactamente el recorrido hasta ésta, después de todo aquel lugar lo conocía en todos los sentidos.

Su corazón en ningún momento dejó de latir desesperado pero al abrir la puerta sintió cómo se detuvo abruptamente al ver al hombre que tantas veces había recorrido su cuerpo terminando de salir de la ducha con una pequeña toalla colgando del filo de sus caderas mientras montones de gotas de agua se deslizaban por todo su cuerpo hasta perderse entre su piel.

Jisung se quedó estático, perdiendo el aliento al ver al hombre que tantas noches se convirtió en su dueño cuando lo hacía suyo sin piedad alguna en esa misma habitación, estando casi desnudo caminando en su dirección con una enorme sonrisa al verlo depues de todos esos días.

Hyunjin se acercó rápidamente y lo envolvió en sus brazos fuertes al mismo tiempo que estampaba sus labios sobre los del rizado, una de sus manos acarició su espalda mientras en cada caricia se deslizaba un poco más. Jisung ahogó un jadeo contra la boca de Hyunjin cuando el beso se volvió brusco, olvidando exactamente que era a lo que venía en cuanto sintió las manos del mayor recorrer su cuerpo a su antojo como tantas veces ya lo había hecho.

Con pasos descuidados Hyunjin recostó lentamente a Jisung sobre la cama, le quitó los zapatos y se cernió sobre él. La toalla que hace unos momentos le cubría quedó en el suelo a la orilla de la cama. Jisung no dijo nada, solo se dedicó a sentir porque también lo quería, sin importar qué, lo necesitaba.

—Mierda, no sabes cuánto te extrañé. Sobre todo tenerte así— su rostro se enterró entre el cuello de Jisung para repartir besos y mordiscos en la piel.

Jisung tragó saliva cuando el miembro de Hyunjin rozó la piel de sus muslos internos. —Solo fueron unos días— balbuceó.

—Los días más tortuosos que he pasado, mi amor. Te lo aseguro.

Sus manos en un hábil movimiento sacaron la camiseta de Jisung, dejando solo la falda que había decidido llevar.

—Lo sé, papi— respondió, disfrutando de la boca de Hyunjin haciendo un recorrido sobre sus clavículas —Para mi lo fueron aún más— y no mintió, porque el resto de los días había estado llorando por el hombre que tiene encima justo ahora lamiendo sus pezones.

Jisung se dejó llevar por las caricias y la excitación, tal vez después podría romper su burbuja de que todo estaba bien pero ahora necesitaba con cuerpo y alma a Hyunjin entre sus piernas, follandolo cómo solo él sabe hacerlo. Quiere que lo haga gritar, arañar por más, llorar para que no se detenga y rogar para que llene su agujero con todo su semen y que le diga cuánto le gusta que sea una zorrita con las piernas abiertas para él.

—¿Quieres esto en ti, sol?— Hyunjin tomó su miembro en su mano y lo dirigió a la intimidad de Jisung, dónde restregó el glande rojizo sobre la tela de sus bragas, viendo cómo Jisung se retorcía bajo su cuerpo.

—Lo quiero— respondió. Hyunjin siguió restregando el glande entre sus muslos, viendo cómo estos quedaban manchados de su presemen. —Por favor— suspiró.

—¿Sabes? Ahora que lo recuerdo, no hemos utilizado muchas de las cosas que compraste en aquella tienda— le recordó con una sonrisa ladina. —¿Quieres que usemos algo?— preguntó.

Jisung solo asintió rápidamente con la cabeza sin fórmular ninguna palabra, sus mejillas estaban ardiendo en un color carmín al igual que sus labios.

Hyunjin se acercó a unos de sus armarios y sacó algunas cosas, no tardó mucho cuando ya estaba a la orilla de la cama, dejando sobre ésta las cosas que utilizarían. Entre las cosas se encontraba un collar de color rojo que tenía escrito con letras de metal "Fuck toy" junto con su cadena, un plug y un dildo de veinte centímetros, unas esposas de cuero y una botellita de lubricante con sabor a vainilla.

Primero tomó el collar entre sus dedos y se lo mostró a Jisung.

—¿Crees que te quede lo que está escrito en el collar, mi amor?— preguntó, observando su reacción con una sonrisa. —¿Eres el juguete para follar de papi?.

Jisung sintió sus mejillas arder aún más pero asintió lentamente, encantandole el concepto de él siendo el juguete sexual para complacer a Hyunjin.

Hyunjin le colocó el collar y dejó la cadena colgando sobre su pecho. —Ponte de rodillas dándome la espalda— ordenó.

Y Jisung lo hizo, se colocó de rodillas sobre la cama dándole la espalda a Hyunjin, viendo cada uno de sus movimientos sobre su hombro, amando la sensación del collar apretando la piel de su cuello.

El hombre mayor tomó las esposas y se las colocó en cada muñeca, impidiéndole que se moviera con libertad. Ahora tenía a Jisung bajo su absoluta merced.

—Recuestate sobre tu estómago— pidió, viendo cómo el rizado batallaba para no caer sobre su rostro contra la cama pero al final lo logró y se colocó cómo le había ordenado.

Hyunjin sentía su erección doler pero sabía que en un par de minutos más desaparecería. Observó unos segundos a Jisung y después quitó su ropa interior con cuidado al igual que su falda y las lanzó al otro lado de la habitación.

Tomó la botellita de lubricante y desparramó un poco del líquido en sus dedos, dirigiendolos a la entrada del menor dónde comenzó a estimular con ellos hasta que el primer dedo logró entrar, estuvo unos minutos preparándolo hasta que creyó que estaba listo. Estiró su brazo para tomar el dildo que había escogido y lo adentró en el ojiverde, escuchando cada uno de sus gemidos al sentir cómo era estirado.

—Te quiero a ti dentro— lloriqueó al sentir cómo el juguete golpeaba su punto dulce cada que Hyunjin lo movía duramente en su interior.

—Ruega por ello, zorrita— se burló, dejando caer fuertemente la palma de su mano sobre una de las mejillas del trasero del ojiverde, haciéndolo sisear.

—Por favor, papi. Te quiero sentir— tragó un poco de saliva que ya escurría por sus comisuras. —Quiero sentir como me follas.

Hyunjin sacó el dildo sin avisar y estrujó la piel de su trasero, dejando un par de nalgadas.

—Te voy a quitar unos segundos las esposas para que te pongas como quiero, ¿Entendiste?— dejó caer otra nalgada que hizo a Jisung fruncir el entrecejo y abrir su boquita para dejar escapar un jadeo pero asintió.

Hyunjin dejó que Jisung se levantara y se posicionó en medio de la cama, sus piernas abiertas y su mano trabajando un poco sobre su duro pene con la imagen de un caótico Jisung cerca de él observando cada uno de sus movimientos.

—Siéntate.

Jisung quiso gemir ahí mismo, no lo pensó cuando se puso de espaldas a Hyunjin y pasó sus tobillos por debajo de las piernas de éste hasta que sintió que era una cómoda posición para él y tomó en su mano la polla de Hyunjin, acomodando el glande rojizo goteante de presemen sobre su ya estirada entrada para luego dejarse caer por completo.

—¡Aah, papi!— gimió cuando tuvo todo el pene de Hyunjin hasta la base, había extrañado ser llenado de esa forma.

Hyunjin le colocó nuevamente las esposas dejando ambas manos pegadas a su espalda para impedir que se apoyara con ellas.

—Monta bien a papi, amor. Se una buena zorrita y brinca en mi polla— jadeó al sentir cómo la estrechez del menor lo envolvía y apretaba tan bien.

Jisung no se opuso y comenzó con saltos leves, en cada uno gimiendo el nombre de Hyunjin. Cada brinco que daba se volvía más intenso que el anterior

Hyunjin admiraba cómo su polla entraba y salía del interior de Jisung y también como sus nalgas chocaban contra su pelvis en cada salto que daba, provocando que estás rebotaran en cada movimiento. Notó cómo el rizado bajaba la intensidad de sus brincos, así que con ayuda de sus talones comenzó a follarlo más duro.

—Te siento muy profundo, papi— lloriqueó. —Dame más duro, quiero sentirte más adentro.

Hyunjin aceleró un poco más sus embestidas.

—Mierda, solo fueron un par de días y ya extrañaba tenerte sentado en mi polla.

Jisung se retorcía en su lugar, gimiendo en respuesta a cada palabra de Hyunjin. Las penetraciones estaban siendo duras y rápidas, sentía como el pene de Hyunjin entraba y salía de él y golpeaba en cada ocasión que podía el manojo de nervios en su interior. Las sensaciones eran tantas que al momento de intentar apoyar sus manos contra el colchón de la cama, la cadena que unían las esposas se reventaron, dejándolo sobre sus codos como si estuviera en cuatro.

Hyunjin sin sacar su pene, se posicionó bien detrás de Jisung y comenzó a penetrarlo aún más duro si es que eso era posible. Jisung solo se deshacía en gemidos que eran ahogados por las sábanas de la cama.

Ambos gemían cómo si sus vidas dependieran de ello, olvidando incluso que Jyll estaba en la cocina y podía escuchar los gritos de Jisung pidiendo por más.

Jisung sentía su orgasmo arañando sus entrañas, necesitaba correrse y sabía que no tardaría en hacerlo, no cuando Hyunjin lo follaba tan bien.

Hyunjin no estaba muy lejos de estar mejor que Jisung, él también sentía que en cualquier momento dejaría salir toda su esencia en el interior del ojiverde. Sus penetraciones las volvió más lentas pero más duras, dirigió su mano al miembro duro del menor y solo fue cuestión de tiempo para que Jisung se corriera sobre la cama, siendo seguido por Hyunjin cuando sintió cómo Jisung se apretó a su alrededor.

—Mierda— gimió, vaciandose por completo en la calidez del rizado sin dejar de detener sus penetraciones.

El semen de Hyunjin escurriendo entre las piernas de Jisung y manchando sus propios muslos. Con un gemido en frustración por parte de Jisung, Hyunjin salió por completo de él.

Después de haber tenido sexo como dos animales, ambos se quedaron unos momentos rescostados en la cama, se bañaron juntos y con la vergüenza bañando sus rostros comieron junto a Jyll. Aunque Jisung sabía que solo estaba retrasando las cosas.

Las horas habían pasado y la noche había caído sobre Londres. Ambos hombres se encontraban de nuevo en la habitación ya limpia de Hyunjin viendo una película de comedia pero Jisung sabía que el tema debía salir de una buena vez y no sabía si el resultado le gustaría.

—Hyunjin— llamó su atención. Hyunjin haciéndole caso de inmediato bajó el volumen a la película.

—¿Qué sucede?— preguntó confundido.

—El día siguiente después de que fuiste a la fiesta de tu empresa yo acababa de despertar y un número extraño me mandó una foto— comenzó explicando.

Hyunjin seguía sin entender a qué tipo de foto se refería.

—Y en esa foto sales tú y realmente no sé si ví bien pero parece que es Jeongin y ambos se están... Besando.

Hyunjin se quedó callado y maldijo a Jeongin mentalmente.

—¿Lo besaste?— preguntó con su mirada baja.

—No— respondió rápidamente. —Bueno, sí pero no es como piensas. Yo no lo besé, él me besó a mi— explicó.

—¿Por qué?

—No tengo idea, está loco— dijo con su entrecejo fruncido. —Después de la fiesta estaba borracho, ¿Recuerdas? Entonces él vino a dejarme al apartamento y cuando iba a meterme de la nada se me lanzó encima y me besó.

—¿Entonces la foto es falsa?— preguntó con duda.

—En parte no lo es pero yo no lo besé. Te lo iba a contar pero no recibías mis llamadas y mis mensajes.

—De acuerdo— asintió. —¿Pero por que te trajo él a casa?— preguntó enojado sin molestarse en ocultarlo.

—Se ofreció a traerme.

—Se ofreció a traerte— repitió. —¿Por qué aceptaste?

—Se lo iba a pedir a Seungmin o a Irene pero estaban peor que yo y Jeongin se me acercó y dijo que él podía hacerlo.

Jisung negó un poco más molesto. —Hyunjin, quién acepta que su ex pareja— recalcó lo último. —Con quién quedó en muy malos términos lo lleve a casa estando borracho.

Hyunjin se quedó callado unos segundos. —No creí que haría eso.

—Pero lo hizo y fue porque lo dejaste— reclamó. —¿Aún lo quieres?— preguntó de la nada, no queriendo saber la respuesta.

—¿Qué?— exclamó.

—¿Aún sientes algo por él?

—No, ¿Por qué preguntas eso?

—Entonces, ¿Porqué aceptaste que Jeongin te trajera a casa?

—No lo sé, estaba borracho y se que la cagué pero de verdad te juro que no quería que todo eso pasara.

—¿Tal vez has considerado la idea de que aún sientes algo por él y por eso aceptaste que te trajera a casa?— preguntó dolido.

—No, no es así— negó rápidamente mientras se acercaba a Jisung.

—¿Entonces porqué mierda dejaste que él te trajera cuando pudiste llamar a Andrew? El chófer no lo tienes de adorno, Hyunjin.

—No lo sé, ¿De acuerdo? Que más quieres que te diga.

—La verdad.

—Esa es la verdad, estaba borracho y no sé porqué acepté que me trajera pero seguro quería lograr que pelearamos y lo está consiguiendo.

—Y lo está haciendo por ti, pudiste echarlo en cuanto llegó, tienes personal de seguridad y no lo hiciste ¿Por qué? Dime si aún muy en el fondo sientes algo por él a pesar de lo que te hizo.

—No siento nada por él, entiendelo. Yo te quiero a ti, Jisung.

—Entiendelo— Se burló. —¿Que quieres que entienda? ¿Que es muy probable que mi novio aún quiera a su ex pareja?

—Eso no es verdad.

—¡Entonces respóndeme, Hyunjin!. No hay otra explicación para que hayas aceptado que te trajera a casa— le gritó.

—Ya te dije lo que pasó y también que no lo quiero. Te quiero a ti nadamás.

—Entonces explícame por qué en cuanto llegó a la fiesta no lo sacaron, ¿No sé supone es solo para empleados?

—Lo es, tal vez alguien lo invitó pero no sé quién.

—Por dios Hyunjin, eres el maldito jefe, pudiste llamar a alguien de seguridad— reclamó nuevamente, alzando su tono de voz por la frustración. —Solo respóndeme si lo quieres, si lo haces entonces no hay ningún problema y terminamos, pero quiero la verdad.

—Ya te dije la verdad, no llamé a seguridad porque no estaba haciendo nada malo, solo lo estuve ignorando.

—Lo ignoraste tan bien que te trajo a tu apartamento y te besó— dijo sarcástico.

—Deja de comportarte como un jodido inmaduro y escúcha lo que te dije— dijo molesto.

Y Hyunjin jodidamente no debió decirle eso a Jisung.

—¿Inmaduro?— exclamó verdaderamente indignado. —Una cosa te quiero recordar Hyunjin, en nuestra relación yo soy el que tiene 18 y quién se está comportando de manera Inmadura e irresponsable eres tú.

Hyunjin se quedó callado unos segundos procesando las palabras de Jisung.

—Además, si tan inmaduro te parezco no debiste salir conmigo.

—Mierda, no quise decir eso— se disculpó cuando cayó en cuenta de lo que había dicho.

—Pero lo hiciste— dijo dolido por las palabras de Hyunjin. —¿Sabes qué? Creo que debería irme a casa, ambos debemos pensar las cosas y creo que en gran parte debes hacerlo tú— dijo rápidamente antes de darse la vuelta, sus ojos picaban por las lágrimas que amenazaban con salir.

Hyunjin se maldijo. —No Jisung, espera. Yo.. lo siento, no debí decir eso— se disculpó.

Jisung tenía la mano en el pomo de la puerta. —No, no debiste. Solo piensa las cosas, deberíamos darnos algo de tiempo, ¿Esta bien?.

Hyunjin iba a responder que no estaba bien y que no quería algo de "tiempo" pero Jisung fue más rápido.

—Nos vemos luego, Hyunjin— dijo cerrando la puerta tras salir de la habitación.

Hyunjin no supo cómo después de tener una de las mejores folladas hace unas horas todo terminó en ellos peleando y en Jisung saliendo casi corriendo de su apartamento.


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