Capítulo 38
Era un domingo por la tarde y Hyunjin se encontraba junto a Jisung en la habitación de éste. Habían pasado todo el día juntos y ahora estaban recostados sobre la mullida cama. Totalmente relajados, dándose uno que otro mimo.
—Mañana habrá una fiesta, ¿Quieres ir conmigo?— preguntó Hyunjin, mientras acariciaba el cabello de Jisung. —Es organizada por los trabajadores de mi empresa, es algo que tienen todos los años y aunque antes no asistía a ninguna fiesta, está siempre ha sido la excepción y me gustaría que fueras conmigo— explicó, sus dedos perdiéndose entre las espesas hebras del cabello rizado.
—¿Mañana?— Hyunjin asintió, esperando una respuesta. —No te lo había dicho pero papá quiere que vayamos mañana a visitar a los abuelos, solemos hacerlo todas las vacaciones así que creo que no podré ir, lo siento— se disculpó, un mohín se instaló en sus labios.
—No te disculpes mi sol, claro que me hubiera gustado que asistieras pero no hay ningún problema si no puedes— con la yema de sus dedos acarició sus mejillas. —¿Cuánto tiempo irás? Cuando regreses podemos salir, ¿Que te parece? Podemos ir a la playa South Bay y estar unos días en el hotel. Si quieres podemos llevar a tus padres, a mi madre y hermanas.
—¿De verdad?— Hyunjin asintió con una sonrisa. —Casi siempre solo vamos tres días y respondiendo a lo otro, quiero que vayan nuestros padres y quiero ver a tus hermanas. Oh, ¿Y puede ir Felix?— dijo con emoción.
—Puede, cariño. Haremos lo que tú quieras— aceptó, una vez más cumpliendo las peticiones de su dulce sol.
—Ya que lo dices, ¿Podemos pasar la noche juntos? Hay que ver películas y hay que comprar sopas instantáneas, frituras y un poco de helado— pidió alegremente, mostrándole su lengua a Hyunjin cuando éste hizo una mueca por los alimentos que mencionó.
—De acuerdo, pero que no sean películas de terror porque luego no puedes dormir.
Jisung frunció su entrecejo e hizo una mueca. —Eso es mentira— se quejó.
—Me hiciste encender las luces porque veías una sombra y tuve que comprarte una luz para dormir.
—Se ven lindas— infló sus mejillas. —Proyecta estrellitas de colores en el techo.
—Son lindas, sí— asintió con una sonrisa. —Pero si quieres que encontremos el supermercado abierto ya deberíamos irnos. Por cierto, ¿A qué hora se van mañana? Para saber cuánto tiempo tenemos y venir a dejarte.
—Mmm— mordió una de sus uñas, pensativo. —Nos iremos después del desayuno, cómo a las diez, creo— se encogió de hombros.
—Hay que darnos prisa entonces. Llamaré a Jyll para que nos haga algunas palomitas en lo que compramos lo demás— dijo, comenzando a levantarse de la cama, siendo seguido por Jisung.
—De acuerdo, le diré a mamá que pasaré la noche contigo— avisó, antes de salir corriendo de la habitación con una sonrisa.
—¿De fresa o vainilla?— preguntó Hyunjin, mostrándole al ojiverde los dos botes de helado.
—De nueces, me gustan esos dos pero quiero algo nuevo— se encogió de hombros, señalando el bote que se veía a través del cristal del refrigerador.
Hyunjin dejó en su lugar los botes que traía en sus manos, sacó el que Jisung le había indicado y lo metió al carrito del supermercado, dónde ya iban la mayoría de los antojos de Jisung y algunas cosas esenciales para la cocina que Jyll había pedido.
Cuando tuvieron todo lo que necesitaban, se dirigieron por fin al apartamento del mayor, haciéndose solo unos 15 minutos de camino. Subieron todas las cosas que compraron y Jisung decidió ayudar a Jyll con los alimentos en lo que Hyunjin revisaba algunos documentos importantes de la empresa.
—Jisung, cariño. ¿Puedes revisar si el agua para la sopa ya está hirviendo?— pidió la mujer mientras picaba algunas verduras que utilizaría para la cena.
Jisung quién estaba sirviendo las golosinas que comería más tarde con su novio, asintió y revisó. —Aún no está hirviendo— respondió, frunciendo levemente su nariz.
—De acuerdo. En lo que está, ¿por qué no llamas a Hyunjin? Yo me encargo de terminar lo que estabas haciendo— sonrió amable.
Jisung asintió en respuesta. —Ya vuelvo— avisó antes de salir de la cocina.
Caminó hasta la oficina personal de Hyunjin y tocó la puerta, teniendo el permiso para pasar al instante.
Hyunjin estaba con el entrecejo fruncido, concentrado mientras leía algunos papeles que Jisung no tenía idea de lo que eran pero no le importaban, simplemente caminó hasta estar a un lado de Hyunjin, quién al verlo le indicó que tomara asiento sobre sus piernas.
—¿Qué es lo que necesitas, sol?— preguntó Hyunjin, acariciando con su pulgar la piel vestida de la cintura del menor.
—Jyll dijo que fueras, creo que ya casi está la cena y me ayudó a terminar de servir los dulces para después— respondió, amando las pequeñas caricias que Hyunjin le estaba dando.
—¿Si?— tarareó Hyunjin, comenzando a dejar pequeños picos sobre las mejillas de Jisung, haciéndolo suspirar cuando rozaba la comisura de sus labios de vez en cuando. —Seguro que Jyll nos puede esperar unos momentos más, ¿Verdad?— sonrió cuando Jisung no respondió y boqueó esperando un beso en sus labios, accediendo a darselo al instante.
Sus labios se unieron en un suave y delicado roce, sus lenguas solo se tocaban lentamente entre sí y sus manos acariciaban sus cuerpos mutuamente, erizando la piel de ambos en cada toque. Cada caricia se sentía electrizante, cómo desde inicio.
—Te amo, Hyun— dijo bajito en un suspiro sobre la boca de Hyunjin.
Hyunjin siguió con el beso, convirtiéndolo en uno un poco más intenso y respondió: —Y yo te amo aún más.
Ambos siguieron dentro de la pequeña burbuja que habían creado en la habitación, ninguno de ellos dando indicios de querer salir ella. Y no lo hicieron hasta que unos golpes resonaron en la puerta.
—La cena está lista y también lo que comerán más tarde— avisó. —Dense prisa o se enfriará— sentenció.
Jisung negó cuando Hyunjin hizo un amago para levantarlo, no queriendo separarse del ojiazul.
—Jyll nos va a regañar si no vamos ya, cariño.
—Pero yo quiero quedarme contigo aquí— respondió con su entrecejo fruncido, esperando que una vez mas Hyunjin cumpliera sus peticiones.
Hyunjin sonrió, llevó su pulgar entre las cejas de Jisung y comenzó a acariciar para que su ceño fruncido desapareciera y dejó un corto beso en sus labios.
—Más tarde podemos seguir con esto, así que anda, vamos si no quieres que Jyll se enoje por dejarla con la comida en la mesa— acarició un poco la piel de los muslos de Jisung quién bufó y a su pesar se levantó del regazo de Hyunjin.
—Esto te va a costar más mimos y todos los dulces que yo pida.
—Los dulces pueden hacerte daño.
—Mimos y todas las golosinas que pida— repitió, ignorando las palabras de Hyunjin. —¿Entendiste, Hwang?— acusó.
—Lo entendí, cariño— respondió tratando de no reír por lo adorable que se veía Jisung siendo mandón.
—Si no cumples, no hay un mes de sexo para ti— sentenció.
Y ahora Hyunjin frunció el entrecejo, mirándolo con horror.
—Eso ya es ser extremista— se quejó.
—Si no cumples, tendrás que usar solo tu mano durante un mes— sonrió con malicia.
—Pero entonces tú tampoco tendrías sexo y si no mal recuerdo, eres tú el que siempre quiere que lo ande follando.
Jisung rodó los ojos. —Yo puedo usar mis dedos y los juguetes que compramos— se encogió de hombros.
Hyunjin hizo un chasquido con la lengua en frustración. —Bien, compraré todos los dulces que quieras— aceptó y Jisung sonrió en victoria.
Después de la cena, la pareja ya se encontraba rescostada en la cama de la habitación del mayor. Estaban bajo las sábanas con sus cuerpos pegados mientras escogían que ver en la televisión.
—¿Podemos ver Coraline?— preguntó.
—La película que tú quieras, amor— respondió. —Pero que no sea de terror, luego no puedes dormir bien— le recordó.
Jisung asintió con una sonrisa y tomó en sus manos el control remoto de la pantalla, dedicándose a buscar la película que quería ver. No tardó mucho en encontrarla y ahora el inicio de la película ya se estaba transmitiendo.
La película siguió con ellos abrazados sin darse cuenta de la hora, dándose uno que otro beso y comiendo helado junto con otras golosinas que habían llevado.
Habían pasado un día estupendo, cómo cada vez que están juntos.
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