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Capítulo 36

Irene salió de la oficina del ojiazul, sus tacones resonando al caminar molesta hacia su oficina con su semblante lleno de fastidio por la desición de Hyunjin.

A su parecer simplemente debió echar al otro hombre sin escuchar ni una palabra y negarle de por vida el acceso a la empresa, pero el ojiazul siempre fue un maldito terco de primera desde que estaban en la universidad y claro que aceptó escuchar al imbécil de su ex novio.

La rubia nunca fue partidaria de la relación que Hyunjin mantuvo con aquel tipo durante su tiempo en la universidad y menos después de ésta, ella en cada oportunidad que tenía trataba de convencer al castaño que su relación con Jeongin no era la mejor para él, pero Hyunjin estuvo empecinado en que sus sentimientos eran mutuos y que simplemente debía darle una oportunidad

Y es que tener que ver a un Hyunjin, su mejor amigo desde que entraron a la universidad, totalmente desbastado, llorando y con un corazón roto después de encontrar a su novio con otro hombre cuando iba a proponerle matrimonio ese mismo día, no había estado en sus planes, sobre todo cuando pudo ahorrarse todo aquello.

Maldecía a Jeongin por lastimar a Hyunjin y por tener el descaro de regresar después de todo este tiempo, justo cuando Hyunjin estaba disfrutando y siendo verdaderamente feliz con alguien más.

Creyó que toda esa mierda que pasaba en las películas y en la mayoría de los libros era falso, que cuando todo va bien siempre hay algo que lo arruina, aunque no quería adelantarse a los hechos. De igual forma, justo ahora tenía la oportunidad de joder un poco a aquel imbécil y no desaprovecharía tal oportunidad, no cuando sabía cómo.

—Andrew, necesito que vayas ahora por el ricitos a su casa y lo traigas aquí a la empresa. Dile que Hyunjin fue quien te mandó— le pidió al hombre del otro lado de la línea. —No preguntes, solo hazlo— dijo antes de cortar la llamada y tomar asiento en su propia oficina, la cuál no estaba muy lejos de dónde se encontraba la de Hyunjin.

—¿Cuánto ha pasado realmente? ¿4 o 5 años? No entiendo que haces aquí después de todo este tiempo, ¿Qué es lo que buscas?

—Solo quiero arreglar las cosas contigo— pidió acercándose a Hyunjin.

—¿Qué vas a arreglar? No puedes venir aquí después de años a hablarme sobre "arreglar" algo que tú mismo jodiste— atacó. Jeongin chasqueó la boca e hizo una mueca. —Y encima hablar sobre el tema como si fuera una conversación banal que tienes con amigos.

—No quise sonar así, lo prometo— se disculpó. —Sé que fuí yo el responsable de todo pero quiero enmendar las cosas contigo— suspiró. Hyunjin siguió mirándolo con un semblante serio. —Vamos Hyunjin, nos conocimos desde la universidad y cuando pasó eso, no estaba pensando las cosas con claridad.

Hyunjin negó con una sonrisa incrédula. —Claro, no pensaste en cuánto me dolería encontrar a mi en ese entonces novio, a quien le pediría matrimonio porque estaba seguro que lo que sentíamos era mutuo a punto de acostarse con alguien más y cuándo le pedí una explicación válida para lo que había visto, me dijo que yo no tenía mucho que ofrecer a comparación del otro tipo.

Jeongin bajó la mirada. —Tenía 24— argumentó tontamente para tratar de excusarse.

—Esa no es una excusa, yo tenía la misma edad que tú y a diferencia de ti, nunca te falté al respeto ni a ti, ni a nuestra relación— atacó.

Tal vez Hyunjin estaba soltando todo lo que alguna vez quiso decirle al hombre frente a él.

—Lo sé— se quejó. —No sé que excusa decirte para lo que te hice pero te juro que me arrepiento, en verdad lo hago.

—¿Por qué? ¿El tipo con el que me engañaste ya no te siguió ofreciendo lo que según tú yo no podía?— lo miró con una sonrisa arrogante, esperando dar justo en el clavo.

Jeongin boqueó en un intento de responder a eso, sorprendido por las palabras de Hyunjin.

—Eso no fue lo que sucedió.

—¿No? Porque recientemente salió en algunas revistas que estaba comprometido con una modelo estadounidense.

—Eso no es de tu interés— tensó la mandíbula.

—Como tampoco lo es arreglar las cosas contigo, así que si no tienes algo mejor que decir, puedes irte.

Jeongin recordó los titulares y fragmentos que estaban en la revista que había visto donde aparecía Hyunjin con su nueva pareja. "El respetable millonario Hwang Hyunjin saliendo de un restaurante con su muy joven amante" "Hwang y su relación con Han Jisung, el nuevo modelo de 18 años", "Hwang entrando de la mano a una de las tiendas de Versace con el joven modelo"

—Solo quería quedar en mejores términos contigo, pero veo que salir con alguien menor te hace igual de inmaduro— escupió, al parecer Jeongin también había dado en el clavo y se dió cuenta cuando Hyunjin tensó sus facciones.

El castaño iba a responder, pero por azar del destino o eso pensó, la puerta de su oficina se abrió, revelando al lindo chico de ojos verdes el cuál se estaba convirtiendo en el tema de discusión entre él y su ex pareja.

—¡Oops!— exclamó el ojiverde cuando notó que había alguien más en la oficina. —Lo siento, Irene dijo que me estabas esperando en tu oficina y creí que estabas solo— se disculpó apenado, con sus mejillas coloreadas en un tono carmín, dirigiéndose a Hyunjin. —¿Quieres que vaya con ella y cuándo estés desocupado me avisas?— preguntó, estando totalmente ajeno a la situación e ignorando a la otra persona.

—¿Viniste solo?— preguntó confundido.

—No, me trajo Andrew— respondió simple con su entrecejo arrugado por la pregunta.

Se suponía Hyunjin fue quien mandó a Andrew por él, pero no dijo nada al respecto.

Jeongin analizó al menor de pies a cabeza.

El chico iba vestido con una pijama que constaba de un corto short de satén color negro y una playera básica blanca manga larga pegada a su silueta. Jeongin pudo notar fácilmente que el menor tenía una muy bonita figura que incluso le dió un poco de  envidia y celos al verlo.

Ver cómo el pequeño short que llevaba se ceñía a sus caderas y lograba darle una forma más estilizada a sus piernas y la manera en la que la  playera que llevaba se aferraba a su cintura era exquisita. Llevaba sus rizos revueltos por todos lados, haciéndolo ver adorable con una imagen tranquila y adormilada, indicando que recién se había levantado.

Pudo notar de inmediato porqué aquel chico tenía tan embobado al ojiazul, incluso podría decirse que la forma en la que Hyunjin miraba al rizado nunca se pareció ni un poco a la forma en la que lo miraba a él.

Y eso lo molestó. Mucho.

Hyunjin por otro lado, estaba confundido. Se suponía él iría por Jisung a su casa, iba a preguntarle a Jisung sobre eso cuando el menor volvió a hablar.

—¿Entonces te veo cuando estés desocupado?— dudó.

—No— habló rápidamente. —Ya terminé con esto— le dió una mirada molesta de atisbo al otro hombre.

Jisung notó el mal humor de Hyunjin y dirigió la mirada a la otra persona en la habitación. Nunca lo había visto. Analizó al hombre que iba vestido con ropa casual y frunció el entrecejo un poco más, Hyunjin le había presentado a la mayoría de sus socios y no recuerda haber visto a aquel tipo, ni si quiera recuerda que Hyunjin se lo haya mencionado.

El tipo era atractivo, sus ojos eran del mismo color que el suyo pero su cabello era lacio y de un tono cobrizo con pequeñas ondas, no era muy alto, se podría decir que tal vez medía lo mismo que él o un poco más, no estaba seguro, pero en aquel hombre del cual hasta ahora desconocía su nombre, había algo que le daba como un mal presentimiento, aunque decidió ignorar aquello.

—¿Él es tu novio?— preguntó Jeongin, diciendo lo último con desprecio, el cuál no fue notado por Jisung pero si por Hyunjin.

—Si, pero no lo molestes— sentenció.

—¿Por qué lo haría? Solo quería saber si él era quién tomó mi lugar— dijo fingiendo inocencia.

Hyunjin tensó su cuerpo y miró a Jisung, esperando una reacción a las palabras del otro ojiverde, pero antes de que él o Jisung pudieran decir algo una cuarta voz se unió a la conversación.

Una rubia apareció en el campo de visión de Hyunjin y ahí fue cómo se dió cuenta que el que Jisung estuviera ahí era obra de ella. Toda aquella situación apuntaba a Irene.

—¡Jisung!— llamó emocionada. —Agradezco por mis paz mental que no llegué en mal momento, no quiero tener de nuevo una imagen tan gráfica de ustedes en esta oficina— dijo entre risas, haciendo una mueca de asco.

Jisung se sonrojó y Hyunjin la miró mal, olvidando el comentario de Jeongin.

—Eso solo sucedió una vez, y fue culpa de Hyunjin— se quejó Jisung.

—Hey, mientras te tenía sobre el escritorio no te escuché quejarte— se defendió el ojiazul.

—Claro que no, lo tenías muy ocupado que ni cuenta se dieron que había entrado— fue momento para que también la mujer se quejara.

—Para que no tocas— atacó Hyunjin.

—Lo hice. Más de 20 veces, incluso te grité, pero siempre que estás con Jisung te vuelves estúpido— se burló. Irene divisó al de cabellos cobrizos de nuevo y sonrió maliciosa, fingió no haberlo visto antes. —Oh, sigues aquí— dijo sorprendida. —Creí que ya estabas a más de 100 kilómetros de distancia— dijo con un toque de desprecio.

—Pues no, aún no terminaba de hablar con Hyunjin— Jeongin se removió incómodo. —Pero, ¿Podríamos salir luego por un café y hablar sobre esto?— se dirigió a Hyunjin.

—Ya te lo dije, no hay nada de qué hablar. Y si me permites, tengo asuntos pendientes con mi pareja, así que agradecería que te marcharas.

Jeongin hizo una mueca de desagrado pero no tuvo más opción. Asintió y caminó hacia la salida de la habitación.

—Espero no volver a ver tu despreciable rostro por aquí— se burló Irene.

El hombre ojiverde solo rodó los ojos ante el comentario, decidió no decir nada más y salió de la oficina. Aunque de algo estaba decidido, y era en que no le daría el gusto a la rubia de no volver a verlo o saber de él.


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