Capítulo 31
Los rayos del sol pegaban directamente sobre el rostro de Jisung, haciéndole fruncir su entrecejo en signo de molestia sin querer despertar. Se removió un poco sobre su cama para poder darse la vuelta, pero unos fuertes brazos envueltos en su cintura se lo impidieron, haciendo que abriera los ojos para ver el cuerpo aferrado a su espalda.
Sonrió por la agradable sensación de tener al hombre dueño de sus suspiros y fantasías estando abrazado a su cuerpo mientras dormía cómodamente a su lado y se aferraba a él cómo si tuviese miedo que pudiera desaparecer si no lo sujetaba fuertemente contra su cuerpo.
Quién pudiera ver al respetable magnate que juraba no querer dejar entrar a nadie a su vida más allá del sexo casual y sin compromisos, estando abrazado a un chico más jóven que él, quién lo tiene sobre la palma de su mano y arrodillado ante sus pies, entregándole toda su devoción.
Jisung trató de safarse del agarre de su novio, fallando rotundamente al intentarlo, provocando que Hyunjin despertara y soltara unos quejidos.
—¿Dónde vas?— balbuceó.
—Al baño para tomar una ducha y quitar el semen seco de mi piel, no puedo ir así a clases— respondió.
—Mmhg— se quejó. —Recuestate un poco más conmigo, yo te llevo a la escuela— dijo con voz ronca.
Jisung rió por lo bajo. —¿Qué dirían tus socios si vieran al respetable señor Hwang pidiéndole a su novio de 18 que se quede con él en la cama?.
—Que tiene mucha suerte porque su novio se queda con él en la cama— dijo burlesco, abriendo solo un ojo para observar el cuerpo menudo del rizado.
—No va a funcionar— canturreó. —Debo arreglarme para llegar a tiempo, haré una exposición en clase de historia que vale un 30%— explicó.
Hyunjin a regañadientes lo soltó, no sin antes dejar un beso sobre su cuello e inhalar un poco el aroma de su piel.
Jisung se levantó de la cama y buscó la ropa que se pondría. Se metió a bañar y no tardó mucho para que minutos después saliera con la toalla colgando del filo de sus caderas y sus rizos húmedos dejando caer gotas de agua que se deslizaban por toda su espalda hasta perderse en la tersa piel.
—¿No vas a cambiarte?— preguntó mirando a su novio aún acostado entre las sábanas de su cama, quién estaba muy concentrado contestando algunos mensajes de texto en su celular. —En mi clóset están unos joggers y una camiseta que dejaste la semana pasada.
Hyunjin estaba tan absorto en los mensajes que ni si quiera lo escuchó. Jisung frunció el entrecejo.
—En mi clase de química hay un tipo muy atractivo que me ha estado pidiendo una cita desde hace 2 semanas, tal vez acepte ir con él.
Y Hyunjin frunció el entrecejo, haciendo una mueca de desagrado. —Jodidamente no irás con ese tipo.
Jisung sonrió, con que eso sí lo había escuchado.
—Mmh, no lo sé. Tal vez lo haga— dijo con una pequeña risa, queriendo seguir molestando al ojiazul.
Pero para Hyunjin, eso no era nada gracioso. Se puso de pie lo más rápido que pudo, quedando a una considerable distancia del cuerpo de Jisung, la cuál desapareció cuándo acercó su rostro hasta el oído del rizado y envolvió sus brazos en su cintura.
—De acuerdo, hazlo— el aliento golpeó la oreja del menor, haciendo estremecer su cuerpo. Hyunjin lo empujó suavemente hasta que la parte trasera de las rodillas de Jisung chocaron con el colchón y comenzó a recostarlo, quedando sobre él entre sus piernas desnudas. —Pero yo soy el único que puede tenerte así— una de sus manos se deslizó hasta tocar uno de sus pezones.
A Hyunjin le gustaba tocarlo ahí y tirar del arete que decoraba la pequeña protuberancia.
Jisung arqueó su espalda en respuesta, tener a Hyunjin encima de él era una de sus cosas favoritas.
—Tócame más— suspiró.
Hyunjin comenzó a recorrer con sus manos el menudo cuerpo de Jisung, hasta que unos golpes en la puerta lo interrumpieron, haciendo que ambos dieran un respingo.
—Jisung— se escuchó la voz de Donghae llamando al menor. —¿Ya estás despierto?— preguntó el hombre.
Hyunjin sonrió malicioso, se deslizó un poco hacia abajo, hasta tener su boca sobre el pezón que había estado pellizcando y comenzó a tirar de éste con sus dientes, dejando cortas lamidas en la zona.
Jisung se retorció sobre la cama.
—¿Jisung?— se volvió a escuchar la voz insistente de su padre.
—Contesta— ordenó Hyunjin sin dejar de lamer sobre su pecho.
—¿Si?— respondió lo suficientemente fuerte cómo para ser escuchado.
—Cariño, ¿Ya se despertó Hyunjin? tu madre quiere que bajen a desayunar— avisó.
—Mmh..— tarareó al sentir la lengua de Hyunjin. —No, aún no se despierta— mintió y Hyunjin sonrió divertido. —Pero ahorita ya bajamos.
—Bien, no tarden mucho.
—De acuerdo— asintió, no sabía si su papá lo había escuchado pero estaba muy concentrado en la boca de Hyunjin pegada a su pezón.
—¿Con que aún sigo dormido?— jugueteó. —¿Qué pensaría tu padre al saber que mentiste y que estás desnudo bajo mi cuerpo?— se burló, tirando con sus dedos de la otra protuberancia.
—Que rompiste la regla de no estar de mano larga— dijo socarron.
—Te has vuelto muy malcriado— se quejó el mayor quién ahora se encontraba besando el cuello de Jisung. —Te daría justo ahora una lección para no serlo, pero tu madre nos espera, así que vístete.
Se quitó de encima del cuerpo del rizado y buscó en el armario de éste alguna camiseta que encontraste. Terminó por colocarse el conjunto que Jisung ya le había dicho mientras que el contrario se puso unos jeans sueltos y una camiseta blanca un par de tallas más grandes con un logo en la parte de enfrente.
Ya que por fin estuvieron listos, ambos bajaron al comedor dónde seguramente Yoona y Donghae los estarían esperando.
—Buenos días, hijo— saludó Donghae al ojiverde cuando lo divisó —Y buenos días para ti también, Hyunjin.
—Buenos días a ambos— correspondió el ojiazul.
—¿Durmieron bien?— les preguntó Yoona.
—De maravilla— respondió Hyunjin con una pequeña sonrisa, apretando la cintura de Jisung.
—Me alegro. Ahora lavense las manos que ya serví el desayuno.
Todos obedecieron las órdenes de la mujer. Minutos después todos ya se encontraban comiendo cómodamente.
—Sol, ¿No le vas a decir a tus padres sobre las fotos de hoy y sobre la pasarela?— le recordó Hyunjin en un susurro.
Jisung había olvidado por completo todo ese asunto, pero si le contaría a sus padres.
—Mmh.. papá, mamá, debo decirles algo— llamó la atención de ambos. Estaba un poco nervioso, sabía que sus padres lo apoyarían pero los nervios le carcomian las entrañas.
—¿Estás embarazado?— dijo Donghae, recibiendo un golpe en el brazo por parte de la mujer.
Hyunjin se atragantó.
—¡¿Qué?! ¡No! Y eso es biológicamente imposible— se quejó cruzando sus brazos sobre su pecho.
—Ah, es cierto. Bueno, ¿Qué es lo que querías decirnos?.
—Ustedes saben que me gusta mucho la moda— suspiró y sus padres asintieron con una sonrisa. —Entonces Hyunjin habló con unas personas— continuó. —Y hoy nos tomaremos unas fotos para algunas revistas y en 2 semanas tendré una pasarela pero de mientras tendré que ir a que me enseñen cosas básicas.
Yoona y Donghae voltearon a verse entre sí con una sonrisa en sus labios, ambos se pararon de sus sillas y se dirigieron a abrazar a Jisung para darle palabras de orgullo y emoción.
—Eso es estupendo, mi amor— dijo Yoona.
—Si— concordó Donghae. —Tienes mi apoyo en cualquier cosas que necesites, lo sabes.
Jisung sentía sus mejillas humedecerse por las rebeldes lágrimas que escaparon de sus ojos.
Hyunjin veía con una sonrisa la escena que se llevaba frente a él. Sin duda Jisung tenía unos buenos padres y estaba feliz por ello, no era menos de esperarse que gracias a esas dos personas su chico sea cómo es.
Era la hora del receso y Jisung iba caminando por los pasillos de su escuela junto a su rubio amigo Felix mientras reían de cosas sin sentido, hasta que escucharon la conversación que Juyeon y sus amigos llevaban, ya que estos comenzar a hablar más fuerte de lo usual.
—¿Y qué tal Han?¿Es así de bueno en la cama cómo su cuerpo?— preguntó una voz que no supo reconocer.
—Definitivamente, su carita de muñequita no le hace justicia a cómo es en la cama.
Jisung quiso vomitar. ¿Qué mierda sucedía?
—Oh, y ahí está— señaló uno.
—Ven, Han— llamaron. —Queremos platicar contigo.
—Vamonos, Jisung. Ignora a esos idiotas— intervino Felix pero el terco ojiverde hizo caso omiso, así que no tuvo otra opción más que quedarse junto a él.
—¿Qué quieren?— preguntó molesto con su semblante neutro.
—¿Así de amargado eres en la cama?— dijo uno entre risas, cómo si hubiese dicho algo demasiado divertido.
—Que mierda les importa.
—Ya se enojó— rió otro de los integrantes. —Juyeon, deberías darle otra cogida para que le baje un poco a su mal humor.
Todo el grupo comenzó a reír y el mencionado dió unos pasos al frente para acercarse a Jisung quién tenía un semblante molesto e irritado. ¿Estaban insinuando que se había acostado con el imbécil de Juyeon?.
—Deberíamos repetir, ¿No, Han?
—¿De qué mierda hablas?
—No te hagas el desentendido— intervino otro de los chicos. —Juyeon ya nos dijo que le abriste las piernas.
Felix comenzó a reír por las estupideces que salían de las bocas de esos imbéciles y todos lo miraron confundidos por su reacción.
—¿De qué mierda hablan?¿Jisung aceptando estar con Juyeon? Cuéntenme otro chiste, hasta donde recuerdo Juyeon andaba detrás de Jisung cómo un perro, mendigando una cita que Jisung nunca le aceptó— se burló.
Todos se giraron para ver a Juyeon, esperando una respuesta de su parte.
—Yo nunca le estuve rogando— mintió.
—¿No? Varios de aquí de la escuela escucharon cómo me llamabas puta por no aceptarte una cita, incluso el chófer de mi novio está de testigo— está vez fue Jisung quién habló.
—¿Entonces mentiste?¿Andabas rogándole a Han?
Las burlas y risas hacia Juyeon se hicieron presentes.
Juyeon sintió la sangre hervirle ante la burla de sus amigos.
—Eres un..— alzó una de sus manos en el aire, estaba a punto de pegarle a Jisung quién se había quedado estático en el mismo lugar, cuando la voz del rector lo interrumpió.
—Señor Lee, usted llega a soltar el golpe que le iba a dar a Han y le juro que no vuelve a poner un pie en mi escuela.
Juyeon maldijo mentalmente y bajó su brazo lentamente.
Jisung volvió a respirar.
—A mi oficina, ahora— ordenó el hombre. —No voy a tolerar estos comportamientos en mi escuela, ya se lo había advertido— dijo antes de dar vuelta y caminar hacia su oficina.
—Mierda, Jisung. ¿Estás bien?— preguntó Felix desesperado, el rizado aún seguía en su lugar tratando de procesar lo que estuvo a punto de pasar.
Nunca nadie le había puesto una mano encima, ni si quiera sus padres. Le asustaba que alguien lo quisiera golpear. Era muy diferente el cómo le gustaba que Hyunjin le pegara mientras tenían sexo a que lo hicieran porque sí.
—Oh, si, estoy bien— reaccionó. —Vamos a la siguiente clase— pidió bajito.
Felix no dijo nada pero asintió. Más tarde hablaría sobre eso con Jisung para que le contara a sus padres lo sucedido con esos imbéciles.
Mientras tanto le daría su espacio y trataría de distraerlo, sabía que Jisung era muy sensible en ese aspecto.
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