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Capítulo 29

Después de llegar al apartamento de Hyunjin y de unas cuantas rondas más de sexo, la pareja se encontraba recostada sobre la mullida cama, entre las sábanas limpias que habían colocado después de estar juntos piel a piel.

—¿Hyun?— llamó en un balbuceo Jisung, acurrucandose más hacia el cuerpo de su novio quién solo vestía su ropa interior a diferencia de él que se había puesto su pijama con dibujos de gatitos, la cuál había dejado ahí hace tiempo y la usaba la mayoría de las veces que se quedaba con Hyunjin.

Jisung ya tenía unas cuantas prendas de ropa en el apartamento y un espacio en el gran armario de Hyunjin. Con el paso de los días el lugar comenzaba a tener sus cosas, convirtiendose en algo normal para la pareja y eso a Jisung le hacía tener una pequeña sensación de calidez en su pecho, sobre todo cuando abría el clóset de Hyunjin y veía una pila de ropa perteneciente a él.

—¿Qué sucede, sol?— respondió bajo, con su voz un poco pastosa, y envolvió la cintura de Jisung con su brazo para pegar más su pecho contra la espalda del menor y llevar su nariz al cuello de éste e inhalar su delicioso aroma a frutos.

—Es que...— tomó un poco de aire, se sentía nervioso. Hyunjin lo notó, así que llevó una de sus manos al vientre del menor, alzó un poco la tela que cubría su torso y comenzó a dar caricias para relajarlo. —No quiero que pienses que estoy contigo por algún beneficio porque no es así— hizo un puchero aunque Hyunjin al estar tras él no pudo verlo.

—No podría pensar eso de ti, mi amor— tranquilizó. —Todo lo que te he dado es porque yo quiero y porque puedo dártelo— su otra mano dió caricias en el cabello de Jisung. —Así que puedes decirme o pedirme lo que quieras— dijo con voz relajada, casi adormilada.

—Yeji preguntó que es lo que quería estudiar y le dije que algo que tuviera que ver con la moda— inhaló un poco de aire. —Y ella dijo que podía ser un modelo y que tú podías ayudarme— explicó casi atropelladamente.

Hyunjin por suerte lo escuchó bien y sonrió al imaginar a su novio en alguna pasarela o siendo la portada de varias revistas, tal vez tendría miles de ellas en su oficina. Pondría unas cuantas en la sala de estar, en la cocina y definitivamente pondría algunas en su habitación.

—Mmm, ¿Si?— tarareó, uno de sus dedos se enrrolló en uno de los rizos y tiró de este tratando de deshacerlo, en lo cual falló rotundamente cuando el rulo regresó a su forma original. —¿Cómo podría hacerlo?.

Jisung se volteó, quedando frente a frente con Hyunjin, quién quedó observando los labios rojitos de su pequeño novio gracias a la tenue luz de la lámpara en la mesita de noche. Jisung iba a seguir hablando pero Hyunjin fue más rápido al unir sus labios en una suave, lenta y tierna caricia. Ambas bocas demostradose cuánto se quieren.

—Ella dijo que— hizo una pausa tratando de elegir las palabras correctas. —Yeji dijo que solo debías hablar con alguien que sepa sobre eso, tal vez ¿agencias de modelaje? No tengo idea— suspiró. Hyunjin se quedó callado haciendo sentir a Jisung aún más nervioso. —¿Y si tal vez esto es mala idea?— soltó un fuerte suspiro, se colocó boca arriba y miró fijamente hacía el techo. —Que difícil es existir— se quejó.

Hyunjin rió bajo por lo último y volvió a jalar a Jisung hacia su cuerpo.

—¿Por qué lo sería? Eres malditamente hermoso, cualquier agencia de modelos se pelearía por tenerte trabajando con ellas.

—¿En serio lo crees?.

—No lo creo. Lo sé— respondió sin ninguna especie de duda delatando su voz. —Hablaré con Seungmin o con Sunwoo por la mañana para ver si me pueden conseguir información al respecto.

—¿De verdad?— preguntó emocionado con un leve brillo en sus ojos esmeraldas.

—Todo por mi dulce sol— sonrió y Jisung se sonrojó por el apodo, le gustaba cuando Hyunjin lo llamaba de esa forma, se sentía bien.

—Gracias— balbuceó en medio de un bostezo por el cansancio que comenzaba a inundar su cuerpo. Hyunjin siguió acariciando su cabello mientras lo observaba con una pequeña sonrisa. —Te quiero, Hyun— dijo en un frágil susurro. Sus parpados cerrándose poco a poco.

—Yo también te quiero— respondió. —Lo hago tanto que incluso me asusta— suspiró. —Pero aunque suene demasiado ridículo o estúpido, arriesgaría todo por ti y haría todo lo que me pidieras— sonrió de lado. —Definitivamente me tienes a tus pies, niño malcriado, estoy a tu completa merced y no me molesta estarlo.

Y Hyunjin quiso que su dulce novio hubiese escuchado todo aquello, pero la pesada respiración del contrario indicaba que éste había caído en los cómodos brazos del rey de los sueños.

—¡Jisung!— se escuchó fuertemente una voz femenina por los pasillos de la escuela.

El mencionado iba de camino a su última clase del día, ya no soportaba estar más tiempo ahí, sentía que se volvería loco si le dejaban más tareas. Jisung iba tan metido en sus pensamientos que aquella voz lo llamó un par de veces más hasta que por fin volteó y se encontró con una de sus amigas.

—Jisung, venía a preguntarte algo— dijo con voz jadeante después de correr por todo el pasillo persiguiendo al de rizos.

—¿Qué quieres?— respondió con su semblante neutro.

—Uy, lo siento, ¿Mal momento?— preguntó con una pequeña risa.

—Lo siento, Minji. Es que hoy Felix no vino a clases y ya no puedo con tantos trabajos que nos han estado dejando, juro que si me dejan algo más, iré a tirarme desde el Tower Bridge.

—Tranquilo, solo venía a preguntarte si querías ir a una fiesta que haré en mi casa, mis padres me dieron permiso de hacerla está noche.

—Pero es jueves y mañana tenemos clases, no quiero andar con dolor de cabeza durante todas las clases— se quejó arrugando un poco su nariz.

—Vamos, Sung— insistió. —Puedes llevar a la persona que quieras, no hay ningún problema con eso.

Jisung dudó. Tal vez podría pedirle a Hyunjin que lo acompañe a la fiesta, sabía de antemano por las anécdotas que su novio le contaba en ocasiones, que éste amaba salir de fiesta durante su época en la preparatoria y en la universidad.

—Bien, ¿A qué hora será?.

—Le dije al resto que fuera a las 9, puedes llegar a esa hora o después, presiento que la fiesta no acabará muy temprano, mi hermano invitará a sus amigos de la universidad y ellos llevarán algo de alcohol— explicó.

—Ahí estaré entonces— sonrió. —¿Llevo algo?.

—Oh, no. No hace falta que lleves nada, ya tenemos todo listo para esta noche.

—De acuerdo, entonces— asintió. —Me voy, ya faltan un par de minutos para entrar a mi siguiente clase— se excusó. —Te veo en la noche— se despidió, a lo que la otra chica estuvo de acuerdo y también se marchó a su salón.

Solo quedaba preguntarle a Hyunjin si podía ir con él y pedirle permiso a sus padres, aunque sabía qué si Hyunjin iba, conseguir el permiso sería más fácil.

Con esa idea rondando en su cabeza entró a su clase de química.


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