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Capítulo 26

La pareja ya llevaban un par de horas dentro de las tiendas buscando ropa, Hyunjin había elegido un par de trajes con ayuda de Jisung que tal vez se pondría para la fiesta del día siguiente y algo de ropa cómoda para estar en su apartamento.

Antes de conocer a Jisung se la pasaba la mayor parte del tiempo dentro de su empresa por lo que era de esperarse que su armario estuviera repleto de trajes costosos y ropa formal, siendo escasa la ropa cómoda con la que contaba, y ahora que comenzó a pasar más tiempo con él rizado en su hogar, decidió integrar más variedad a su guardarropa.

—¿Cuál crees que debería ponerme?— preguntó Jisung mostrando en una de sus manos una falda corta de color negro y en la otra un pantalón de vestir de un verde esmeralda con diminutos brillos adornando la tela. —La falda es un poco simple pero estaba pensando en usarla con los botas altas de versace pero el pantalón me gusta mucho por los brillitos— balbuceó.

—Con cualquiera de los dos que escojas te verás hermoso— respondió Hyunjin viéndolo con una sonrisa, estaba sentado en uno de los asientos frente a una especie de vestidor con montones de prendas colgadas en un perchero cerca que Jisung estaba utilizando para poner la ropa que no le había gustado, tenía las piernas abiertas y su espalda recargada en el respaldo del pequeño sofá en el que estaba mientras observaba los gestos y movimientos del menor.

Jisung hizo un mohín, Hyunjin llevaba diciéndole lo mismo con cada prenda que le mostraba.

—Pero con cuál crees que me vería mejor— Hyunjin abrió la boca para poder hablar pero Jisung lo interrumpió antes de poder hacerlo—Y no digas que todo se me ve bien— se quejó, Hyunjin frunció su entrecejo porque Jisung sí se veía bien con todo.

—Pero mentiras no te estoy diciendo, te ves precioso con cualquier cosa que te pongas, incluso podrías traer puesta una bolsa de basura y seguirías viéndote igual de hermoso— halagó.

Jisung se sonrojó. —De acuerdo, pero no puedo ir con una bolsa de basura a la fiesta, así que responde, ¿Con cuál crees que me vería mejor?— preguntó de nuevo, ya tenía apartada la ropa que se llevaría pero estaba aprovechando que Hyunjin estaba ahí para que lo ayudara a escoger que atuendo llevar para no estar estresado sobre que usar horas antes de la fiesta y terminar llorando o decidiendo ya no asistir.

—Sol, ya te lo dije, con cualquiera de los dos te vas a ver precioso, pero ¿Por qué no entras al probador y te fijas con cuál te sientes más cómodo?— propuso.

Jisung asintió feliz con la idea, así que eso hizo, se adentró al vestidor para poder probarse primero el pantalón verde con brillitos, saliendo un par de minutos después vistiendo la prenda para mostrarle a Hyunjin.

—Me gustó pero no me convence del todo— frunció su nariz al observarse en un espejo que tenía cerca. —Me probaré la falda— dijo metiéndose nuevamente en el vestidor, sin darle la oportunidad a Hyunjin de hablar. Después de eso, volvió a salir ya con la falda puesta, se paró frente a Hyunjin a unos centímetros de distancia y dió una vuelta completa para mostrarle cómo le quedaba la prenda.

La falda le llegaba a la mitad de sus muslos, haciendo que éstos se vieran más gruesos de lo que ya eran y el color negro hacía contraste con su piel pálida la cuál aún tenía marcas rojizas decorandola, resultados de los montones de chupetones y apretones que Hyunjin le había dado cuando lo estaba haciendo suyo en su habitación.

Hyunjin lo miró de pies a cabeza, deteniéndose un par de segundos más dónde estaban visibles las marcas violáceas y sintió cómo su pantalón comenzó a apretarle en la zona de su entrepierna, así que trató de acomodarse un poco removiendose sobre el asiento en el que estaba.

Jisung sonrió burlón al notar a su novio un poco nervioso desviando de vez en cuando la vista a su entrepierna donde el pantalón comenzaba a apretar.

—Creo que usaré la falda, ya tengo en mente con qué podría combinarla— dijo fingiendo no darse cuenta de cómo Hyunjin trataba de aflojar la tela de su pantalón. —Ya vengo, voy a cambiarme— se excusó para meterse de nuevo al vestidor. Después de unos minutos en silencio, la voz de Jisung quejándose se volvió a escuchar en el lugar. —Hyun, ¿Podrías venir? Es que se atascó el cierre de la falda, no puedo quitarla— pidió.

Hyunjin aún sentía una leve incomodidad con el reducido espacio que se había creado en su pantalón, pero decidió ignorar aquello y se paró para ayudar a su novio.

Entró al no tan pequeño espacio dónde se encontró a Jisung dándole la espalda con una muy buena vista de su trasero mientras con dificultad trataba de bajar el cierre que parecía no querer ceder en lo absoluto. Hyunjin se posicionó tras él, le apartó sus manos delicadamente y comenzó a tratar de bajar la cremallera de la falda, teniendo después de un par de minutos total éxito al sentir como el cierre cedió y bajaba lentamente, haciendo que la prenda se deslizara por las piernas largas de Jisung hasta llegar al suelo y dejar expuesto su prácticamente casi desnudo cuerpo, llevando solo unas bragas azules las cuáles captaron toda la atención del magnate.

"Mierda" maldijo Hyunjin mentalmente por lo hermoso que se veía su cuerpo con aquella pequeña pieza de encaje.

Jisung lo miró por sobre su hombro con una sonrisa pintada en sus labios, sus cuerpos estaban cerca, la distancia que había en ellos era de un par de centímetros y Jisung decidió que debía desaparecer cualquier tipo de distancia entre ellos, así que se pegó al cuerpo de Hyunjin, con su trasero quedando justamente donde ya había una semi-erección formada en los pantalones del contrario y se comenzó a restregar un poco sobre ésta.

Hyunjin por instinto llevó sus manos a las caderas del menor, dónde apretó delicadamente la piel de la zona, Jisung inclinó su cabeza, indicándole en una petición silenciosa a Hyunjin que besara la parte expuesta de su cuello, y éste así lo hizo, pero primero con la yema de su dedo índice comenzó a acariciar toda la delicada extensión, haciendo que el rizado cerrará los ojos por la agradable sensación que le transmitía aquello, después acercó su rostro e inhaló el delicioso aroma a perfume de frutos que emanaba para finalmente comenzar a dar pequeñas lamidas y mordiscos lentos sobre el blanquecino cuello.

Todo era lento y sensual a la vez, la lengua y labios de Hyunjin acariciando la piel de Jisung quién permanecía con sus ojos cerrados apreciando de la increíble sensación que todo aquello le transmitía. Hyunjin al igual que él estaba disfrutando tener su boca pegada a Jisung y sus manos que hasta ese momento se habían mantenido sobre las caderas del menor, comenzaron a deslizarse por sobre todo su abdomen, tocando en ocasiones el glande del pene del ojiverde.

—Mmhg, Hyun— suspiró gustoso. —No te detengas— pidió en un pequeño balbuceo que por la nula distancia entre sus cuerpos fue escuchado por el mayor.

Y Hyunjin continúo, siguió besándolo y acariciándolo sin percatarse del tiempo ya que en la burbuja que habían creado, éste no existía, olvidando por completo el lugar en el que se encontraban al ser envuelto por los hermosos suspiros de su pequeño novio.

—Disculpen, ¿Se encuentran bien?¿Necesitan ayuda? No pueden estar dos personas por mucho tiempo dentro de los vestidores— se escuchó una voz femenina desde el exterior haciendo a Jisung abrir los ojos y dar un brinquito por la repentina interrupción.

Hyunjin alejó su rostro del cuello del menor a regañadientes y maldijo por ser interrumpidos por aquella mujer, trató de acomodar la molesta erección que ya tenía en sus pantalones y antes de salir le susurró a Jisung cerca de su oído que se vistiera y que él lo arreglaría todo, para después dejar un último beso sobre su cuello.

—Oh, si, está todo bien— dijo con un porte firme, fingiendo que nada había pasado dentro del vestidor. —Pero lo que pasa es que el cierre de una de las faldas que escogimos se atascó cuando mi novio intentó quitársela— hizo una mueca fingida de molestía —¿Podría darnos una distinta? No quiero que eso pase seguido.

—Oh, lo sentimos, señor...— hizo una pausa esperando a que le dijera cómo llamarlo. Hyunjin le dijo su apellido. —Señor Hwang— continúo.  —¿Podría mostrarme la falda para traerle otra? Y nos disculpamos por los inconvenientes— dijo amablemente la mujer.

Hyunjin asintió en respuesta. —Sol, ¿Ya estás listo?— llamó.

Jisung salió del probador ya con su ropa puesta y sus mejillas levemente rojitas con la falda que se había puesto en una de sus manos y se la tendió a la chica quién la tomó y se retiró con una disculpa para ir en busca de otra falda.

—Nos interrumpió— se quejó y arrugó su nariz.

—De todas formas no podíamos hacer nada aquí, sol— respondió tratando de no reír por la actitud tan infantil del ojiverde.

—¿Y después?— propuso coqueto.

—Y después...— repitió. —Te llevaré a tu casa si no quiero que tú padre intente matarme por llevarte tarde— dijo en broma, o bueno, eso quería creer cuando Donghae le decía que tenía métodos y contactos para poder desaparecer un cuerpo.

—Yo le puedo decir a papá que me quedé dormido, él sabe que mi hora de dormir es sagrada y no me gusta que me despierten— se encogió de hombros.

—¿Y qué vas a decirle cuando llegues con las piernas temblando?— preguntó socarrón.

—Que mi papi me folló muy bien— se acercó hasta Hyunjin para dejar un beso corto sobre sus labios, tirando un poco del labio inferior del ojiazul con sus dientes antes de separarse.

—Muy tentador, mi amor— tarareó. —Pero si quieres caminar correctamente mañana, tendré que negarme, además, creo que a tu padre no le gustaría escuchar eso— sonrió.

Jisung bufó y se sonrojó, iba a decir algo pero la mujer que los había interrumpido cuando estaban en el vestidor llegó con la nueva falda en una de sus manos.

—Señor Hwang, aquí tiene la otra falda,¿Necesitan algo más en qué los pueda ayudar?— dijo amable.

—Es todo, gracias— respondió.

La mujer asintió. —De acuerdo, cualquier cosa que necesiten pueden llamarme o a alguien más del personal, estaremos dispuestos a ayudarlos— y con una pequeña inclinación se retiró.

Después de eso, Hyunjin ayudó a Jisung a tomar lo que se llevaría para poder pagarlo, no habían muchas personas en el lugar así que todo había sido rápido, pagó y ya de encontraban fuera del establecimiento,  el cielo se veía con unos cuantos tonos naranjas por el atardecer, indicando que la noche llegaría en cuestión de tiempo.

—Hyun— ronroneó Jisung. —¿Podemos ir a comprar unas cosas en una tienda que vi cerca de aquí?— preguntó inocente.

—¿Qué es lo que quieres comprar?— preguntó curioso.

—Ya lo verás— sonrió ladino.

Jisung tomó la mano del magnate que no estaba llena de bolsas y lo guió hasta la tienda que tanto había estado ansiando visitar.

Hyunjin abrió los ojos sorprendido cuando en la parte superior del lugar en el que Jisung se había detenido tenía en letras negras con unas luces brillantes de color morado la palabra "pleasure" en grande, y en la puerta había un cartel con la frase de "Palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las cadenas y látigos me excitan" Hyunjin reconoció la frase de una de las canciones que Jisung a veces escuchaba.

Jisung al notar el silencio y el semblante de asombro del mayor decidió hablar primero.

—Anoche después de que lo hicimos y te pedí que me pegaras, me gustó demasiado como lo hiciste, así que estuve pensando si podíamos probar más de ese tipo de cosas— explicó con sus mejillas sonrojadas.

Hyunjin no sabía cómo Jisung podía sonar y lucir tan inocente y adorable mientras le explicaba que quería comprar juguetes sexuales para utilizarlos a la hora de tener sexo.

—¿Quieres que compremos juguetes sexuales?.

Jisung mordió su labio y asintió.

—De acuerdo, vamos— aceptó y entraron al lugar donde había distintas cosas, desde disfraces de roles hasta látigos y vibradores. —¿Que quieres que utilicemos, sol?— preguntó.

—Me gusta que me pegues, ¿Podemos llevar algunos látigos, paletas y floggers?— al parecer Jisung conocía el nombre de los artículos.

—Lo que tú quieras, amor, toma lo que quieras que probemos.

A Jisung le brillaron los ojos, quería probar muchas cosas de las que estaban ahí, así que comenzó a explorar todo el lugar y se dedicó a tomar todo lo que le llamaba la atención, con Hyunjin detrás de él sosteniendo las bolsas de ropa y una que otra cosa que Jisung le hacía sostener.

Jisung tomó desde vibradores, cuerdas, látigos, mordazas y esposas hasta unos collares que le habían gustado, se imaginaba estando en la cama a completa merced de Hyunjin con uno de esos collares decorando su hermoso cuello con alguna correa que Hyunjin pudiese jalar a su antojo mientras lo follaba cómo tanto le gusta que lo haga.

Habían perdido la noción del tiempo dentro de esa tienda peculiar, sobre todo Jisung quién era el más feliz y emocionado por todo lo que había escogido.

Cuando tuvo todo lo que quería, se acercaron a la caja para poder pagar todos los artículos, logrando sorprender a la mujer que cobraba por la gran cantidad de cosas que había elegido y como el hombre mayor pagó sin rechistar la enorme cuenta.

Hyunjin había pagado todo y ya se encontraban en el auto dónde los esperaba un aburrido Andrew por el tiempo que estuvo esperando a la pareja quién los ayudó a guardar el montón de bolsas que llevaban en sus manos, llenando por completo la parte trasera del vehículo.

La noche ya había caído en la ciudad y las luces de los cientos de edificios y los autos que circulaban se habían hecho presentes, se habían llevado varias horas dentro de las tiendas que no se habían dado cuenta cuando el cielo se oscureció, indicando que la fría noche se había hecho presente junto con la hora de llevar a Jisung a casa de sus padres.

—¿Quiere que lo lleve a su casa, señor Hwang? ¿O desea ir a algún otro lado?— preguntó Andrew ya que Hyunjin no le había dado ninguna indicación y  ya los tres estaban dentro del auto.

—Llevanos a la casa de mis suegros— ordenó, recibiendo un asentimiento por parte del chófer.

El camino había transcurrido tranquilamente entre uno que otro beso por parte de la pareja y malos chistes por parte del ojiverde. Habían llegado en poco menos de 20 minutos a casa de los padres de Jisung dónde éstos ya lo estaban esperando, Hyunjin se había bajado junto con el rizado para llevarlo hasta el interior de la casa y saludar a los señores Han.

La relación entre los padres de Jisung y Hyunjin cada vez era mucho mejor, Donghae a veces se adueñaba del novio de su hijo y lo invitaba a ver los partidos de fútbol los viernes por la tarde en su casa, Yoona por otro lado, ya le había dado toda su confianza, ésta incluso a veces era quien le decía a Jisung que invitara a Hyunjin a comer con ellos, peticiones que Jisung no se negaba a cumplir, todo el tiempo que pudiera pasar con Hyunjin lo aprovecharía, le gustaba pasar tiempo con Hyunjin, sobre todo el tiempo que solían pasar solos en el apartamento de él.

—Sol, ya debo irme— se despidió. —Pasaré por ti mañana en la tarde, ¿De acuerdo?

—¿Me das un beso antes?— preguntó con una sonrisa, mostrando sus lindos hoyuelos que decoraban sus mejillas.

Hyunjin esbozó una sonrisa, estiró sus brazos para jalar al menor de su cintura hasta pegarlo por completo a su cuerpo y unió sus labios en un beso lento, sintiendo cómo sus lenguas se acariciaban una a la otra hasta que se separaron con un bajo chasquido de sus bocas.

Luego de aquel beso, Hyunjin volvió a despedirse de Jisung y se marchó del lugar para dirigirse a su apartamento, dónde después de tener a Jisung todo un fin de semana sólo para él, debía llegar al solitario lugar que lo esperaba.

Con forme el tiempo pasaba, se acostumbraba cada vez más a la presencia del menor a su alrededor, ahora cuando debía estar solo ya no se sentía como antes, todo se sentía vacío sin Jisung presente a su lado, las noches solitarias que antes se le hacían gratificantes ya no lo eran, ahora simplemente se la pasaba pensando en un chico de ojos verdes, rizos rebeldes, labios apetecibles y un cuerpo de ensueño.

—Jisung, cariño, Hyunjin ya está aquí— llamó el padre de Jisung tras la puerta de su habitación.

—Dile que bajo en unos momentos— pidió Jisung estando apresurado, recibiendo una afirmación en respuesta.

Jisung aún se seguía arreglando, quería verse bonito para esta noche, era el cumpleaños de la pareja de uno de los socios de su novio y ahí estarían varias personas de su círculo social y quería darles una buena impresión, aunque también le atemorizaba la idea de que creyeran que era un casafortunas y que solo estaba con Hyunjin por su dinero cuando en realidad no era así.

Se miró frente al espejo de su habitación y se colocó sobre sus labios una especie de aceite nutritivo y un gloss con sabor a fresas de la línea de cosméticos de Dior, el cual realzaba el hermoso color rojito que sus labios poseían y los hacía verse más apetecibles de lo que ya eran para quien los viera.

Cuando ya estuvo listo bajó apresurado para no hacer esperar a Hyunjin demasiado tiempo, sabía que éste nunca se quejaría y que le daba igual esperar pero Jisung no quería que lo hiciera, así que cuando ya estuvo en la planta baja y vió a Hyunjin platicando amenamente con sus padres se le lanzó encima para abrazarlo y dejar un casto beso sobre sus labios, dejando el sabor a fresas que sus labios poseían sobre los del contrario.

Hyunjin sonrió cuando vió a su perfecto novio, se veía jodidamente bien con aquella falda que le había mostrado el día anterior, un suéter tipo cárdigan con estampado de rombos y unas botas altas de media pantorrilla de color negro que hacían que sus piernas se vieran más largas de lo que ya eran.

Hyunjin por otro lado no se quedaba atrás, se veía malditamente atractivo con el pantalón de vestir color gris y su camisa blanca arremangada hasta sus codos, dándole una imagen relajada, Jisung quería ser sostenido por esos brazos fuertes que estaban al descubierto y decorados por la tinta de unos tatuajes.

—Sé que lo cuidarás bien, así que lo puedes traer mañana por la mañana, no quiero que falte a clases— dijo Donghae sin ninguna expresión en su rostro. —Te estoy dando mucha confianza y libertades, así que no las sobrepases, Hwang— advirtió.

Hyunjin tragó saliva y asintió, no quería saber lo que Donghae le haría cuando se enterara que ya hasta perdió la cuenta de cuántas veces había hecho suyo al menor, pero no lo podían culpar, Jisung la mayoría de las veces era quien lo seducía para que lo hiciera suyo y cómo todo humano, solía sucumbir ante las tentaciones, sobre todo las que se mostraban desnudas frente a él con una sonrisa ladina pidiéndole que lo folle sin ningún tipo de reparo.

Pero al final respondió: —No se preocupe, no lo haré— con una sonrisa.

—Bien— asintió el hombre mayor.

—Hyunjin— llamó Yoona, la madre de Jisung. —Por cierto, antes de que se vayan, cómo ya sabes mi cumpleaños es este sábado y organizaremos una comida— Hyunjin asintió. —Así que podrías traer a tu madre y hermanas para conocerlas al fin y pasar tiempo con ellas.

—Oh, sí, está bien, yo le diré a mi madre— respondió con una sonrisa, estaba feliz porque su mundo cada vez se involucraba más con la de su pequeño novio.

—¿Nos vamos?— preguntó Jisung con una sonrisa.

Hyunjin asintió, se despidió de sus suegros y se dirigió a su auto junto con el ojiverde, esta vez no estaba Andrew esperandolos en el auto porque Hyunjin decidió ser el que iba a conducir esa noche. Después de varios minutos conduciendo, por fin llegaron a la gran casa del socio de Hyunjin, dónde se llevaría acabo la fiesta de la pareja de éste.

—Si en algún momento te aburres o te sientes incómodo, no dudes en decirme y nos iremos, ¿De acuerdo?— dijo Hyunjin tomando la mano de Jisung antes de entrar a la increíble casa.

—¿Y si me ven mal por ser menor que tú?¿Y si creen que me quiero quedar con tu dinero o algo así?— preguntó preocupado, mordiéndo su labio inferior por los nervios, le daba miedo que aquellas personas piensen que no es suficiente o que no es lo que Hyunjin se merece en su vida

—Los ignoras, que ellos crean lo que quieran— respondió dando un apretón a la mano de Jisung para tranquilizarlo, acto el cuál funcionó un poco.

Y por fin la pareja entró a aquella casa, la noche apenas comenzaba.


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