Capítulo 23
Hyunjin se sentó con su espalda desnuda apoyada al respaldo de la cama y dió un suspiro tratando de sonar menos hosco cómo creyó que se escuchó cuando preguntó sobre Juyeon. Culpaba a sus celos por su mal raciocinio, porque sí, Hyunjin se había puesto malditamente celoso en cuánto leyó los mensajes de aquel imbécil, pero no quería que Jisung pensara que dudaba de él porque no era así y estaba lejos de serlo.
—Yo- lo siento, solo... No debí leer nada, no fue a propósito— se disculpó.
Jisung se sentó y se recargó sobre el respaldo de la cama imitando a Hyunjin para poder observarlo mejor. Y con una pequeña sonrisa en sus labios y tomando un poco de aire antes, comenzó a hablar.
—Juyeon va al mismo instituto que yo, ha tenido una especie de ¿enamoramiento? por mi hace un tiempo, o eso creo, no lo sé muy bien— frunció su entrecejo, restando importancia con su mano. —y anoche me mandó mensajes diciendo que quería salir conmigo, a lo que me negué, obviamente, y creo que no lo tomó muy bien al parecer, porque según él, me estoy haciendo "el difícil"— hizo comillas con sus dedos. —Cuando le dije que no quería tener nada con él porque no estoy interesado y porque tengo novio— Explicó.
Jisung se relamió los labios al ver la figura de Hyunjin descubierta de su torso con unos shorts cortos holgados que le llegaban hasta las caderas, y en un inesperado movimiento, puso sus piernas a cada lado de Hyunjin para tomar asiento sobre su regazo y acercar su rostro al cuello del magnate para comenzar a dejar besos suaves y húmedos sobre la zona y seguir con su pequeño discurso.
—...Y un novio demasiado caliente— dejó un chupetón en la mandíbula del mayor y continuó: —Al que le digo papi cuando está entre mis piernas destrozándome y haciéndome suyo sin parar— susurró cerca del oído de Hyunjin mientras acariciaba su pecho con la punta de sus dedos y seguía dejando besos húmedos por toda la extensión de su cuello y jalaba con sus dientes el lóbulo de su oreja para provocarlo.
Y funcionó.
Hyunjin sintió cómo su miembro comenzó a endurecerse, las palabras del rizado haciendo efecto en su cerebro y sus manos fueron instintivamente a las caderas del menor cuando sintió cómo éste comenzaba a moverse sobre él para hacer fricción en sus entrepiernas mientras seguía repartiendo besos, lamidas, mordiscos y chupetones sobre su cuello y mandíbula, apretando posesivamente todo el menudo cuerpo contra el suyo.
El rizado aún seguía con la ropa del día porque cuando llegaron al apartamento del ojiazul, le dió pereza tener que cambiarse, así que la falda negra que se había puesto esa mañana, se le subió, haciendo que apenas y cubriera parte de su trasero, dejando a relucir la bonita prenda blanca de encaje que llevaba puesta, la cuál se le ajustaba a la perfección y lograba calentar al magnate de sobremanera, despertando los instintos más primitivos en su cuerpo, los cuales le exigían estar dentro del menor y hacerlo gemir su nombre mientras lo jodía sin ningún tipo de piedad contra cualquier superficie a su alcance
Lo necesitaba tan mal.
Hyunjin comenzó a deslizar sus manos sin poder evitarlo hasta el trasero de Jisung, dónde comenzó a amasar las regordetas mejillas, dejando plasmada en ambas de un tono rojo la forma de sus manos.
Jisung por otro lado, seguía moviendo sus caderas al ritmo de los apretones de Hyunjin sobre su trasero, sintiendo como la erección vestida de éste chocaba contra la piel de sus muslos internos, haciéndolo jadear en busca de más contacto, necesitaba estar piel a piel con el magnate. Lo necesitaba mucho. Así que se separó un poco del cuerpo del mayor y se sentó con la espalda totalmente recta para comenzar a desabrocharse la camisa que llevaba puesta, desprendió lentamente cada botón para molestar a Hyunjin quién no podía apartar la mirada de su cuerpo.
Los primeros 4 botones de la camisa fueron desprendidos, como consecuencia dejando a la vista los lindos pezones de color rosita del ojiverde, los cuáles estaban decorados por unos pequeños aretes de un color distinto al de la vez pasada. Hyunjin estaba disfrutando en demasía el bonito espectáculo que su novio le estaba ofreciendo, haciéndolo olvidar sus absurdos celos por unos momentos.
—Tócame— pidió en un suave gemido cuando la camisa estuvo fuera de su cuerpo, dejando sus labios entreabiertos y cerrando sus preciosos ojos con la cabeza mirando hacia arriba cuando se presionó más sobre la dura erección del magnate. Jisung quería incitar a Hyunjin a poner sus fuertes manos sobre él hasta que lo hiciera suyo.
Hyunjin detuvo sus movimientos, apartando sus manos del trasero del menor y poniéndolas sobre los muslos de éste sin ejercer ningún tipo de movimiento o presión.
—Pídemelo como se debe, mi amor— dijo socarrón con una sonrisa ladina pintada en sus labios. —Dile a papi lo que quieres que te haga
Jisung abrió los ojos un poco perdido y miró directo a los azules de Hyunjin.—papi, tócame... por favor, hazme tuyo— dijo lo último en un hilito de voz casi inaudible, haciendo a Hyunjin perder la cordura por lo bien que se escucharon esas palabras saliendo de la boca del menor.
Y sin hacerse mucho del rogar, Hyunjin tomó fuertemente las caderas del rizado y los volteó sobre la cama, quedando con sus manos a la altura de la cabeza de Jisung quién estaba bajo su cuerpo con sus piernas abiertas solo para él.
—Desde aquí luces precioso estando casi desnudo bajo mi cuerpo, con tus lindas piernas abiertas para mí y totalmente dispuesto para que te haga mío las veces que yo quiera— dijo mirando a los esmeraldas del menor. —Y así es cómo debes de estar; con tus piernas abiertas dispuesto y rogando para que te folle— dijo con voz ronca, dejándose llevar por toda la excitación que sentía al tener la caótica imagen del chico totalmente sumiso bajo su cuerpo.
Jisung gimió bajito y asintió efusivamente en respuesta, sintiendo una ola más de placer recorrer su espina dorsal por las palabras del mayor, pero necesitaba más, era un amante de la degradación a la hora del sexo y necesitaba eso para estar al límite, quería que Hyunjin lo tratara como a una puta, lo necesitaba.
—¿Te gusta que te diga eso?— preguntó bajando su rostro para comenzar a recorrer con su lengua el cuello del menor hasta llegar a uno de los pezones y dar leves tirones con sus dientes que hicieron a Jisung arquear su espalda como respuesta.
—Si— respondió en un suspiro.
—"Sí" qué?— levantó su rostro y miró al rizado con una ceja alzada.
—Sí, papi.
—¿Quieres que te hable sucio, cariño?— hizo un chupetón en el pecho lampiño del ojiverde.
—Sí, papi, por favor— lloriqueó con sus manos apretando las sábanas bajo su cuerpo.
Hyunjin tarareó en respuesta con su boca lamiendo el otro pezón —¿Quieres que te diga que debes mantener tus piernas abiertas solo para mi, para que pueda follar duro tu lindo agujero hasta llenarte de mi semen?, ¿Eso quieres?— cuestionó con voracidad. —¿Que te trate como a una puta necesitada de una buena polla para saciar tus ganas?.
Jisung gimió fuerte y abrió lo más que pudo sus piernas para que el magnate se acomodara mejor entre ellas.
—Si, por favor— rogó. —Seré bueno para ti, seré una buena puta para papi — gimoteó.
Hyunjin sonrió y llevó su rostro al del menor para unir sus labios en un beso húmedo que no duró mucho tiempo ya que se separó y comenzó a dejar un camino de besos por todo el pecho del menor y se detuvo hasta llegar a su cintura donde la falda estaba enrollada. Hyunjin se arrodilló entre las piernas de Jisung y lo observó minuciosamente, apenas y lo había tocado y el muchacho ya lucía destrozado.
—Solo te he dado unos cuantos besos y ya te ves tan jodidamente destrozado y estás tan malditamente desesperado por que te la meta, necesitas que te folle para dejar de ser tan puta por mi polla— dijo con burla. Esas palabras también haciendo efecto en Hyunjin y en su duro pene, jamás había practicado la degradación, era algo nuevo para él pero notó que a su chico le gustaba y lo intentaría solo por él.
Jisung solamente se retorció sobre las sábanas en busca de más contacto con el cuerpo contrario y Hyunjin deslizó sus manos hasta tocar con sus dedos la delgada tela que se interponía entre su vista y la intimidad del menor.
—¿Quieres que te quite esto?— tarareó. Jisung asintió. Con sus dedos índices tomó los costados del encaje y comenzó a deslizar lentamente la prenda por las piernas del menor, la yema de sus dedos tocando delicadamente su piel durante el proceso hasta que el encaje estuvo completamente fuera de su camino, lanzándolo a algún rincón de la habitación. —Luces muy precioso desde aquí, mi amor, puedo ver tu bonita entrada pidiendo desesperadamente que la folle hasta que no puedas caminar— llevó dos de sus dedos hasta la boca del ojiverde para que los empapara de su saliva. —Chupalos, así como cuando me chupas la polla— dijo con sorna.
Jisung sintió sus mejillas arder por el enrojecimiento y obedeció sumisamente sin decir nada.
Cuando los dedos del ojiazul estuvieron completamente llenos de la saliva ajena, los acercó a la entrada expuesta del menor y masajeó en la zona, ejerciendo presión en ocasiones, haciendo a Jisung retorcerse cuando sintió la humedad que Hyunjin esparcía entre sus piernas.
Con un poco de presión ejercida por el mayor, el primer dedo entró hasta la mitad, robando un fuerte gemido del ojiverde quién trató de cerrar sus piernas al instante pero el cuerpo opuesto se lo impidió. Hyunjin comenzó a mover su dedo a un ritmo medio hasta que éste estuvo completamente dentro de la cavidad estrecha del rizado, indicando que ya podía meter un segundo dedo.
Cuando el segundo dedo entró, el magnate comenzó a moverlos más rápido y más brusco haciendo forma de tijeras con ellos, arrebatando fuertes gemidos, suspiros y jadeos desde lo más profundo de la garganta del chico.
—Aah, papi— gimió alargado las letras. —Te necesito dentro- dijo en un suspiro con su boca entreabierta por los espasmos que recorrían su cuerpo ya cubierto por una leve capa de sudor.
—No seas un urgido, Sol— metió un tercer dedo, creando una placentera sensación que se expandió por toda la columna vertebral del ojiverde.
Hyunjin siguió moviendo sus dedos en el interior del menor en un ritmo rápido para poder joderlo de una buena vez, sentía su pene dolorosamente duro estando atrapado bajo las telas de su short y su ropa interior, exigiendo por estar martillando constantemente el punto dulce de Jisung hasta hacerlo llegar a su glorioso orgasmo mientras gime su nombre constantemente, pero para eso, debía terminar de prepararlo.
Cuándo Hyunjin creyó que el chico ya estaba listo para recibir su polla, se apartó de su cuerpo y se quitó las únicas prendas que traía, bajó sus shorts junto a sus boxers, haciendo que su dura erección se irguiera en toda su gloria. Tomó su miembro en su puño y comenzó a masturbarlo lentamente, acariciando toda la extensión sobre este mientras observaba el cuerpo desnudo sobre su cama.
Jisung alzó su cabeza un poco para poder ver porqué el castaño estaba tardando mucho en volver a estar entre sus piernas y casi babeo cuando vió al hombre parado a la orilla de la cama con sus músculos tensos, su ojos mirando su cuerpo desnudo y su mano haciendo un vaivén lento de arriba hacia abajo en su miembro.
Hyunjin sonrió ladino sin detener sus movimientos y con una sola mirada le dió a entender al ojiverde que se acercara.
Jisung nublado por el placer se levantó y gateó sobre la cama hasta tener su rostro a centímetros del pene de su novio, tomándolo con su propia mano, la cuál fue apartada por el ojiazul haciéndolo fruncir su entrecejo un poco molesto por la acción y se hincó para observar mejor al ojiazul.
Hyunjin quiso reír por su reacción. No sabía cómo Jisung podía lucir tan adorable estando molesto porque no dejó que pusiera sus manos sobre su miembro.
—Abre tu boquita— ordenó.
Jisung obedeció al instante, dejando entreabiertos sus labios ya rojitos por los besos y mordidas que Hyunjin le había dado.
Hyunjin se acercó más al rostro del menor hasta sentir su aliento golpear el falo de su duro miembro el cuál tomó con su mano derecha hasta acercar el glande a los pomposos labios de Jisung y comenzó delinear la comisura de sus labios, el presemen esparciendose sobre ellos dejándolos brillosos y resaltando el color rojo que tenían.
El magnate se agachó y unió sus labios en un beso lento pero caliente, sus lenguas y dientes chocando entre sí, robando gemidos bajitos del rizado.
—Acuéstate de nuevo y abre tus piernas- ordenó separándose del beso y acariciando con una mano la mejilla del ojiverde quién cumplió con lo ordenado. Se acostó sobre las sábanas y abrió lo más que pudo sus piernas, mordiéndose el labio inferior coquetamente para incitar a Hyunjin a acomodarse sobre él.
Hyunjin no tardó mucho en estar sobre el cuerpo de Jisung, acomodó su erección en la entrada del menor y sin soltarla comenzó a ejercer presión con el glande hasta que éste estuvo dentro logrando que ambos soltaran un jadeo, Jisung por la placentera fricción que sintió y Hyunjin por lo apretado y caliente del interior del ojiverde.
Con ayuda de sus talones, el ojiazul comenzó a entrar por completo en la estrecha cavidad, Jisung sentía cómo cada centímetro de su novio se deslizaba en su interior, logrando arrancarle algunos gemidos con el nombre del mayor quién empezó a dar suaves embestidas para que se fuese acostumbrado a su longitud.
—M-más duro— pidió con voz entrecortada. —papi, más rápido— lloriqueó arqueando su espalda.
Hyunjin obedeció, comenzó a acelerar más sus penetraciones siendo más rudo al arremeter contra el menor, el sonido de sus pieles chocando entre sí ya eran demasiado audibles y las cortas uñas de Jisung arañando la espalda del magnate en cada embestida que éste le propinaba.
Ambos cuerpos ya se encontraban fundiéndose en el fuego del deseo y las llamas de la lujuria, sintiendo que en cualquier momento se podrían convertir en cenizas, ahogando sus gemidos entre la humedad de sus lenguas en cada penetración, su saliva mezclándose y confundiendose con la del otro en cada uno de los besos que compartían.
Hyunjin se sentía capaz de poder llegar a tocar el cielo por el placer que le causaba estar metido entre las piernas del menor hasta lo más profundo de su menudo cuerpo, pero se estaba cansando de estar en esa posición, así que, tomó las largas piernas de Jisung y las puso alrededor de su cuello manteniéndolas en un solo lugar con una de sus manos mientras aumentaba la brusquedad de sus embestidas, llegando aún más profundo gracias a la nueva posición.
—Mmh Hyun— tarareó para que éste lo escuchara. —Q-Quiero que me pegues— pidió. —No sé por qué, pero me g-gusta— dijo en un hilito de voz.
No sabía si podía pasar pero Hyunjin sintió sus miembro ponerse aún más duro de lo que ya estaba cuando escuchó aquella petición por parte de su novio, pero no se lo pensó ni dos veces cuando salió del interior del menor y volteó su cuerpo para ponerlo sobre sus rodillas con su pecho pegado a la cama, volviendo a penetrarlo en cuanto estuvo en la posición que quería.
El primer par de nalgadas en los glúteos pálidos de Jisung fueron otorgados, dejando fuertes marcas rojizas en la piel blanca y haciendo que Jisung dejara salir fuertes gemidos mientras se retorcía sobre las sábanas ya arrugadas.
—Mierda, ojalá pudieras ver lo caliente que te ves desde aquí, puedo ver como tú lindo agujero se traga mi polla por completo— gimió ronco dejando otro par de nalgadas sobre la piel ya roja.
Los cabellos de Jisung estaban revueltos, su rostro estaba enterrado entre las sábanas con su dulce boca entreabierta liberando gemidos y jadeos, con sus manos a la altura de su cabeza apretando la suave tela blanca mientras Hyunjin arremetía contra él cada vez más fuerte.
—Mmh, creo que m-me voy a correr— soltó en un suspiro el rizado que apenas y pudo escuchar el ojiazul, sus pieles chocando entre sí inundaban la habitación.
—Se la buena puta de papi y córrete para mí, amor— se inclinó hacia el frente y con una de sus manos tomó las del menor y las puso contra su espalda baja, acelerando más sus embestidas, y con su otra mano se metió entre las piernas del chico para tomar su miembro erecto y comenzar a masturbarlo para que llegara más rápido a su glorioso orgasmo.
—Papi, más fuerte— lloriqueó cuando comenzó a sentir un hormigueo en su vientre, indicando que su orgasmo estaba cerca.
Hyunjin lo notó y volvió a salir del interior de su novio para volver a ponerlo en la posición inicial, ganándose unos quejidos del menor al sentirse vacío cuando ya estaba cerca de su tan ansiada liberación, pero Hyunjin quería ver el rostro del ojiverde mientras llegaba al orgasmo gracias a él.
Cuando tuvo el cuerpo del menor como quería, Hyunjin se acomodó sobre éste y volvió a meter su miembro entre las largas piernas de su novio, comenzando de nuevo con sus rápidas y duras embestidas, viendo como el entrecejo del ojiverde se fruncía y pequeñas lágrimas de placer resbalaban por su bonito rostro.
El ojiazul miraba fascinado el rostro del menor, se veía tan jodidamente destrozado gracias a él, sus cabellos enredados, sus ojitos llenos de lágrimas y sus labios de un tono rojo estando entreabiertos para permitir que sus gemidos sean audibles. Lucía hermosamente arruinado y solo él tendría el placer de tenerlo así bajo su cuerpo.
El rizado se sentía cada vez más perdido por el tan delicioso placer que recorría todo su cuerpo, estando cada vez más cerca de llegar al éxtasis total. Hyunjin notó eso, por lo que sus embestidas cada vez se volvían más duras y precisas, golpeando la próstata de Jisung una y otra vez sin cansancio. El castaño recordó las demás veces en las que había tenido sexo con Jisung y cómo este antes de correrse pedía que su mano se dirigiera a su cuello y ejerciera presión para impedir el paso del oxígeno a sus pulmones, así que hizo aquello.
Llevó una de sus manos a la base del cuello y apretó sobre éste. Y Jisung definitivamente no se lo esperaba pero la excitación que eso le causó fue suficiente para que unos cuantos segundos más bastarán para que llegara a su límite y dejara salir su esencia caliente y espesa sobre su abdomen y el de su novio, al mismo tiempo en el que dejó salir el nombre de éste en un grito que fue ahogado cuando Hyunjin inesperadamente escupió en su boca, haciéndolo tragar al instante mientras lo observaba con una sonrisa burlona.
Jisung después de correrse, sintió su cuerpo liviano, como si estuviese sobre una nube, dejándose hacer completamente por el magnate quién aún no dejaba de usar su cuerpo para poder llegar a su propia liberación.
Sin soltar el cuello del menor, Hyunjin no bajó el ritmo de sus arremetidas, dejando escuchar los constantes sonidos de chapoteos que se hacían cuando su pene salía y entraba de la estrechez del ojiverde.
Un par de embestidas fueron suficientes para que el magnate se corriera en el interior del menor, haciéndolo gemir cuando sintió la espesa y caliente sustancia invadir su interior.
—Ah, mierda— gimió Hyunjin cuando se vacío por completo y sacó su miembro, viendo cómo su semen escurría entre las piernas de Jisung. Se agachó hasta tener su rostro a la altura de la maltratada entrada del menor y metió su lengua, saboreando su propio semen, apartándose con un chasquido de la zona para subirse otra vez en el cuerpo contrario y unir sus labios con el del ojiverde para que éste también probara su esencia.
Jisung correspondió el beso, dejando escapar pequeños suspiros y permitiendo el paso de la lengua contraria en su boca.
Después de un rato Hyunjin se apartó y se acostó a un lado del menor para poder recuperar su energía, Jisung solo estaba tratando de calmar su respiración errática, sentía sus piernas temblar y no se creía capaz de tener las fuerzas para levantarse, quería permanecer en la cama de su novio abrazado a éste durante toda la maldita semana.
—Sol, vamos, te voy a bañar, mañana tienes clases— dijo parado al pie de la cama cuando creyó que ya había recuperado parte de energía, necesitaba quitar el sudor y los fluidos de sus cuerpos.
—No puedo— respondió con sus mejillas rojas.
Hyunjin sonrió socarrón pero no dijo nada más, solo se acercó y quitó las sabanas que ocultaban al menudo cuerpo del chico y lo cargó, haciendo que éste soltara un chillido de sorpresa, enredando rápidamente sus piernas en sus caderas. Hyunjin se dirigió con el cuerpo contrario entre sus brazos hasta llegar al baño de su habitación.
Habían pasado un excelente día.
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