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Capítulo 22

—¡Jisung!, Hyunjin ya está aquí— se escuchó la voz de la madre del ojiverde llamando desde el primer piso.

Eran casi las 9 de la mañana y Jisung quién aún seguía recostado sobre su cama envuelto por todas sus sábanas blancas con sus cabellos revueltos y un poco de saliva escurriendo por la comisura de sus labios manchando la tela debajo de su rostro, frunció el entrecejo por el grito de su madre mientras aún mantenía parte de su cara presionada sobre la almohada que en esos momentos se le hacía la más cómoda en todo el jodido mundo como para querer despegarse de ella, él acababa de despertar y no tenía ganas de mover ni un solo dedo, quería seguir durmiendo, detestaba tener que despertarse tan temprano, por esa misma razón odiaba las mañanas.

—Jisung, ¿Ya estás listo?— se volvió a escuchar la insistente voz de la mujer.

Jisung alzó su rostro unos centímetros de la almohada y gritó con su voz levemente ronca: —¡Lo estoy!— para después de eso, dejar caer por completo su cabeza sobre la almohada como peso muerto, enterrando su rostro sobre ésta y dando un bajo resoplido porque sabía que debía despertar ya.

Soltando un quejido de mala gana, Jisung se sentó sobre la orilla de su cama y se quedó observando a la nada sin ninguna expresión en su rostro, simplemente estaba sentado sin mover ni un solo músculo mirando nada en concreto. Cuando estaba a punto de volverse a acostar, unos golpes en la puerta de su habitación lo interrumpieron.

—Sunggie, soy yo, Hyunjin ¿Puedo pasar?— se escuchó la voz del magnate siendo amortiguada por la puerta de madera que le impedía el paso.

—Si— respondió lo suficientemente fuerte como para que Hyunjin lo escuchara y pasara a su habitación.

La puerta se abrió revelando a un atractivo hombre vestido con unos pantalones deportivos color negro y una campera del mismo color la cuál le cubría todo el cuello y tenía unos logotipos a los costados de los brazos y estaba calzando unos zapatos deportivos de color blanco. El hombre a pesar no ir con sus típicos trajes, se veía verdaderamente caliente y Jisung tenía ganas de..

—Buenos días, sol— tarareo el ojiazul con una sonrisa plasmada en sus labios viendo a su pequeño novio sentado en la orilla de la cama con sus rizos revueltos. Jisung lo miró fijamente tratando de darle una sonrisa pero como había dicho antes, no tenía ganas de alzar ni un solo dedo, cosa que hizo sonreír a Hyunjin en demasía cuando lo notó. —¿Ya estás listo?— preguntó acercándose al rizado, tomó su mentón y lo alzó para hacer contacto visual con aquellos ojos verdes que lo traían como un estúpido y besó su frente.

Jisung negó en respuesta cerrando unos segundos sus ojos por la calida sensación que le brindaron los labios de Hyunjin sobre su frente. —¿Puedo dormir 5 minutos más?— preguntó con su voz adormilada en un tono dulce con sus ojos aún cerrados mientras sonreía.

Hyunjin lo observaba con una sonrisa.

—No, ya debes levantarte— le respondió mientras acariciaba una de sus mejillas. Jisung exhaló frustrado arrugando su entrecejo y su nariz. Hyunjin solo quiso reír por su reacción, se le había hecho adorable. —Anda, vamos, desayunaremos en casa de mi madre y en el auto traigo unos cafés que pasé a comprar cuando venía para acá junto con unas galletas de avena— se apartó del cuerpo del menor y caminó hacia la silla del escritorio que había en la habitación y tomó las dos mochilas que estaban posicionadas sobre ésta, una la colocó sobre su hombro y la otra la sujetó con su mano derecha. Una mochila era la de la escuela del rizado, dónde venían sus libros y en la otra llevaba un poco de su ropa, ya que después de ir a casa de la madre del ojiazul, Jisung se quedaría con Hyunjin en su apartamento —Llevaré esto al auto en lo que te levantas y te alistas— avisó antes de salir de la habitación y dejar a un Jisung con una mueca en su rostro.

Tras salir Hyunjin de la habitación, Jisung muy a su pesar se levantó de su cama y tomó todo lo necesario para darse una ducha rápida, Jisung necesitaba de una ducha para poder iniciar la mañana de buen humor, si no lo hacía, se sentía irritable, así que cuando estuvo dentro del baño, se despojó de toda su pijama que consistía en una camiseta blanca que le había robado a su padre del cesto de ropa limpia, la cuál le quedaba enorme, y unos shorts cortos de color negro.

Se metió a la regadera y comenzó lavando sus risos, dando suaves masajes sobre estos y luego siguió con todo su cuerpo. Cuando por fin estuvo listo, se aplicó algunas cremas para hidratar su piel y una loción con un leve aroma a flor de cerezo el cuál era uno de sus favoritos, luego de eso, se colocó la ropa que había preparado la noche anterior para llevar a casa de su suegra.

Se vistió con una bonita falda de satén color negro, la cuál tenía una abertura en el lado izquierdo un tanto pronunciada dejando ver una buena porción más de la piel pálida de su muslo, el color negro haciendo que se vea aún más pálido de lo que ya era y una camisa corta de color blanco que se le ceñía perfectamente a su cuerpo junto con unos converse del mismo tono que su falda. Jisung se sentía muy bonito a decir verdad, le gustaba como se veían sus piernas cuando usaba faldas y como estas también le hacían resaltar su cintura, amaba los pantalones, en especial los skinny pero le gustaba las miradas de asombro que recibía de los demás al ver cómo su cuerpo tenía similitudes con el de las chicas al usarlas.

Ya que estuvo listo, bajó al primer piso y se encontró a Hyunjin platicando de algo que no entendía con su padre y carraspeo para poder conseguir la atención de ambos hombres en la habitación. Donghae observó a Jisung con una sonrisa cálida y le dió un saludo de buenos días.

Hyunjin en cambio, lo miró de pies a cabeza, admirando cada parte del menudo cuerpo frente a él y se acercó a dejar un corto beso sobre sus labios.

—Te ves muy hermoso— susurró.

Hyunjin pasó uno de sus brazos por la espalda de Jisung y colocó la palma de su mano a la altura de la cadera del menor, alcanzando a tocar parte de su trasero, acción que hizo a Donghae fruncir su entrecejo al notar dónde tenía puesta la mano el ojiazul.

—Hwang, esa mano la quiero más arriba, todavía estás a prueba— dijo Donghae señalando acusadoramente la mano del castaño sin quitar su ceño fruncido.

Jisung enrojeció al pensar en que aquellas manos ya habían recorrido todo su cuerpo en su forma más vulnerable y su padre reprendió a Hyunjin solo por tocar parte de su trasero sobre la tela de su falda. Hyunjin por otro lado, solo tragó saliva antes de subir su mano hasta la cintura del menor.

—¿Y mamá?— preguntó Jisung aún con sus mejillas de un tono rosa.

—Dijo que iría a comprar unas cosas para más tarde— se encogió de hombros.

—Oh, bueno, entonces creo que.. debemos irnos ya, la madre de Hyunjin nos está esperando para desayunar— se excusó Jisung.

—Oh, sí. Fue un gusto verlo señor Han— extendió su brazo para darle un apretón de manos al padre del rizado.

—Igualmente, Hyunjin— correspondió con una sonrisa. —Pero cuida esas manos largas— advirtió con su semblante serio para molestar un poco al ojiazul antes de que se marchara.

Hyunjin casi se atraganta pero lo disimuló muy bien y solo asintió en respuesta, después de todo, sabía perfectamente que no podría mantener sus manos lejos del cuerpo del ojiverde, y menos teniéndolo a solas.

Ambos salieron de la casa del rizado tomados de la mano, Hyunjin le abrió la puerta del auto a Jisung para que éste se subiera y luego se subió él mismo en el lado del conductor.

—Aquí está tu café y las galletas que te había dicho— señaló el porta vasos del auto.—¿Quieres poner de tu música?— preguntó.

Jisung no respondió, en cambio se lanzó a la boca de Hyunjin para unir sus labios en un beso húmedo. Hyunjin ni si quiera se apartó, solo atinó a sostener el cuello del rizado para que no se apartara y mordió un poco su labio, haciendo que el menor soltara un jadeo en satisfacción por la sensación de su labio inferior siendo atrapado por los dientes del magnate.

—Mmm... Hyun— gimió alargando la última letra cuando sintió que la mano de Hyunjin ya estaba acariciando su muslo y trataba de colarse por debajo de su falda. —Creo que ya deberías comenzar a conducir— dijo en medio del beso. —No quieres que lleguemos más tarde de lo que ya vamos a casa de tu madre y con un aspecto que no deje nada a la imaginación— Hyunjin a regañadientes se alejó del rostro de Jisung y asintió, ya tendría tiempo más tarde para seguir con su sesión de besos

—Si, lo siento — se disculpó dejando un beso rápido en los labios de Jisung antes de colocarse el cinturón de seguridad y echar a andar el auto.

Jisung como de costumbre cuando salía con Hyunjin puso su música favorita, "Do I wanna know?" de arctic monkeys comenzó a reproducirse en los alta voces y Jisung se sorprendió cuando Hyunjin comenzó a cantarla en un tono de voz bajo pero audible.

—No sabía que te gustaban— dijo con una sonrisa observando el perfil de Hyunjin cuando la canción terminó.

—No soy un gran fanático, pero me gusta una que otra de sus canciones, son buenas— respondió dándole una mirada de atisbo al ojiverde.

—Son muy buenas, sí— concordó. —y Alex Turner es caliente— Hyunjin arrugó su entrecejo sin despegar la vista del camino, pero asintió con la cabeza sin decir ninguna palabra. Jisung quiso reír por su reacción. —¿Pero sabes quién es más caliente?— preguntó con una sonrisa descarada.

—Si.

—Ah, ¿Si?— jugueteó. —¿Quién?

Hyunjin sonrió ladino sin si quiera mirar al rizado y respondió: —Yo lo soy.

Jisung comenzó a reír bajito, porque tenía razón, Hyunjin a su parecer era demasiado caliente para su propio beneficio, desde su perfecto rostro, con aquellas facciones masculinas pero delicadas, hasta su bien trabajado cuerpo. Hyunjin era totalmente atractivo y caliente, y no solo eso, también era amable, lindo y atento. Jisung juraba que aquel hombre bien podría ser la perfección personificada.

¿Y la mejor parte? Era solo de él.

—Que ególatra, Hwang, pero como ya te había dicho, lo acepto, eres demasiado caliente.

Hyunjin sonrió con autosuficiencia y llevó la mano que tenía sobre la palanca de cambios del auto, al muslo desnudo de Jisung para dar un apretón sobre éste y acariciar con la yema de sus dedos la suave piel.

Durante todo el camino, Hyunjin nunca quitó su mano de ahí, cuando debía usar la palanca utilizaba su otra mano, pero nunca deshizo el contacto que tenía con Jisung, eso al rizado se le había hecho lindo pero no evitaba que sus hormonas hicieran presencia y se imaginara todas las cosas que saben hacer las manos de Hyunjin, en especial sobre su cuerpo.

Los pensamientos lujuriosos de Jisung fueron interrumpidos por la voz masculina, pero aguda de Hyunjin, diciendo que ya habían llegado

—Ya llegamos a casa de mi madre, Sunggie.

Y Jisung hasta ese momento no se había puesto a pensar si le agradaría a la madre de Hyunjin, tal vez pensaría que es muy menor para estar con él o que solo lo quería por su dinero y definitivamente Jisung no estaba con Hyunjin por lo último, pero la madre del ojiazul podría pensar otra cosa.

Hyunjin notó el semblante nervioso del rizado cuando éste no se movía de su asiento, estaba con la mirada perdida en su regazo y Hyunjin dudó si éste se estaba arrepintiendo, tal vez Jisung pensaba que era muy rápido pero no podía hacer nada, ya estaban ahí, de igual forma, si Jisung le pedía regresar, él aceptaría.

—Sol ¿Estás bien?.

—¿Eh?— Jisung lo miró con confusión y Hyunjin le volvió a repetir la pregunta. —Es que, ¿Y si no le agrado a tu madre y a tus hermanas?— preguntó con su semblante preocupado.

Hyunjin lo miró con ternura.

—Les vas agradar— tranquilizó con una pequeña sonrisa en sus labios.

—¿Estás seguro?— dudó.

—Por supuesto— respondió simple, acercando su rostro al de Jisung para dejar un casto beso sobre sus labios.

—Está bien.

Después de eso, ambos bajaron del auto del mayor y se dirigieron a la entrada de la bonita casa de la progenitora del magnate, la casa era grande y bonita, se veía acogedora y hogareña. Hyunjin fue quien tocó a la puerta, siendo recibidos por una mujer mayor de ojos azules y cabellos castaños, la mujer tenía demasiadas similitudes en sus facciones con las de Hyunjin y era demasiado obvio que ella era su madre.

—Hyunjin, cariño— saludó la mujer con una enorme sonrisa decorando sus facciones al ver a su hijo nuevamente en su casa y su sonrisa se ensanchó aún más cuando vió al bonito chico que lo acompañaba. —Oh, supongo que tu debes ser Jisung— Juliette se lanzó al menor y lo envolvió en un fuerte abrazo.

—Si, yo soy Jisung — respondió con un leve sonrojo en sus mejillas cuando la mujer se separó de él.

A Juliette se le hizo adorable.

—De acuerdo, pasen, las chicas también los están esperando—  dijo la mujer para luego darse la vuelta y entrar a su hogar siendo seguida por la pareja.

Los tres llegaron hasta la sala donde las hermanas del magnate estaban sentadas cuchicheando entre ellas con enormes sonrisas en sus rostros porque sabían que su hermano ya había llegado.

Jisung observó minuciosamente todo el interior de la casa, y como ya había dicho, era bonita y hogareña, en una mesita habían fotos de Hyunjin cuando era pequeño y fotos de otras 4 chicas que suponía eran las hermanas del mayor.

—¡Hyun!— se escuchó en toda la habitación los gritos de emoción llamando al ojiazul cuando éste estuvo por fin cerca de ellas.

Y de pronto las chicas muy parecidas al ojiazul que estaban sentadas, se lanzaron hacia éste para envolverlo en un fuerte abrazo el cuál fue correspondido por el mayor con una enorme sonrisa al ver a sus hermanas.

—¿Él es Jisung?— preguntó curiosa una de las chicas mientras observaba al rizado. Después de aquella pregunta hecha por Hailey, la hermana de en medio,  las otras tres se giraron para poner toda su atención sobre el rizado. Hyunjin solo sonrió y asintió en respuesta a la pregunta.

—Chicas, él es Jisung. Mi novio— presentó jalando al menor de su cintura para pegarlo hacía su cuerpo.

Y Jisung sintió mariposas revolotear en su estómago, porque era el novio de Hyunjin, aquellas palabras saliendo de la boca del mayor se escuchaban tan jodidamente bien que lo hacían sonreír como un completo estúpido, pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando cada una de las chicas se comenzó a presentar.

—Hola, yo soy Stacy— se presentó la mayor de ellas.

—Yo soy Hailey— dijo con una sonrisa la segunda.

—Y yo soy destiny y ella es Miley— se presentó la menor al mismo tiempo que presentaba a su gemela. Y Jisung se sorprendió por el inmenso parecido que tenían, él ya sabía que eran gemelas porque Hyunjin le había dicho que sus hermanas menores eran unas gemelas pero no significaba que no se sorprendiera al verlas.

—Son muy lindas— halagó. —Hyunjin me ha hablado demasiado sobre ustedes— dijo mirando directamente al mayor quién solo observaba la pequeña conversación que comenzaban a entablar.

—¿En serio?— preguntó Miley. —Hyunjin nos habló de ti pero como las últimas semanas no ha venido a casa y solo hablamos de vez en cuando por teléfono, nos ha dicho muy pocas cosas— se quejó cruzándose de brazos.

—Bueno chicas, dejen a su hermano y Jisung tomar asiento— interrumpió Juliette con una sonrisa en sus labios, la cuál no había borrado desde que su hijo llegó.

Todos en la habitación tomaron asiento.

—Y Jisung, cariño ¿Cuántos años tienes?— preguntó curiosa Juliette. Cuando le había preguntado a Hyunjin sobre la edad del ojiverde, éste le daba vueltas y terminaba cambiando el tema de la conversación o se excusaba con que tenía mucho trabajo en la empresa.

Jisung mordió su labio inferior un poco nervioso porque Hyunjin ya le había dicho que su madre aún no sabía su edad y ambos acordaron que hablarían al respecto justo ese día para decirle que los padres de él estaban de acuerdo, pero creyó que tardarían un poco más en sacar el tema.

—Tengo 18— respondió sin más.

Juliette abrió las ojos sorprendida cuando lo escuchó y dirigió rápidamente su atención a Hyunjin para mirarlo con una ceja alzada esperando una explicación.

—Es mayor y hablé con sus padres— soltó el ojiazul antes de que la mujer pudiese decir algo.

Las hermanas de Hyunjin solo se mantenían calladas escuchando atentas a todo lo que decían, aunque ellas también se sorprendieron cuando escucharon la edad de su nuevo cuñado porque era casi de la edad de ellas, Haileyl era solo un año mayor que el rizado, las gemelas eran 2 años menores y Stacy era 3 años más grande.

Juliette solo suspiró y asintió a su pesar, si los padres del chico habían aceptado no tenía porqué decir algo al respecto, su hijo ya era un adulto y debía respetar sus decisiones aunque no estuviese de acuerdo con ninguna de ellas.

—Y Jisung ¿Cómo te ha tratado mi hijo?

—Lo trato muy bien— respondió Hyunjin con una sonrisa orgullosa moviendo un par de veces sus cejas de arriba abajo.

Jisung asintió imitando la sonrisa de Hyunjin porque era cierto, el ojiazul lo trataba de maravilla, estaba muy feliz por ello, así que se acercó más al cuerpo de Hyunjin para que éste lo pegara más a su cuerpo y tener más contacto. Y Jisung supo que fue correspondido cuando sintió la mano del castaño posandose sobre su cintura.

Juliette sonrió.

—De acuerdo, iré a terminar unas cosas y ya desayunamos, no tardo— dijo la mujer antes de pararse y salir de la habitación.

—Jisung— llamó Hailey recibiendo la atención inmediata del rizado. —Eres casi de nuestra edad y sales con nuestro hermano, así que esto es de vida o muerte— hizo una pausa. —¿Quienes son tus cantantes favoritos? De esto va a depender nuestra relación de cuñados— Hyunjin la miró con una ceja alzada al escuchar lo último.

—Mmh, son varios pero las principales son Lana del Rey y Taylor Swift— respondió.  —Aunque de todas formas mis gustos son algo variados, estoy abierto a todo tipo de géneros musicales— se encogió de hombros.

Las cuatro chicas se voltearon a ver entre sí antes de comenzar a dar gritos de emoción.

—Lo sentimos Hyunjin, pero tus amigas no somos, así que nos vamos a robar a tu novio— dijo Stacy, la mayor de ellas y todas asintieron para darle la razón.

—Hey!— se quejó Hyunjin. —Consíganse al suyo, no voy a compartir a Jisung con ustedes— Hyunjin ajustó más su agarre en la cintura del ojiverde y éste solo comenzó a reír a carcajadas por la actitud de Hyunjin.

—¿Ya viste que en 2 semanas sale la preventa de los boletos para el concierto de Taylor?— preguntó emocionada Stacy ignorando las palabras de Hyunjin.

—Oh, sí, lo había visto antes de venir ¿Ustedes comprarán las entradas?.

—La respuesta es no— dijo Hyunjin cuando sintió cuatro pares de ojos viéndolo directamente.

—Pero Hyunn— se quejó Miley alargando la letra "n".

—Nos compras entradas a las cuatro y también una a Jisung, porque no querrás que tus hermanitas y tú noviecito se pierdan un concierto de su cantante favorita— trató de persuadir Haileyl.

Hyunjin mordió su labio inferior pensativo.

—Dejen de usar a mi novio para su beneficio, apenas se los presenté y ya lo andan usando— se quejó.

—¿Eso es un sí o...?— insistió Destiny.

—Es un "lo voy a pensar", así que si siguen insistiendo, solo llevaré a Jisung y a ustedes no— respondió.

Jisung solo quiso reír cuando vió el rostro de las cuatro chicas, pero se contuvo, al igual que las ganas de querer sonreír porque Hyunjin indirectamente dijo que lo llevaría.

—Chicos, ya vengan a desayunar— se escuchó la voz de Juliette llamándolos desde la cocina.

—Ya vamos— respondió el castaño.

El día en casa de la madre de Hyunjin había sido estupendo, sus hermanas habían amado de sobremanera al rizado y Juliette estuvo feliz con la presencia de Jisung y que éste estuviera saliendo con su hijo. Juliette había notado lo feliz que lucía Hyunjin con la compañía de Jisung, la forma en la que sus ojos brillaban de felicidad cuando miraba al ojiverde era simplemente hermoso.

Hyunjin y Jisung ya se encontraban en el departamento del magnate, ambos abrazados en la cama de la habitación de Hyunjin mientras veían una película de terror ya que ninguno de ellos tenía ganas de dormir.

—No sé porqué acepté ver una película de terror— se quejó Jisung con su rostro oculto en el cuello de Hyunjin jalando un poco más la manta que los cubría.

Hyunjin rió bajito burlándose del menor.

—No es gracioso, Hwang— lloriqueó con un mohín en sus labios el cuál Hyunjin quiso besar y morder.

Los pensamientos de Hyunjin sobre los labios de Jisung se vieron interrumpidos por el sonido de un montón de notificaciones provenientes del celular del menor, el cuál estaba en una mesita de noche en el lado de la cama de Hyunjin.

Jisung frunció su entrecejo. —Hyun, ¿Me pasas mi celular? Por favor—pidió.

Y Hyunjin asintió así que se estiró un poco y alcanzó el aparato pero para la mala fortuna de Hyunjin, éste tenía el mal hábito de encender los celulares cada que los tomaba, no lo hacía con malas intenciones pero ya se había acostumbrado a hacerlo, y eso fue una muy mala idea.

Cuándo encendió el celular del rizado, en la pantalla aparecieron mensajes de un tal Juyeon diciéndole a su chico si había pensado en lo que le había propuesto anoche y otros en los que me decía que desearía estar con Jisung y que no podía esperar a mañana para verlo en la escuela.

Y Hyunjin mentiría si dijera que no se puso ni un poco celoso, ¿Quién mierda era Juyeon? Y por qué mierda quería estar con su novio.

Jisung miró confundido a Hyunjin porque aún tenía su celular en sus manos y veía al aparato con su entrecejo fruncido y una mueca de.. ¿disgusto?.

—Hyun, ¿Que sucede?— preguntó, pero su pregunta fue ignorada cuándo Hyunjin le preguntó quién era Juyeon y se quedó callado.

La película en ese momento quedó en segundo plano.


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