Capítulo 18
Después de haber ido a comer un helado, Hyunjin llevaba a Jisung hacia su casa, ambos iban en el auto del ojiazul en un cómodo silencio, el tiempo se les había pasado demasiado rápido entre risas y banalidades contadas por los dos y la noche ya había llegado, las calles de Londres ya estaban iluminadas por las abundantes luces provenientes de cada uno de los edificios y autos de a su alrededor que lo hacía todo muy hermoso.
—Mmh— tarareó Jisung. —Me gustó estar contigo, en.. ambos sentidos— dijo con una bajita risita que hizo al hombre castaño sonreír en grande mientras miraba de soslayo al bonito rizado ya que debía mantener la vista al frente para evitar algún accidente.
—A mi igual— llevó su mano que estaba en la palanca de cambios y la posó sobre el muslo del menor sin llegar a tocar la piel, pidiendo permiso silenciosamente para tocarlo. El permiso por parte del menor no tardó en llegar, sintió como una mano más pequeña y suave se colocaba sobre la suya y la presionaba contra la tierna piel de la del ojiverde. —¿Estarás libre el próximo sábado?— inquirió.
Jisung quién mantenía su vista puesta en la fuerte mano que apretaba su pálido muslo volteó a verlo con una sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas.
—¿Por qué? — quería que el ojiazul le dijera lo obvio, que lo invitaría a salir de nuevo, solo le gustaba saber que el hombre estaba interesado en él como para tener que invitarlo nuevamente.
—Para tener otra cita, solo si tú quieres, claro. Quiero llevarte a Primrose Hill, ¿ya has ido?— miró fijamente al ojiverde cuando se detuvo por el color rojo en un semáforo.
—No he ido— negó —Mis amigos dicen que es bonito ver el atardecer ahí y que también durante la noche la vista es hermosa— se encogió de hombros. —Podríamos tener un picnic ahí— dijo emocionado por la idea.
—Si, iba a llevarte a un restaurante de ahí pero lo del picnic me parece una grandiosa idea— respondió dando un leve apretón sobre el muslo del menor.
Las sonrisas de ambos no querían desaparecer, se sentían felices y cómodos con la compañía del otro.
—¿Puedo poner música?— preguntó el rizado cuando la luz del semáforo cambió a verde.
—Claro— aceptó Hyunjin.
Jisung buscó en su celular, lo conectó a los parlantes del auto de Hyunjin y comenzó a buscar alguna playlist en Spotify, cuando por fin encontró una de su agrado, puso la reproducción aleatoria, Dark Paradise de lana del rey se comenzó a reproducir en un volumen moderado.
—Every time I close my eyes, it's like a dark paradise— comenzó a tararear. Hyunjin solo sonreía con su vista al frente. —No one compares to you— cantó el rizado dándole una mirada al hombre más grande. —I'm scared that you, won't be waiting on the other side— siguió cantando con sus ojos cerrados y su cabeza pegada al respaldo del asiento.
—¿Ya te había dicho que cantas muy bonito?— habló el castaño haciendo que Jisung abriera los ojos y lo mirara con un sonrojo por la respuesta maliciosa que pasó por su cabeza.
—Si, lo demostraste muy bien en los baños de aquel bar el día que nos conocimos— respondió socarrón mientras reía bajito y la dulce brisa del exterior hacía que sus rizos se movieran suavemente sobre su rostro.
Hyunjin abrió los ojos sorprendido y casi se atraganta mientras negaba divertido por la respuesta, ese chico lo estaba haciendo perder la cabeza y si seguía así, lo haría caer de rodillas ante él y estaba muy seguro que no le importaría.
La música siguió reproduciéndose, canciones de Taylor Swift y Lana del Rey se escuchaban en un volumen bajo hasta que llegaron a la casa del menor y Hyunjin aparcó su auto al frente de la recidencia de los Han, bajándose para abrirle la puerta del vehículo al más joven, tomando una de sus manos para dirigirse a la entrada de la casa.
—El sábado pasaré por ti como a las 6 de la tarde— acordó para ya tener todo planeado y no haya ningún contratiempo. —Dile a tus padres que no se preocupen, no vamos a regresar muy noche— sonrió.
—Gracias, me gustó pasar tiempo contigo— dijo con su rostro adornado por unos bonitos hoyuelos gracias a su sonrisa mientras se acercaba más al cuerpo del magnate.
—Igual a mi— respondió llevando inconcientemente sus manos a las caderas de Jisung para apegarlo más hacia él. Sus rostros estaban a centímetros y sus ojos estaban puestos en los contrarios, la combinación que creaban era una de las mejores que podían existir. —¿Puedo besarte antes de irme?— preguntó con su atención puesta en los ojos y labios del menor.
Jisung solo asintió mordiéndose su labio inferior antes de sentir como el castaño unía sus bocas en una suave y lenta danza, la lengua de Hyunjin delineaba los delgados pero carnosos labios rojitos del ojiverde y los chupaba provocando pequeños suspiros por parte del menor.
Jisung tenía sus manos sobre el pecho de Hyunjin y las comenzó a deslizar hasta dejarlas en su nuca y acercarlo lo más que podía a su rostro.
El delicado beso que mantenían comenzó a subir cada vez más de tono, la lengua de Hyunjin pidió permiso para entrar en la cavidad bucal del rizado y comenzar un beso más frenético entre ambos, sus manos se comenzaron a deslizar cada vez más abajo hasta que un fuerte carraspeo los interrumpió y se tuvieron que separar de inmediato aún con sus cabezas dando vueltas por lo bien que se habían sentido estando con sus bocas unidas.
—¿Jisung?— llamó Donghae, el padrastro del rizado con su ceño fruncido y su ceja izquierda alzada al encontrar a su hijo besándose con un hombre desconocido notablemente más grande de edad que él y que lo estaba manoseando mientras estaba parado en el marco de la puerta. —¿Qué está ocurriendo?— inquirió. No estaba enojado, solo quería saber la razón por la cuál Jisung estaba con aquel hombre.
—Papá, yo... — dijo Jisung un poco nervioso con sus mejillas sonrojadas al ser descubierto compartiendo un beso con el hombre que le gustaba.
Hyunjin ni si quiera sabía que decir, solo estaba parado en silencio mientras observaba todo con confusión esperando el momento adecuado para poder hablar.
—¿Y tú quién eres?— preguntó Donghae al magnate aún con su entrecejo fruncido.
Hyunjin tragó duramente cuando sintió su boca reseca y se aclaró la garganta con un carraspeo antes de hablar.
—Soy Hwang Hyunjin, señor....— hizo una pausa para que el otro hombre, que como escuchó, era el padre del rizado, le dijera su nombre.
—Señor Han— respondió sin quitar la expresión de su rostro.
Jisung estaba mordiéndose su labio inferior fuertemente, sabía que era mayor de edad y podía hacer cualquier cosa que quisiera, bueno, casi cualquier cosa, pero Donghae era muy sobreprotector con él al igual que su madre y tenía miedo de su reacción porque seguramente le harían un montón de preguntas a Hyunjin y sabía perfectamente la postura de su madre sobre las relaciones con mucha diferencia de edades.
Hyunjin al ver la reacción del menor iba a hablar pero fue interrumpido por el hombre.
—Los dos, adentro, ahora— ordenó dándose la media vuelta y entrando de nueva a la casa.
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