Capítulo 14
La cita transcurría de maravilla mientras ambos disfrutaban de sus exquisitos platos y compartían anécdotas sobre lo que habían estado haciendo últimamente. Aunque, en realidad, no era mucho lo que tenían que contarse; después de todo, habían estado en contacto constante durante las dos semanas que habían pasado desde su primer encuentro.
Conversaban sobre banalidades, riendo y disfrutando del momento juntos. Hablaban de sus planes futuros, de sus gustos en común, y de todo lo que les pasaba por la cabeza en ese instante. Aunque no fueran conversaciones profundas, el simple hecho de estar juntos era suficiente para hacer que la cita fuera especial.
—¿Se les ofrece algo más?— preguntó el mozo que llegó de la nada, intercalando su mirada entre la pareja y deteniéndose a mirar un poco más con una enorme sonrisa al rizado que estaba ajeno a la situación.
Hyunjin notó la atención del camarero hacia Jisung y frunció el ceño de inmediato, sintiendo un ligero atisbo de incomodidad ante la situación.
—Sung, ¿No vas a querer algo más?— preguntó con un tono de voz suave y dulce al chico.
—No, estoy bien así. Pero gracias— desistió con una linda sonrisa de amabilidad por el gesto.
—¿Seguro que no quieres nada, lindo?— Hyunjin apretó la mandíbula.
Jisung, que a menudo solía ser un poco despistado para captar las indirectas, frunció el ceño con cierta confusión. Acababa de decir que no quería nada más, entonces ¿por qué le preguntaba si estaba seguro? La situación le resultaba un tanto extraña, pero decidió dejarlo pasar y simplemente negó con la cabeza, reafirmando su decisión anterior.
—No, gracias— negó Jisung con su rostro neutro.
El mozo esperaba su respuesta con una sonrisa ladina mientras Hyunjin lo quería asesinar con la mirada, se le hacía una falta de respeto. No le molestó que le dijera un cumplido al rizado, le molestó la mirada que le daba y que lo haya dicho frente a él, era muy obvio que estaba en una cita con el ojiverde y que un empleado del lugar quiera intentar llamar la atención de su pareja era muy irrespetuoso.
Hyunjin estaba a punto de decirle algo a Jisung cuando el sonido de su celular lo interrumpió, atrayendo la atención del curioso muchacho. Sin dudarlo, Hyunjin decidió contestar la llamada en ese mismo momento, dejando a Jisung con la intriga de quién podría estar al otro lado de la línea.
—Sunwoo, ¿qué ocurre?— preguntó Hyunjin, con una nota de irritación en su voz mientras sostenía el teléfono cerca de su oreja. La expresión de Jisung se tornó más intrigada ante la conversación en curso.
El secretario de Hyunjin, Sunwoo, había sido una adición reciente al equipo después de que la anterior secretaria dejara su puesto en circunstancias poco claras. Hyunjin, confiando en la recomendación de un amigo de la familia, había optado por contratar a Sunwoo. Hasta ese momento, había cumplido con sus expectativas y demostrado ser un activo valioso para el equipo. Sin embargo, la llamada en ese momento inoportuno dejó a Hyunjin claramente molesto.
—Pedí claramente no ser molestado— reiteró Hyunjin, con un tono más firme esta vez, transmitiendo su frustración a través del teléfono. Jisung observaba con atención, preguntándose sobre la naturaleza de la llamada y su impacto en el tranquilo almuerzo que habían planeado.
"lo siento, señor Hwang, pero el señor Tyler llamó para decir que vendría en menos de una hora, le expliqué que usted no estaba y dijo que le llamara" explicó rápido el joven secretario.
Hyunjin escuchó la explicación de Sunwoo con resignación. Tyler, como siempre, parecía tener un sentido del tiempo que no coincidía con el de nadie más. Aunque preferiría no tener que lidiar con las visitas de último minuto, especialmente durante su tiempo personal, comprendió que era parte del paquete cuando se trataba de negocios.
—Entiendo, Sunwoo. Gracias por informarme y no te preocupes, estoy allá en veinte minutos— respondió Hyunjin con calma antes de colgar, aunque el fastidio todavía se reflejaba en su tono. Sabía que tendría que ir a la empresa lo antes posible para recibir al señor Tyler, aunque eso significara interrumpir su cita con Jisung.
"Maldito Tyler" se quejó mentalmente.
Jisung, quien había estado observando a Hyunjin durante la llamada, notó el cambio en su expresión y sintió curiosidad por lo que estaba pasando. Al escuchar lo último que dijo Hyunjin, frunció el ceño ligeramente, preguntándose qué podría ser tan urgente como para interrumpir su cita.
El mesero aún seguía ahí, había estado molestando al ojiverde con más preguntas y se sentía un poco incómodo así que decidió ignorarlo.
—¿Que sucede, Hyun?— preguntó preocupado.
—¿Podrías traernos la cuenta?— pidió con un tono de voz hosco.
El mesero solo asintió con los labios apretados en una línea, alejándose enseguida para cumplir con lo pedido.
—Lo siento, debo regresar a la empresa. El socio que estaba esperando se le ocurrió la brillante idea de llegar más temprano de lo acordado—explicó Hyunjin, exhalando con evidente frustración. Observó a Jisung, evaluando la situación, y con una sonrisa amistosa le preguntó: —¿Quieres acompañarme o prefieres que te lleve a casa?
Jisung se vio sorprendido por la invitación, pero su rostro se iluminó emocionado. Había anhelado secretamente que algo así sucediera, y ahora, ante la inesperada oportunidad, decidió lanzarse a la aventura. La emoción lo embargaba, creando una chispa en sus ojos que reflejaba la ilusión de lo desconocido. Su mente bullía con posibilidades y deseos que finalmente parecían estar al alcance de su mano.
—Voy contigo—respondió con un brillo de entusiasmo en su voz, que resonaba con una inocencia casi infantil, como si estuviera a punto de embarcarse en una travesura emocionante y prohibida.
Hyunjin asintió con complicidad, reconociendo la emoción compartida en la decisión de Jisung. La brisa fresca de la tarde parecía llevar consigo un aire de cambio y aventura, como si el universo estuviera conspirando a su favor.
El nuevo mesero llegó con la cuenta justo a tiempo, y Hyunjin la pagó sin problema alguno. Con gesto amable, se levantó de la mesa y ofreció su brazo a Jisung, quien lo aceptó con una sonrisa agradecida. Juntos, salieron del restaurante, sumergidos en una conversación animada mientras caminaban hacia el auto de Hyunjin.
Una vez dentro del vehículo, el ambiente se volvió más íntimo y relajado. Hyunjin arrancó el motor con destreza y se dirigieron hacia la empresa del ojiazul. Durante el trayecto, Jisung aprovechó para hacerle preguntas sobre su trabajo y Hyunjin respondió con sinceridad, compartiendo detalles interesantes sobre sus proyectos y responsabilidades.
El viaje transcurrió entre risas y anécdotas, y en menos de quince minutos se encontraban llegando al lugar.
Hyunjin maniobró con habilidad su automóvil, aparcándolo con destreza en uno de los espacios libres del estacionamiento de su compañía. La vista de los modernos edificios de la empresa se alzaba imponente frente a ellos, con sus cristales relucientes reflejando los rayos del sol de la tarde
Jisung quedó impresionado por la majestuosidad de la infraestructura de la empresa de Hyunjin, con sus imponentes paredes blancas adornadas con letras azules brillantes que anunciaban el nombre "Hwang C&E". Los amplios ventanales de cristal ofrecían una vista panorámica del interior, revelando un entorno elegante y lujoso que dejaba sin aliento.
Mientras Jisung admiraba el edificio, fue sacado de su ensimismamiento cuando con un gesto elegante, Hyunjin abrió la puerta del auto y con una sonrisa radiante en el rostro, extendió la mano hacia él, invitándolo bajar.
—¿Vienes?— preguntó con una sonrisa de superioridad.
Jisung no pronunció palabra alguna, pero tomó la mano extendida de Hyunjin y, con un pequeño salto, salió del automóvil. Hyunjin activó la alarma del vehículo antes de encaminarse con Jisung hacia la entrada del edificio. Juntos, atravesaron las puertas de vidrio y entraron en el impresionante vestíbulo de la compañía.
Al entrar al edificio, Jisung se percató de la dinámica entre Hyunjin y sus colegas. Era evidente que todos mantenían una relación cercana con él, pero al mismo tiempo, se notaba un respeto palpable hacia el magnate. Las miradas curiosas dirigidas hacia ellos no pasaron desapercibidas para Jisung. Era obvio que la presencia del jefe acompañado de un joven como él llamaba la atención de los presentes. La diferencia de edad entre ambos era notoria, y eso no se escapaba a la vista de nadie.
Hyunjin, sin embargo, caminaba con seguridad, con una mano cómodamente reposada en la cintura de Jisung, como si estuviera acostumbrado a la situación. Ignoraba las miradas curiosas que sabía que los observaban con sorpresa. Se limitaba a responder los saludos de algunos de sus empleados, saludándolos con una sonrisa cortés mientras avanzaban hacia el ascensor.
Una vez dentro del ascensor, Jisung aprovechó el breve momento de intimidad para observar a Hyunjin con atención. Había algo en la forma en que se movía, en cómo interactuaba con los demás, que despertaba su curiosidad. Por un momento, se preguntó qué pensarían los demás al verlos juntos, pero rápidamente apartó esos pensamientos de su mente. Estaba decidido a disfrutar de la experiencia y a aprovechar al máximo el tiempo que pasara al lado del apuesto empresario.
Finalmente, el ascensor llegó al último piso, donde se encontraba la oficina de Hyunjin. Con un gesto elegante, Hyunjin indicó a Jisung que saliera primero, siguiéndolo de cerca. A medida que avanzaban por el pasillo, Jisung no pudo evitar sentir una ligera emoción mezclada con nerviosismo. Estaba a punto de adentrarse en el mundo laboral de Hyunjin, un lugar que hasta ese momento solo había visto desde afuera.
—Sunwoo, ¿aún no ha llegado el señor Tyler?— preguntó el ojiazul a su secretario apenas lo divisó al salir del ascensor.
—No, aún no ha llegado. ¿Gusta que le lleve algo a su oficina?— preguntó amable desviando su mirada curiosa al muchacho que su jefe tenía sostenido en un fuerte agarre en su cintura.
Sunwoo frunció el ceño ante la presencia del joven que acompañaba a Hyunjin. La familiaridad entre los empleados de la compañía y la cercanía con la familia Hwang hacían que cualquier rostro desconocido llamara su atención. Sobre todo cuando uno de ellos se había negado por años tener alguna relación más allá de amistad en su vida.
Descartó la posibilidad de que el chico fuera hermano de Hyunjin, dado que nunca lo había visto antes en ninguna de las reuniones familiares.
Además, el firme agarre de Hyunjin en la cintura del joven no dejaba lugar a dudas sobre su relación. Sunwoo sabía que cualquier invitado que acompañara a Hyunjin con ese grado de intimidad debía tener un lugar en su vida personal.
—No, así está bien. Gracias— negó el castaño sacando a Sunwoo de su burbuja. —De igual manera te informaré sobre cualquier cosa en dado caso que lo necesite.
El joven solo asintió un poco avergonzado y regresó a sus deberes lo más rápido que pudo.
Hyunjin ignoró las miradas indiscretas que su secretario le había dado al ojiverde segundos atrás y se dirigió a su oficina con un Jisung que miraba entre curioso y sorprendido todo a su alrededor.
Eso lo hizo sonreír.
Cuándo estuvieron dentro, el menor observó con detenimiento toda la bonita y espaciosa oficina.
Los grandes ventanales permitían que la luz natural se filtrara a través de las suaves cortinas de seda blanca, creando un ambiente acogedor y luminoso. Las paredes, en tonos blancos y azules, añadían un toque de frescura y tranquilidad al espacio. Una estantería albergaba una selección de libros cuidadosamente colocados, junto con algunas plantas verdes que aportaban vida y color al entorno.
El escritorio de madera oscura, elegantemente pulido, ocupaba el centro de la habitación. Sobre su superficie, una computadora reluciente se destacaba entre los documentos y los bolígrafos perfectamente alineados. Todo estaba meticulosamente ordenado, como si cada elemento hubiera sido colocado con precisión milimétrica.
El lugar lucía sumamente pulcro, que incluso daba miedo tocar algo y estropear la armonía que irradiaba.
—Jisung, ven— llamó el hombre sacando a Jisung de sus pensamientos.
Hyunjin se encontraba sentado ya tras su escritorio con una considerable separación entre la mesa y su asiento, tenía las piernas levemente abiertas y sus manos reposaban en los brazos de la silla.
Jisung caminó en dirección al hombre de orbes azules y se sentó sobre sus piernas.
Hyunjin se sorprendió un poco porque lo había llamado para que se sentara frente a su escritorio en una de las sillas que había ahí, pero que se haya sentado sobre él no le parecía para nada un problema, así que no dijo nada para no avergonzar al chico y llevó su mano a la estrecha cintura.
—¿De que van a hablar?— preguntó curioso el rizado recargandose sobre el cuerpo del ojiazul.
—Sobre la construcción de unos hoteles, hay unos problemas con el lugar y viene a hablar conmigo para ver cómo se van a solucionar— le explicó con voz tranquila.
—¿Van a tardar mucho?— inquirió.
—No lo creo. Tengo unas posibles soluciones, solo necesito que las vea. ¿Por qué?, ¿Quieres que llame a Andrew para que te lleve a casa?— sacó su celular del bolsillo izquierdo de su pantalón, dispuesto a llamar a su chófer.
—No— negó rápidamente. —No es eso, solo.. tenía curiosidad— se encogió de hombros.
—De acuerdo, pero si te quieres ir me dices para llamar a Andrew. ¿Qué quieres hacer de mientras en lo que espero?— preguntó.
Y Jisung sonrió de lado, desde que el hombre había estado parado en la puerta de su casa con ese pulcro traje azul quiso tirarsele encima para que lo tomara ahí mismo, incluso había pensado cancelar la comida pero se aguantó cuando Hyunjin le había dicho que ya tenían reservación.
Editado.
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