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Capítulo 11

Después de disfrutar de un desayuno reconfortante, Hyunjin tomó la decisión de acompañar a Jisung hasta la casa de su amiga. No quería dejarlo solo, especialmente en un lugar que no conocía bien; temía que algo pudiera sucederle. Por el bienestar mental de ambos, optó por llevarlo personalmente. Le recomendó a Jisung que llamara a sus amigos para informarles que él se encargaría de llevarlo.

Jisung aceptó con agrado la oferta de Hyunjin. No había considerado que era su primera vez en esa ciudad y se dio cuenta de que no recordaba cómo llegar a casa de Chaewon. Aunque inicialmente había pensado en tomar un taxi, Hyunjin le expresó su desconfianza hacia ellos y le aseguró que se sentiría más seguro si aceptaba su ofrecimiento de llevarlo personalmente. Además, la apariencia de Hyunjin, con su atractivo rostro, hizo que Jisung no pudiera resistirse. Quería aprovechar al máximo el tiempo juntos, especialmente después de que Hyunjin le mencionara que al llegar a Londres tendría que ocuparse de algunos asuntos de negocios en su empresa y que no lo vería durante dos semanas.

—¿Tienes la dirección de la casa de tu amiga?— preguntó Hyunjin una vez que estuvieron cómodamente instalados dentro del automóvil.

Jisung, mientras se acomodaba la falda que se le había subido un poco al sentarse, levantó la vista al escuchar la voz grave y reconfortante del ojiazul.

—Sí, la tengo en mi celular. Déjame ponerla en el GPS— respondió Jisung con una sonrisa, mientras buscaba la ubicación en su dispositivo. Su expresión era una mezcla de determinación y concentración, con la punta de su lengua asomando ligeramente por el lado derecho de una de sus comisuras y su ceño fruncido en un gesto adorablemente concentrado.

Hyunjin, observando la escena con una sonrisa indulgente, no pudo evitar sentirse cautivado por lo tierno que lucía el chico ojiverde en ese momento.

—Listo, aquí está— exclamó Jisung emocionado, extendiendo el móvil hacia Hyunjin con una sonrisa radiante que iluminaba su rostro, revelando los adorables hoyuelos que adornaban sus mejillas.

Hyunjin no pudo evitar pensar en lo increíblemente bonito que era Jisung en ese momento, con su entusiasmo contagioso.

—Bien, ponlo en ese soporte para que no lo tengas que sostener— indicó Hyunjin de manera amigable, señalando hacia un pequeño soporte en el tablero del auto diseñado especialmente para sujetar teléfonos móviles.

Jisung asintió con entusiasmo y rápidamente colocó su celular en el lugar que el magnate le había indicado, agradecido por la atención y cuidado de Hyunjin.

La distancia hasta la casa de Chaewon implicó un trayecto un tanto prolongado, así que Hyunjin y Jisung pasaron más de quince minutos en el auto antes de llegar a su destino. Al detenerse frente a la residencia, una chica castaña y un chico rubio los esperaban afuera, con expresiones de asombro al ver el lujoso automóvil que se acercaba.

Con un movimiento ágil, Hyunjin se desabrochó el cinturón de seguridad y salió del vehículo, con la intención de ayudar a Jisung a bajar. Le pidió que esperara dentro del auto mientras él cruzaba al otro lado para abrirle la puerta al rizado, extendiéndole una mano amable para ayudarlo a descender con cuidado.

Mientras tanto, Chaewon y Felix observaban la escena con ojos llenos de sorpresa y curiosidad. Desde el elegante auto que acababa de estacionarse frente a ellos hasta el atractivo hombre del que su amigo descendía, todo les parecía digno de atención y admiración. Aquel hombre irradiaba una presencia imponente, con un porte elegante y masculino que capturaba la atención de todos los presentes.

—Sungie— saludó Chaewon con un tono de voz chillon dirigiendo su curiosa mirada hacia el monton de bolsas que el hombre sostenía con su otra mano.

Jisung sonrió.

—Hola, Chae—saludó Jisung con una enorme sonrisa una vez que estuvieron parados frente a sus amigos. "Él es Hyunjin," presentó, mientras Hyunjin sonreía y alzaba su mano en forma de saludo. —Hyunjin, ellos son Felix y Chaewon, mis mejores amigos— añadió, señalando a ambos chicos, quienes devolvieron la sonrisa al hombre e imitaron su gesto de levantar la mano para saludar.

—Fue un gusto conocerlos, pero me tengo que ir— dijo entregándole a Jisung las bolsas de ropa que había comprado. —Mi madre me está esperando en Londres— se excusó en un susurro sobre el oído del ojiverde. —Pero primero, ¿Puedo darte un beso antes de irme?— preguntó con su mirada fija en aquellos labios color cereza.

Jisung asintió en respuesta totalmente embelesado por Hyunjin.

Ni bien recibió una respuesta afirmativa, Hyunjin colocó su mano en la estrecha cintura de Jisung y lo atrajo hacia su cuerpo en un rápido movimiento, uniendo sus bocas en un beso apasionado. Aunque fue breve, el beso fue suficiente para que Felix y Chaewon se volvieran emocionados, tratando de disimular su entusiasmo y evitando gritar mientras desviaban la mirada.

—Nos vemos— susurró Hyunjin sobre los labios sonrojados de Jisung, quien se quedó extasiado y anhelando más después de aquel maravilloso beso. —Hasta luego— se despidió de los otros dos chicos antes de separarse y dirigirse hacia el auto.

Los otros dos estaban tan absortos en su propio mundo que apenas lograron articular un "hasta pronto" al hombre de ojos azules mientras este se alejaba en su elegante auto.

Una vez que Hyunjin había desaparecido del lugar, Felix y Chaewon soltaron un chillido de emoción, incapaces de contener su entusiasmo.

—¡Cuéntanos todo lo que pasó!— exclamaron emocionados, ansiosos por escuchar los detalles. Y justo cuando pensaban que la emoción no podía aumentar más, notaron las bolsas que Jisung llevaba consigo. —¿Y esas bolsas?— preguntaron intrigados, curiosos por descubrir qué sorpresas traía consigo su amigo.

Los dos amigos notaron cómo Jisung se había sumido en sus pensamientos después de que aquel hombre se marchara, con una pequeña sonrisa jugando en sus labios.

Chaewon y Felix intercambiaron una mirada cómplice al ver la expresión en el rostro de su amigo, compartiendo una sonrisa de complicidad al darse cuenta de lo feliz que se veía Jisung después del encuentro con Hyunjin.

Después de dejar a Jisung, Hyunjin pasó por su chófer, Andrew, para permitirle tomarse el día libre con su familia mientras él iba a reunirse con la suya.

El viaje de regreso a Londres transcurrió en silencio, con Hyunjin al volante y una enorme sonrisa iluminando su rostro, sus ojos reflejando una profunda felicidad.

Andrew, que iba como copiloto, observaba con curiosidad a su jefe. Después de la salida con ese joven, Hyunjin parecía tener un aura más radiante y alegre, algo que no había visto en él desde... Jeongin. Esto llenó de alegría a Andrew, quien consideraba a Hyunjin no solo como su jefe, sino también como un buen amigo. Se sentía contento de verlo finalmente encontrar la felicidad, aunque notó que el chico con el que salió parecía bastante joven y eso que él mismo no se consideraba viejo, pero decidió no tomarle importancia.

Después de un par de horas, llegaron a Londres. Hyunjin dejó a Andrew en su destino y se encontró parado frente a la bonita casa de su madre, tocando el timbre con determinación. Esperaba disfrutar de un tiempo de calidad con su familia.

—Hyun, cariño, ¿Cómo estás?— lo recibió Juliette, una hermosa mujer de cabellos castaños y ojos azules de no más de 48 años.

Juliette era una mujer encantadora, llena de amor por sus hijos, especialmente por Hyunjin, su hijo mayor. Lo había tenido siendo muy joven, quedando embarazada a los dieciocho años de un hombre que la abandonó al enterarse de la noticia. Esta situación le trajo muchos desafíos en la vida, desde comentarios desagradables hasta numerosos rechazos debido a su condición de mujer embarazada y soltera. Sin embargo, nada de eso le importó en lo más mínimo; Juliette continuó esforzándose al máximo, incluso triplicando sus esfuerzos cuando era necesario, por el bienestar de su bebé. Aunque recibió algo de ayuda de sus padres, la mayoría de sus logros fueron gracias a su propio mérito y dedicación.

Consiguió terminar la carrera de derecho con honores en una universidad de Londres y comenzó a ejercer en un bufete de abogados, trabajó día y noche, horas extra y días festivos para llevarle todo lo que podía a su lindo hijo quien la esperaba todos los días en casa de sus abuelos muy emocionado por ver a su mamá "julie".

—Hola, mamá— saludó con una enorme sonrisa extendiendo los brazos para poder envolver a su progenitora en un cálido abrazo. —Estoy bien, ¿y mis hermanas?— preguntó cuando ya estuvieron dentro de la casa en la que vivió la mayor parte de su niñez y adolescencia.

—Salieron de compras, seguro no han de tardar mucho— dijo restando importancia guiando a su hijo hasta la sala de estar para tomar asiento. —Y bien, Hyunjin, quiero saber absolutamente todo— sonrió enorme formando unas arruguitas más marcadas a los costados de sus ojos, idénticas a las de Hyunjin.

—¿Sobre que?— preguntó confundido.

—Vamos, cariño, te conozco, nunca sueles ser impuntual y se que no fue por tu trabajo porque Seungmin me dijo que hoy no fuiste a la empresa y que ni si quiera estabas en Londres— Hyunjin frunció el entrecejo.

Jodido Seungmin bocón. Se quejó internamente antes de dar un suspiro, no podía ocultarle nada a su madre, ya se había acostumbrado a siempre decirle sus cosas y ella sabía cuando mentía, así que se le hacía más difícil tratar de ocultarle algo.

—Estaba en Leeds con alguien, por eso se me hizo tarde— contó con su mirada puesta en sus manos y una sonrisa tonta.

Juliette sonrió nostalgica cuando notó esa mirada, fue la misma expresión que Hyunjin había mostrado cuando le contó sobre su noviazgo con Jeongin y la misma que hizo cuando le contó que le propondría matrimonio, pero en esta había algo un poco diferente que no lograba descifrar.

—¿Y yo podría saber quién es ese alguien?— preguntó, no obligaría a Hyunjin a contarle si él no quiere hacerlo.

—Su nombre es Jisung, lo conocí anoche en un bar— su madre lo miró sorprendida y Hyunjin rodó los ojos divertido. —Si, fui a un bar con Seungmin porque era el cumpleaños de su secretaria y me arrastró hasta allá, ni si quiera sabía que era en Leeds, creí que sería en algún bar de aquí— explicó con su entrecejo fruncido, Seungmin se las pagaría. —Yo estaba con Seungmin tomando unos tragos cuando un chico comenzó a cantar, se veía realmente bien y su voz era muy hermosa, cantó una canción que no reconocí pero que era muy.. reveladora— claramente no le iba a decir a su madre lo que decía la canción. —Mientras cantaba se me acercó y cuándo terminó de cantar platicamos— siguió.

Juliette entrecerró los ojos.

—¿Solo platicaron?— preguntó divertida. Hyunjin frunció el entrecejo y asintió.
—Porque el chupetón en tu cuello que veo desde aquí no dice lo mismo— soltó suave risa por lo divertida que se le hizo la expresión que puso Hyunjin.

Hyunjin sintió cómo la sangre subía a sus mejillas, sintiéndose un poco avergonzado pero también divertido ante la astucia de su madre para descubrir lo ocurrido.

—Bueno, tal vez terminamos en mi auto pero no te voy a contar eso, mujer— bufó divertido.

Juliette solo sonrió con complicidad, dejando claro que entendía la situación sin necesidad de decir una palabra.

La puerta de la casa se abrió de par en par y unas voces agudas llenas de risas y charlas animadas inundaron la planta baja, anunciando la llegada de más familiares o amigos. El ambiente se llenó de alegría y bullicio, creando un ambiente acogedor y animado en la casa de la mujer.

—¡Hyun!— gritaron las cuatro chicas que acababan de entrar a la casa, emocionadas por reunirse con su hermano.

Hyunjin les devolvió el saludo con una sonrisa y se puso de pie para abrazarlas con cariño.

—Bien chicas, iré a preparar la comida. Pueden ponerse al día con su hermano— dijo Juliette con una sonrisa pícara, guiñándole un ojo al castaño antes de salir de la sala y dirigirse hacia la cocina.

Hyunjin asintió con una sonrisa cómplice, agradeciendo el gesto juguetón de su madre, antes de girarse hacia sus hermanas.

—¡Sii!— exclamaron emocionadas las chicas, ansiosas por ponerse al día con su hermano mayor y disfrutar de la tarde juntos.

Sin duda, se avecinaba una tarde llena de risas, conversaciones y buenos momentos en casa, donde la familia compartiría momentos entrañables. A Hyunjin le gustaba la idea.

Editado.


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