Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

uno

«Mi historia participa en los Euterpe Awards de LittleTrashSquad, en la categoría Fluff, teniendo cómo juezas a MinnieXGgukie y spagietti »
Inspirado en la canción"Si fueras mía" de D.O


El día había sorprendido a todos con una capa de nieve en el suelo después de la nevada del día anterior, las escuelas y trabajos habían cancelado las actividades en vista de que los camiones recolectores iban a tardar con su labor, los menores en sus casas querían aprovechar el día para jugar en los parques que iban a estar llenos de más niños y en casa de la familia Kim no era diferente, los infantes de la casa corrían escaleras abajo para despertar a su tío Jungkook.

—¡Tío Kookie!, ¡Tío Kookie! —gritaban ambos menores.

Jungkook acostumbrado a la hiperactividad de sus sobrinos sólo les siguió el juego, abrió primero un ojo y los miraba acusadoramente, ambos niños se echaban para atrás con una carcajada mientras esperaban a que su tío se parará para poder sentarse con él en el sofá, el pelinegro primero se estiró estando acostado haciendo ruidos graciosos que los infantes decían era de un oso y por fin se sentó abriendo ambos brazos para recibir a sus sobrinos quienes inmediatamente fueron a abrazar a su tío.

—Buenos días, ovejitas —Jungkook le regalo a cada uno un beso en la frente, adoraba a sus sobrinos.

—Buenos días, tío —dijeron al unisono

—Tio Kookie, hoy llevanos al parque —hablo Jinho a su diestra mientras miraba a Jungkook con un puchero.

—Por favor, tío —tambien le pidió Joonhee a su siniestra y con sus manitas juntas.

Jungkook estaba enternecido con la imagen, los niños eran la viva imagen de su hermano mayor pero morenos cómo su cuñado, eran simplemente lindos, con un abrazo los apretó a los dos.

—Claro que si, vayan a cambiarse —los soltó y éstos corrieron a su cuarto gritando animados.

Justo iba bajando su hermano que miraba con ternura a su hermanito.

—Mi otro pequeño —Seokjin le dió un abrazo de oso a Jungkook y un beso en la mejilla —Parece que fué ayer que te llevaba con una correa en uno de los viajes familiares.

—Hyung, tenía dieciocho, fué hace cinco años —miró con rabia falsa y una sonrisa por el recuerdo.

—Mis pequeños si crecen —ambos hermanos se carcajeaban por las ocurrencias del mayor.

Esté le pidió ayuda para hacer el desayuno para su familia, después del desayuno es que Seokjin dejaría salir a sus hijos, los niños estaban atabiados con sus monitos y chaquetas de invierno, los gorritos en sus cabezas y guantes en las manitos, los tres menores comieron rápidamente para salir cuanto antes para ir a jugar, una vez terminaron su desayuno corrieron para ponerse sus zapatos con ayuda de su tío Jungkook, se despidieron rápidamente de su papi Jinnie y antes de salir Jungkook le regaló un guiñó a su hermano mientras señalaba escaleras arriba donde dormía su cuñado, se fué rápidamente al ver que Seokjin le iba a tirar un panqueque por su ocurrencia, pero sabía que no iba a desaprovechar la oportunidad.

Afuera de la casa agarró a ambos niños de su manitas, éstos iban dando saltitos y cantando una canción infantil seguidos de su tío que también era fan de las canciones, pero sólo por sus sobrinos por supuesto, caminaron unos cuántos minutos hasta llegar al parque que por los momentos se encontraba vacio, los pequeños corrieron con mucha alegría ante el parque vacío y empezaron a usar los juegos de esté, se subieron al tobogán y bajaron por esté con nieve y todo, Jungkook anotó en su mente un baño caliente para sus sobrinos o el panqueque iba a ser sustituido por otra cosa.

Los niños se divertían en los juegos mientras otra veces eran perseguidos por su tío, más niños se iba sumando al parque a medida que pasaban las horas, Jungkook sólo estaba pendiente de sus sobrinos por lo cuál no prestaba atención a la gente que llegaba, era difícil estar al pendiente de dos niños pero Jungkook daba lo mejor de si.

Uno de los niños que estaban jugando con sus sobrinos dió la idea de jugar a la guerra de bolas de nieve, sus niños estusiasmados le pidieron a su tío jugar con ellos y los demás, Jungkook acepto por entretenerse y por cuidar mejos a los menores, corrió con los menores mientras estos intentaban pegarle con las bolas de nieve, pero Jungkook era muy ágil y ninguna bola le pegó, más bien les tiraba en sus cuerpecitos a los niños las bolitas de nieve, cuándo eran pegados por estás se reían a carcajadas.

El parque estaba rodeado de puras risas, más de niños que de adultos pero hubo una que logró que Jungkook parará por una fracción de segundo, miró a su alrededor para ver de dónde venía y se fijo que provenía de un chico bajito y rubio que columpiaba a un niño, su risa era muy linda junto con su imagen angelical, chaqueta rojita y bufanda pastel junto con unos orejeros peluditos y rojitos, era una imagen tan tierna, o así le parecía a Jungkook que quedo prendado en la imagen que tenía a pocos metros de distancia.

—¡Tío Kookie! —escucho el gritó pero fué muy tarde.

La bola de nieve impacto en su cara y lo hizo trastabillar perdiendo el equilibrio y cayendo cómo un plátano en la nieve, quedo desconcertado por unos segundos en los cuáles escuchaba a sus sobrinos gritar y correr hacia él, cerró sus ojos y pidió al cielo que aquel ser tan bonito no se hubiera percatado de su caída.

—¿Estás bien? —le pregunto una voz dulce y preocupada, no era la de un niño.

Jungkook abrió sus ojos y quiso cubrirse de nieve, el ángel estaba arrodillado frente a él mirándolo preocupado, la imagen ante si era hermosa a pesar de todo, pudo detallarlo mejor y fijarse en sus ojos azules, nariz pequeña, cachetitos rellenitos y rojitos, y su boquita rosada curvada en una mueca de preocupación, batió su cabeza a los lados para salir de la ensoñación y no intentar parecer un raro en el proceso por estarlo mirando tanto, hizo amagó de pararse y el ángel bonito lo ayudó a levantarse por completo, sacudió la nieve que había quedado en su ropa junto con el rubio.

—¿Estás bien? —pregunto el rubio una vez terminaron, ahí Jungkook se dió cuenta que era la segunda vez que el rubio preguntaba ya que la primera vez no había contestado.

—S-si... Yo... —tartamudeo.

—¡¡Tío Kookie!! —escucho a sus sobrinos gritar y sintió cuándo cada uno se abrazó a sus piernas, se tambaleó un momento pero la mano del rubio lo agarró a a tiempo para evitar una tragedia, con su mirada le agradeció y fue bendecido con una sonrisa despreocupada.

—¡Tío, te caíste muy feo! —le dijo en un puchero Jinho y fué secundado por Joonhee en un asentamiento con el mismo puchero.

Su corazón se partió por el susto que debieron haber pasado sus sobrinos, acarició sus cabecitas con mucha ternura.

—Perdón por eso, ¿Quieren ir a casa a descansar? —propuso el pelinegro a lo que sus sobrinos asintieron con rapidez.

No iba mentirse, la desilusión paso a traves de su corazón al ver que sus niños se querían ir, quería ver si podría surgir la oportunidad de hablar con el ángel rubio, pero sus sobrinos eran su prioridad y si se querían ir los llevaría, sólo esperaba que surgiera otra oportunidad para verlo.

—Tío Jimin, yo también me quiero ir —hablo otra vocecita y se fijo que el chico rubio tenía a un niño que se sujetaba fuertemente de su pierna, era el niño que antes columpiaba.

El rubio asintió a la solicitud del niño y lo alzó del piso ubicandalo a su cintura, el infante se escondió en el cuello del chico y de inmediato sus sobrinos pidieron que su tío Kookie los cargará igual, provocando la carcajada del rubio.

—Tus sobrinos son muy tiernos —dijo mientras abrazaba más al niño en sus brazos.

Jungkook quedo nuevamente prendado de la imagen, miró a sus sobrinos que seguían con el puchero y asintió cómo respuesta.

—Si lo son —contesto acariciando la cabecita de los niños —Bien niños, necesito que dejen de abrazar mis piernas para cargarlos.

Los niños se pusieron felices inmediatamente y se separaron, Jungkook los acomodó antes de alzarlos y cuando lo sintió seguros en su brazos se levantó con ellos, los niños se escondieron en el cuello del pelinegro y éste los sujetó fuerte, volteó a ver al rubio que lo miraba impresionado.

—Yo... Eh, gracias por preocuparte, fué un lindo gesto —le regaló una sonrisa.

El rubio asintió a la vez que sus cachetes se ponían más rojitos.

—No hay problema —dijo con una sonrisa tímida —Vivimos vecindario abajo, no sé si compartimos ruta, podríamos acompañarlos.

Jungkook sintió que los cielos se abrían en ese momento, asintió intentando disimular su entusiasmo.

—Compartimos ruta, nos encantaría la compañía —para su suerte los niños estaban callados, más pendientes del calor del cuello de su tío que de otra cosa.

El rubio asintió con una sonrisa y ambos chicos salieron del parque con los niños en brazos, mientras iban por el camino Jungkook intentaba idear platicas para llevar a cabo en la caminata, pero nada se le ocurría, estaba sumamente nervioso.

—Por cierto, soy Park Jimin —interrumpio los pensamientos de Jungkook el rubio.

Jungkook cómo pudo giró para ver su cara pero esté observaba al frente con una sonrisa y sobaba al pequeño, su corazón se derretía por la imagen.

—Jeon Jungkook, es un placer.

Ambos chicos se sonrieron lo que les permitía el hecho de cargar niños quienes estaban muy tranquilos a pesar de todo, siguieron caminado unas cuadras hasta que Jungkook se fijó que estaba cerca de la casa de su hermano, si iba a plantear una salida era ahora o nunca.

—Oh, Jimin —tanteo el nombre del rubio obteniendo su atención —¿No sé si algún día tú, ya sabés, te gustaría ir.. a tomar un café conmigo? —pregunto con esperanzas.

Jungkook sentía que sus cachetes se ponían muy calientes y también se fijo en los cachetes rellenitos de Jimin se coloreaban de rojo escarlata mientras suponía que pensaba en su propuesta.

—Mañana estoy libre —confeso el bajito.

—¡Mañana es perfecto! —dijo muy entusiasmado Jungkook al mismo tiempo que asimilaba que lo había dicho con mucho entusiasmo —Digo, mañana no tengo que hacer nada importante, estoy libre también...

Jimin lo miró con una gran sonrisa mientras asentía a las palabras del pelinegro, Jungkook se detuvo frente a la casa de su hermano y Jimin se detuvo con él sin entender.

—Está es la casa de mi hermano —señalo con su cuerpo la casa.

—¡Oh, la de mi hermano es una calle más abajo!

Bueno, era una situación complicada, los niños estaban dormitando, de eso estaba seguro Jungkook, su teléfono lo había dejado y dejar al rubio afuera esperando no era una opción, no le quedaba más remedió que pedir la dirección exacta del rubio y que en lo demás lo guiará el destino de ser posible.

Jimin comprendió a la perfección la situación ya que tampoco había llevado su teléfono, planteó la idea de él mismo ir a buscar al pelinegro pero esté se negó y pidió que le explicará con exactitud la dirección, con suma rapidez y precisión lo hizo el rubio y acordaron la hora de su encuentro, Jimin decidió despedirse con una sonrisa que dejó cautivado a Jungkook, cómo dos adolescentes risueños se despidieron varías veces sin querer hacerlo pero a la final Jimin tuvo que retirarse y apretar el paso para no seguir en el frío junto con su sobrino, lo mismo fué para Jungkook, observó el caminar de Jimin hasta que casi no lo podía ver.

Caminó hasta la puerta de la casa y ahí cayó en cuenta que cargaba dos niños semi-dormidos y que necesitaba ayuda, tuvo que ingeniarselas, se agachó hasta que vió que el timbre estaba a la altura de su nariz y con está empezó a insistir lo que pudo hasta que por fin su hermano abrió la puerta con el pelo revuelto, cachetes rojos y sólo usaba una camisa que el pelinegro podía jurar era de su cuñado, armó su mejor sonrisa inocente y se acomodó recto.

—¡Hola hyung!

Seokjin miró a su pequeño hermano asombrado hasta que reparó en sus hijos, los apresuró a entrar y ayudo a Jungkook con un niño mientras subían a las criaturas para ir a darles una ducha caliente, el contraste de la casa que se sentía calentita con el frío de afuera si le pegó un poco a Jungkook y ayudo lo que pudo a su hermano a quitar la vestimenta a sus sobrinos para meterlos rápidamente en la tinaja que se llenaba,  Seokjin llamó a su esposo para que lo ayudará también y pronto esté apareció despertando a los niños que se encontraban felices de verlo, el pelinegro se apartó y fué a observar el ambiente familiar desde la puerta, sus sobrinos contaban todo con mucho entusiasmo y lujo de detallé a sus padres que los escuchaban con atención y mucho amor, desde lo que jugaron hasta la patética caída de Jungkook en la nieve, ahí Seokjin miró de manera preocupada a su hermano, Jungkook con una seña le aseguró que estaba bien, aunque sabía que no se conformaría con eso, prefirió dejar a la familia y fué hasta el sofá dónde se recostó lo más cómodo posible, su cabeza descansando en el borde del espaldar del mueble y extendiendo sus piernas, cuándo se sintió cómodo se permitió pensar en cierto rubio de ojos azules y labios rosados que tenía una sonrisa preciosa, Jungkook consideraba que se estaba ilusionando muy rápido, oh pero esa sonrisa valía la pena, estaba seguro.

—Esa sonrisa es bastante bonita —escuchó la voz de su hermano, no sé había percatado de que estaba sonriendo, abrió un poco sus ojos para ver que estaba a unos pasos suyos, con un suspiro se reacomodo para dejarle espacio a Seokjin quién se fué a sentar a su lado.

—¿Los terminaron de bañar?

—Oh si, Namjoon los está acostando para que duerman la siesta —respondió mientras se acomodaba en el sofá —Hablaban de un chico muy lindo que corrió para ver cómo estabas al caerte.

—¡¿Corrió?! —su pregunta salió con mucha incredulidad y emoción plasmada en su voz lo cuál le ganó una sonrisa pícara de su hermano mayor —Digo, no se hubiera molestado..

—Ajá... Pero si, eso dijeron los niños —Seokjin observó a su hermanito con preocupación maternal y colocó su mano en el pelo de Jungkook para acariciar sus hebras —No caigas tan profundo todavía conejito.

Jungkook miró con mucho amor a su hermano por el tono de sus palabras, había tanta preocupación mezclada con ternura y amor fraternal que estuvo a punto de saltarse en sus brazos cuál niño pequeño pero se conformó con arrimarse más a la mano que acariciaba sus pelos.

—Tranquilo hyung, sé que esa sonrisa valdrá la pena.


La nota do se escuchó en la habitación dando paso a las siguientes notas, la mano que controlaba la guitarra lo hacía de manera armónica, era una dulce melodía que iba acompañado de un tarareó bajo que seguía el ritmo, Jungkook se sintió conformé con lo que escuchaba a pesar de su nerviosismo producto del día que era, tachó nuevamente su cuaderno de composición y anotó las nuevas notas antes de perderlas de su memoria, ese día por fin daría un paso a una nueva relación.

Observó por la ventana cómo el aire primaveral azotaba las hojas verdes de los árboles, hacía cuatro meses desde el incidente en el parque en las épocas de invierno, cuatro meses de haber conocido a Jimin, a una persona demasiado linda para su propio bien.

Al día siguiente de haber acordado encontrarse para tomar café, Jungkook salió puntual para buscar al rubio siguiendo las indicaciones que le había dado, sin embargo ambos se encontraron a mitad de camino de sus casas, los dos se observaron con mejillas arreboladas y unas sonrisa tiernas, Jimin explico que sentía que Jungkook se iba a perder en el camino, posiblemente ahí empezó todo para Jungkook, caminaron hacía el centro comercial más cercano mientras charlaban, hablaron de todo y de nada, de sus gustos y sus estudios, Jimin era estudiante universitario cursando la carrera de danza, y Jungkook también era estudiante universitario pero de la carrera de música, se especializó en el área de composición, ambos se sentían atraídos por la carrera del otro, conversaban de manera animada y con sonrisas en medio, no tardaron en llegar al centro comercial y entrar en la cafetería, con café la charla fué más amena, Jungkook contaba chistes de vez en cuando para observar la linda sonrisa del rubio, se dió cuenta que tenía la costumbre de tapar con su mano dicha sonrisa cuándo no la podía aguantar y se prometió trabajar en ello, no quería sólo conformarse con el sonido, pero era poco a poco.

Luego de la plática, la comida y más café, el pelinegro acompañó a Jimin a su casa tanto para cerciorarse de la dirección cómo para alargar más la salida, le había gustado y deseaba repetir, cuándo llegaron al frente de la casa del hermano de Jimin intercambiaron números, asomaron la idea de más salidas para conocerse y ninguno objetó o dijo pero, Jungkook lo veía todo encaminado con Jimin.

Cuándo llegó a casa de Seokjin le pidió que lo alojará por más tiempo en su casa, porque la verdad era que no vivía con él, lo hacía con sus padres pero por épocas navideñas los papás de los hermanos habían hecho un viaje en pareja y habían dejado al menor con su primogénito, Seokjin no vió problema en tener a su hermanito más tiempo con él, iba a ser cómo tener un niño más, sólo que más alto, lo consulto con su pareja y tampoco objetó nada, un niñero grátis pensó, y los padres tampoco encontraron peros.

Y así habían pasado los meses para Jungkook, había hecho lo posible por ver sonreír a Jimin, dedicaba con mucha emoción sus tiempos libres al rubio y exploraba los centros comerciales con él, en esos cuatro meses había caído completamente enamorado de Jimin, se enamoró de cada gesto, de cada respuesta, de cada pequeño detalle que encontraba de su manera de ser, cómo lo rico que olía su perfume de vainilla o cómo cuándo no aguantaba sus ganas de reir fuertemente tapaba de manera sutil su boca, cuándo lo elogiaban sus mejillas se tornaban rosadas, pero cuándo Jungkook le decía que era bonito se tornaban rojas, o cuándo lo abrazaba su cabeza quedaba posada justo en su pecho, también cuándo le dió por primera vez un beso en la mejilla y ambos no podían contener su nerviosismo pero al mismo tiempo sus sonrisas risueñas los consolaban, después se volvió adicto a los cachetes del rubio.

Jungkook quería que Jimin fuera de él, quería hacerlo feliz, verlo sonreír.

—¡Jungkook, baja a ayudar o no recibo a nadie en la casa! —gritó Seokjin.

El grito fué suficiente para sacarlo de su ensoñación y recordarle su plan, ese día ambos chicos iban a presentar a sus hermanos mayores a cada uno, en realidad el pelinegro lo veía así, pero él sólo los había invitado a un almuerzo idea de Seokjin para conocer a Jimin, pero también vió la oportunidad perfecta para confesarse al rubio, había trabajado una semana entera en una canción hecha especialmente para el rubio que utilizaría para desahogar sus sentimientos.

Dejando su guitarra de lado bajó con rapidez para terminar de ayudar a su hermano, cómo estaban en primavera y el clima era fresco, Seokjin tuvo la idea de hacer el almuerzo en el patio dónde esté tenía un humilde jardín bien cuidado, armó la mesa y colocó los utensilios que iban a utilizar, también trasladó la comida de la cocina al patio, olía exquisito y agradeció que su hermano, al igual que él, quisiera generar una buena impresión.

—¡Ah, Kookie, pon ese tazón en está parte! —ordenó Seokjin a Jungkook y justo en ese instante sonó el timbre de la casa —¡Ve, ve, ve!, Yo termino aquí —rectifico su orden Seokjin.

Jungkook asintió a la orden y con paso nervioso atravesó la sala, sus sobrinos iban bajando junto con su cuñado que los había estado ayudando a vestir para la ocasión, los niños se unieron a Jungkook para abrirle a los invitados mientras Namjoon iba a terminar de ayudar a su esposo.

Con los niños flanqueando sus lados llegó a la puerta y con un respiro de animo la abrió, un rubio de ojos azules de mirada nerviosa conectaba con sus ojos, al instante una sonrisa muy bonita sustituyó todo rastro de nervios en esa hermosa carita de cachetes rojitos, Jungkook no pudo evitar devolverle una sonrisa grande, una que intentaba demostrar todo el amor que empezaba a sentir.

Su plan para que Jimin fuera suyo iba a comenzar.



3490k



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro