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scars to your beautiful, 2yeon

TW: desórdenes alimenticios. Escribí esto un poco de mi experiencia, así que por favor no lo tomen como norma ni completa realidad. Sentí la necesidad de hacerlo como parte de mi proceso de mejorar, y vaciar un poco de corazón aquí me ha dado algo de paz.

Si necesitan a alguien con quien hablar acerca de esto, mi dm siempre está abierto. No están solos<3

Espero que les guste, de corazón.


She just wants to be beautiful

Las sábanas son demasiado pesadas como para quitarlas de encima. Nayeon patalea un poco cuando su alarma suena, se levanta levemente para apagarla y no despertar a su compañera de habitación. Se apoya sobre uno de sus codos y la mira. Jeongyeon duerme abrazada a su conejo de peluche, como lo lleva haciendo desde que tenían catorce años y eran trainees. Nayeon se lo regaló por su cumpleaños como una broma. "Para que pienses en mí cada que lo veas", había dicho. No se imaginaba cuán lejos iban a llegar juntas, y tampoco se imaginaba que años después, Jeongyeon seguía siendo incapaz de separarse de ese muñeco.

Nayeon la mira y sonríe. Tan bonita, piensa. No lo intenta y es hermosa.

She goes unnoticed, she knows no limits

Sabe que Jeongyeon es preciosa, y es diferente. No, no es como Sana, que toda ella es sexy sin quererlo; o como Dahyun, que es tan tierna y delicada como una flor. Jeongyeon es diferente, tiene esa belleza que no sabe cómo describir con palabras, pero que logra enmudecer a todos cuando entra en una habitación. Nayeon lo nota desde hace unos dos años, y no sabe cómo sentirse al respecto. Ella quiere ser hermosa, ella quiere ser especial también. Sabe que cuando está al lado de sus amigas, los ojos no se posan en ellas, mucho menos cuando está con Jeongyeon.

She craves attention, she praises an image

Nayeon deja caer su cabeza en la almohada. Tan sólo lleva dos minutos despierta, pero siente que no puede más con sus pensamientos. Recuerda el día anterior, cuando en un programa de variedades ella bromeó con ser la más linda de Twice. Lo decía siempre, era un chiste interno con las chicas y los fans. No era que se sintiese así, de hecho, Nayeon pensaba que era la menos especial de todas las chicas. Sus dientes demasiado grandes, sus ojos demasiado chicos, su cara demasiado redonda, sus pechos demasiado pequeños, sus manos demasiado grandes. La broma era su forma de camuflar ese pequeño dolor que tenía dentro, y nadie parecía notar. Sin embargo, el día anterior, el conductor del programa se rió de ella por ser la mayor, y comentó que probablemente iba a envejecer ya. Nayeon se había reído porque sabía que no era en serio, pero las palabras no dejaron de dar vueltas en su cabeza, y la siguieron durante todo lo que quedaba del día. ¿Y si realmente me veo mayor que las demás? ¿Por qué no puedo ser tan joven como Tzuyu? ¿Se me notan arrugas en los ojos?

Cuando llegó a su dormitorio, se tomó selfies y las compartió con fans por Bubble. Sólo quería que alguien le dijera que estaba equivocada, que en realidad sí era bonita. A los pocos minutos se arrepintió, mientras más veía las fotos, más defectos les encontraba. Reuniendo fuerzas, decidió dejar de darle vueltas y fue a dormir.

She prays to be sculpted by the sculptor

Con cuidado, baja los pies de la cama. El cuerpo le pesa. Siente que es un gran esfuerzo dirigirse al baño, pero lo logra. Lo primero que hace es levantarse su pijama y mirar su abdomen en el espejo. Aunque sabe que es imposible, quiere comprobar que sus abdominales siguen ahí. Se inclina un poco, gira y analiza cada centímetro de piel cuidadosamente. Suspira. Piensa en Dahyun, quien parece tener la cintura más pequeña cada día sin realmente hacer algo al respecto; y piensa en  Momo, y en cómo ella come todo el tiempo y aún así tiene el cuerpo perfecto. Exhala fuertemente, y regresa su pijama a su lugar. No quiere ver más.

°

She don't see the light that's shining

La noche anterior, Jeongyeon había llegado de trabajar mucho más tarde que ella. Luego de unos meses de haber vuelto de su hiatus quería sorprender a sus dedicados fans con un Melody Project, y de esta manera agradecerles por haberla esperado. Dejó sus zapatos en la puerta, con cuidado, y entró sin hacer ruido en la habitación que compartía con Nayeon.

Eran ya las dos de la mañana. Nayeon debía de estar dormida desde hacía ya rato, se levantaba muy temprano a hacer ejercicio antes de comenzar con sus actividades. La mayor había adoptado ese hábito desde hacía unos meses, lo que en un inicio fue muy extraño para todas. No era alguien a quien le gustase hacer deporte, de hecho, había que llevarla casi a rastras a la sala de prácticas cuando no estaba de buen humor. A veces sacaba provecho de esto para que Jeongyeon la lleve en brazos, lo cual nunca significó una molestia para la menor.

Deeper than the eyes can find it

Jeongyeon se acercó con cuidado a la cama de su compañera, y comprobó que sí estaba dormida. Tenía el celular en la mano, y se había destapado ligeramente. Su cabello le cubría un poco el rostro, y se movía cada vez que respiraba. Jeong sonrió. Nayeon estaba tan linda como siempre. La menor se sentó a su lado y la miró por un momento. Tenía la costumbre secreta de mirarla dormir. Era algo que le traía muchísima paz, y el único momento en el que se permitía observar cada detalle de la mayor sin terminar avergonzada. Para ella, Nayeon era perfecta. Desde siempre había considerado a su amiga la persona más linda del planeta, con sus mejillas adorables y su sonrisa de conejito. Le encantaba cuidarla y mimarla, sentía que era una persona especial que necesitaba proteger de todo daño. Jeongyeon no podía explicar el por qué de sus atenciones especiales con su amiga, y en más de una ocasión había terminado sonrojada cuando alguien lo hacía notar, pero todo valía la pena cuando recibía cariños y sonrisas tiernas de recompensa. Para sorpresa de todos, el afecto era mutuo. Nayeon adoraba las atenciones que recibía de la menor, quien siempre lograba sacarle una sonrisa genuina y convertirla en un manojo de nervios. La hacía sentir querida y especial. Cuando al año de conocerla la comenzó a llamar bunny, Nayeon no podía ser más feliz.

Maybe we have made her blind, so she tries to cover up her pain

Jeongyeon la observó en silencio. Había sido un día duro para Nayeon, y se lamentaba no haber llegado a tiempo para compartir un rato con ella antes de dormir. El día había sido realmente agotador. Por la tarde se habían presentado en un programa de variedades, y la mañana fue ocupada enteramente en tomar las fotos para una de las versiones de su nuevo álbum. Nayeon recibió un top con mangas transparentes y ceñido al cuerpo, y unos shorts tal vez demasiado cortos (según Dahyun), pero la mayor no tuvo problemas en aceptarlos. Ella era una de las integrantes que usualmente recibía la ropa más pequeña, y había aprendido a lidiar con ello. 

Tardó un poco más de lo esperado en vestirse, por lo que Jeongyeon fue enviada a buscarla. Luego de revisar los camerinos y tocar puertas sin recibir respuesta, escuchó un suspiro. Despacio, empujó la puerta. Nayeon se miraba frente al espejo, girando, tratando de acomodar su ropa. La recién llegada se quedó sin aliento. Se veía increíble. Pero había un detalle, que hizo que sus pensamientos pasen a preocupación rápidamente: también se veía realmente incómoda.

—Bunny, ¿todo bien?

Nayeon volteó a mirarla y le regaló una sonrisa dulce. Sus ojos se veían apagados, y tenía las manos en el borde del short, tratando de llevarlo un poco más abajo.

—Sí, Jeong. Salgo en un minuto.

—¿Estás segura? Si es por la ropa sabes que podemos pedir un cambio...

La mayor la interrumpió. 

—No, déjalo así. Siempre ha sido así, está bien.

—No tienes que hacerlo por el resto, Nay.

—Es lo que me toca. A Sana también, y nunca dice nada. Está bien, puedo con esto. Es lo que me toca para gustarle a los fans y ser bonita —suspiró, y tomó su celular de la pequeña mesa de la habitación—. Vamos, ¿sí?

And cut her woes away

Apenas llegaron al set, Nayeon se transformó. Corrió a darle un abrazo a Momo, quien la empujó sobresaltada, para luego reír. Las demás chicas la miraron de arriba a abajo, y Nayeon dio una vuelta para ellas, modelando, para luego lanzarles un beso. Sana actuó como si se desmayara, y todas rieron. Jeongyeon las observó en silencio, sabiendo que fingía. Sabía que actuar coqueta era la forma que la mayor tenía para ocultar sus sentimientos y mostrar seguridad frente a los demás. Las demás no lo notaban, pero Jeong la conocía más que a nadie, y sabía que el abrazo que le estaba dando a Chaeyoung no era casual. Nayeon estaba intentando ocultar su cuerpo.

'Cause covergirls don't cry after their face is made

Jeongyeon la observó dormir un poco más, mientras pensaba en lo que había sucedido esa mañana. Se veía en paz, tan linda, tan tierna. Realmente parece un conejito, pensó la menor. 

Luego de unos minutos, se puso de pie. Con cuidado de no despertarla, acomodó sus sábanas y la tapó adecuadamente, le quitó el celular de la mano y lo dejó sobre la mesa de noche, y finalmente, le retiró el cabello del rostro y se inclinó para darle un beso en la frente. Fue ahí cuando lo notó. Nayeon tenía lágrimas secas en las mejillas. Había llorado hasta quedarse dormida.

A Jeongyeon se le estrujó el corazón. Sabía que lo ocurrido en la mañana la había afectado, pero no pensó que seguiría pensando en ello. Sin hacer mucho ruido, tomó el celular de la mesa de noche y lo desbloqueó. Ambas tenían sus huellas grabadas en el celular de la otra, por lo que el acceso nunca estuvo prohibido. Cuando la pantalla se prendió, mostró lo último que había estado viendo antes de dormir. Eran una serie de fotos que Momo le había tomado para poder subir al twicetagram, como ya era costumbre cada que tenían una grabación o sesión de fotos. Sabía que Nayeon había estado escogiendo, siempre pedía que le tomen por lo menos cien fotos para poder quedarse con sus favoritas. Sin embargo, las sonrisas de esas fotos eran fingidas. Con dos dedos, Jeongyeon amplió la foto y lo vio en sus ojos: Nayeon estaba conteniendo las ganas de llorar.

°

She has dreams to be an envy, so she's starving

Nayeon tiene hambre. No ha desayunado esa mañana, ni ha cenado el día anterior. De hecho, no ha desayunado ni ha cenado más de tres veces en los últimos cinco meses. Su estómago ruge y se marea cada que se sienta, pero cada que siente la presión de estar vacía por dentro, se felicita mentalmente y presiona sus manos en su abdomen, sintiendo que con el hambre, su cuerpo se está comiendo todas sus imperfecciones.

Es incapaz de mirar las presentaciones de su último comeback. Cada que piensa en ello, recuerda a sus amigas tan lindas, tan perfectas, tan delgadas. Nayeon se compara con ellas y se siente enorme. Ella quisiera tener las piernas delgadas de Chaeyoung, la estrecha cintura de Dahyun, las facciones finas de Mina. Nayeon se mira al espejo y presiona sus mejillas. Ha intentado de todo, pero siente que a pesar de sus esfuerzos, su rostro no ha cambiado. Ahora se le marcan los huesos de las clavículas, de la frente, de los hombros y las costillas, pero sus mejillas siguen ahí, intactas, recordándole día a día que no puede controlarlo todo. Que no es perfecta.

You know, covergirls eat nothing

Seis meses atrás habían tenido una sesión para la portada de la revista más famosa de Japón. Seis meses atrás, Nayeon era más feliz. Estaba emocionada, se pasó la mañana entera con Jeongyeon seleccionando posibles vestuarios. La menor tenía la cualidad de hacer feliz a Nayeon en cualquier momento, sin siquiera intentarlo. Tenían una conexión especial, y el resto de Twice lo notaba, pero nunca habían hablado de ello. Simplemente era algo que todos sabían, Nayeon y Jeongyeon matarían por la otra, se amaban más que a nadie en este mundo, se montaban pequeñas escenas de celos infundados que terminaban en eternos sonrojos, y sólo encontraban paz en la cercanía física de la otra. Nunca habían discutido sobre el estatus de su amistad, y en más de una ocasión se habían quedado mudas de vergüenza cuando un entrevistador o fan curioso les había mencionado el 2yeon, pero tampoco habían pensado a profundidad lo que la una significaba para la otra.

Luego de un día entero preparándose para la sesión, Nayeon regresó cansada y hambrienta. Era ya la media noche y tenía que levantarse en menos de seis horas para estar lista para la sesión. Con algo de música, entró a la cocina y se preparó un par de sándwiches con queso. Se sentó frente al televisor, y no pasaron más de diez minutos cuando Sana entró al lugar, con el cabello despeinado y su celular en la mano.

—¿No duermes?

Sana sonrió levemente, con los ojos un poco cerrados.

—No podía. Tengo hambre.

—¿Quieres que te prepare uno de estos? —ofreció la mayor.

Sana suspiró.

—No, Nayeon unnie, gracias. No puedo comer ahora. Amaneceré hinchada, y saldré terrible en las fotos. Ya tendrá que ser mañana.

Nayeon no dijo nada. Sana se recostó a su lado en el sofá, y la mayor aprovechó para mirarla sin que se diera cuenta. Sana era delgada y tonificada, su abdomen plano y su cintura pequeña. Nayeon la observó minuciosamente, y luego bajó la mirada hacia su propio abdomen. Si bien era delgada, no se veía en nada como Sana.

Con mucha fuerza de voluntad, dejó la comida a un lado, y enfocó su mirada en el televisor, esperando que el ruido de la película la haga olvidar el hambre.

She says, beauty is pain and there's beauty in everything. What's a little bit of hunger?

Había pasado seis meses desde ese momento, pero algo cambió en Nayeon. Estaba decidida a hacer algo por ella misma, por sentirse igual que las demás. No quería pasar por otro momento en el que se sintiera menos hermosa que sus amigas. No sabía cómo cambiar su imagen, pero la conversación con Sana había despertado una idea en ella.

¿Qué es un poco de hambre?

Nayeon se levantaba a las seis de la mañana a fingir que desayunaba. Cocinaba un huevo, dejaba caer la mitad por el lavabo, le daba el resto a Boo. Ensuciaba el tenedor para hacer parecer que había comido. Y luego se iba a la sala de baile.

Comenzó a bailar treinta minutos extra al día. Tal vez así pierda algo de peso, pensó. Y durante el primer mes, dio resultado. La ropa le quedaba más grande. Su cintura se había reducido. Se sentía ligera, se movía a todas horas, sus mánagers la felicitaron porque la veían preocupada por su figura.

Esa media hora se convirtió en una hora, y luego en dos, y luego en tres. Después de eso, Nayeon dejó de almorzar. Le era cada vez más difícil moverse, sentía que cada músculo le temblaba tan sólo al caminar, pero en ningún momento detuvo su ejercicio. Cada vez que sentía que no podía más, se miraba al espejo. Analizaba cada centímetro de su cuerpo, lo veía más pequeño, empezaba a sentir sus huesos. Y eso para ella valía la pena.

I could go a little while longer

Jeongyeon sabía que algo no iba bien. De repente, todos los vestuarios de Nayeon habían tenido que ser recortados, porque eran extremadamente grandes para la chica. Sus desayunos compartidos habían desaparecido, se veía cansada la mayor parte del tiempo, sus conversaciones nocturnas se convirtieron en silencios ausentes, y la última vez que le compró un postre de sorpresa, Nayeon se puso furiosa y se fue al dormitorio de Jihyo y Tzuyu. Jeongyeon no entendía lo que había pasado, ya que los postres siempre habían sido su forma de mimarla. Tenía la costumbre de sorprenderla con su dulce favorito, y la mayor la recompensaba con un beso en la mejilla y su famosa actitud de bebé, que sabía que la derretía . Muchas veces terminaba sentada sobre sus piernas, con el rostro escondido en su cuello, mientras la menor la abrazaba y acariciaba su cabello. Ambas eran especiales la una para la otra, y por eso a Jeongyeon le dolía el repentino cambio de Nayeon.

Estaba demasiado preocupada. No quería indagar mucho en el tema, pero sabía que las chicas también lo habían notado, y estaban esperando a que ella dé el primer paso. Mina llevaba muchos días insistiéndole, pero Jeong no sabía cómo enfrentarse a la realidad. Nayeon le preocupaba, y sentía que se estaba desvaneciendo justo frente a sus ojos, mientras ella era incapaz de intervenir. La noche anterior había tenido una conversación larga con Jihyo sobre lo que harían con la mayor. Jeongyeon le había pedido a la líder que sea ella quien converse con Nayeon, o que vaya a acusarla con JYP, pero Jihyo sabía que eso lo único que lograría era perderla más. Sentía la presión de todo el grupo sobre sus hombros, y confiaba en que Jeongyeon podría romper primero el escudo de la mayor. Todas las chicas sabían que era la única con la que se mostraba vulnerable, la primera persona a la que recurría cuando las cosas no iban bien, y que finalmente, a ojos de Jeong, Nayeon era una princesa. Sabían lo mucho que le dolía verla tan distante, y con ello sabían también que probablemente era el nexo indicado para que la mayor acepte ayuda.

Esa mañana, Jeongyeon ha sentido a Nayeon levantarse e ir al baño, pero fingió que aún dormía. Lleva ya diez minutos en completo silencio, aguantando la respiración, tratando de tomar el valor para ir detrás de la mayor. Escucha el agua correr durante un minuto, se está lavando los dientes. Y luego, silencio. Pasa uno, dos, cinco minutos más. Jeongyeon no puede más y se levanta, tratando de no hacer ruido.

Ella sabe que Nayeon nunca estuvo muy conforme consigo misma. Desde que eran pequeñas solía compararse con otras trainees, y se sentía muy insegura cada que una nueva chica llegaba y robaba la atención de los ejecutivos. Nayeon sólo quería cumplir su sueño, y sabía que para ello, ser bonita era uno de los caminos más importantes. Sin embargo, nunca había parecido resultar un gran problema para la mayor, más allá de algunos comentarios y ocasionales bajones de ánimo. Es por ello que Jeongyeon siente que se desmaya cuando entra al baño y ve a Nayeon parada frente al espejo, observando su estómago. Más pequeña que nunca. Tan frágil como un pajarito, pensó, y los ojos se le llenaron de lágrimas. No sabía en qué momento había llegado tan lejos. Mi bunny. Mi princesa.

Insegura de qué hacer, pero sabiendo que no podía dejarla seguir así, da un paso al frente y con mucha suavidad, trata de poner una mano en su cintura. Nayeon la ve a través del espejo, y sus ojos se abren, reflejando pánico puro. Casi inconscientemente aparta la mano de la otra chica de un golpe, evitando que la llegue a tocar.

—No, Jeong.

—Bunny...

Nayeon se gira y pasa todo su cabello al frente, tapando su cuello. Jeongyeon se toma el tiempo para mirarla detenidamente luego de muchos días. La chica que tiene en frente es la sombra de lo que alguna vez fue. Los ojos caídos, el cabello delgado, las muñecas finísimas. Muy despacio, para no asustarla, alcanza su mano. Esta vez, la mayor se deja. Jeongyeon la toma entre las suyas. Está helada. Sus uñas están azules. Nayeon nota la mirada de su amiga e intenta quitar la mano, pero Jeongyeon la sostiene más fuerte.

—Jeong, no hagamos esto, por favor —su voz no es más que un susurro.

—¿Qué pasó?

—Nada, estoy bien. En serio. Sólo he estado entrenando un poco más, estoy cansada, eso es todo.

—Nay, no estás bien. ¿Te has visto al espejo?

Los ojos de Nayeon se llenan de lágrimas.

—Basta. Me tengo que ir.

—No tenemos actividades hasta las dos de la tarde.

—Voy a ir a practicar.

—¡Nayeon, basta! ¿Te estás escuchando? ¡Son las seis de la mañana! 

—No lo entiendes. Necesito ir. Mañana tenemos un evento y no podré bailar por la mañana. Necesito hacerlo ahora.

Jeongyeon está temblando, no sabe qué hacer. No sabe si llamar a Jihyo, o a su mánager, o a emergencias. Confundida, la jala contra su cuerpo y trata de abrazarla. Nayeon se pone tensa al instante, y trata de pegar lo más posible sus brazos a su cuerpo, para que no pueda tocarla.

—Bunny, por favor —susurra Jeongyeon, con la voz quebrada, al sentir a la mayor tan pequeña contra ella—. Ya fue suficiente. 

—No. Aún no. Puedo mantenerlo por un tiempo más. Tengo que hacer ejercicio, me gusta hacerlo. Me gusta lo que estoy consiguiendo.

Nayeon se safa como puede de los brazos de su amiga. Trata de evitar su mirada. La menor está llorando. Se siente impotente, y a la vez, se siente culpable. Sabe que toda la vida ha cuidado de Nayeon, que desde hace años siempre han sido ellas dos, y siente que le ha fallado, siente que la ha abandonado y ha permitido que se haga daño. 

La mayor, por su lado, está abrumada. Su cabeza da vueltas, reclamándose por haber dejado la puerta del baño abierta. Está temblando también, porque tiene frío, y porque sabe que ha llegado a un punto en el que ya no puede escapar. Está asustada, pero sobre todo, tiene miedo de soltar todo lo que lleva creando en estos últimos meses. Tiene miedo de volver a ser como antes, de olvidar los hábitos, de odiar aún más su cuerpo, de levantarse cada día y odiar su reflejo. Su mente da vueltas, y quiere gritar por ayuda, pero no se siente lista para recibirla. 

Jeong, ¿no te das cuenta que tengo miedo de perder el control?

Ambas chicas se han quedado en silencio, respirando pesadamente. Jeongyeon reúne el valor y la mira una vez más.

—Déjame ayudarte. Haré lo que sea, por favor. Sólo quiero a Nayeon de vuelta. Esta no eres tú, bunny.

Nayeon suspiró, nerviosa. Todo este tiempo ella supo que lo que hacía era insostenible a futuro. Sabía que iba a llegar un momento en el que tenga que dejarlo ir, pero no estaba dispuesta a ceder tan rápido. No cuando en el espejo veía su cintura pequeña, no cuando días atrás se había probado una falda de Dahyun y le había quedado grande. Se sentía orgullosa, sentía que tenía el poder. Aunque todo ese éxito se desvanecía cuando las fuerzas se le iban tras subir escaleras, y perdía cabello cada que se pasaba el peine por la cabeza. Cuando todo el día pensaba en comida, y en los números que llenaban su mente y ocupaban hasta la última pizca de energía que producía.

Pero no estaba lista para cambiar.

—Esta soy yo ahora, Jeongyeon.

Como puede, empuja a su amiga de la puerta y sale del baño. Jeongyeon se queda sola, y su mirada se dirige al estante que comparten. Cepillos, pasta de dientes, perfumes, jabones, toallas higiénicas. Y es ahí cuando se da cuenta.

Nayeon no ha usado ninguna desde hace cuatro meses.

She fades away.

°

But there's a hope that's waiting for you in the dark

La música suena tan fuerte que podría llegar a incomodar, pero a Nayeon no le importa. Lleva cuarenta minutos sin pausa repasando la última coreografía. En realidad, no la está repasando como debería. La repite una y otra vez, tratando de hacerlo con fuerza, sintiendo cómo sus músculos se estiran y cómo sus rodillas piden a gritos un descanso. Pero a Nayeon no le importa, está cansada, agitada, pero ha hecho ejercicio, y eso es suficiente para ella.

Cuando se va a cumplir una hora siente que no puede más, y apaga la música. Se deja caer en el sillón, tira la cabeza hacia atrás y cierra los ojos. Su estómago ruge nuevamente, y se asusta. Entonces piensa que ha trabajado duro y se lo merece, así que saliendo de ahí irá por un plátano y un café. Tal vez medio plátano, se corrige. Sabe que a Tzuyu le encanta la fruta, así que esperará a encontrarse con ella para ofrecerle la mitad. Sabe que no se va a negar.

El recuerdo del encuentro con Jeongyeon no la deja tranquila. No ha podido dejar de repetir el momento una y otra vez en su cabeza. Tal vez ya le dijo a Jihyo, piensa. Tal vez ya le dijo a la mánager. Nayeon tiene miedo de ser descubierta, de lo que podría pasar después. Sabe que ha llegado demasiado lejos, pero es por eso mismo que teme tanto que alguien la detenga. Tiene miedo de perder el control luego de tantos meses, que alguien más comience a decidir por ella. También está el hecho de que está su trabajo de por medio. Sabe que podrían mandarla a unos meses de descanso, pero no está dispuesta a aceptarlos. No quiere soltar su rutina.

Pero hay algo más. Está el hecho de que siente que ha decepcionado a Jeongyeon, y tiene miedo de que no la vaya a querer más. La ha evitado en las últimas semanas, solamente porque no quería que tenga el tiempo suficiente como para observarla a detenimiento y darse cuenta de que algo pasaba. Y ahora, luego de la pelea de la mañana, Nayeon siente que podría perderla por completo, y eso es más de lo que puede soportar. Ya se ha perdido a ella misma, no podría seguir si Jeong se rinde con ella.

Lo que no sabe es que la menor la ha seguido hasta la sala de ensayos, y lleva todo ese rato mirándola a través de la pequeña ventana en la puerta. Cuidándola de lejos.

You should know you're beautiful just the way you are

Jeongyeon entra despacio a la sala, tal y como hizo en la mañana. Nayeon está recostada sobre el sillón, mirando su celular. Se acerca a ella, dándole vueltas a lo que piensa decir, sintiendo que no está preparada pero a la vez con la firme convicción de que necesita ayudarla, cueste lo que cueste. 

—Nay.

La mayor se sobresalta y se levanta de golpe. Inmediatamente, la vergüenza la invade. Lamenta haberla tratado mal en el baño, pero tampoco quiere que intervenga en su manera de manejar las cosas.

—No deberías estar aquí.

—Tú tampoco.

Nayeon suspira y se da la vuelta. Jeongyeon gira alrededor de ella, tratando de evitar que rompa el contacto visual.

—Sólo quiero entenderlo.

—No te metas, por favor.

—No te voy a obligar a nada. Vamos a hablar, y luego decidirás lo que quieres hacer. Pero quiero saber lo que estás pensando, bunny.

—No lo entenderías. No hagamos esto, por favor.

—Déjame intentarlo.

Los ojos de Nayeon se llenan de lágrimas. Niega con la cabeza y comenzcomienzaó a recoger sus cosas.

—Se me está haciendo tarde, debo ir a bañarme y pasar por Tzuyu después.

—Nay, por favor. Todas estamos preocupadas —estira su mano hacia ella y la agarra del brazo. Nayeon se tensa.

—¡Estoy cansada de nunca ser suficiente! ¿Eso era lo que querías? Sí, estoy harta de no ser igual de linda que las demás. Estoy harta de odiar cada parte de mi cuerpo. Estoy harta de ser la que más se esfuerza por cambiar, y que nunca logre nada. ¡Estoy cansada de esta mierda de vida, y me odio, y ya no me importa lo que suceda conmigo!

Nayeon rompe a llorar. Las lágrimas caen sin que ella pueda evitarlo, y pronto se encuentra sollozando con fuerza. Lleva seis meses guardando esas emociones para sí misma, y ahora que alguien ha intentado tocarlas, han salido todas a la vez y sin control. No se reconoce. Está cansada, y está asustada. No puede dejar de temblar, y deja caer todo su peso sobre Jeongyeon cuando esta se acerca y la sostiene entre tus brazos.

—Perdón —susurra la mayor con la voz cortada—. Nunca planeé esto.

Jeongyeon enreda sus dedos en el cabello de la mayor y suavemente la inclina para que pueda apoyar la cabeza en su pecho. Con el otro brazo la rodea fuertemente, cargando con todo su peso, evitando que se caiga. Nayeon está completamente indefensa, llorando con fuerza, ahogándose en su propio llanto y temblando contra el torso de la otra chica.

—Quisiera que te vieras a través de mis ojos, bunny.

And you don't have to change a thing, the world could change its heart

Con delicadeza, Jeongyeon acaricia la cabeza de la mayor. Está asustada también. Nunca la había visto tan vulnerable, y no sabe qué hacer para ayudarla. Se siente impotente, y desea con todo su corazón que Nayeon pueda entender lo hermosa que siempre ha sido.  Sin embargo, sabe que lo mejor que pueda hacer por ella ahora mismo es sostenerla y dejarla llorar, y es eso mismo lo que hace por diez minutos seguidos. La mayor no puede dejar de temblar, así que Jeongyeon la consuela con pequeñas caricias en su cabello y hombros, hasta que finalmente el llanto se apaga y se convierte en pequeños sollozos entrecortados.

Ambas se quedan en silencio. Nayeon tiene todo el peso de su cuerpo sobre su amiga, y  no hace nada por levantarse. Está completamente agotada, no sabe qué decir ni qué hacer. Se ha rendido, y tiene miedo de lo que vaya a pasar a partir de ese momento. De repente, se siente pequeña, quiere huir y esconderse, pero a la vez se siente infinitamente segura en los brazos de Jeongyeon, y desea perderse ahí para siempre.

Cuando la menor siente que comienza a cansarse, toma a la otra chica de la mano y la dirige hacia el sillón. Jeongyeon se sienta sobre este, y Nayeon se sube en sus piernas y se abraza a su cuello. Jeongyeon se enternece y la sostiene como a un bebé, mientras escucha aún uno que otro sollozo.

—Perdón —repite la mayor.

—Perdóname tú, Nay, por haberte dejado llegar a esto. Perdóname por no darme cuenta antes.

Nayeon levanta la mirada y mira a su amiga a los ojos. Su rostro está rojo e hinchado por el llanto, y expresa miedo profundo. 

—No sé que hacer —susurra—. No sé cómo detenerme. No sé si quiero hacerlo.

La menor aprieta su agarre alrededor de Nayeon. No sabe exactamente qué hacer, pero lo que tiene claro es que daría lo que fuese por lograr que su princesa sea feliz de nuevo. Acaricia su cabello con delicadeza, hasta que la respiración de la mayor se estabiliza y la escucha suspirar.

—Bunny, sé que tal vez no creas lo que te digo, pero necesito que me escuches. Nunca fue necesario que cambies. Siempre has sido hermosa, siempre, desde el día en que te conocí e incluso ahora, porque sé que debajo de esta coraza está la Nayeon que conozco, la Nayeon que nos hace felices a todos.

Nayeon niega con la cabeza.

—Lo dices porque me quieres. Pero no soy hermosa. Todas ustedes son mucho mejores que yo, en todo. Yo sólo intentaba sentirme aunque sea un poco como ustedes. Mis piernas no son tonificadas, y no tengo la cintura tan pequeña, soy plana, mis ojos son demasiado chicos y odio mis dientes y mis mejillas. Todas son perfectas y yo no veo más que defectos en el espejo.

—Lo digo porque es verdad. Las ocho te adoramos y te admiramos, y creemos que eres preciosa tal y como eres.

Nayeon suspira y deja caer su cabeza nuevamente en el pecho de Jeongyeon. La menor la abraza por unos segundos, y luego saca su celular de su bolsillo y abre una nota.

—Hicimos esto para ti. Fue idea de Sana, en realidad. Ella lleva un tiempo creyendo que algo que dijo te hizo sentir mal, y siente que te ha causado inseguridades, así que nos pidió hacer esto. Planeaba dártelo impreso, pero bueno, pasó esto.

Sostiene el teléfono frente a Nayeon para que pueda leer sin tener que moverse. La mayor se pasa una mano por los ojos para quitar el rastro de lágrimas, y comienza a leer.

Todo lo bello que hay en Nayeonnie <3

Nayeon unnie tiene la sonrisa más tierna del mundo, y los ojos más lindos que existen. Sus brazos son increíblemente fuertes, pero sobre todo, tiene el corazón más grande que he conocido, y siempre logra que las miembros seamos felices a su lado. Es la única persona que siempre está dispuesta a recibir mis muestras de cariño, sin importar el momento, y eso hace que me sienta segura a su lado. -Sana

Mi peach sister tiene la mejor presencia escénica que he visto. Ni siquiera sé si lo intenta, o incluso si se da cuenta, pero en cada escenario atrae absolutamente todas las miradas. No es sólo cuando nos presentamos, en realidad, es a donde vaya. Tiene la misma energía que la de un ángel, y es imposible no encontrarla encantadora. Además, es la mejor confidente del mundo, y la razón principal por la que siento a Corea como mi casa. -Momo

Nabongs<3 es muy hermosa y la he admirado desde que entré a JYP. Tenía 13 años y me intimidaba por todo y todos, pero Nayeon unnie me hizo sentir bienvenida desde el primero momento, y cuidó de mí todos los años, incluso hasta ahora. También es muy bonita, se ve increíble cuando baila, espero algún día ser como ella. -Chaeyoung

Sin Nayeon unnie no podría ser la líder de Twice. Aunque sea nuestra fake maknae, sé cuánto se preocupa por el bienestar de todas. Siempre recurro a ella cuando no sé qué hacer, y realmente es la mejor hermana mayor que Twice podría tener. Su sonrisa nos ilumina a todos, ha sido un sol en mi vida desde que comenzó a entrenar, y estaré eternamente agradecida por ello. -Jihyo

Desde siempre he querido ser como Nayeon unnie. El primer día que llegué a JYP quedé tan asombrada por su belleza que me sentí intimidada, pero a la misma vez, la admiraba demasiado. Hasta el día de hoy lo hago, en cada cosa que preparo busco ser como ella, con toda la dedicación y talento que tiene. Durante Sixteen sólo podía pensar en lo bonita que era Nayeon y que ojalá fuese como ella. Me sentía sola, pero ella me acogió como a una hermana menor. -Mina

Nayeonnie es mi ideal de belleza, sin exagerar. Siempre he querido tener las proporciones que tiene, y su tono de piel, y la capacidad de verse bella sin siquiera intentarlo. Sobre todo, es graciosa y tierna al mismo tiempo, quisiera ser más como ella. Es la mejor unnie y siempre está para mí cuando necesito un abrazo o unas palabras de aliento. -Dahyun

La seguridad frente a las cámaras que tiene Nayeon unnie es algo que realmente admiro, y lo tengo como ejemplo a seguir. Siempre he pensado que es un poco injusto ser la visual, cuando su encanto es mil veces mayor que el mío. Sé que no soy muy expresiva con las miembros, pero quiero mucho a Nayeon, me aconsejó y cuidó desde que entré a JYP y era pequeña, y eso es algo que voy a valorar toda la vida. -Tzuyu

Nayeon termina de leer y se seca un par de lágrimas que habían caído. Nunca imaginó que las chicas pensaran así de ella, y mucho menos que la tuvieran de ejemplo a seguir. Al ser la mayor, siempre sintió la necesidad de velar por el bienestar de las miembros, pero nunca consideró el efecto que podría tener en ellas.

Jeongyeon llama su atención dándole un beso protector en la frente. La mayor se sonroja, y levanta su mirada hacia ella.

—Falta una —dice tímidamente. La menor ríe.

—Lo sé. Quería decírtelo en persona.

Nayeon la mira, expectante. De repente, Jeongyeon se siente tímida. Baja un poco el rostro para tratar de disimularlo, pero sólo resulta en una expresión adorable, lo que no pasa desapercibido por la mayor.

—Bunny, aunque toda la vida he intentado demostrártelo, creo que jamás te he dicho todo lo que significas para mí. Y quiero empezar pidiéndote perdón por eso, porque he fallado en hacerte sentir querida y especial —se interrumpe y suspira, armándose de valor para continuar—. Para mí, eres la mujer más linda del mundo. No lo digo por decir, en serio lo pienso. Todo de ti es precioso, hasta los pequeños detalles. Quisiera que puedas verte a través de mis ojos, apreciar la forma en la que se ponen tus mejillas al reír, o la manera que tienes de caminar, o cómo mueves tu cabello y cierras tus ojos. Toda tú eres perfecta, Nay, y sé que ahora mismo no lo ves así, pero quiero ayudarte a intentarlo —Jeongyeon toma una de las manos de su amiga, y entrelaza sus dedos con los de ella—. No miento cuando digo que haría lo que fuera por verte feliz de nuevo. Eres todo para mí, eres la persona que ha hecho posible que no me rinda todos estos años. Y quiero estar a tu lado siempre, porque haces del mundo un lugar mejor. Perdóname si te he fallado, pero prometo nunca más dejarte sola —siente que Nayeon se mueve, y levanta la mirada para verla a los ojos—. En las buenas y en las malas, como nos lo prometimos a los quince años. Seré sincera, tampoco estoy muy segura de cómo solucionar esto, pero sólo necesito que digas que sí y daré todo de mi parte, voy a apoyarte en cada paso que des. Por favor.

Las lágrimas amenazan con salir nuevamente de los ojos de Nayeon. Tiene miedo, pero sabe que el daño que está causando es mucho peor. Sabe que puede confiar en Jeongyeon, que en sus brazos está segura. Suspira, y asiente. La menor la abraza con más fuerza, y siente el deseo de quedarse en ese abrazo, su lugar seguro, para siempre.

—Te amo, bunny —susurra Jeongyeon. El corazón de Nayeon da un salto, y la invaden paz y calidez que inundan su cuerpo entero. No es momento de detenerse a pensar en los términos de su amistad con Jeongyeon, pero esas palabras la hacen confirmar que su corazón no se equivoca, y sonríe.

—Yo también te amo, Jeong.

No scars to your beautiful
We're stars and we're beautiful

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