first kiss, dahmo
El silencio no era incómodo. Me encontraba parcialmente echada sobre mi mejor amiga, mientras mirábamos videos en mi celular. Nos gustaba pasar el rato juntas de esta forma, recostadas en mi cama o la suya, viendo alguna cosa en internet, comiendo dulces o simplemente conversando. Momo y yo éramos mejores amigas desde los diez años. Éramos la clase de mejores amigas que todo el mundo estaba convencido de que eran pareja, y más aún después de que ambas, en diferentes momentos, habíamos reconocido que estábamos dispuestas a tener una relación con una chica. Sin embargo, nosotras nunca nos vimos como algo más. Momo era mi lugar seguro, la persona en la quien más confiaba y con quien me permitía ser yo misma. Disfrutaba mucho de la confianza que teníamos, la cual se traducía en cercanía y afecto físico. Esto último era lo que más confundía a los demás acerca del estatus de nuestra amistad, pero nosotras sólo nos reíamos cada que alguien cuestionaba si realmente no éramos pareja, o por lo menos si no estaba en nuestros planes serlo.
Si bien ya estábamos más de cuarenta minutos mirando aquel documental de la cantante favorita de Momo, yo no me podía concentrar. Tenía una idea dando vueltas en mi cabeza desde hace ya varias semanas, y aunque sabía que Momo era la única a quien le podía pedir aclarar mis dudas sin morir de la vergüenza, no me atrevía a hacerlo. Ahora, la botella de vino que nos habíamos tomado entre las dos estaba haciendo efecto, y el ligero alcohol en mi sangre hacía que mi valentía para hablar aumente un poco. Toda esa sensación hacía que mis preguntas sean cada vez más grandes y sentía que era el momento de hacerlas, ya que después tendría tiempo de pensarlo y me arrepentiría. Además, sus caricias en mi cabello no estaban ayudando, y en vez de relajarme, el constante toque sólo estaba logrando poner mis nervios de punta. Respiré profundo, susurrando mentalmente "la vida es una, Dahyun. Coraje, que Momo no muerde", y giré mi rostro para poder verla bien.
— ¿Cómo se siente besar, Momoring?
Los ojos de Momo se abrieron rápidamente, y su rostro enrojeció un poco. Con mi cabeza apoyada en su pecho pude sentir cómo su corazón se aceleró, y no pude evitar una pequeña risa al darme cuenta de que la había puesto nerviosa y yo ya no era la única. La vergüenza iba desapareciendo al darme cuenta de que preguntar no había sido tan terrible, y ahora la estaba reemplazando la más pura curiosidad.
— ¿A qué viene eso, Dahyun-ah?
— Curiosidad. Estoy un poco harta de tener 20 años y no haber besado a nadie.
Momo movió un poco uno de sus brazos, lo que resultó en su mano apoyada contra la mía. No la tomó, aunque no hubiera sido extraño para mí. Sin embargo, noté como estiraba levemente su dedo pulgar, para tocar (aparentemente) de manera casual el mío.
— No sabría explicarlo con palabras.
— No te pases, cómo que no. Ya te besaste a medio Corea —no estaba dispuesta a recibir información a medias. Realmente era un tema que me estresaba y sólo quería dejar de ser la menos experimentada de mi grupo de amigas.
Mi mejor amiga rió y me dio un suave empujón.
— No molestes. No es verdad.
— Bueno, pero sabes a lo que me refiero.
— No es nada del otro mundo, ¿ok? Una vez que te acostumbras ya da igual, creo. Depende de quién sea, y del momento. No es lo mismo besar a alguien que te gusta que besar a la primera persona que se te cruzó en una fiesta sólo porque estabas aburrida.
Asentí, pero aún no estaba contenta con la información. Todo eso eran cosas que yo ya sabía, o por lo menos me imaginaba. Yo quería detalles.
— ¿Y cómo haces para que sea bueno?
— Es práctica. Y tal vez un poco de talento natural.
— Pero supongo que algo se debe hacer para que a la otra persona le guste.
— Sí, hay cosas, pero eso varía en cada quien. No a todos les gusta lo mismo. Depende de la situación y también de a lo que quieras llegar con ese beso.
— ¿Cómo que "a lo que quieres llegar"?
Momo se volvió a sonrojar y volteó la cabeza para evitar mi mirada. Yo estaba genuinamente confundida.
— Dahyun, basta.
— Ya pues. No tengo a nadie más a quién preguntarle y en serio quiero saber.
— Creí que con Mina hablaban de estas cosas. O por lo menos con Nayeon.
— Les corto la conversación apenas la empiezan. Me da vergüenza ser la única que no tiene nada para aportar, por eso quiero saber. Y tú eres la única con la que puedo hablar de esto sin querer escaparme.
Momo me miró nuevamente, pensativa. Aproveché la ocasión y puse mi mejor puchero y ojitos de cachorro, intentando el último de mis recursos para convencerla. Se le escapó una sonrisa, y yo la imité, sabiendo que había ganado.
— No todos los besos son para lo mismo, Dahyun-ah. Algunos son simplemente porque estás ahí y se te apetece. Otras veces son porque le quieres demostrar a alguien que lo quieres. Y otras veces... —suspiró—. Otras veces son porque quieres buscar algo más. Quieres seguir.
— Pero, ¿cómo haces para iniciarlo? ¿Cómo llegas a ese punto con alguien?
— ¿Por qué de repente estás tan interesada?— Momo rió nuevamente, levantándose sobre uno de sus codos para mirarme.
— Porque me da vergüenza tener la edad que tengo y no haber besado nunca.
— No te creo que nunca hayas tenido la oportunidad. En serio, mírate. Apuesto que hay más de un interesado.
— He tenido la oportunidad en más de una ocasión, pero de repente me vuelvo demasiado tímida y termino escondiendo el rostro. Y cada vez pasa más tiempo, y me vuelvo más grande.
— Podría conseguirte a alguien para que te beses si quieres. Tengo en mente a personas— rió cuando vio mis ojos abrirse en sorpresa—. Sana estaría más que encantada.
— ¿¡Tu prima!?
— Me dijo que le parecías bonita y que si le pasaba tu número— se encogió de hombros con una mueca,y yo sentí la vergüenza invadir mi cara—. Le dije que no iba a dejar que se meta contigo.
— ¿Por? Me dijiste que era buena persona.
— Sí, lo es, pero... —suspiró, mientras su mano se apoyaba por completo sobre la mía—. No lo sé, Dahyun-ah. No sé por qué pero aún te veo pequeña, y quiero evitar que llegues a pasar por un mal rato.
— Sólo eres un año mayor que yo.
— Ya, lo sé, pero es diferente.
— ¡Justamente es eso de lo que estoy harta! Que todos me vean como una chiquita inocente que ni siquiera ha sido capaz de dar un beso en su vida.
— Bueno, ¿te consigo a alguien o no?
Mis mejillas quemaban de vergüenza y frustración a estas alturas. Me senté de golpe, saliendo de encima de ella, y ella me imitó y se sentó también.
— No, no. Ni se te ocurra.
— Creí que...
— Ya, lo sé. Sueno patética. Es que me da nervios, ¿ok? Sé que a estas alturas de mi vida no estoy esperando que mi primer beso sea especial, ni con el amor de mi vida. Ni siquiera espero que sea dentro de una relación— titubeé. Realmente me daba vergüenza sincerarme acerca de esto, y más aún frente a Momo, quien era muy experimentada—. Pero por lo menos me gustaría que sea alguien que se preocupe por mí y haga un esfuerzo porque me guste. Podría ir a cualquier fiesta y besarme a la primera persona que se me cruce, pero para ellos sería sólo un beso más que probablemente van a terminar olvidando, y para mí sería la primera vez, quiera o no la voy a recordar el resto de mi vida, y no me gustaría desperdiciarla de ese modo. Y no creo que nadie se interese lo suficiente en mí como para llegar a ese punto —solté todo de golpe y miré hacia abajo, un poco arrepentida de hacia dónde había llegado esta conversación.
Momo abrió ligeramente los labios, indecisa sobre qué decir. Hizo el intento de hablar, pero inmediatamente retrocedió.
— Dime, Momoring.
— No, nada. Era una idea, pero mejor no.
— No, dime.
— Te vas a enojar.
— No lo haré.
— Te vas a reír.
Bufé. Me estaba comenzando a desesperar.
— Tú no te reíste de mí cuando te dije todo esto, y verdaderamente está para burlarse.
Momo me miró fijamente. Parecía que me estaba estudiando. Traté de mantenerle la mirada, pero los nervios y el alcohol no estaban a mi favor, y sólo atiné a dejarme caer de lado sobre el colchón. Momo rió levemente, y realmente me sentí como una niña pequeña a la que tienen que pensar cómo explicarle las cosas.
— Es sólo una idea, ¿ok?
— Ya, habla de una vez.
— Si quieres lo puedo hacer yo— soltó de golpe.
Por un momento, juré que mi corazón dejó de latir. La mirada penetrante de Momo no estaba haciendo las cosas más fáciles, y sólo reaccioné a taparme la cara con las manos.
— No— solté de golpe—. Sería raro.
— Te dije que era mala idea. Perdón.
Se reacomodó. Al instante me arrepentí de haberme negado. Si lo pensaba bien, era una buena oferta. Podía tener mi primer beso con ella, y quitarme toda esa presión autoimpuesta de encima. Luego de eso, podía besar a otras personas sin sentirme nerviosa. Ella se preocupaba por mí, sabía que iba a intentar que sea bueno, y no se iba a burlar si era un desastre.
Bueno, lo último era algo incierto, pero podía lidiar con eso.
— No, Momo. Perdón.
— Me refería a que... si necesitas a alguien de confianza... sólo para que te quites esto de encima.
— Me da vergüenza.
— No tienes que hacerlo. Pero, si lo necesitas, puedo ayudarte en esto.
— No será raro, ¿verdad?
— Es un beso de amigas. No pasa nada.
— ¿Eso existe siquiera?
— ¡Nayeon se besa todo el tiempo con Jeongyeon!
— Ya, pero, ¡es Nayeon!
Momo me jaló de la mano para sentarme nuevamente. Evité su mirada, pero ella tomó mi mentón para levantar mi rostro.
— Escucha, no tenemos que hacerlo, ¿ok? Pero si quieres, pienso que sería una buena idea. Prometo hacer lo mejor para ti.
— Esto no puede salir de aquí.
— Lo prometo.
— Ni siquiera a Nayeon.
— Ni siquiera a Nayeon— repitió.
— Está bien.
Momo se acercó un poco más, dudosa. Mi respiración se aceleró y entré en pánico. No sabía qué hacer, y al parecer ella estaba esperando a que tome la iniciativa, porque se quedó quieta, mirándome con una sonrisa. Me sonrojé nuevamente y me encogí.
— No sé qué hacer— confesé—. Hazlo tú.
Su sonrisa se hizo más grande y una de sus manos subió para acariciar delicadamente mi mejilla, bajando por mis labios.
— Eres muy bonita, Dahyun-ah. No quiero que pienses que la gente no se interesa en ti, porque sí lo hacen. No te imaginas la cantidad de personas que se me han acercado sólo para saber si puedo ayudarlos a tener una oportunidad contigo.
Mi rostro ardía de vergüenza, pero también de confusión. ¿Momo me había estado ocultando cosas todo este tiempo?
— ¿Por qué nunca me lo dijiste?
— Porque pensé que ninguna de esas personas era lo suficientemente buena para tí.
— ¿Y no crees que eso debo decidirlo por mí misma?
— Perdón, yo sólo...
— Entonces, según tu criterio, ¿quién sí sería bueno para mí?
Momo me miró a los ojos. No sabía en qué momento se había acercado tanto, pero ahora estaba segura de que podía sentir su respiración sobre mi rostro, y juraba que mis latidos eran tan fuertes que ella también los podía escuchar. Me miró a través de sus pestañas, tímida de repente, y me tomé unos segundos para, por primera vez, admirar lo bonita que era. Estaba segura que tenía la boca abierta, pero a estas alturas ya no me importaba nada. Su mirada cayó a mis labios, y rápidamente volvió a subir. Ambas estábamos inmóviles, dudosas de dar el siguiente paso.
— ¿Quién, Momo?— susurré.
La respuesta de Momo fue poner sus manos en mi cintura y pegar mi cuerpo al suyo. Jadeé sin querer y me arrepentí al instante, avergonzada de aquel sonido. Momo sonrió, complacida, y repitió el movimiento levemente.
— Yo, Dahyun-ah. Yo puedo darte todo lo que mereces. Sólo que aún no te has dado cuenta.
Mis ojos y labios se abrieron en sorpresa, e iba a intentar decir algo al respecto, pero los labios de Momo sobre los míos ahogaron mis palabras y las convirtieron en un suspiro pesado a cambio. Entré en pánico y me tensé entre sus brazos, pero sus pulgares haciendo círculos sobre la piel de mi cintura me relajaron, logrando que me rinda ante ella. No tenía la más mínima idea de lo que hacía, así que dejé que ella me maneje a su antojo, deleitándome con la suavidad de sus labios y la delicadeza con la que se esforzaba por acariciar los míos. Los nervios se iban desvaneciendo mientras descubría que me quería perder en ella para siempre, asombrada de lo rápido que me había entregado a esta nueva sensación.
Momo se tomó el tiempo de jugar conmigo, arrancándome pequeños suspiros que eran recompensados con sonrisas suyas. Luego de unos segundos eternos, se separó suavemente de mi boca, dejando su frente pegada a la mía y sus labios tan cerca aún que los sentía rozar con los míos en cada respiración.
— Momo, yo— no pude decir nada más porque sus labios me reclamaron nuevamente, esta vez más exigentes que la anterior. Ahora me sentía un poco menos confundida, así que hice lo posible por responder con el mismo entusiasmo. A ella pareció gustarle, ya que subió una de sus manos hasta mi cuello, arrastrando sus dedos delicadamente sobre mi piel, con lo que se ganó otro jadeo de mi parte. Me avergonzaba lo fácil que me había derretido ante las atenciones de mi mejor amiga, pero mis ganas de seguir siendo besada por ella eran más grandes, por lo que traté de seguirle el ritmo y ser igual de buena. Moví mis manos, insegura de qué hacer con ellas, pero Momo las tomó y las puso sobre sus caderas. Traté de no entrar en pánico por lo mucho que me gustaba eso, así que me limité a dejar mis manos estáticas donde las había dejado, y ocasionalmente mover mis dedos índices para jugar con el borde de la suave tela de su pijama. Ya con más confianza, Momo abandonó mis labios para bajar con pequeños besos por mi mentón hasta llegar a mi cuello, donde trabajó con tanta eficacia que no pude evitar soltar un gemido.
Apenas escuché aquel sonido salir de mis labios, me sobresalté y me separé de ella. En ningún momento había pensado avanzar de esa forma con ella, ni siquiera pensé que la iba a besar, por lo que la rapidez con las que las cosas estaban pasando me asustó un poco.
Momo tomó mi mano suavemente.
— Perdón, Dahyun-ah, me dejé llevar... —suspiró y me miró. Se le veía igual o más asustada que yo, y eso me enterneció—. No quiero que pienses que quería aprovecharme de ti, o... prometí que sólo sería un beso. Perdón.
Mi mente aún estaba borrosa y mi cuerpo tenía las sensaciones de los toques de Momo sobre mi piel, así que no podía concentrarme por completo en lo que estaba pasando.
— ¿Por qué te disculpas?
— Me sobrepasé contigo. Perdón.
Se me escapó una sonrisa. Momo era muy tierna cuando estaba preocupada.
— Momo, sé que este es mi primer beso, pero no es como que yo no sepa cosas, o sea totalmente inocente— dudé si seguir hablando, pero a estas alturas no me podía guardar nada—. No es que... no es que yo no quiera... ya sabes —todo estaba resultando más difícil de lo que pensaba, y mi rostro nuevamente volvió a quemar de la vergüenza. La mirada divertida de Momo no ayudó en nada, y tomé aire para poder decir todo lo que quería decir lo más rápido posible—. No es que me no me haya gustado, o que no quiera seguir... sólo que no estaba lista para que pase hoy. Perdón por reaccionar así.
Momo me miró y sonrió. Abrió los brazos hacia mí.
— Ven aquí, bonita.
Me dejé caer sobre ella, mientras me envolvía en un abrazo y me acariciaba el cabello. Me gustaba lo cuidadosa que era conmigo, aún cuando estaba actuando como un verdadero desastre.
— Está bien. No tienes que pedir disculpas por nada. Nunca voy a hacer nada que no quieras que haga.
— Pero... ¿tú querías?— pregunté con un hilo de voz, temerosa de la respuesta.
Momo volvió a reír, y yo estaba genuinamente confundida.
— Hay tantas cosas que no sabes, Dahyun...
— Dime.
— Me gustaría, sí. Pero lo que yo quiero es que tú estés cómoda con lo que haces. Querías dar un beso y eso fue lo que hicimos— hizo el ademán de girarme, por lo que me volteé para quedar sobre ella y mirarla a los ojos. De repente, su confianza se había desvanecido, y se le veía realmente nerviosa—Me gustas mucho, Dahyun-ah. No quería decírtelo porque sé que nunca has tenido este tipo de relación, y tenía miedo de asustarte o presionarte. Sólo quiero que sepas que esto no te obliga a nada— tomó un mechón de mi cabello y lo acomodó detrás de mi oreja, y yo me derretí ante su toque—. Yo estoy más que dispuesta a lo que quieras hacer, sea hoy, mañana o cuando te sientas lista. Sea un beso o un poco más— se sonrojó y bajó la mirada por un momento—. Pero, de nuevo, no te sientas en el compromiso. Si quieres dejarlo aquí, lo entiendo. No pasa nada.
Mi corazón se aceleró frente a la confesión de mi mejor amiga. No podía pensar con claridad. Antes me había imaginado este tipo de escenarios con Momo, en los que salía con ella o intentábamos algo, pero siempre había terminado avergonzada y desechando la idea de mi cabeza. No quería armarme ilusiones cuando sabía que ella era mucho más experimentada, y yo una tonta que hasta ese día no había besado a nadie.
Pero, en ese momento, con Momo mirándome desde abajo con ojos de cachorro y sus sentimientos en bandeja, no podía imaginar en algo que se sintiera más correcto.
— ¿Qué pasa si quiero algo más?
Momo se sonrojó.
— ¿Algo más cómo...?
Me di cuenta en lo que estaba pensando, y reí, escondiendo mi rostro en su cuello.
— ¡No, tonta, eso no! —una de sus manos se apoyó en mi espalda baja, y reconsideré lo que estaba diciendo—. Bueno, tal vez, sí, pero no era eso a lo que me refería. Algo como... ¿intentarlo? ¿nosotras?
Sentí el corazón de Momo latir fuertemente contra el mío.
— ¿Quieres salir conmigo, Dahyun-ah?
— No me hagas repetirlo que me muero de vergüenza.
— Vergüenza no tenías cuando pusiste tus manos en-
— ¡Basta!— la interrumpí, riendo.
— No me contestaste aún.
Levanté el rostro nuevamente, para perderme en su mirada dulce, su cara bonita y sus labios tentadores.
— Sí, Momoring. Salgamos.
La sonrisa de Momo se hizo aún más grande. Sus manos me sujetaron para girarnos, quedando ella sobre mí. Lancé un pequeño grito de sorpresa, y me iba a reír, hasta que juntó su rostro con el mío nuevamente, logrando ponerme nerviosa.
— ¿Puedo darte un beso?
Evité temblar, y reuní toda la valentía que me quedaba para enfrentarme a ella y a lo que quería.
— ¿Por qué mejor no sigues en donde lo dejaste?
holi, estaba leyendo Dahmo, me emocioné y salió esto, jeje. También quería avisar que esto se convertirá en un librito de one shots de diferentes ships de Twice, no prometo actualizaciones seguidas pero cada que tenga una buena idea lo haré. Si tienen en mente algún ship y una idea en específico que quieran leer pueden dejarla aquí y si me llama, puedo hacer algo con ello <3
soy fan de las cursilerías así que como este shot probablemente haga varios, jeje
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