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Capítulo 6

Min Yoongi abrió los ojos casi dos horas después de que Namjoon y él se quedaran tranquilos en la cama. No se percataron del momento en el cual ambos se quedaron dormidos y no fue hasta el sonar del teléfono del alfa Kim que no abrieron los ojos asustados. Era obvio que ninguno pretendía quedarse dormido junto al otro, fue algo que pasó sin más y por ese momento todo se volvió bastante extraño para ambos. Cada uno comenzó a vestirse por su lado y tras una torpe despedida del cliente de élite, Yoongi se dirigió hacia el cuarto que compartía ahora con Hoseok y Hoshi.

En silencio tomó una ducha y tras cambiarse de ropa remplazando el atuendo fino por un par de jeans, una gruesa sudadera negra y unos tenis del mismo color. Su jornada había terminado y la del Bwady casi también. Solamente quedaban los trabajadores que todavía tenían clientes en sus respectivas habitaciones, todo lo demás ya había cesado. La música no sonaba, el bar estaba recogido, tres personas limpiaban el suelo y el resto del local. En comparación a unas horas atrás todo se veía muerto, un silencio casi aterrador.

Con pasos desganados, Yoongi se dirigió a la salida, notando que las luces de un pasillo continuaban encendidas y, ahora que todo estaba tan callado, unos pocos gemidos obscenos se filtraban. Esa zona del club era de cierto modo vedada para muchos y el pan nuestro de cada día para otros. Allí había un pequeño estudio de producción en donde varios empleados tomaban el papel de actores profesional. En un resumen, hacían AV, películas porfi que se comercializaban tanto en la web de Bawdy en gran porcentaje, el resto era vendidas a otras productoras o páginas.

Algunos preferían grabar porno con los mismos compañeros de siempre fingiendo incluso estar en una relación para el morbo de los espectadores a recibir uno o más clientes diferentes cada día. A Yoongi también le ofrecieron el mismo trabajo, cuando quiso salir rápidamente de su miseria tuvo dos ofrecimientos y opciones, actor porno o prostitución. Demasiado similares y diferentes a la misma vez. Ambos con repercusiones tanto positivas como negativas. Al año de estar allí, recibió nuevamente una oferta pero lo rechazó.

Era cierto que la prostitución llegaba a ser denigrante y en apariencia menos segura ya fuera por enfermedades o la exposición a clientes. La paga no a todos les compensaba a todo lo que se exponían. No tenían tanta libertad para escoger y costaba mucho más abrirse paso, dar con los verdaderos hombres adinerados que los convertirían en empleados de élite. Solo ahí verdaderamente el trabajo podía tornarse más gratificante.

Si Yoongi ponía en una balanza, definitivamente ganaba la pornografía libre y escogida por los practicantes. No obstante, él tenía esta extraña creencia. La pornografía ampliaba y peligraba la exposición pública que podría eternamente dañar su futuro y vida aunque se quisieran salir de eso. Porque un video o foto una vez en la red, no se eliminaba jamás porque se filtraría por infinitos sitios compartidos, clonados o vendidos. La prostitución era un poco más privada, cuando él salía de Bawdy, él podía ser alguien que muy pocos podían ligar a algo, tenía formas de respaldar lo que hacía si fuese necesario. No obstante, no había respalda de ser visto abiertamente follando con otros por millones de personas mundialmente.

Tenía un mejor control de su vida, lo que permitía o no que las personas viesen en el trabajo que ejercía y prefería mantenerlo así. Tal vez era un poco cobarde para esa otra cara de la industria. Además, en Bawdy, él no solo se acostaba con otras personas, ahora que había llegado a cierto nivel, podía cantar e incluso hacer su propio show. Gracias a la aceptación de los clientes el dueño del local le ofreció incluso dedicarse única y exclusivamente al canto, las actuaciones. Pero como decía, algo difícil de creer para muchos, pero él disfrutaba su trabajo.

El frío golpeó el rostro de Yoongi una vez que salió finalmente de Bawdy, el letrero ya no alumbraba, la vida de la calle también parecía extinta. Colocándose la capucha de su sudadera sacó de los bolsillos un mechero y una cajetilla de cigarrillos de la cual retiró uno. Lo encendió en silencio, dando una calada profunda cuando sus ojos divisaron en la acera del frente a Jungkook sentado. Parecía haberse quedado dormido, así que preocupado porque le hubiese sucedido algo y queriendo evitar que lo asaltaran o cualquier cosa así pese a estar en una buena zona de la ciudad, Yoongi corrió hacia él lanzando el cigarro en medio de la calle mientras cruzaba.

— Oye, mocoso. — Llamó, mas Jungkook no reaccionó. No fue hasta que estuvo a su lado que escuchó la música proveniente de sus audífonos, si lo escuchaba con eso sería un milagro. Se los quitó apresuradamente y el omega reaccionó incorporándose, listo para pelear. Fue solo cuando vio la mirada de su hyung que se relajó. — ¿Qué haces aquí a esta hora cuando saber que ya no pasarán más buses hasta dentro de una hora más o menos?

— Nada, cojo un poco de aire. — Mencionó intentando volver a acomodarse los audífonos que Yoongi no le entregó. — Hyung, no estoy de humor.

— Eso puedo verlo, no necesitas decírmelo.

— ¿Tienes un cigarrillo para mí? — Yoongi lo observó dubitativo durante algunos segundos, mas sacó nuevamente la cajetilla de sus bolsillos para tomar dos de los cilindros llenos de nicotina de su interior. — ¿Fuego?

— Primero llama a un taxi para que te lleve a casa, de lo contrario llamaré yo uno e incluso te acompañaré. Eres un omega y aunque sé que sabes defenderte muy bien, no deberías estar merodeando solo por ahí a estas horas. — Jungkook resoplando sacó su teléfono, abriendo la aplicación de taxis para pedir uno y mostrárselo.

El mayor le pasó el mechero, viéndolo calar tan profundo que parecía querer quemar sus pulmones y corazón en el intento con una única calada. Sabía que por mucho que le preguntase qué le ocurría Jungkook no le diría nada. Pudo haber tenido un mal día, tener algún problema personal que no estaba preparado para contar. Tal vez algo tendría que ver con el Kappa amigo del menor, el mismo que esa noche había visto en aquel cuarto y con quien Hoshi trabajó. De cualquier forma, cuando pasaran algunas horas o incluso días, el propio Jungkook iría hacia él para revelarle su malestar. Había aprendido a darle tiempo al menor cuando lo necesitaba.

— ¿Hyung, puedo preguntarte algo? — Indagó expulsando el aire contenido repleto de nicotina.

— De poder, puedes, aunque no sé todavía si pueda responder a tu pregunta. ¿De qué se trata?

— Te mandaron a llamar hoy para que atendieras a los hermanos Kim, ¿cierto? — Observándolo, Yoongi asintió a sabiendas de lo que vendría a continuación. — ¿Estuvieron todos en una misma habitación?

— En un comienzo, sí, todos estaban reunidos.

— ¿Y después?

— Jungkook, sabes bien que no puedo revelarte información de los clientes élite de Bawdy. Lo que pasa en esos lugares es confidencial.

— Sí, lo sé y no te pido que me digas todo lo ocurrido, simplemente... ¿Recuerdas a Tae hyung? — Yoongi asintió dejando caer la colilla del cigarro en el cesto para regresar a su lugar. — Él tomó a Hoshi hoy, ¿cierto? — Jungkook sabía perfectamente que el mayor no le daría una respuesta abierta, pero su rostro fue todo lo que necesitó mirar para saber. Empujando el interior de su mejilla con la lengua resopló, tirando también el resto de su cigarro y palmeó el hombro del alfa. — Nos vemos cuando se acabe tu descanso, hyung. — Fue todo lo que dijo antes de subirse al taxi ya estacionado. — Nos vemos.

— Escríbeme cuando llegues a casa.

Las personas enamoradas siempre le parecieron a Yoongi tan indefensas como peligrosas. La reacción de Jungkook, por un lado, le daba pena, por el otro lo asustaba porque los seres vivos eran impredecibles. El instinto y la razón muy pocas veces iban de la mano. Sacando su teléfono pidió un taxi, ya quería llegar a su casa y dormir sin pausa hasta que tuviese que hacer algo más. Sin embargo, el vehículo que se estacionó frente a él lo tomó un poco por sorpresa.

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó ladeando su cabeza, observando el reloj de su celular porque ese sujeto tendría que saber que el Bawdy para entonces ya estaba cerrado. — ¿Olvidaste algo? Puedes llamar o regresar mañana, todas las pertenencias olvidadas se guardan durante un mes.

— No estoy aquí por eso.

Descendiendo de su automóvil, Kim Namjoon volvía a mostrarse como el alfa que todos conocían. Sereno, seguro, firme, pero educado y agradable. Se había tenido que ir por una llamada de su hermano menor. Bien pudo haber tomado un taxi o llamar a un chofer, pero le llamó para decirle que esperaba por él para ir a casa. Ya luego supo que aquello no había sido más que un pretexto del kappa. Procurando hacer tiempo junto al omega del bar, Taehyung permaneció allí hasta que cerró e incluso un poco más diciendo que esperaba a su hermano para irse a casa.

Aunque esperó a que Jungkook terminara, el menor no quiso hablar con el kappa más allá de atender sus pedidos como haría con cualquier cliente, por eso una vez que Namjoon descendió encontrándose con que toda actividad había terminado, a Taehyung no le quedó más remedio que de verdad irse con su hermano. Ya en la casa, el kappa lo abrazó y le deseó un feliz cumpleaños.

Había pasado la medianoche, con tantas cosas en su cabeza Namjoon se había olvidado por completo de su cumpleaños y entonces comprendió un poco mejor a Seokjin y el hecho de que Taehyung también estuviese tan dispuesto a estar con ellos. Sí, podría haber tenido otras razones, como el omega con quien hablaba en el bar, pero tanto él como Jin quisieron celebrar su cumpleaños de un modo en el cual él jamás hubiese querido celebrarlo, aunque no es que se arrepintiera de haberlo hecho.

Sinceramente, Namjoon no tuvo un claro motivo por el cual regresar a ese sitio. Debió haberse quedado en casa, pagó por sexo y eso obtuvo, sabía cómo funcionaban las cosas. No obstante, eso no le impidió conducir todo el camino de regreso a Bawdy sin saber siquiera si podría volver a ver a su acompañante esa noche. Fue una sorpresa cuando lo divisó desde la distancia, acercándose con prudencia para que no lo tachara de algún cliente enloquecido e intenso que lo estaba persiguiendo y vigilando.

El alfa pelinegro no mostraba signos de sorpresa por su presencia, tampoco lucía asustado o temeroso, solo desinteresado. Ya frente a él, se recostó débilmente en su vehículo, viéndolo encender un cigarro.

— ¿Y bien?

— Estoy aquí por ti. — La ceja de Suga se elevó perspicaz, instándolo a proseguir su falsas líneas de palabras porque estaba acostumbrado a todos los cuentos que los clientes intentaban contarle. — Esta noche la pasé muy bien.

— Me alegro, le sacaste provecho al dinero invertido. — El tono de su conversación fuera de las paredes del local había adquirido un color y timbre muy diferente. Los dos quedaron un tanto vulnerables tras sus orgasmos, pero ahora parecían estar completamente recompuestos. — Mira, mi horario de trabajo ya terminó y no tengo interés en hacer horas extras. Si quieres tratar conmigo vuelve a pedirme y si deseas cualquier otra cosa estoy seguro de que te atenderán como un rey.

— No quiero horas extras, solo disculparme porque salí como un idiota cuando me llamaron y...

— A ver, eras mi cliente, yo el producto por el cual pagaste y consumiste. Si quedaste satisfecho, genial, si no fue así, pide algún tipo de reembolso o pide a alguien más. Incluso puedes tener un descuento para tu segunda vez. Más allá de eso, no deberías preocuparte por nada más, tú y yo no estábamos en una cita, no somos pareja, amigos, ni siquiera conocidos, así que vete tranquilo, ¿de acuerdo? Ahora buenas noches, ya debo irme.

— ¿Necesitas que te lleve a algún lugar?

— No, puedo irme por mi cuenta. Además, no me gusta mezclar mi vida laboral con la personal, una vez que pongo un pie fuera de Bawdy, Suga desaparece. — Respondía con cierto fastidio porque estaba cansado y odiaba cuando le daban conversación en ese estado.

— ¿Puedo contratarte fuera de Bawdy? Venir a este sitio no es algo de mi preferencia. Podría darte una buena cifra por arriba de tu ganancia bruta en el lugar y te quedarías con un dinero limpio únicamente para ti.

Por un momento Yoongi lo pensó, si a algo él no se negaba era al dinero, pero todavía no conocía muy bien de las preferencias y gustos de ese cliente. Bawdy era el sitio más seguro para él, fuera de sus paredes no tendría la misma cobertura y garantía. No quería ser como aquellos que terminaban encabezando la página principal de un periódico o salía sin vida en las noticias nacionales.

— Como dije, si deseas repetir conmigo, solicita mis servicios en Bawdy. Si eres un cliente élite siempre tendrás prioridad. Podrás escoger si me quieres por algunas horas o toda la noche. Si te descargas la aplicación incluso podrías escribirme a mí directamente y yo te diré el mejor día para pasarte por aquí. — Yoongi enarcó una ceja sin entender por qué el peligris sonreía, es que había algo en su forma de actuar que le causaba gracia a Namjoon.

— No sé si pueda volver aquí, pero muchas gracias por la información. Perdona haberte incomodado fuera de tu horario laboral. Que llegues sano y salvo a tu destino, buenas noches. — ¿Qué era eso? ¿Así sin más? Yoongi quedó un poco confundido porque tan repentino como llegó ese sujeto estaba dispuesto a irse. Los dos se limitaron a asentir con sus cabezas justo antes de que Namjoon entrase a su automóvil. Se marchó y justo en ese instante el taxi pedido por min llegó.

Como otras tantas noches se sentó en el asiento trasero del taxi ignorando la presencia del chofer luego de dar su dirección. No había sido una larga noche, pero de igual forma estaba cansado. Entró a su edificio en silencio y lo mismo en el apartamento porque no sabía si Hoseok ya dormía, pero para su sorpresa, el delta parecía haber llegado poco antes que él. Se estaba duchando.

Dándole un toque a la puerta del baño, Yoongi se despidió de su amigo deseándole buenas noches y recibiendo una respuesta a cambio. Le preguntó si dormirían juntos, pero cuando el delta le afirmó que deseaba dormir solo no insistió. Se deshizo de la ropa, escogió la ropa que había dejado bajo la almohada y usaba como pijama para cambiarse y acostarse sin hacer mucha antesala. En esa madrugada casi amanecer, la última imagen que vino a él fue la de su cliente dormido a su lado y luego descendiendo elegantemente de su auto. No supo cuándo exactamente se durmió, pero sí lo último pensado.

Min Yoongi se desveló pocas horas más tarde, maldiciendo porque había olvidado pasar las cortinas. Aprovechó el estar despierto para ir al baño y así vaciar su vejiga porque no quería más interrupciones una vez que volviese a conciliar el sueño. Sin embargo, se encontró con el sonido de la ducha muy parecido al de la noche anterior.

— ¿Te falta mucho?— Tocó la puerta dos veces. — Me estoy meando. — Esperó durante algunos segundos antes de volver a tocar más fuerte esta vez. — ¡Hobi! De verdad me estoy orinando.

Intentando abrir la puerta se percató que estaba asegurada, maldijo dándose la vuelta para regresar a su habitación, pero la humedad en sus pies lo espabiló. Justo debajo de sus pies, un charco de agua parecía solo ir en aumento, si se seguía el rastro se podía ver claramente que provenía desde el interior del baño. Todo el sueño que Yoongi tenía acumulado se esfumó, su corazón latía demasiado rápido y por puro instinto tiró abajo la puerta sin pensar en la reparación que después necesitaría.

— ¡Mierda, mierda, Hobi! — Exclamó corriendo en busca de su móvil para llamar a emergencia y luego en su dirección, notando el frasco plástico que en el piso descansaba junto a unas pastillas que se estaban desintegrando por el agua. — ¿Qué mierda hiciste? — Cerró la ducha a gran velocidad mientras se metía dentro de la bañera y sacaba el cuerpo inconsciente de su mejor amigo cubierto por el agua, cuidando para que la cabeza, cuello y columna estuviesen alineados.

El agua estaba bien fría, así que eso le daba un poco de esperanzas porque el delta no solo era joven y fuerte, sino que también la baja temperatura del agua le protegía el sistema nervioso central y esto le facilitaba el hecho de recuperarlo sin secuelas aun habiendo permanecido largo tiempo sumergido. Su mayor preocupación provenía del frasco de pastillas que parecía haber consumido. No sabía cómo, pero recordaba los primeros auxilios para ahogamiento aprendidos gracias a su trabajo de medio tiempo en una piscina termal.

Acostó al delta en el suelo, colocando su cabeza de lado para facilitar que el agua pudiese salir. Inmediatamente, le hizo un masaje cardíaco manteniendo la calma y llevando la cuenta de sus compresiones. Sabía que lo correcto sería dejar que un profesional o experto se encargase de hacerle boca a boca, pero él tampoco era un completo novato en el área y no quería perder tiempo alguno en lo que el servicio de emergencia llegaba.

No sabía cuánto tiempo Hoseok llevaba ahí, por la coloración de sus labios fue que se decidió a darle una respiración artificial. A medida que transcurría el tiempo se producirían cambios pulmonares que harían más difícil una buena respuesta por parte de su mejor amigo. Abrió su vía aérea, colocando su lengua en posición para que le permitiese respirar. Le tapó la nariz con una mano, ya que la otra se encontraba produciendo una hiperextensión en su cuello. Rodeó los labios del delta y sopló lentamente durante dos segundos. Se separó para permitir salir el aire y volvió a soplar pasados los cinco segundos.

El pecho de Hoseok se elevaba cuando el aire entraba suavemente y así, en el cuarto soplo, comenzó a toser expulsando el agua. Emergencia llegaba casi al mismo tiempo, llevándolo rápidamente a urgencias cuando Yoongi le explicó que también había consumido medicamentos, necesitaba recibir un lavado de estómagos y rezar para que todo saliera bien y sin complicaciones. Solo cuando se llevaron a Hoseok, todo el cuerpo de Yoongi tembló dejando el miedo filtrarse por sus poros.

Pensaba en cuál fue el motivo para que después de tanto tiempo su mejor amigo volviera a drogarse cuando conocía los riesgos para su salud debido a las secuelas de su pasado. Buscaba respuesta mientras se vistió e incluso en el camino al hospital. Había estado limpio por mucho tiempo y temía de la severidad de esta recaída.

Hola por aquí, estoy feliz de haber podido actualizar esta historia dos días seguidos. Espero que les haya gustado el capítulo, nos vemos en el próximo.

LORED

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