Desaparecido en combate
Bruce Wayne soltó una carcajada de forma limpia. Billy lo miro y sus mejillas se ruborizaron. Ese hombre era impresionante, con o sin su máscara. Tenía unos ojos encantadores, su fina boca poseía unos labios carnosos y apetecibles. Su piel bronceada era como la misma seda y relucía más. Su cuerpo ¡Dios! Su cuerpo era una obra maestra. Una estatua finamente esculpida para el deleite y envidia de los mortales.
La voz del millonario resonó en el órgano auditivo del joven, seduciéndolo. Casi podía sentir el calor que su cuerpo producía con solo escuchar su melodiosa voz, tan viril y sensual.
Batman en esos momentos solo llevaba puesto una sudadera gris perla y jeans azules marinos. Entonces ¿Cómo lograba verse tan seductoramente sexy? Más de un transeúnte se volteaba a mirarlo. Hombres y mujeres por igual.
Billy negó con la cabeza, no era sano centrarse en emociones negativas como los celos, además tenía una ligera carga de culpa pues mientras él disfrutaba de la presencia del empresario en la JLA lo extrañaban.
¡Por los Dioses! Batman es uno de los seis fundadores y en quien la mayoría depositaria su confianza para idear un plan en caso de emergencia...
El hombre de negocios lo miro con cierta molestia y Capitán Marvel no dudo en disculparse porque habían acordado que no mencionarían el "trabajo" durante su "cita".
Una mirada más suave por parte del Caballero Oscuro le hiso sentir mejor. La sonrisa de chico volvió al igual que su seguridad para formular la pregunta que daría inicio a su encuentro.
—¿Qué te parece si te invito a comer? —ofreció Billy con entusiasmo.
Bruce acepto la propuesta aclarándole que de su cuenta corrían todos los gastos porque prometió que ese día estaría a su disposición para lo que se le antojara.
El chico abrió los ojos y sonrió colgándose sin vergüenza de uno de los brazos del Murciélago. Agradeciendo que Bruce se esforzara en hacer que fuera especial esa fecha, pues no todos los días se cumple dieciocho años. Y por sobre todo era la primera vez que alguien estaba a su lado para celebra dicho evento. Además tenía que sumarle a ello que no se trataba de cualquiera sino "BATMAN".
Otra sonrisa por parte del millonario casi lo desmaya de la emoción.
En algún momento intento oponerse a eso de que el Guardián de Gotham se llevara todos los gastos. Pero el ganarle al murciélago en una discusión no estaba dentro de sus habilidades. Al final se conformó con advertirle que al término del día le pediría algo y no podría negarse.
Bruce acepto sin detener su andar ni darle mucha importancia.
Observando a tan magnifico hombre no podía menos que aceptara cuanto representaba el justiciero oscuro en su vida. Si al principio idolatraba a Superman fácilmente ese fanatismo fue remplazado por una real idolatría por el Caballero de la Noche. Que después muto en sentimientos aún más profundos.
Por eso en ese momento él, El Capitán Marvel podía afirmar que amaba a Batman.
Ya lo tenía todo planeado, ese sería el día en que besaría a Bruce. Le declararía su amor y serian felices por siempre. Aunque tenía un problema. Uno muy grande y poderoso.
Superman.
¿Qué sentiría el kriptoniano por el millonario? Esperaba que la respuesta fuera: nada, o de lo contrario tendría que pelear, literalmente hablando, por el Señor de la Noche. Porque no podía dejar de lado las miradas y actitudes del súper hombre.
Billy quería, no... debía saber con certeza al menos eso y se arriesgaría a preguntarlo.
—Bruce... —llamo al millonario quien le prestó atención. —¿Qué piensas de Superman? —Lo soltó antes de retractarse.
Logrando con esa simple pregunta que el gran Batman se quedara sin habla.
&&&(...)&&&
¿Dónde demonios estaba? Se preguntaba Kal-El por veinteava vez durante una hora.
Si Bruce Wayne era tan famoso ¿cómo diantres era que nadie gritaba eufórico ante su presencia? Se estaba desesperando. Tenía que encontrarlo.
Vale, que la apuesta tenía un límite de tiempo y a él solo le quedaban, cuanto mucho, cuatro días. Dejo todo a la suerte y perdió mucho tiempo encerrado en la Atalaya atendiendo solitudes de ayuda menores, pensando que Batman no pasaría más de tres días fuera de ella. Luego al regresar a Metrópolis, pues tenía trabajo pendiente, no hubo ninguna noticia del Caballero Oscuro; es más, sus patrullajes los hacia Nightwing.
De verdad que lo estaba poniendo de malas.
Él, Superman, el hombre más fuerte del mundo se estaba quedando corto frete a Batman. ¿Era normal sentirse humillado y excitado al mismo tiempo? Lo irritante era que ninguna de las dos opciones le dejaba alguien con quien desquitarse.
La alarma del Atalaya sonó de forma casi magistral logrando hacerlo bufar al verse interrumpido, nuevamente.
Aunque... el Kriptoniano casi rezo para que la emergencia involucrara a al Señor de la Noche.
La misión implicaba a Wonder Woman, a Kara su prima y a él mismo. Y para acabarla de amolar simplemente era en otro lugar de la galaxia, ya que la ayuda la solicitaban los Green Lantern's. No había forma de negarse.
Así que le tomaría por lo menos dos días volver a la tierra. Dos días que muy seguramente Capitan Marvel aprovecharía al máximo.
No lo mataría, eso no era del Boy scout de Metrópolis, pero lo que si podía hacer era...
CA PAR LO.
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Los ojos de Bruce estaban abiertos a más no poder, no sabía que responder. Nunca se había parado a cavilar que era lo que pensaba o sentía realmente por Superman. Es decir saciaba de cierta forma necesidades primarias que todo ser humano tenia. Y hasta donde había descubierto también Kriptonianas.
Pero el meollo de todo ese dilema en el cual estaba metido se negaba a creer tenía que ver con los sentimientos. Los cuales cabe decir el creía del todo inexistentes. Más bien, inservibles. Porque sentía lujuria. Eso era todo. Una reacción química de hormonas que destila el cuerpo llegado la etapa de reproducción, no era que él, Bruce Wayne pudiese decir que sus acciones contenían algún significado sentimental. Porque no era así.
Podía admitirlo para sí mismo. Clark besaba genial. Tenía ese don de hacerte caer en sus brazos con solo un beso, de llevarte al paraíso mientras sus manos delineaban tu anatomía, pero de ahí a estar enamorado de él distaba mucho. No. Él no estaba enamorado ni sentía nada por Superman.
Billy observo con algo de preocupación cada mínimo gesto que el Caballero Oscuro realizaba mientras se encontraba perdido en su mente, como si ese universo fuera extenso e insondable. Sin embargo estábamos hablando de Batman así que no tardo en recobrar la compostura.
—Siento respeto —contesto a la pregunta sin vacilar logrando que el joven junto a él lo mirara con alegría.
Mentalmente Bruce se preguntó ¿es lo único? Y no se permitió responderla. No era el momento ni el lugar.
Con un suspiro disimulado Bruce dirigió su atención a Billi, si bien al enterarse quién era Capitán Marvel sintió algo de pena y empatía por él, ahora lo respetaba.
Billy Batson, igual que él, quedó huérfano muy pequeño cuando sus padres fueron asesinados. Un tiempo después fue adoptado por un hombre quien más tarde lo abandonaría, teniendo que aprender a vivir en las calles de Fawcett City. Se dedicó a la delincuencia para poder subsistir y asistir a la escuela al mismo tiempo. Sin embargo de aquel chiquillo irresponsable nacería uno de los más grandes héroes.
Billy enmendó su vida convirtiéndose en relator de la famosa radio "WHIZ" y ganando suficiente dinero para poder vivir mientras paga sus estudios. Ese era al joven que actualmente tenía delante de él. Alguien admirable.
El día no fue tan malo como pensó Bruce. Habían ido primero a comer, posteriormente y sin muchos ánimos de ello, a un parque de diversiones. Y aunque Batman estaba más que acostumbrado a las caídas de grandes alturas, los movimientos rápidos y casi simultáneos, no le hizo gracia el saberse algo fóbico a esos juegos mecánicos. Claro sin contar el hecho de que no se pudo escapar de la tonta atracción que lo dejo mojado hasta los huesos.
Billy rio de buena gana y le prometió no contarle a nadie sobre rostro compungido y el temblor de su cuerpo. Luego una película, la cual agradeció fuera de acción y no de romance. Por último solo comieron cerca del departamento del chico una hamburguesa y listo el día se había ido como agua.
Sin duda quedar con Billy fue mucho más interesante de lo que sonaba las tontas y simplonas citas con Superman. Las cuales siempre involucraban siempre un picnic.
¿Que no tenía creatividad? O simplemente era tan clásico que su idea de una velada romántica implicaba cargarlo, ¡Si, cargarlo! ¡A él! mientras volaban por la playa viendo un atardecer.
Su orgullo de hombre no le permita hacer semejante cosa. Que sería considerado en su rango de cosas cursis con un diez.
Pero Capitán Marvel estaba radiante de dicha, lo notaba en sus pupilas cristalizadas y en ese leve rubor que cubría su rostro de adolecente y era lo que importaba.
Por ese lado podía darse por satisfecho. El chico no paso su cumpleaños solo.
Ciertamente él tenía a Alfred a su lado para celebrar fiestas importantes, pero la soledad de la mansión Wayne a veces lo engullía y atormentaba más que darle refugio y cuando la oscuridad no solo llena tus sentidos sino también tu corazón, es difícil no llorar, llorar en silencio conteniendo las lágrimas, porque el demostrarlas es signo de debilidad.
—¿Bruce? Bruce.... —Bastón intento llamar su atención al notar que el guardián de Gotham City se había quedado muy pensativo otra vez.
Bruce volvió en si solo para recordar que falta una cosa, con suavidad se inclinó hacia el joven y...
Un fuerte viento estampo a los dos protagonistas de tan linda escena contra la pared.
Eso no lo tenía Bruce contemplado en los planes, y Billy acaba de perder su momento romántico con el murciélago de Gotham por lo que estaba furioso.
— Shazam —grito Billy convirtiéndose de inmediato en el gran Capitán Marvel y colocándose delante de Bruce para resguardarlo de la gran tempestad.
Estaban tan cerca que podía sentir la respiración del multimillonario. El estómago se le revolvió en una sensación extraña y sus mejillas se colorearon de un tierno carmín. Estaba a un palmo de besar al hermético y siempre taciturno Batman.
Bruce miro a Bastón con algo de molestia ante aquel gesto protector que era del todo innecesario. Se separó de él y gruño levemente al comprobar que ya con su transformación le sacaba por lo menos una cabeza en estatura.
Capitán Marvel sonrió incómodo y disculpándose de manera no verbal por su acción porque los bellos ojos de Batman le decían que podía cuidarse solo. Y tenía razón.
Sin argumentar absolutamente nada salió volando rumbo al centro de Fawcett City.
Mientras se aproximaba Billy apreciaba el enorme huracán nivel cinco que azotaba su ciudad. Un fenómeno extraño en esa parte del país. Se aventuró dando vueltas a todo lo que podía en sentido contrario obligándolo de esta forma a reducir su rotación y después a desaparecer.
Ese era el plan hasta que un puño enorme lo mando al pavimento.
No muy lejos de ahí El Señor de la Noche se encontraba observando todo desde en un edificio adjunto, no tardando nada en reconocer a quien se enfrentaban cuando el villano sonriendo puso sus ojos en él.
—Bizarro encontrar rata voladora. Bizarro buen buscador.
Batman torció el gesto ante lo que acaba de escuchar decir con la elocuencia habitual al clon mal hecho de Superman.
—¿Y puedo saber para que me buscabas? —pregunto con tono profundo.
—Yo no... a Bizarro no le gustan las ratas con alas, si fuera por mí te aplastaría —respondió de manera inteligente antes de recibir varios bumeráns explosivos
Bizarro se cubrió la cara bufando irritado.
—¿¡Donde estas!? —exclamo en grito colérico tallándose los ojos.
El Caballero Oscuro ni se inmuto, simplemente se lanzó en picada hacia abajo con el propósito de llegar hasta Capitán Marvel y aprovechar la ceguera momentánea de Bizarro para sacarlo de ahí.
Mientras caía contacto a la Atalaya, necesitaban refuerzos porque contener a Bizarro era un problema monumental, pero intentar lidiar con el villano cuando por lo que dijo el mismo clon, él era el objetivo, era una pelea perdida.
La respuesta fue inmediata, tardarían menos de cinco minutos en llegar.
Batman chasqueo los labios, la cuestión era que no estaban como para esperarlos. Capitán Marvel estaba desmayado y su cuerpo era un peso difícil maniobrar o en este caso de ocultar a la vista de Bizarro.
—Mamá pedirme llevar al murciélago —dijo el clon infructuoso del hombre de acero. — Y Bizarro llevarle al murciélago.
Batman apretó los dientes listo para enfrentarse a Bizarro con todo lo que tenía. Él no era un animal para ser cazado y no pretendía terminar como uno.
El clon tenso los músculos dispuesto al ataque o esa era su intención hasta que Green Lantern apareció como salido de nada golpeando con un gran puño verde a la copia barata del hombre de acero.
—Lo siento pero tendrás que decirle a tu mamá que se consiga su propia mascota, este murciélago ya es nuestro.
Batman elevo las cejas muy a su estilo. Hall le sonrió contento de ver que se encontraba bien, luego ladeo la cabeza mientras intentaba deducir que hacía en el suelo y al parecer cubriendo algo.
El Caballero de la Noche chasqueo los labios antes de descubrir el cuerpo de Billy que ya había perdido su transformación, elevando la mano con el pulgar hacia arriba el Caballero de la Noche le dio a entender que ambos estaban en perfectas condiciones.
Con un asentimiento se pusieron de acuerdo. Bruce debía poner a salvo a Billy mientras la caballería, que acaban de llegar los cubrían.
Batman apenas tuvo tiempo de poner a resguardo al adolecente antes de ver caer a Black Canary muy cerca de él y segundos después a Green Lantern.
No necesito mirar atrás para saber que Bizarro seguramente lo estaba buscando con su visión de rayos "X" y que por lo tanto permanecer cerca de Billy lo ponía en peligro.
En una carrera veloz se alejó una, tal vez dos cuadras antes de que un fuerte golpe lo interceptara en busca de mandarlo a revotar contra el pavimento, pero como era de esperarse del Caballero Oscuro su reacción increíblemente rápida lo salvo de recibir el daño completo, y aun así soportando el dolor cayó sobre sus pies siseando maldiciones.
—Mamá dijo tráeme al murciélago vivió.
Batman dio un resoplido, estaba comenzando a tener dolor de cabeza de solo escucharlo hablar con tan desastroso léxico, sin embargo no estaba para hacerla de profesor de gramática, así que lo dejaría pasar.
El clon de Superman ni siquiera en seguirlo, se apresuró en la captura del Señor de la Noche. Dando manotazos que destruían todo a su paso, pero que no logran alcanzar al guardián de Gotham que era demasiado rápido para él.
Fue más instinto que inteligencia. O tal vez furia, ese hombre lo estaba humillando a él, a Bizarro. Era como si un perro quisiera atrapar a un ratoncito escurridizo y con ese mismo razonamiento se abalanzo intentando darle con sus rayos caloríficos.
Batman se resguardo. El pedazo de edificio detrás de la cual estaba se calentaba rápidamente, debía hacer algo antes de terminar rostizado.
De su cinturón tomo una pequeña cápsula, la examino dos segundos antes decir como la usaría. No tenía nada más que pudiera servirle, ni cartucho extra así que debía dar en el blanco a la primera.
Dio una pirueta en el aire y apuntando lo mejor que pudo lanzo la cápsula. Los rayos de Bizarro impactaron contra ella haciéndola explotar.
El Multiextintor se expandió en el aire como una nube fría y pesada saturando por unos momentos el espacio y el oxígeno desapareció; por una parte estaba ahogando a su atacante y por la otra la espuma lo cegaba. Eso solo le dio tiempo suficiente para cambiar de escondite, debía alejarse lo suficiente para que ese monstruo no dañara a sus colegas.
Green Lantern estaba llevándose a Black Canary y a Billy aun lugar más seguro y pudo notar como le costaba trabajo, deduciendo de inmediato la gravedad de sus heridas.
Nadie más de la liga estaba capacitado para hacerle frente Bizarro porque era el equivalente de Superman.
Una flecha verde paso cortando el aire, silbando en dirección a Bizarro como un susurro de muerte. El villano solo dio un alarido de dolor cuando la flecha impacto en su costado y dejaron salir un humo azul que tumbo a Bizarro. Batman sonrió de lado no necesitaba ver de quien se trataba.
La flechas usadas eran las que el mismo murciélago hizo de kriptonita azul.
Green Arrow dejo salir uno de sus tipos comentarios sarcásticos a pesar de saber que eso no lo detendría por mucho. El Robin Hood había tenido tiempo de analizar la situación en base a lo escuchado por los transmisores, y la verdad era que aunque le doliera admitirlo, si su objetivo era Batman no había mucho que hacer, salvo sacarlo del área urbana para minimizar daños.
Green Arrow hizo una seña con la mano en señal de retirada.
Batman y Green Arrow corrieron como alma que lleva el diablo al ver como Bizarro estaba intentando sacarse la flecha, algo que no tardaría en conseguir tomando en cuenta lo enfurecido que estaba.
—¿Qué demonios le hiciste para que quiera atraparte? O ¿acaso es pelea de amantes? —bromeo el arquero sin dejar de avanzar.
Bruce se limitó a bufar e ignorar a su "amigo", una vez que estuvieran lejos podría ponerse a pensar si le debía algo a Luthor.
Por su aparte Bizarro no dejaba de repetir como mantra. —Mamá de Bizarro quiere al murciélago. Y Bizarro le llevara al murciélago. —Pero al parecer ese solo pensamiento le infundió el valor necesario para arrancar de un solo jalón la flecha.
Gruño del dolor lanzando lejos el mineral que le era tan dañino y buscando en todo el derredor al culpable de su dolor.
El arquero verde perdió el suelo en algún instante, y se preguntaba ¿cuándo había aprendido a volar? Aunque estaba seguro que eso era del todo imposible por eso su mejor opción fue girar su cabeza hacia arriba encontrándose con el rostro divertido de Bizarro que lo sostenía por los brazos amenazando con soltarlo.
—Suéltalo Bizarro —le ordeno el Caballero Oscuro mientras le apuntaba a la cabeza.
Bizarro se rio con fuerza muy seguro de que los juguetes pudieran lanzarle solo le harían cosquillas.
—Tú lo pediste —disparo.
El villano soltó a Flecha verde, Batman no perdió tiempo para cogerlo en el aire.
—¡Demonios! Sí que eres un tipo de cuidado. ¿Con que lo atacaste? —pregunto Oliver Queen al ver como el Superman deforme impactaba no muy lejos de donde ellos aterrizaron.
Batman no tuvo tiempo de contestar, el gigante se estaba levantando de nuevo.
—¿Que no se muere con nada? —dijo Flecha Verde asombrado con la recuperación casi instantánea del villano.
—Bizarro es tan resistente como el mismo Superman —murmuro Bruce apretando los dientes.
Esa información en opinión del rubio arquero, no eran buenas noticias para ninguno de los presentes. Se colocó a la defensiva, iba a caer peleando.
Bizarro estaba golpeado pero se sostenía bastante bien y de hecho cualquiera diría que no había sido atacado.
Con una sola mano atrapo la flecha que el Robín Hood hozo lanzarle, destrozándola. Caminaba de forma solemne, sin retirar la vista de Batman porque no permitiría que volviera a intentar escapar.
—Tú vienes conmigo —susurro apenas llegar a la altura de ambos héroes.
Olli dio un jadeo al verlo tan cerca, pero aun con la idea firme de que podían escapar. Batman por su parte sabía que no tenían salida.
De un empujón encajo al arquero en el cemento dejándolo inconsciente, y con su sonrisa del triunfo tomo de un brazo al murciélago de Gotham justo a tiempo para ser succionado por un portal.
&&&(...)&&&
Clark Kent entro por la puerta principal de Atalaya, estaba cansado e irritado. La ayuda que tan enérgicamente habían solicitado los Green Lantern era para ayudar a desalojar un planeta. Sí, un planeta entero.
Si bien el resultado fue bueno, a ellos les había tocado hacer la parte menos glamorosa. Cargar.
La asociación de la Green Lantern dispuso todos sus elementos para el traslado de los individuos, mientras Kara, Diana y él tenían que lidiar con los millones de paquetes de diferente índole; porque se trataba desde monumentos, no muy grandes, hasta animales, los cuales por cierto no eran muy limpios que se debían llevar al nuevo hogar de aquella raza. No se quejaba. Estaba para ayudar, pero el hecho de que lo hubieran considerado un botones no le hacía gracia.
Pero dejando de lado todo eso, estaba de vuelta en casa y podría tomarse unos días libres, invitaría a Bruce a un día de campo y...
¡Ah! Ya se le había olvidado que estaba peleado con Batman. Bueno, tanto como pelear, no. Era más una competencia para ver quien hacia valer su voluntad, y es que tanto él como el Caballero de la Noche sentían una necesidad imperiosa de saber qué lugar ocupaban en esa "RELACION" que según Clark llevaban y que Bruce se negaba a admitir, es decir, si dejas que alguien este contigo en situaciones como...bien, solo digamos comprometedoras. Pues es obvio que tienen un noviazgo. Tal vez no con todas las letras de la palabra, pero igual y lo tenían. O eso pensó el Kriptoniano, porque de hablar con las cartas sobre la mesa, lo único que sacaron en claro era que no pensaban lo mismo.
Y ahí se desato el infierno.
Estaban bien cuando solo tenían roces ocasionales, nada formal, pero la verdad era que el hecho de solo toquetear un poco del murciélago de Gotham ya se le hacía más bien poco. Necesitaba sentirlo de todo a todo para poder remotamente satisfacerse. Y recalcaba, VAGAMENTE, porque lo que él deseaba de ese hombre era...
—Kal... "¿estás bien? —interrogo Kara en su primera oportunidad a si primo mientras ingresaban por uno de los números hangares de la Atalaya.
Aunque la pregunta sonó algo tonta porque el estar bien no era del todo aplicable al hombre del acero, pero al parecer no era la única que pensaba que algo estaba molestando a Clark porque Diana presto atención a la respuesta que fuera a darle Superman sin disimular la preocupación en sus ojos.
Clark solo dijo —Sí —para luego intentar pensar en algo más, sin embargo Wonder Woman se le adelanto. Diana deseaba entenderlos porque tanto Batman como Superman eran unos guerreros increíbles y las bases de la JLA. Además conociéndolos estaba casi segura que el problema era. Bruce.
Clark podía ser el hombre más poderoso del universo pero cuando se trataba de Bruce era como si todo ese poder se esfumara. Aun ahora, la sola mención del nombre le hizo dar un leve respingo en su lugar.
Diana no se había atrevido a cuestionarlo directamente, pero viendo la oportunidad no la desperdiciaría, seguramente toda la Atalaya se hacia la pregunta que ella estaba a punto de poner en palabras.
—¿Por qué pelearon realmente? —La amazona tenía un tono de total incertidumbre y Superchica la apoyaba, es decir nadie se creyó ese discurso improvisado de la cafetería.
Clark solo meneo la cabeza tímidamente, soltó un suspiro y abrió la boca listo para explicarse.
Una voz a su espalda lo detuvo, se escuchaba agitada y muy alterada.
La chica rubia de sobrenombre Estrella apareció por el corredor, en su rostro se dejaba ver el alivio que sitio al ver que habían regresado. Sin nada de sutileza tomo el brazo de Superman para jalarlo con todas sus fuerzas de forma insistente para que la siguiera, debía enterarse de lo sucedido.
La Atalaya era un caos total, todos corrían de un lado para otro. John, el extraterrestre y Destino parecían muy concentrados en conectarse psíquicamente. Green Lantern se encargaba de coordinar misiones. Chica Halcón y Flash no parecían darse abasto con las emergencias de nivel omega que les salían al paso y los demás, pues acataban órdenes yendo y viniendo a donde les necesitaran, porque parecía que todos los supervillanos se pusieron de acuerdo para atacar en esos días.
¿Pero qué está pasando aquí? Esa era la mueca que Kara y Diana tenían dibujada en el rostro.
—Han secuestrado a Batman. — Declaro Estrella angustiada.
—¿Que has dicho?
Por un momento el tiempo se detuvo luego del potente grito de Superman que paró todo el movimiento y silencio a la Atalaya completa. El hombre de acero estaba luchado para controlarse. Sus ojos azules se volvieron rojo vivo.
&&&(...)&&&
Decir que parecía fiera enjaulada era poco. Superman se encontraba fuera de la enfermería, impaciente por ver a los que estuvieron involucrados en aquella pelea en que secuestraron a Bruce. Aunque su furia estaba dirigida más específicamente a cierto adolescente al cual solo le estaban haciendo un chequeo.
Apenas lo vio salir, le sujetó del brazo llevándolo; más bien arrastrándolo; a la sala de juntas privada.
Debía saber de primera mano cómo sucedieron los hechos y aunque le pesara admitirlo era Capitán Marvel quien estaba en ese momento con Batman. Su corazón bombeaba y su cabeza parecía a punto de explotar por la tensión que estaba soportando. Sin embargo cuando hizo la primera pregunta sonó tan neutral que él mismo se sorprendió.
El interrogatorio del héroe de Metrópolis, según Billy, estaba fuera de lugar. Él muy a su pesar se había desmayado y no sabía mucho de lo acontecido, por eso contesto con tono déspota, a la defensiva. —No sé nada. —Ya se sentía lo suficientemente mal como para que se lo restregaran en la cara.
Además bien pudo preguntarle a Green Lantern o en todo caso a Green Arrow, quien fue el último en verlo. ¿No? Y su forma de pararse y de hablar lo estaban molestando. ¿Ese hombre se creía dios? O, ¿Qué?
Kal-El se froto la sien, estaba llegando a su límite. No tenía humor para jugar con el adolecente. Bruce estaba en peligro y él no tenía mayor referencia.
Billy por su parte logro ver a través esa coraza de autodominio la intención del súper hombre y sonrió amargamente al reconocer que si pudiera seguramente ya tendría la mano de Superman sujetándole en el cuello hasta dejarlo sin aliento.
—Mira Billy no estoy para...
—¡Ah! ¿Pero se supone que yo si lo éste para tus desplantes sicóticos?
Provocarlo adrede era la peor idea posible sin embargo ya nada le importaba, dejaría algunas cosas en claro aprovechando que estaban solos y era el momento perfecto para saber lo que el líder de JLA sentía por el murciélago.
Billy le regalo una sonrisa altanera antes de comenzar a indagar. Sabía que estaba jugando con fuego, pero ¡AL DIABLO! Antes ese hombre fue su gran héroe, un ejemplo a seguir, ahora solo podía verlo como un pavo real le gustaba que lo idolatrara, que el mundo este a sus pies.
Los ojos de Kal-El se entrecerraron como queriendo descifrar aquello que Capitán Marvel estaba por decir. Y esa sonrisa suya lo estaba poniendo de peor humor si era posible.
—¡Ah! El amor —canturreo el chico sin inmutarse siquiera.
Superman no entendía a que venía esa frase. Luego la pregunta que llego a sus oídos lo descoloco.
—¿Tú lo amas, no Superman?
Las palabras denotaban seguridad, más que pregunta lo estaba afirmando. El héroe de Metrópolis dio unos pasos a atrás. Se suponía que nadie además de ellos sabía de su relación.
Sin duda era un tonto ingenuo, se dijo Billy sonriendo con desprecio pues con la sola reacción de su cuerpo y el gesto contrariado de su rostro Superman acababa de confirmar sus sospechas.
—Entonces, es cierto —afirmo Billy.
El Kriptoniano quería patearse mentalmente, por caer en la trampa de un chiquillo que si no era un santo tampoco tenía el ingenio de Batman. Y ahora que lo pensaba ¿Cómo se suponía que debía saberlo? Nadie además de ellos sabía de su relación. Que tonto había sido.
Billy no era ciego, había notado como Superman contemplaba a Batman y le molesta que alguien que se cree superior solo por sus poderes intentara adueñarse de Bruce. Él era autentico, no necesita habilidades especiales, se basta por sí mismo y...
—Tú también lo amas —aseguro el kriptoniano, estaba seguro que no se equivocó al leer las intenciones de Bastón.
—Sí —respondió tajante el adolescente sin amedrentarse.
Sosteniéndole la mirada al hombre de acero dejo en claro que lo quería para él, le trataría como se lo merece y curaría todas sus heridas con paciencia y cariño.
Ambos se quedaron callados un momento. Y Superman admitía que eran iguales en muchos sentidos. Billy lo miraba con su semblante firme, de verdad creía poder llenar ese gran vacío y sufrimiento que Batman oculta a todos, se creía el indicado.
¿Qué le hacía pensar eso? Tuvo la oportunidad de demostrar que podía protegerlo y fallo miserablemente.
Por su parte Billy pensaba que no se necesitaba ser el gran héroe para llenar las expectativas de Bruce, él no es están superficial. Era un hombre que valoraba la vida y las pocas alegrías que podían llegar a tener.
Estaba desafiando Superman y muy seguramente pagaría por ello, pero si no pudo defender a Batman por lo menos no dejaría que nadie pisoteara sus sentimientos por el murciélago. Además bien podía regresarle el golpe con guante blanco.
—¿Te gustaría saber que respondió Bruce cuando le pregunte que sentía por ti?
La respiración de Superman se detuvo un instante. Billy podía ver fácilmente lo ansioso que estaba.
—Respeto. Solo eso. Respeto.
El hombre de acero apretó los puños. —¡Mentira! —Exclamo.
—Estas ciego, no quieres ver que él no es para ti —Billy sonrió con amargura disfrutando con crees el semblante derrumbado de Superman. —Bruce es demasiado para un sujeto como tù.
—No eres mejor que yo. Tú también poses poderes que te hacen sentir más grande de lo que eres muchacho.
—Los míos provienen de la magia —espeto Bastón molestó, —Pero con tal de que Bruce decidiera darme una oportunidad y de ver en su rostro un dejo de felicidad, renunciaría a ellos con gusto.
Los dos se miraron, uno con la clara idea de que él hombre de acero menospreciaba sus sentimientos, lo notaba en sus ojos; y él otro con la certeza de que ese niño no conocía de nada a Bruce. Lo que proponía era una utopía que jamás se realizaría.
Superman bajo los ojos, si bien estaba seguro que todo lo dicho por ese joven era una muestra real de su afecto y sus palabras se las creía del todo, también lo estaba que no podría ser. Y sin embargo se sentía inferior a ese chiquillo que con tan pocos años encima, lleno de ilusiones e inocencia intentaba con todo su empeño llegar con sinceridad hasta el corazón más frio de la tierra.
Él era el hombre de acero, y sin embargo ese jovencito tenía más convicción en poder cambiar a Batman que la que él tenía en volver a robarle un solo beso.
Levanto la vista, listo para decir cualquier cosa y no quedar como un tonto frente a la avasalladora actitud de Billy.
Un estruendo sacudió la Atalaya entera impidiéndoles continuar con su "conversación".
Las alarmas comenzaron a zumbar, las luces se encendían y apagaban intermitentemente como si de repente una lluvia de meteoritos los estuviera atacando.
Los dos superhéroes salieron al pasillo. Los empleados de la torre estaban siendo desalojados con la mayor premura posible. Sin dudarlo Billy dijo la palabra mágica que libera su poder. Ahora listo para la batalla, volaron hacia el centro de control.
Entraron al mismo tiempo. Ambos con la mirada fría. Sus cuestiones personales podían quedara para después, primero debían enterarse de ¿Qué estaba sucediendo? Superman se acercó al panel de control.
Otra sacudida los mando al suelo. La princesa amazona salió volando por uno de los hangares, Kara la seguía al igual que Hal. El kriptoniano no perdió tiempo en alcanzarlos a pesar de no estar seguro a que se enfrentaban.
Capitán Marvel miraba la pantalla extrañándose de ver las detonaciones en el frente de la Atalaya, pero no al que los ataca. Chasqueo los labios a disgusto.
Un jovencito más o menos de dieciséis años entro a la sala con un porte y seguridad que gritaba al mundo que era el pupilo del Murciélago de Gotham y con esa entereza tomo asiento frente al ordenador.
—El intruso no está ahí —aseguro moviendo ágilmente sus dedos sobre el teclado para mostrar las cámaras interiores que apuntaban a los pasillos inferiores. —Y ¡Voilá!. —exclamo al tiempo en que podían ver al inoportuno.
En las pantallas se observaba movimiento, aunque posiblemente debido a la velocidad con que se movía no lograba captarse bien de quien se trataba. Al menos sabían hacia dónde ir.
Continuara...
N. A.
Gracias a los comentario he decidido publicar esta segunda parte. Espero que sea de su agrado y que meresca su voto y veneplacito.
ATTE: Taylor Espurious
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