Capítulo 44: Jokerland
Entusiasmado con la pelea que se avecinaba, Joker bailaba de felicidad en el vestíbulo principal del antiguo Arkham Asylum. Después de la explosión que desfiguro el rostro de Jonathan Crane, se decidió cerrar el antiguo manicomio y llevar a los internos a la prisión de Blackgate. Años después del hecho, el lugar ya se estaba cayendo a pedazos debido al abandono.
Aprovechando de que no había nadie, los hombres del Joker lo habían vuelto su base de operaciones y en ese momento se pusieron a montar un pequeño escenario rodeado de cámaras de televisión con los emblemas de las principales cadenas de noticias, obviamente todas eran robadas.
Nightwing estaba encadenado a uno de los pilares más resistentes. Estaba golpeado y medio inconsciente, pero aún tenía todas sus extremidades en su lugar. Detrás de el había una gran cortina que reflejaba en sombras a un cuerpo acostado en una cama de operaciones. Joker los usaba de cebo para que Batman se acercara.
La puerta de acceso se abrió de par en par y un grupo de payasos enmascarados junto con Nygma salieron de ella. Algunos se situaron tras las cámaras que prepararon para empezar a emitir, obligando a Riddler a tomar los controles. Joker también tenía algo preparado para él. Los payasos restantes se colocaron en el tejado, mirando hacia el exterior empuñando rifles de precisión; eran francotiradores dispuestos a abatir a cualquiera que se acercara más de la cuenta para interrumpir el programa que el villano había preparado para aquella noche.
A las seis en punto de la madrugada, cuando los primeros rayos de sol salían por el horizonte, una cancioncita de circo bastante perturbadora se empezó a escuchar desde aquella azotea y en todos los televisores de Gotham. Las cámaras enfocaron hacia la puerta de acceso que se abrió de par en par cuando el Joker hizo acto de presencia. Lo curioso de este es que iba vestido con un traje de Batman, pero el murciélago del pecho estaba cubierto por una carcajada pintada; en todo el cuerpo tenia las letras "HA, HA, HA" y la capa y capucha estaban teñidas de color morado. Una representación de Batman muy retorcida.
-¡Buenas noches, Gotham! – el Joker gritó como una estrella de rock –
Justo detrás de él apareció Nygma un poco apagado, como si estuviera ahí muy obligatoriamente. Sin embargo, lo que hizo que la gente sintiera miedo, fue que Joker mostro en escena a Nightwing, y brutalmente lo golpeo tres veces en el cuerpo con una barra de metal.
Después lo dejo en paz, pero mientras Nygma se mantuvo quieto al lado del prisionero, el Joker empezó a caminar frente al escenario acercándose y alejándose de las cámaras con su peculiar andar danzante mientras estaba siempre sonriente.
-Eddie... – Joker volteo a ver a Nygma – Te cedo los honores.
-Queridos habitantes de Gotham, como hemos podido comprobar que no estaban a la altura del enigma que les habíamos propuesto, hemos decidido atraer a Bruce Wayne y traerlo aquí... ¡Al número final de nuestro espectáculo! – explicó Nygma como si fuera el presentador de un espectáculo de variedades. Y claramente se veía muy falso – Seguramente se estarán preguntando: "¿Pero no dijeron que le pegarían un tiro en cuanto lo vieran?" Sí, es cierto... hemos hecho trampa...
-Si no lo hiciéramos no seríamos malvados, ¿no? – lo interrumpió el Joker entre risas inestables –
-Sin embargo... – prosiguió el villano con traje verde – Decidimos que lo mejor sería traerlo aquí para evitar que el intrépido joven justiciero de Bludhaven nadara con los peces.
Nightwing comenzó a abrir los ojos y entrar en sí. Miro a su alrededor y sintió que Nygma le tocaba el rostro. Dick empezó a resistirse, pero se quedó petrificado cuando el Joker se puso a su lado y desenfundó un revolver cuyo cañón apoyo en su sien. Por primera vez en mucho tiempo, Dick tenía miedo, miedo de verdad.
-Tranquilo niño, no nos fastidies el número final poniéndote nervioso y queriendo terminar antes de tiempo – le susurró el payaso con su voz burlona –
-¿Vas a importunarnos? – le preguntó Nygma –
Dick negó con la cabeza.
-¿Te vas a portar bien? – pregunto Joker –
Dick volvió a asentir.
-Así me gusta, eres un chico obediente – afirmó Joker y, volteando hacia las cámaras, añadió – Gente de Gotham, ¿están listos para ver el gran final que les tenemos preparado?
De los altavoces salieron unos aplausos y unas risas grabadas, como las que se usan en las comedias de situación. Dándose por respondido, el Joker se puso en primer plano y anunció:
-Por que entrara en escena en, ¡Tres...! – dos de los payasos que hacían guardia en el techo cayeron de repente al vestíbulo, a lo que el Joker sonrió – ¡Dos...! – tres de los mercenarios detrás de las cámaras cayeron de espaldas brutalmente golpeados e inconscientes – ¡Uno...! – gritó el Joker enloquecido y entusiasmado al mismo tiempo que otro de los guardias desaparecía en la oscuridad del lugar, como si alguien tirara con un cable de él – ¡Y aquí lo tenemos, damas y caballeros! – grito Joker con todas sus fuerzas cuando Batman aterrizó en el vestíbulo de un salto – ¡Batman en carne y hueso para todos ustedes!
Aunque se sorprendió al ver como los dos villanos lo tenían todo tan controlado, Batman mantuvo la compostura para que no se le viera nervioso.
Dando saltos de emoción, el Joker se acercó a él dispuesto a abrazarlo por los hombros, pero Batman fue rápido y le dio un golpe de lleno en la nariz.
-Bien... – dijo Joker quejándose y llevándose la mano a su nariz sangrante – Fue demasiado cerca – añadió alejándose de nuevo –
Fue entonces cuando Nygma tomó el relevo y mirando directamente a Batman, le preguntó:
-¿A qué has venido? ¿Has venido a salvarlo? – pregunto señalando a Nightwing –
-Sé que la vida de él les da absolutamente igual, solo me quieren a mí – dijo al fin Batman –
El Joker soltó una carcajada.
-Así es Batsy... solo tú nos importas – contestó el payaso encogiéndose de hombros – Siempre has sido tú.
Nygma mostró una sonrisa por debajo de su nariz.
-Así que... ¿qué vas a ofrecernos a cambio de la vida de tu hijo? – pregunto Nygma mientras mostraba una sonrisa por debajo de su nariz –
-La mía – contesto Batman –
El Joker se llevó las manos a la cara y soltó una exclamación:
-¡Qué valiente! – Pero cambiando por completo su expresión, volvió a acercarse a Nightwing y volvió a apuntarle con su arma – Lo que pasa es que su vida no vale nada, en realidad estaba a punto de acabar con ella.
Al ver que una lágrima caía por el rostro de Dick, Batman sintió como una gota de sudor frío resbalaba por su sien; era consciente de que el payaso era capaz de disparar a cualquiera sin un motivo aparente solo por simple diversión.
-Me pondré en su lugar... ¿no prefieres dispararme a mí? –propuso el justiciero tratando de ganar tiempo en lo que ideaba un plan –
El Joker fingió que se mordía las uñas de indecisión.
-Deja de hacerte el payaso, sabes cuál es nuestro plan – le recordó Nygma – No te di todos los recursos que podía para esto.
-¿De verdad tenemos un plan? – le preguntó el Joker – Tú puede que lo tengas, pero yo no estoy hecho para maquinar ninguno, para ver qué puede depararme el futuro... Yo simplemente, actúo.
-¡Pues actúa y acaba con el maldito murciélago! – le ordenó Nygma –
-Eddie... ¿No tienes algo que hacer antes de que acabe con él? – pregunto Joker – Dile a la gente como fue que descubriste quien era Batman – Joker volteo a ver a su rival de años, a Batman, para ladrarle ordenes – Batsy... si no haces lo que el señor Nygma te indica... – volvió a presionar el cañón de su arma en Nightwing – Pues el cerebro del jovencito redecorara las paredes de esta honorable institución – Batman se puso nervioso. Estaba tratando de formular un plan en su mente, viendo si podría liberar a su hijo y pelear contra los villanos, pero estaba cansado y al borde del colapso por la pelea con Deathstroke. No había dejado de pelear en toda la noche y ya le estaba pasando factura. Y obviamente, Joker ya se estaba dando cuenta de esto – Se lo que intentas hacer Bats, crees que lo liberaras y lo sacaras de aquí. Que nos pondrán una paliza y nos encerraran, y finalmente los vigilantes se pararan sobre una gárgola de piedra y creerán que salvaron la ciudad. Pero no acabara así. Deathstroke te debilito. Ya tuviste tu pelea de la noche. Casi no la cuentas.
-Hazte un favor y a todos nosotros y acaba con esto fácilmente – interrumpió Nygma. Después se dirigió a las cámaras y empezó a hablarle al público – ¡Gente de Gotham, publico querido: llego la hora de que la farsa caiga, de que el defensor de la ciudad sea desenmascarado! ¿Quieren saber por que pedí que me trajeran a Bruce Wayne?
-Esto no terminara cómo crees, Nygma – añadió Batman –
-Basta de estupideces – dijo el villano con el traje sastre verde lleno de ira – A nosotros nos da igual quien seas, pero a la gente no. Les robare la esperanza y cuando te miren a los ojos, el fracaso tendrá un nombre y una cara.
-Parajito... – Joker se dirigió a Nightwing y sacando una llave, soltó sus cadenas, pero ahora le apunto a la cabeza. Dick sabía que querían que el hiciera algo – ¿Podrías hacernos los honores?
-¡Yo no sigo tus ordenes, fenómeno! – ladro Dick –
-Si no lo haces, te volare los sesos a ti y a tu amiga en la cama de ahí – y entonces Joker señalo hacia la cortina de atrás. La sorpresa fue evidente en la mirada de Batman y solo se mantuvo expectante ante lo que le fueran a mostrar – Vamos doctor Elliot, hora de mostrarle a la señorita Kyle.
El Murciélago entrecerró los ojos y solo mantuvo la respiración ante el horror que estaba a punto de presenciar.
Cuando Thomas abrió la cortina, una luz solitaria desde arriba ilumino todo el lugar revelando una máquina colosal que ocupaba la mitad del espacio del piso, alcanzando el techo con sus tuberías y cápsulas de vapor. Bajo esta máquina, se hallaba el cuerpo de Selina Kyle, que aún seguía con vida gracias a los tubos que serpenteaban por todos los tipos de conductores de metal y líquidos que salían de allí. Los ojos del Murciélago vieron con horror lo que le habían hecho a la mujer que amaba para llegar a él.
-No soy solo un neurocirujano competente – Thomas se jacto. El frío de la atmósfera convirtió sus palabras en un aliento helado – Uno de mis doctorados fue en cardiología. Mientras estudiaba, digerí todo lo que pude en asuntos del corazón: cómo reiniciarlo, quitarlo, operarlo, probar cuánto tiempo podría durar fuera del cuerpo dadas ciertas condiciones...
Thomas levanto una placa de metal en uno de los cilindros y escribió un código en el teclado de allí. Batman tomo una nota mental de los dígitos que uso.
-Puede que reconozcas el diseño familiar de la máquina – le dijo Joker mientras seguía apuntando a Nightwing – Su inventor fue un viejo conocido nuestro... Victor Fries. Su investigación sobre la conservación criogénica de material biológico fue un activo importante para este proyecto. Encontré su investigación completa dentro de un USB escondido en su vieja casa. Imagina su agradecimiento por haberlo vengado con una máquina de su diseño por lo que tú y el otro Robín le hicieron a él y a su esposa.
Un panel de la maquina se movió hacia arriba, iluminando aún más la luz azul de antes. Y ante ellos, dentro de un recipiente lleno de un fluido burbujeante y frío, había un órgano rojo flotando en medio del cilindro. Todas las venas y arterias cortadas a su alrededor estaban unidas a diferentes cables, y la pantalla de los signos vitales a su costado se movieron en conjunto con su latido constante.
Bruce sentía que su mundo se le iba de cabeza.
-Ahí está, Batman – anuncio Thomas – El corazón de Selina Kyle es tuyo para que lo tomes. La ironía es asombrosa – Batman no se movió hacia él, sus ojos estaban fijos en el órgano. Thomas Elliot dio un paso al frente y paso su mano por el rostro de Selina – Ella tiene un rostro bastante bonito y fino, ¿No es verdad? Sus genes cubanos e irlandeses hicieron un buen trabajo...
-Yo pensaba en cortarle todo el rostro y ponerlo en el tubo criogénico, pero le hubiera dejado todos los huesos y los musculos de la cara al descubierto y pues... ¿Qué sádico, no? – Joker volvió a reir. Batman se quedo horrorizado ante tal declaración – Pero... el doctor Elliot nos dio una mejor idea.
-Si el corazón de ella muere... el tuyo, Batman... muere también.
-Vas a decirme cómo se le puede restaurar el corazón o te haré...
-Silencio – Thomas se llevó un dedo a los labios mientras la otra mano enguantada chasqueaba sus dedos para indicarle al Joker que le siguiera apuntando a Nightwing. Batman tuvo que quedarse en su lugar mientras escuchaba a Thomas – Me tomó casi una década completar este plan, y todo está saliendo bien. Con lo inteligente que dicen los rumores que eres, me sorprende que hayas tardado tanto en descubrirlo. Realmente sigues siendo tan estúpido como cuando éramos niños. Nunca pensé que tendrías una debilidad tan lamentable – Thomas empujo la camilla de Selina hasta que la cara de Batman tuvo una vista clara de la cámara que contenía el corazón – De todas las cosas que el temible Murciélago de Gotham podría tener como su talón de Aquiles, lo único que podría ponerlo de rodillas, suplicando clemencia como un niño, fue el corazón de esta zorra de alcantarilla que además es Catwoman – Thomas Elliot volteo su mirada hacia la cámara que transmitía las imágenes en vivo – Qué trágico... y tan absolutamente patético que el hipócrita de Batman se derrita por una criminal – Thomas Elliot continúo presionando los controles en el teclado de la máquina grande – Incluso con las maravillas de la tecnología avanzada, el corazón solo puede latir durante cierto tiempo fuera del cuerpo.
-¿Cómo...? – el Murciélago se esforzó por hablar ante la ira que había en él, pero la impotencia y el miedo todavía estaban allí – ¿Cuánto tiempo?
-Ha pasado una hora y media conservándose aquí desde su operación. Unas tres más y... bueno, no pensemos en lo que sucedería si Selina Kyle funcionara con soporte vital por el resto de su triste existencia – Joker se burló, mirando el latido del corazón mientras blandía un control remoto desde su mano, jugando con su pulgar sobre el interruptor – Puedo admitir la propias fallas en el plan: el corazón mecánico al que la conecto el doctor Elliot fue construido para durar unas pocas semanas. Pero podría apagarse fácilmente con solo presionar un botón.
La sola idea parecía revigorizar los puños de Batman lo suficiente como para apretarlos.
-Tú... no te atreverías... – les dijo el justiciero –
-Oh, claro que se atrevería – interrumpió Thomas Elliot – Eres un tonto tan ciego que no puedes ver cuánto tienes que perder. Vamos a destruir cada cosa que amas, y vas a mirar impotente, tal como me hizo tu desdichada familia hace tantos años. Ya mataron a tu otro Robín, estamos a punto de matar a la mujer que amas... y yo ya mate a tu Alfred.
La cólera se apodero de Bruce Wayne al momento en que mencionaron a Alfred. El solo recuerdo de su muerte le seguía atormentando con la simple idea de no haber estado ahí para salvarlo. Y tener de frente a su verdugo solo empeoraba las cosas.
-Thomas... por favor... te lo imploro – le dijo Batman a su antiguo amigo. Esto solo hizo que tanto Hush como Joker y Riddler se echaran a reír –
-El gran Batman nos está rogando – dijo Riddler sin contener su ironía – Las vueltas que da la vida... ¿verdad?
-No has escuchado mi oferta... Bats – le dijo Joker sin quitar el cañón de la cara de Dick. Parecía que iba a ofrecerle algo bastante siniestro a Batman – Solo por lastima... – y entonces sonrió de una manera bastante macabra – Mata a Hush.
-Y de la forma más violenta posible – añadió Nygma –
El doctor Elliot se volteo hacia sus compañeros villanos con sus ojos furiosos pero implacables. Batman sabía que tenía que rebajarse a su nivel y arrastrarse por esa porquería para que Selina y Dick pudieran vivir. Era la única forma de acercarse y seguirles el juego en el estado en el que se encontraba en ese momento.
Sin previo aviso, un batarang se incrusto en el pecho de Thomas Elliot. Hush se tambaleó hacia atrás mientras se llevaba las manos al pecho tratando de parar la sangre que salía de él. Entonces la figura de Batman se postro firmemente ante él.
-¡Aquí me tienes... Tommy! – decía Batman, su rostro apenas se veía en su casco parcialmente destruido. Tenía un corte en la parte izquierda, que se extendía de su frente a la mejilla – Ahora... arréglatelas con el diablo.
Batman comenzó a golpearlo con el puño en el rostro mientras reflejaba una furia colérica en sus ojos. Le dio un golpe por Alfred, un golpe por Selina, un golpe por Dick, un golpe más brutal por Jason y por su violenta tortura en ese almacén. La cara de Hush comenzó a volverse una masa de carne sangrante mientras que el justiciero le pasaba los puños por el rostro. No había piedad, no había misericordia. El Joker se reía mientras Batman golpeaba sin piedad a Thomas Elliot ante los miles de televidentes que aguantaron el show con horror.
Thomas Elliot cayó muerto cuando Batman descargo un último golpe en el que hizo que su cráneo estallara del impacto y trozos de este se incrustaran en su cerebro.
-¡Bravo! ¡Bravo! – gritaba el Joker en español mientras danzaba de alegría al ver que su incorruptible y recto némesis rompía su código al fin – ¡Si Bats! ¡Descarga tu ira en el hijo de perra que mato a tus seres queridos! ¡Conviértete en la venganza que tanto querías tener contra todos los criminales de Gotham!
Batman se llevó sus ensangrentadas manos a su rostro mientras contemplaba la masacre que acababa de cometer para salvar a sus seres queridos.
¿Qué fue lo que hice?
¿Qué paso por mi mente?
Soy igual a ellos... soy un asesino.
Joker se dio cuenta de que Dick Grayson miraba con horror todo el show que tenía en frente y trato de desviar su propia mirada, pero el Príncipe Payaso del Crimen lo tomo del cuello y le susurro algo al oído.
-La función aún no termina, primor – y entonces se dirigió a las cámaras – Ahora, Nightwing le quitara la máscara a Batman o ya saben lo que hare con el corazón de Selina Kyle – concluyo el payaso –
-Está bien – dijo Batman desde el suelo, dirigiéndose a su hijo –
-Sabes que no Batman... – protesto Dick – Vendrá un infierno si hago eso.
-Es el fin – Batman agrego –
-No habrá escondite para ti... – Dick le señalo entre lágrimas –
-Solo confía en mí – concluyo el justiciero asintiendo a lo que vendría – Imagina que fue el día en que nos conocimos.
A Dick no le gustaba la idea, pero al final, tuvo que confiar en Bruce y en que sabía lo que hacía. El Joker lo dejo ir y lentamente alzo sus manos para apretar un pequeño botón en la parte inferior de la capucha. La capucha que estaba unida al casco comenzó a desprenderse del cuello del traje, y Dick agarro con las dos manos el casco de Batman.
Ahí fue cuando todas las personas de Gotham y del país que estaban viendo el noticiero (incluyendo a Jim Gordon y a su hija junto con todos los compañeros de la Justice League) se sorprendieron al ver al fin al hombre que estaba detrás de la capucha... a Bruce Wayne.
-¡Así es... publico querido... Batman es Bruce Wayne! – grito Nygma con todas sus fuerzas – ¡Su querido héroe no es más que un niño traumado por la pérdida de sus padres! ¡El enigma al fin se ha resuelto!
-Amigo mío... – Joker intervino hacia Nygma – Cuéntale al público como fue que descubriste su identidad.
-Claro. Hace cinco años, su adorada Selina Kyle provoco a Batman para que pudiera pelear con ella. Pero en esa provocación, ella tenía una cámara oculta en la capucha que grabo su voz y sus movimientos – Nygma se mostró más prepotente, como si quisiera demostrar algo – Llevaba años investigando a Batman y esa grabación fue la cereza del pastel. Yo ya tenía mis sospechas y cuando analice la voz de Batman, vi que todo concordaba. La edad de Bruce Wayne, su desaparición por ocho años y su regreso a la ciudad, que casualmente tiempo después apareció un vigilante enmascarado que aterrorizo a los criminales de Gotham. Así descubrí que Batman era Bruce Wayne. Solo era una mentira.
-¡Bravo! – Joker dijo en español y aplaudió histéricamente –
Después golpeo a Nightwing en la nuca con la culata de su revólver y este cayó presa del dolor. Batman quiso intervenir, pero Joker apunto de nuevo hacia su hijo inconsciente, amenazándolo. Mientras, Edward Nygma puso una cara e victoria creyendo que le había ganado a su rival. Y sin darse cuenta, Joker empezó a cambiar su objetivo, dejando de apuntar a Nightwing y dirigiendo el cañón de su arma hacia el propio Riddler.
-¿Pretendes asustarme? – le preguntó Nygma al ver el cañón del arma del Joker en su dirección – Hice lo que me pediste, te di todo. Ya desenmascare a Batman... déjame ir – dijo temeroso –
-No debiste de confiar en mi Eddie.
Y sin pestañear, el Joker apretó el gatillo. Una bala de grueso calibre surcó el aire y se incrusto en el pecho de Nygma, que se desplomó en el suelo perdiendo sangre.
-¿Por qué...? – preguntó Nygma casi sin fuerzas desde el suelo –
-¿Por qué? ¿Me preguntas por qué? Maldito idiota – Joker le escupió mirándolo desde arriba – Solo te interesa tu venganza, tu plan, tu egocentrismo de ver que eras mejor que Batman. Eso es hipócrita y egoísta... esta ciudad se merece un criminal de más categoría... y yo siempre lo he sido.
Con el rostro frio, sin una señal de que fuese una broma o un gesto de burla, el Joker vació el cargador sobre Nygma. Sin prestar atención al cuerpo sin vida del hombre que había sido su marioneta todo este tiempo, miró hacia Batman que había contemplado la escena en un consternado silencio, y solo se encogió de hombros.
-No soy el perro de nadie... no iba a seguir sus órdenes – afirmó como si hablara consigo mismo a la vez que sacudía la cabeza – Tu... Batman eres solo mío... – con esas palabras, el Joker volvió a mirar a Batman y le arrojo el casco que instantes atrás Nightwing le había retirado – Póntelo – ordeno a Batman – No me importa Bruce Wayne, solo Batman – mientras Bruce se ponía el casco, Joker se acomodaba el traje táctico de Batman que traía puesto con gestos rápidos e impacientes – Esto está mejor – dijo mostrándole a Bruce su atuendo – ¿Seguro que te estás preguntando porque llevo uno de tus trajes?
-La verdad es que no... – respondió Batman fríamente – Supongo que lo robaste de la Torre Wayne.
-Que decepción... creía que tú y yo teníamos una relación íntima, que éramos iguales. Así que tome prestado el traje, para que estuviéramos a la par – El Joker bajó la cabeza – Veo que no aprecias lo que hago por ti.
-Solo eres un demente, Joker – Batman tomo posición de combate y apretó los puños – Ahora ya nada me detendrá para ponerte bajo tierra.
-Los dos estamos locos, Batman – añadió el Joker – Ambos sabemos que nos conocimos en un lugar encantador lleno de químicos. Ambos pensamos que era una buena noche para jugar a disfrazarse. Yo fui como Red Hood, y tú viniste... bueno, con un atuendo un poco más ligero. Desde entonces, solo han pasado cosas malas: La muerte de tu nuevo Robín, la paralización de Barbara Gordon, la muerte de tantas otras personas que fueron lo suficientemente estúpidas como para estar en tu vida. Incluso tuve cierta responsabilidad por la aparición de otras grandes personalidades en esta ciudad, si lo piensas bien. Mi querida Harley o Harvey Dent – Batman estaba viendo por donde atacar, pero su visión estaba fallando y sus huesos apenas resistían – Mi punto es... Batman, que todo el caos de esta noche, y muchas otras noches en el pasado, no hubieran sucedido si no me hubieras golpeado y me hubieras sumergido en esos químicos... la destrucción que trajiste a Gotham... lo que le paso a tus seres queridos, es obra tuya, como... ¿Te acuerdas de Andrea Beaumont?
Batman no respondió... no tuvo respuesta. En el fondo de su corazón, sabía que era verdad. Lleno de ira, Batman se abalanzo hacia Joker, pero este lo intercepto y le propino un golpe en el pecho. Batman patinó por el cemento, con dolor en el pecho. Se puso de pie débilmente y volteo para enfrentar a su enemigo.
-¿Qué piensas? ¿Eres un buen nombre? Creo que no – dijo Joker mientras se reía – Veamos que otros trucos tiene tu traje.
Batman respiraba con dificultad, luchando por ignorar las heridas que Deathstroke le había infligido. Sabía que le había roto los huesos. El Joker acciono un interruptor y aplaudió, una especie de onda de energía atravesó el lugar. Joker había enviado una onda EMP.
-Lo siento Bats... ¿Te quedaste sordo? – se rio, al ver que Bruce gritaba y se llevaba las manos a los oídos, tratando de cubrírselos – Nadie vendrá a ayudarte en esta pelea, ¿Cómo te hace sentir eso? Saber que estás solo en este mundo.
Batman rugió y con su pistola de gancho disparo al techo, tratando de escapar. Pero Joker se le adelanto y agarró la línea del cable con ambas manos y tiró de Batman hacia él. Batman fue tomado por sorpresa cuando se elevó involuntariamente hacia su rival y fue pateado por un poderoso pie metálico. Cayó al suelo, inmóvil. Y justo ahí, Joker aprovecho y empezó a patear a Batman. Joker se reía mientras golpeaba al Caballero Oscuro.
-Wow... podría haber hecho este concierto hace años – se burló Joker. Batman luchó por levantarse, pero Joker lo volvió a patear en el abdomen – ¿Cómo se siente estar en mi lugar? – preguntó burlonamente el villano – Tú, finalmente bajo el pie del poder, y yo soy el que te pisa.
Batman no podía hablar. El Joker le había fracturado un pie al héroe caído. Al ver que jadeaba, Joker dejo levantar a Batman, pero el payaso solo se rió mientras veía al murciélago alejarse débilmente. Con cada paso que daba, rengueaba del pie.
-He soñado con este momento durante mucho tiempo – se rió el payaso – Bueno, tal vez no con tu traje... pero oye, tienes que improvisar.
Joker tomó a Batman por su capa y difícilmente lo arrastro hacia el vestíbulo principal. Bruce solo veía el rostro de un Joker que sin duda estaba ebrio de poder. Se acercó para respirar en la cara magullada de Batman.
-¿Cómo se siente estar solo en este mundo... Bruce? Desde la noche en que tus padres te dejaron para luchar contra el caos por tu cuenta, cuando podrían haber estado a tu lado. Si no hubieran muerto, su muerte... el origen de tus días como Caballero de la Noche, nada de este dulce caos habría sucedido.
Batman levantó la cabeza para mirar al Joker. El payaso se rió; la sangre que goteaba por la máscara del murciélago lo divirtió.
-Tenías razón, Joker... – gimió Batman – Tienes que improvisar.
Joker dejó de reír. Miró hacia abajo y vio que Batman había rociado gel explosivo alrededor del abdomen del traje.
-Hijo de perra astuto – dijo el payaso –
Batman acciono el detonador e hizo explotar el traje, arrastrando a Joker con él. Aterrizaron en las escaleras del manicomio, ambos estaban muy lastimados. El justiciero se puso de pie con cansancio, sujetándose el brazo izquierdo. Estaba roto al igual que su pie.
De la nada, el Joker corrió hacia Batman y lo golpeó en el estómago con una palanca. Batman gritó de dolor y se desplomó. Tenía suficiente, estaba sucumbiendo a sus heridas.
Joker se rió mientras se paraba sobre el cuerpo casi sin voluntad de su acérrimo rival.
-¿Sabes qué es lo gracioso? – preguntó Joker mientras giraba la palanca hacia el costado de Batman, dándole la vuelta a su cuerpo para que estuviera boca arriba – Lo curioso es que esta es la misma palanca que usé para matar a Robín.
Iba a golpearlo en el rostro, pero Bruce agarró la palanca antes de que Joker hiciera su último golpe. El payaso gruñó mientras trataba de apartarlo.
-No... – dijo Batman mientras se levantaba, ignorando sus heridas una vez más, para enfrentar a su enemigo – Esta es la barra que te destrozo la cara.
Bruce golpeó con la palanca en la cara a Joker. La sangre brotó de su nariz, se tambaleó hacia atrás y se tocó el rostro. Para seguir con su ataque, Batman le dio un puñetazo en el lado izquierdo de la cara con el brazo sano. Joker casi se derrumbaba antes de que Bruce lo agarrara por el cuello y lo sostuviera y ahí, haciendo un esfuerzo con el brazo roto, lo golpeó brutalmente en el rostro.
Joker gruñó y pateó, pero esta vez ya no se reía. Luchando por zafarse de su atacante, encontró una navaja en su calcetín y se la clavo a Batman en su hombro.
Bruce grito de dolor y lo soltó. Pero lo que el payaso no contaba, era que Bruce saco tres batarangs y se los arrojo con la mano para evitar que escapara. Uno se le clavo en el brazo derecho, el segundo en el hombro izquierdo, y el último en el ojo derecho. Joker cayo y bramaba de dolor, pero casi de inmediato se puso de pie, y como pudo, agarro una pistola de uno de sus asesinos y encañono a Nightwing en la cien al mismo tiempo que lo liberaba de sus cadenas.
-¡Ponte de pie, niño pájaro! – gritaba el Joker mientras lo sostenía desde atrás y le apuntaba – Vamos a ver si tu amigo tiene las bolas para salvarte.
Batman llego como pudo al lugar y vio entonces la escena. Joker tenia de rehén a Dick, Selina aún seguía en estado comatoso en la camilla y él estaba herido. Palpo su cinturón para ver si aún tenía algún gadget, pero solo comprobó que este estaba vacío.
Lo único que vio a la mano fue una pistola Colt. 45 en el suelo.
Sin pensar más, Bruce la tomo y apunto cuidadosamente a su rival. Ya no había tiempo y tenía que salvar a Dick. No iba a permitir que nadie más muriera por su culpa.
-Vamos a revivir la peor noche de tu vida... – decía Joker entre risas mientras le apuntaba a Nightwing – Solo que esta vez al que veras morir va a ser a tu hijo.
Batman luchaba por tener un disparo claro, pero su vista apenas era clara y su mano tambaleaba como gelatina. Costará lo que costara, tenía que salvar a Dick.
-Ten cuidado con lo que hagas Joker – dijo Batman –
-¿Cuántos ojos muertos puedes mirar antes de que su vida los abandone por completo? – dijo Joker entre risas intermitentes –
-Yo ya estoy muerto por dentro desde hace mucho, pero hasta yo sé a quién quitarle la vida y a quien no.
-Tú no me mataras, Batman – Joker se movía hacia la salida con Nightwing, pero a paso lento – Yo soy tu mejor amigo. Yo he estado ahí para ti siempre que lo necesitabas. Estaba ahí recordándote por que existes... por que existimos. Nos necesitamos el uno al otro, tu a mí, y yo a ti.
-Dick, si estas escuchándome, por favor... despierta – decía Bruce mientras apretaba el mango de la pistola. La rabia crecía en él y Joker estaba dándole justo donde más le dolía. Pero gracias a sus palabras, parecía que Dick estaba reaccionando. Sus parpados se movían –
-Yo me pregunto... ¿a cuántas personas has dejado morir solo por que no tienes las bolas para hacer lo necesario? – Joker puso una sonrisa en su rostro, pero luego la sonrisa desapareció, poniendo un tono más serio – Así que como siempre, yo tuve que ser el más noble. Fingí mi muerte para llegar a este momento... para este experimento social. Harley me puso un dispositivo de utilería y me disparo con una salva – decía Joker mientras cruzaba el pasillo principal – Me di un chapuzón en el rio, pero sobreviví. Y luego solo tuve que inventar lo de ese tonto del Designer para armas todo este teatrito. Solo debía de dar un pequeño empujón y llevarte a la locura.
-Todo lo que necesitaba... era un mal día – Bruce comprendió –
-Ya nos vamos entendiendo Bats. Y todo empezó cuando enviaste al Chico Maravilla a hacer el trabajo de un hombre.
Otra vez aquí, mamá... papá... un chico inocente está de nuevo frente a una arma y un villano desalmado está a punto de destruir su mundo. He roto mi código muchas veces esta noche, pero les prometo que Joker será el último. Hoy tengo que salvar a Dick, a mi hijo.
-Es curioso que digas esas cosas, Joker – Bruce por fin hablo – Porque el día en que puse la lápida de Jason, ahí, junto a la capilla donde están mis padres, jure ante Dios o ante lo que sea que este ahí arriba, que te mataría – Joker dejo de sonreír – Así que fracasaste, tu experimento social fallo por que ya había tomado una decisión. Hoy estoy más cuerdo que nunca y cumpliré mi promesa.
Como por arte de magia, Dick Grayson abrió los ojos y al ver la situación en la que Bruce y el Joker estaban, decidió darle un codazo en el rostro a su captor. Joker lo soltó, pero en el forcejeo, alcanzo a soltarle un disparo a través del costado.
Bruce lanzo un grito al ver caer a Dick, pero entonces, tuvo un disparo claro entre él y Joker.
Su cara estaba al descubierto.
Su frente era su blanco.
Entonces no dudo.
Bruce tiro del gatillo y entonces un trueno bastante ensordecedor se escuchó por todo el Arkham Asylum.
El cuerpo del payaso toco tierra al mismo momento que el casquillo del arma de Bruce.
La bala había dado de lleno entre los ojos del Joker, quitándole la vida.
Bruce miro al cadáver del tipo que había sido su némesis por casi dos décadas.
Su cuerpo no tenía vida.
Pero tenía una sonrisa en el rostro.
Solo dejo caer la carta del comodín de su mano izquierda... su carta.
Bruce apenas y soltó el arma para ir corriendo hasta donde estaba Nightwing. Se arrodillo junto a él, y comprobó cómo estaba su herida. La bala había dado en su costado, a un lado de sus costillas. Bruce lo volteo y vio que la bala lo había atravesado. Había tenido suerte, pero si salía un poco de sangre.
-Por fin lo hiciste... – dijo Dick entre jadeos – Lo siento Bruce... de veras intente escapar...
-No hables, en un momento te sacare de aquí – dijo Bruce mientras intentaba moverlo – Te llevare al hospital.
Dick se tranquilizó por un momento. Tomo el brazo de Bruce y dejo que lo levantara. Fue entonces que vio una oscura silueta a través del rabillo del ojo.
Fue demasiado tarde para advertir a su amigo.
-¡Bruce, cuidado! – grito Nightwing –
Fue demasiado tarde. Scarecrow se movió más rápido de lo que esperaban. Hubo un destello de metal en el aire. Luego, un agudo pinchazo de cuatro puntas en el cuello de Bruce. Las jeringas bombearon algo a su cuerpo. Batman dejo caer a Nightwing y su mundo se convirtió en un caos.
Scarecrow explotó en una bandada de murciélagos que volaron hacia su cara. Retrocedió, cayendo por el barandal hacia las celdas de los pacientes. Los viejos internos del Arkham Asylum salieron de su encierro y se dirigieron hacia él. Lo rodearon seis de ellos en total antes de que dos más se le lanzaran desde arriba.
Batman logró bloquear sus ataques, pero se recuperaron rápidamente, cada uno golpeándolo en la cabeza.
Bruce cayo.
-¡Vamos, levántate! – Joker gritó desde arriba. A Bruce le parecía extraño verlo si lo acababa de matar – ¡No puedes morir por un montón de maniáticos!
Bruce se quedó en el suelo, esperando a que lo golpearan de nuevo. Pero no lo hicieron. Se puso de pie tembloroso y miró hacia arriba. Cayó de vuelta al suelo.
Después vio a Talia Al Ghul, la hija de Ra's Al Ghul y la mujer de la que se había enamorado en su estancia con la Liga de Asesinos. Llevaba su atuendo de ninja y una espada. Lo miró con ojos blancos y vidriosos. Su piel estaba pálida y podrida. Su cabello se estaba cayendo. Un pedazo de su cráneo estaba expuesto. Tenía un agujero rojo que hacía que brotara sangre de él.
Jason estaba a su lado. Sus ojos se habían ido. Le faltaba la pierna, el hueso roto sobresalía por el extremo. Su traje de Robín estaba roto y quemado de la misma manera que cuando "murió".
-¿Por qué no pudiste salvarnos... Bruce? – dijeron juntos – Te amábamos... ¿No nos amabas?
-Ustedes no están muertos... ¡¿Por qué dicen eso?! – Bruce gritó. Las lágrimas cayeron por su rostro –
-¿Por qué no fuiste leal a mí? Yo aún te sigo esperando – la voz de Talia se quebró de dolor –
-¿Por qué no mataste a Joker desde un principio? – Preguntó Jason – El me alejo de ti y por su culpa Alfred está muerto.
Bruce no tenía respuestas para ninguno de los dos. Apretó los dientes, tratando de recordarse a sí mismo que esta era la toxina que estaba haciendo efecto. Solo eran alucinaciones. Lo estaban atacando y necesita defenderse.
Busco desesperadamente en su cinturón el antídoto que Selina le había dado anteriormente, mientras Jonathan Crane lo observaba retorcerse en medio del salón principal del manicomio. Quería verlo quebrado, con miedo.
En la mente de Bruce, aparecieron las personas que había en su vida, y que de algún modo, les había fallado: Barbara y Jim Gordon, Diana Prince, Selina Kyle y sus padres. Golpeo a todos y no paro hasta que estuvieron en el suelo. Inmediatamente se desvanecieron.
-Wow, eres un bastardo sin corazón – dijo el Joker que apareció desde un agujero en el aire. Casi parecía impresionado – Golpeaste a cosas que se parecían a tus seres queridos. Claro, era la toxina del miedo, pero no entiendo cómo es que te reclaman cosas que no sucedieron. O que aún no suceden.
-Yo te mate, maldito enfermo – dijo Bruce – ¿Por qué sigues aquí?
-Te lo dije... Batman. Yo soy tu mejor amigo. Y siempre estaré aquí cuando me necesites – concluyo Joker antes de desaparecer –
Bruce cayó de rodillas. Estaba tan cansado. Cansado de todas las peleas y la falta de sueño. Cansado del parloteo de Joker. Cansado de sus comentarios. Y estaba cansado de tener miedo de que lo que decía Joker pudiera ser verdad.
Se oyeron pasos detrás de él. Batman se dio la vuelta, preparando un batarang. Todo estaba borroso. Podía ver que alguien se acercaba, pero no podía distinguir quién era.
La figura se acercó. Era un hombre altísimo. Era ancho, de mandíbula fuerte, su piel era gris y no tenía cabello. Caminaba con un porte de prepotencia y poder
-¿Quién es usted? – preguntó Bruce –
El gigantón se acercó a él, mirándolo. Algo del "hombre" le daba miedo. Su altura, su aura de maldad, sus ojos de color rojo. Sin embargo, lo que más le atemorizo fue que este traía de la mano la capa de Superman. Estaba rota y ensangrentada, como si hubiera matado al Hombre de Acero.
El bruto le dio un puñetazo en la cara. Bruce se fue volando y el mundo se volvió claro de repente. Vio que alguien caminaba hacia él. Era una figura fornida y alta, con una capucha cubriendo su rostro. Pero al verlo mejor, no era un rostro, este traía una máscara roja. Vestía un atuendo militar y un murciélago rojo recién pintado destacaba en su pecho.
-Te hubieras mantenido al margen de esto – dijo el encapuchado con voz amenazante – Pero no te preocupes... ya llegue.
El enmascarado sacó un rifle M-14 modificado de su espalda.
Y disparo...
Pero en vez de darle a Bruce, le dio a Scarecrow. Jonathan Crane apuntaba por detrás a Bruce con una pistola, pero Red Hood llego a tiempo y lo detuvo, disparándole a Jonathan Crane en la mano donde sostenía el arma.
Aprovechando la confusión, Bruce se levantó y sujeto a Crane con su brazo lastimado, mientras que con el bueno le sujeto la mano donde tenía el dispositivo inyector de la toxina.
-¿Cómo es posible? – decía Crane – ¿Por qué no tienes miedo?
-Yo no te tengo miedo, Scarecrow... – dijo Bruce al oído de Crane – Tu adoptaste el miedo como una arma, pero yo crecí con él, deje que me moldeara. Soy miedo, soy la venganza, soy la noche... soy Batman – Bruce presiono la mano de Crane e hizo que el dispositivo de las jeringas se encajara en el cuello de su rival –
-No... – jadeaba Crane mientras la toxina ya corría por sus venas –
-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? – pregunto Bruce, viendo a Crane con desprecio –
Después soltó al ex psiquiatra, empujándolo hacia uno de los pilares del vestíbulo. En su mente, Crane ya empezaba a alucinar.
El cuarto se tornó amarillento y miles de murciélagos naranjas empezaron a revolotear la habitación. Fue entonces que Batman decidió postrarse frente a él. Su silueta cambio. Dejo la forma humanoide y se deformo a un murciélago gigante, de ojos rojos y una boca gigante con dientes afilados.
Crane ya no pudo más con esta visión espantosa. Lanzo un grito desgarrador y quiso liberarse de sus pesadillas. Corrió hacia la escalera, pero Red Hood lo intercepto sujetándolo de la espalda.
Y como si se tratara de un muñeco de trapo, Red Hood lo arrojo por la ventana del tercer piso, haciendo que cayera hacia las púas de la reja destrozada del manicomio.
Jonathan Crane no sintió dolor al ser estacado con estas, no... lo último que sintió antes de que la vida lo abandonara fue miedo.
-Nightwing... – ordeno Bruce a Red Hood – Ayúdalo a él.
Sin decir más, el vigilante encapuchado corrió hasta donde yacía Dick Grayson. Nightwing apenas y se mantenía despierto cuando sintió que alguien tomaba su abdomen y le ponía una venda, tratando de parar la hemorragia.
-Tranquilo... Dick – dijo Red Hood mientras lo ayudaba – Ya llegue a salvarte el trasero.
Mientras tanto, Batman volvió a derrumbarse sobre el piso, buscando el antídoto a la toxina. Estuvo expuesto por más de quince minutos. Ya debería de hacerlo enloquecido por completo, pero no fue así.
Apenas le dio el tiempo suficiente para tomar la jeringa con el antídoto, pero cuando ya se la iba a inyectar, le pareció que iba a desvanecerse. No pudo más y se dejó ir, soltando el antídoto.
Y justo cuando Bruce creía que todo estaba perdido, sintió un pinchazo en el cuello. Hizo que sus sentidos se aclararan y que las pocas fuerzas que tenía se restablecieran. Lentamente abrió los ojos y como si de un ángel protector se tratara, Jason Tood estaba junto a él. Él le había inyectado el suero, evitando que cayera por completo a la locura. Él lo había salvado.
-¿Estás bien, anciano? – pregunto Jason, poniendo su mano en el cuello de Bruce –
-Se mas respetuoso conmigo – contesto Bruce, quejándose un poco –
-¿Por qué te guardaste toda la diversión para ti? – Jason señalo con la mirada a Nygma, a Hush y al Joker. Sus cadáveres estaban tirados en el suelo –
-Solo al Joker... – Bruce negó un poco con la cabeza – El mato a Nygma e hizo que yo matara a Thomas Elliot...
-Lo escuche cuando venía de camino. Ya termino todo – le contesto Jason mientras ayudaba a Bruce a ponerse de pie –
-Miren quien regreso desde el otro lado – interrumpió Dick, que estaba desde el suelo y señalaba hacia Jason –
Al momento de oírlo, Bruce y Jason voltearon hacia él. El joven que ayudaba a Bruce parecía tener veintitantos años. Cabello castaño y múltiples cicatrices marcadas en su cabeza y rostro, vestía ropa táctica militar con dos pistolas enfundadas al costado. El joven levanto una ceja al escuchar su nombre.
Recibieron a Dick en brazos, tratando de que se apoyara en ellos, pero el después índico que lo dejaran descansar en el piso.
-Por si les interesa, Barbara me dijo en donde se encontraría Scarecrow. Si no hubiera sido por mí, quien sabe hasta dónde hubieran llegado – les dijo Jason –
-Nos las hubiéramos arreglado, Jason... gracias – dijo Bruce, poniendo una mano en el hombro de Jason. Pero al muchacho no le gusto y la aparto de el –
-Hubiera llegado antes, pero pase a la residencia – Jason puso firmeza en sus palabras – Alfred murió. Creí que el sería la primera persona a la que impedirías que lastimaran.
-¿Qué es lo que estás diciendo? – les contesto Dick mientras se tocaba la herida –
-Selina... – recordó Batman de repente –
Mientras se dirigía a toda velocidad hacia la máquina de Fries, Bruce pudo escuchar las sirenas de los coches de policía que iban a toda velocidad hacia la isla Arkham. Entonces respiro aliviado.
Al ver los controles en la máquina, Bruce supo que aún necesitaba aprender a encender la máquina usando algunas coordenadas pirateadas o el corazón de Selina dejaría de latir en unos minutos. El teclado en sus manos tenía varios cables enchufados, y entonces Batman parecía no saber qué hacer.
Obviamente, era el diseño de Fries. Incluso había un botón que autodestruía la maquina encerrándola en hielo.
-Tecnología criogénica de Víctor Fries – hablo Batman hacia los muchachos que iban acercándose a el – ¿Recuerdan algo de la base de datos sobre cómo poner en marcha su maquinaria?
-Veamos... – Jason tarareo, probablemente escaneando sus notas mentales – Recuerdo que se tenía que habilitar el protocolo de contraseña antes de ingresar el PIN. Había que presionar el cero y el botón de activación al mismo tiempo.
Batman y Dick pusieron los dedos en el control y esperaron a que Jason estuviera seguro.
-Había un tiempo de espera de diez segundos antes de que toda la máquina se autodestruyera. Una vez que presionaran el botón de asterisco, se debía ingresar el código PIN rápidamente – Jason concluyo –
-¿Cuál era el código habitual de Fries? – Batman movió sus dedos, preparándolos sobre el teclado –
-La fecha de nacimiento de su esposa – Dick añadió, recordando la contraseña de Victor Fries – Era 09/11/70.
Batman cerro los ojos, conto el tiempo en su cabeza y luego golpeo el asterisco mientras que Dick tecleo los números para ingresar el código.
Una vez que presiono el último botón escucharon girar los engranajes en la parte posterior de la máquina, dejando que su zumbido constante llenara el silencio de la habitación; mientras, el vapor salió silbando de las tuberías y las diversas señales LED se encendieron a su alrededor nuevamente. El líquido dentro de la cámara del corazón comenzó a burbujear y siguió bombeando. El órgano volvió a la vida.
-Tengo su corazón – Bruce anuncio. La dolorosa ironía de esas palabras se hundió en su piel – Cuando lleguen los cirujanos cardiovasculares, deben recuperarlo de aquí. Y dejare instrucciones sobre los planos de Fries para que puedan recuperarlo correctamente.
-Como desees – le anuncio Jason mientras volvía a tomar a Dick en sus brazos para salir del manicomio –
Bruce subió su brazo por el cristal de la cámara y presiono su mano enguantada contra la superficie, sintiendo el correr de las burbujas y el eco de los latidos del corazón de Selina contra la superficie. Era casi como si estuviera seguro de que por una vez, cuando la tenía de nuevo en su vida, ella estaría a salvo.
No podía perder a otra persona cercana a él, no otra vez.
¿Pero acaso su pesadilla había terminado?
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