Capítulo 23: Tuve dos años bastante buenos
En las calles de Gotham, el silencio de la noche fue interrumpido por el Batmóvil. Batman y Nightwing iban en dirección hacia el cuartel general de la policía y aumentaron su velocidad. Una vez que el vehículo estuvo en rango visual, redujo la velocidad y Batman finalmente estacionó el Batmóvil en un callejón cercano.
Al salir del vehículo, Batman configuró el sistema de defensa de seguridad y ambos usaron sus pistolas de agarre para ascender al techo del cuartel general de la policía. Cuando aterrizaron en el techo, Batman caminó hacia la señal de murciélago.
-¿Jim? – pregunto Batman –
-Tal vez es otra maldita trampa – dijo Nightwing –
-No creo. Jim no se prestaría a eso, y este edificio es el último lugar al que los criminales de Gotham se acercarían.
Batman miró a su alrededor y no vio a nadie. Mientras escaneaba la azotea, escuchó un chirrido agudo. Se dio la vuelta y vio un guante negro raspando la superficie de la señal de murciélago. Siguió el guante hasta la cara del reflector y vio una figura en la sombra que yacía en la parte superior.
-Hola Bruce, ¿me extrañaste? – Batman inmediatamente reconoció la voz –
-Esto no es un juguete, Catwoman – dijo Batman con severidad, mientras Dick sacaba sus bastones eléctricos y se ponía en posición de ataque – Nightwing, alto – se dirigió a Dick alzando su mano para que no atacara –
-Veo que trajiste a tu chaperón. Tranquilo, Chico Maravilla – Selina se dirigía a Nightwing – No soy una amenaza.
-Más te vale – respondió Nightwing mientras guardaba sus bastones –
-¿De qué otra manera puedo ponerme en contacto con ustedes? Cambiaste tu número y de seguro no podre sacar cita con tu secretaria a las dos de la madrugada – dijo Catwoman con una sonrisa burlona –
-No respondiste a mi pregunta – contesto Batman –
-Oh, olvide que siempre eres tan serio – Catwoman caminó hacia él, pero el tono juguetón desapareció – No estoy muy segura de cómo será esto y me duele decirlo, pero... necesito su ayuda.
Batman agarró el interruptor de la señal de murciélago y lo apagó.
-¿Qué quieres decir con que necesitas nuestra ayuda? En caso de que hayas olvidado, eres una criminal y deberíamos arrestarte y ponerte bajo custodia – dijo Nightwing –
-Créeme, las últimas personas a las que quiero pedirles ayuda es a ustedes – respondió Catwoman – ¿Pueden dejar el acto de policía por un segundo y escucharme... por favor?
-Está bien... – Batman pudo ver la sinceridad en su rostro –
-Batman... ese dispositivo que me acabas de quitar... digamos que mi cliente estaba un poco...
-¿Tu cliente? – Batman interrumpió –
-¿Qué, pensaste que acabo de volví a ser Catwoman porque soy una especie de cleptómana? Por favor, dame un poco más de crédito por eso – se burló Catwoman – Pero... – volviendo a su tono serio – Esto es diferente. Involucré a alguien más y es completamente inocente.
-¿Qué quieres decir con que alguien más está involucrado? ¿Qué pasó? – Preguntó Nightwing –
Catwoman miró hacia abajo y se dio cuenta de que decir la verdad era más difícil de lo que pensaba. Pensaba mucho en Maggie; encerrada en algún sótano sucio en alguna parte, asustada por su vida... y era culpa de Catwoman. Selina se mordió el labio y se obligó a continuar.
-Se llevaron... a Mag... Maggie – Ella contuvo las lágrimas diciendo eso –
***
Una semana antes...
La luz del día era amable en Los Ángeles.
Y más esa mañana en el reluciente distrito de Santa Mónica, cuya arquitectura y vista al mar eran una joya carmesí en el medio de la playa y tantas tiendas de ropa. Tan hermosa era Santa Mónica durante el día que varias personas de ciudades externas ya empezaban a invadir sus complejos de apartamentos.
Y una de esas personas salió por las puertas de entrada de su edificio.
Llevaba un blazer negro abierto sobre una camisa blanca con botones, cuyos tres botones superiores estaban desabrochados. Una falda negra abrazaba sus piernas y se detenía a cinco centímetros por encima de sus rodillas, y el ruido de sus tacones negros golpeando el pavimento proporcionó percusión para el tenue coro de pájaros que a menudo se congregaban cerca de las jardineras. Llevaba unas elegantes gafas de sol negras sobre sus luminosos ojos verdes, y su corte de cabello tipo pixie absorbía toda la luz solar en su cabello negro, en lugar de reflejarla. Sus cejas parecían arqueadas permanentemente, y sus labios carnosos y rojos parecían pegados en una sonrisa ansiosa, como si llegara tarde al trabajo.
Había una contradicción en esa mujer que parecía tan bien formada, tanto física como estéticamente. Emanaba misterio, gracia, y tentación. Era como si se moviera a veintitrés fotogramas por segundo, mientras que el resto del mundo se movía a los veinticuatro cuadros estándar.
Sobre su hombro izquierdo llevaba un bolso negro, y en su mano derecha había un sobre sencillo dirigido a un señor Joshua Cassaday de North Hollywood.
Muchos dirían que la joven parecía un ángel, aunque las acciones de su pasado dirían que realmente fue un demonio.
Caminó hasta la acera frente al edificio de apartamentos, donde la esperaba un Chevy negro. Una chica rubia en sus veinti tantos años esperaba a la otra joven que iba apresurada.
-Buenos días, señorita Kyle – dijo la joven en tono de burla al ver a su amiga algo apresurada – Que bonito conjunto. Te ves preciosa.
Selina Kyle sonrió, aunque cualquier calidez genuina en esa sonrisa fue amortiguada en gran medida por las gafas de sol que usaba.
-Buenos días, Holly – dijo Selina en un tono amigable – Y deja de llamarme "señorita", que ya sabes que odio las cordialidades, pero gracias por el cumplido.
Se subió al asiento del pasajero del auto y abrió la ventana. Selina tuvo un momento para refrescarse con el aire fresco mientras Holly se dirigía a la puerta del lado del conductor.
-¿Paso por ti una vez que termine mi turno? Hoy es Lunes y por lo del corte de caja me quedare una hora más tarde – preguntó Holly mientras esperaba a que pasara un camión y arrancara el auto –
-No, gracias. Tomare un taxi – Selina le respondió – Oh, pero... ¿Holly?
-¿Si?
Selina miró el sobre en su mano por un momento, antes de entregárselo a Holly. No hallaba la hora para desprenderse de él.
-Ya que vas por North Hollywood... te agradecería mucho que dejaras esto en su buzón.
Holly tomó el sobre, vio lo que había dentro y pareció sorprendida. Selina podía ver por su lenguaje corporal (aunque no podía ver su rostro) que Holly quería extenderle algún tipo de simpatía, pero no quería extenderse más allá de sus límites profesionales.
-Lo siento – dijo la chica rubia y lo dejó así – Se lo dejare y me iré sin decir nada. Palabra de amiga.
-Muchas gracias – dijo Selina – Y yo también... siento que no funciono.
De todos los autodenominados "criminales" que se vieron empujados a la irrelevancia después de que Batman limpiara las calles de Gotham, ninguno tenía la historia de éxito de Selina Kyle, también conocida como Catwoman.
Por una razón en particular (que estaba demasiado orgullosa para admitirlo incluso para sí misma), ser Catwoman ya no era viable. Mientras contaba con ser una mujer de unos treinta y tantos años con un historial de antecedentes de una milla de largo que no había tenido un trabajo legítimo desde que tenía diecinueve años, Selina se topó con una pregunta que resultaba tentadora para alguien como ella.
¿Qué pasaría si me reformo y me hago decente?
Después de haber dejado Gotham y después de haber recorrido mundo por casi diez meses, Selina comenzó a trabajar en una cafetería en la carretera hacia Las Vegas. Era un lugar discreto donde por lo general muchas familias de turistas con niños se paraban a comer y casi siempre la ignoraban más que para que les tomara su orden y les llevara la cuenta. Su único incidente fue con un camionero andrajoso que le lanzo un piropo de mal gusto y le toco el trasero; al cual ella golpeo y lo lanzo hacia la calle para indicarle que no era bienvenido ahí. Como se había hecho bastante amiga de la dueña, Selina no tuvo problemas y siguió trabajando ahí.
Y su vida dejo de ser emocionante y pasó a ser rutinaria. Se levantaba temprano, corría desde el pueblo donde tenía el pequeño cuarto que había rentado hasta el restaurante, les tomaba a los clientes sus pedidos hasta la noche y luego volvía a su cuarto en el pueblo a dormir. No es que ella se quejara, por que a pesar de todo le iba bastante bien con las propinas, pero si extrañaba bastante a Bruce y a Maggie, incluso podría decir que también a Alfred y hasta a Barbara y Dick.
A veces cuando llegaba en la noche tomaba el teléfono y llamaba hacia la residencia Wayne, donde el único que contestaba era Alfred, pero lejos de molestarle a Selina, la reconfortaba al escuchar la voz del hombre mayor. Se quedaban bastante tiempo platicando sobre películas, quehaceres diarios o incluso de pequeños detalles en la vida de ambos. Igualmente creo una cuenta en Facebook por donde se comunicaba por mensajes con Barbara y con Dick, pero la rutina y el tiempo hizo que Selina disminuyera su contacto con sus amigos en Gotham, contactándolos cada día menos llegando hasta el punto en que ya no lo hizo.
Otro asunto que dejo sin resolver fue la duda que tenía respecto a Bruce:
¿El me culpo por la muerte de Talia? ¿A pesar de que me volví de los suyos y le ayude a salvar al mundo... el me culpo?
¿Alguna vez me amo de verdad?
Selina se convenció a si misma de que eran ocurrencias que ya no tenían significado, y que a pesar de todo lo que ocurrió ahora tenía una nueva vida que tenía la oportunidad de disfrutar. La boda de Bruce Wayne con Vicki Vale solo reavivo su nueva decisión de dejar el pasado atrás, y aunque Selina si soltó algunas lágrimas cuando vio el anuncio en la tele sobre "La Boda del Siglo", finalmente tuvo que tragarse su dolor y salir adelante como podía.
Unos meses más tarde, su suerte cambio sin que ella lo solicitara. Un reportero de nombre Clark Kent se paró a comer en el restaurante y al hacer platica con Selina, este le entrego el folleto de apertura del nuevo casino de Queen International en donde se solicitaba nuevo personal. Selina no esperaba que saliera algo de ese pequeño trabajo, pero finalmente se animó y tomo el autobús hasta Las Vegas, donde al llegar al nuevo establecimiento, fue el propio Oliver Queen quien le hizo la entrevista de trabajo para el puesto de "host" en el restaurante de lujo ubicado en el piso 15.
Lo único que Selina hizo fue agradecerle a un Dios en el que ya casi no creía de que al fin su vida cambiaria para bien al tener un trabajo decente y bien pagado, ya que tendría el dinero suficiente para traer a Maggie a vivir con ella sin restricciones ni doble vida.
Pero por otra parte se le hizo raro que le pasaran cosas buenas, y que de una casualidad de un reportero amable que le entrego un folleto, su vida iba a mejorar.
Nadie había confabulado los acontecimientos para que la situación de Selina mejorara... ¿Verdad?
Y así fue como Selina Kyle prospero.
Un año después de haber conseguido el trabajo en Las Vegas, Selina solicito un traslado para el hotel de Queen International en Los Ángeles y se había convertido en jefa de área de bares. Le había conseguido trabajo a su amiga Holly Robinson en una área administrativa y pronto traería a su hermana Maggie (que ya no era monja, por cierto) que solo estaba esperando a que el comprador de su pequeño apartamento en Gotham le dijera que sí.
Aun recordaba con Holly sus antiguos días como Catwoman, y era en un restaurante de comida mexicana en el centro de Los Ángeles, donde mientras almorzaban repasaban sus últimos recuerdos.
-¿Pero por qué el látigo? – preguntó Holly –
-Está bien – dijo Selina, y miró a su alrededor para que no hubiera nadie escuchando antes de lanzarse a contestar esa pregunta. Selina y Holly parecían ser las únicas en el restaurante en ese momento, a excepción de las meseras – Está bien – dijo Selina de nuevo – Sabes cómo... a todo el mundo le gustaba burlarse de mí y del látigo como si fuera una, eh...
-¿Dominatriz? – Holly preguntó rotundamente –
-Pues si – dijo Selina – Y por cierto, a veces solo me provocaban para que los golpeara con él. Que locos... ¿no?
-No soy nadie para juzgar – dijo Holly –
-La verdad ya me da igual, pero... Ese no es el punto que estoy tratando de demostrarte. El punto es: el látigo era una genialidad.
-¿Cómo?
-Si corro a pelear con un tipo y llevo un cuchillo, pero dejó caer el cuchillo, el tipo puede levantarlo y apuñalarme con él. Lo mismo ocurre con una pistola, me pueden disparar. Pero peleo con un tipo llevando un látigo, y dejó caer el látigo y él lo levanta... se va a lastimar antes de que me lastime a mí. Porque un látigo es una especie de artículo personal – dijo Selina con algo de orgullo –
-¿Alguien se lastimó con el látigo? – Holly sonrió y tomo un trago de café –
Selina se inclinó sobre su comida con una amplia sonrisa. Cuando le contaba esas historias a Holly, toda la seriedad y la estatura de "La jefa de bar Selina Kyle" se desvanecían, y ella volvía a ser la huérfana del East End que robaba para sobrevivir y se veía bien haciéndolo. Le daba tanta nostalgia hablar de esas épocas.
-¿Has oído hablar de Killer Moth? – preguntó Selina –
-La verdad no.
-Drury Walker – dijo Selina – Trató de promocionarse ante la mafia y otros idiotas como un "Batman para criminales". Ya sabes, le pagabas y él protegía tus intereses. Tenía artilugios como un Cocoon Gun, aunque nunca lo vi usarlo. Incluso solía vender unas pequeñas balizas que llamaba Moth-Signal...
-¿Era bueno siendo "Batman" para los malos?
-Bueno, pues si nunca has oído hablar de él... – dijo Selina – Creo que su mayor salto a la fama fue ser el primer villano al que Batgirl le pateo el trasero. De todos modos, una noche, irrumpí en la casa de Johnny Vitti. Él era un capo para el finado Carmine Falcone. Entre al dormitorio, intente abrir su caja fuerte, y me doy cuenta de que Vitti fue lo suficientemente tonto como para contratar a Killer Moth.
-¿Y supongo que tú también le pateaste el trasero?
-Algo así – dijo Selina – Para empezar choco contra la ventana del dormitorio, directamente contra mí. Ambos nos tumbamos en el suelo del dormitorio y mi látigo se soltó del traje. Intente ponerme de pie, y veo que tiene mi látigo y estaba ansioso por usarlo – Selina se tapó la boca para reprimir una risita antes de continuar – Quiso golpear el látigo... pero rompió su máscara por la mitad... y se abrió la frente.
Las risitas de Selina ahora eran risas completas. Holly también se reía, pero parecía ser el tipo de persona cuyo rostro se reía pero no salía ningún sonido de su boca.
-Así que él... él estaba sosteniendo su frente, con su pequeña máscara barata en el piso en pedazos. Él sabía que su máscara estaba rota, así que me pregunto desde detrás de su mano... – Selina levantó la mano para imitar a Killer Moth, pobre y propensa ante los accidentes – "¿Tienes cinta adhesiva?"
Ella se rió aún más fuerte. Holly (aparentemente aterrorizada por la risa de su amiga) se llevó la mano a la boca.
-Estoy de pie allí en mi traje de espandex ceñido y recubierto de cuero con solo la bolsa en mi hombro para sostener ganzúas y estas pequeñas bombas de humo que solía usar... ¿Y que querías que le contestara? – Selina disminuyo su risa – "Claro Moth, lo guardo entre el soplete y el kétchup".
La risa de Selina ya no fue tan fuerte como la última. Las risas finalmente se calmaron hasta que ella solo estaba mirando su comida. La pausa se interrumpió cuando la televisión comenzó a dar un anuncio promocional sobre Gotham City, pues ahora que estaba en un periodo de relativa "paz" buscaban atraer turistas para hacer que su economía creciera.
"Siendo la aerolínea que viaja a más países que ninguna otra, Turkish Airlines se enorgullece de presentar su nuevo destino: Gotham City; una ciudad que se ha levantado de su pasado para convertirse en un verdadero centro urbano. Si no, pregúntenle al empresario más reconocido de la ciudad."
Y para sorpresa de Selina, Bruce Wayne apareció en la pantalla de la televisión. Iba vestido de traje y con una gabardina encima, y recién iba saliendo de la Torre Wayne en el centro.
"Gracias a una donación significativa de mi compañía, Wayne Industries, Gotham City está siendo restaurada a su antigua gloria.
Desde la legendaria estructura del Opera Hause hasta las discotecas del New Bowery... viaja a una ciudad que nunca se detiene. Descubre por que Gotham es grande de nuevo. Y quien sabe... incluso podrías ver a una celebridad local".
La Batiseñal apareció en todo su esplendor y después cortaron para mostrar de nuevo a Bruce Wayne, pero ahora a bordo de uno de los aviones de Turkish Airlines y listo para decir una última línea.
"Nunca ha habido un mejor momento para venir a Gotham".
-Lo extrañas... ¿no? – preguntó Holly al ver el comercial –
Selina no supo a qué se refirió su amiga; si hacia Bruce o hacia Batman. De todos modos, la cabeza de Selina entro en un espiral de emociones y recuerdos.
Y una vez más, en ese momento, ella estaba en los tejados de Gotham, corriendo rápidamente con toda la adrenalina del mundo, con el sonido de las sirenas en la distancia que no tenían ninguna esperanza en atraparla. Fue solo un instante, pero el instante pasó y ella le dijo a Holly la "verdad".
-No... – dijo Selina – Lo único que extraño de Gotham es a mi hermana. Pero eso pronto se acabara cuando llegue a vivir aquí. Después de que estemos juntas, nada me atara a ese lugar.
-Te conozco bien, Sel... sé que no es así.
Holly estaba pescando la verdad por una razón, y la verdad apareció en su mente.
Porque se tuvo que alejar de el...
Pero Selina no lo dijo. Se decidió por otra cosa que era igualmente cierta, pero mucho menos vergonzosa.
-Tengo treinta y tantos – dijo Selina – Tuve que irme de Neverland en algún momento – hubo un silencio incómodo. Selina literalmente se sacudió a sí misma para salir de el – Lo siento – dijo ella – Es solo que... con lo que sucedió con Josh mi mente anda divagando en estupideces.
-Oh – dijo Holly – Lo siento. Eso... Eso no pudo haber sido fácil.
-Te juro de todo corazón que lo intente con el – dijo Selina, casi con la mirada perdida – Pero resulto igual de patán...
-¿Qué era el paquete que me pediste que le regresara?
-Las llaves de su casa. Apenas las encontré entre los cojines del sofá.
-Pero no lo entiendo – dijo Holly aun confusa – Eres muy guapa, eres atenta, bastante sexy, tienes temas de conversación increíbles... Josh no sabe lo que se pierde.
-Eso no tiene nada que ver – dijo Selina, ya apagada – Desgraciadamente mí pasado siempre me va a perseguir.
-¿Crees que Batman si te hubiera entendido? – respondió Holly solo que en voz más baja –
Selina solo se le quedo viendo a la ventana, hacia el océano. Esta vez ya no le contesto a Holly, solo quería estar sola un rato.
-Ni John Constantine me entendería, y eso que él vive por aquí – contesto Selina tratando de finalizar la conversación, o en todo caso desviar el tema –
-¿Y quién es John Constantine?
-Antes de que te responda, Holly... ¿Crees en los demonios y todo lo sobrenatural?
Y otra vez, las noticias en la televisión les cortaron la conversación.
"El día de mañana se cumplirá un año del suceso devastador al que se le dio el nombre de "La Noche de Parallax", en el cual el súper héroe, capitán de las fuerzas aéreas y miembro fundador de la Justice League; Hal Jordan o más conocido como Green Lantern, sucumbió al mal y se transformó en el titán de luz amarilla conocido como Parallax. Junto al criminal intergaláctico conocido como Sinestro y a la villana Star Sapphire, o como era mas conocida; Carol Ferris, la CEO de Ferris Aircraft; Parallax destruyo Coast City.
A un año de este suceso tan devastador, ningún miembro de la Justice League ha dado su declaración al respecto, ni siquiera por que mañana, después de ser objeto de vandalismo y agresiones de parte de la población de Metropolis, el consejo de la ciudad ha dado luz verde para que la estatua de Green Lantern en el Parque de los Héroes sea demolida.
Después de ver los poderes que tienen estos seres intergalácticos, y saber el alcance que tiene su "luz dura"... la población del mundo se sigue preguntando si hay que tener miedo.
¿Carol Ferris regresara?
¿Es cierto que Hal Jordan murió?
¿Habrá otra invasión de algún otro ser del espacio?
Queridos televidentes, esas preguntas se las dejo a ustedes..."
-Te lo dije Holly – respondió Selina al ver las noticias actuales del mundo de los súper héroes – Es un jodido mundo de locos.
***
Eran alrededor de las dos de la madrugada cuando un ronroneo hizo que desviara la mirada hacia el gato que caminaba y se frotaba contra su pierna. Selina le acarició la cabeza sin pensarlo, para luego volver a centrar su vista en lo que había fuera de la ventana: los cielos nocturnos y resplandecientes del Océano Pacifico.
Escuchó las sirenas y vio las luces azules y rojas reflejarse en las paredes oscuras del vecindario. Después de haber visto los comerciales en el restaurante, Selina paso todo el día pensando en Gotham y en Bruce. Al ver las sirenas y el cielo nocturno, Selina tuvo un pequeño presentimiento de que él iba a aparecer, y por una vez más lo deseo.
Sabía que si lo hacía no sería cerca, que igualmente no sería lo mismo, pero lo deseaba...
Después de todo, habían pasado por tanto juntos... lo conocía como héroe y como hombre. Lo conocía por dentro y por fuera. Conocía su mente y su corazón.
Y aunque sabía que él no la perdonaría por haberse ido de Gotham, ella iba a seguir siendo una parte de él. Sabía que aún se encontraba allí, enterrada en lo más profundo de su negro y oscuro corazón.
Que aunque haya logrado reemplazarla, de alguna triste y retorcida manera, Bruce no podría olvidarla, jamás.
Lo sabía, porque a ella le pasaba exactamente lo mismo.
Un ruido proveniente de su habitación hizo que saliera de aquel trance. Volvió a ver por la ventana, hacia las calles de Santa Mónica y más allá del mar. Nunca había considerado a Los Ángeles como su hogar, pero entre las sombras de la noche se sentía como en casa.
Miró hacia el armario, donde guardaba los trajes que no usaba hacía ya varios años y no pudo evitar dudar. No pudo evitar preguntarse qué hubiese pasado si hubiera hablado con Bruce y lo hubiera encarado sobre lo que sentía por que ella había matado a Talia Al Ghul. Que habría sido de ellos si ella hubiera estado a su lado, si él la hubiera perdonado.
Selina suspiró nostálgica, mientras se preparaba para regresar a la cama.
¿Quién sabe?
Y aunque él no le creyera, aunque ya habían pasado dos años de eso, ella lo seguía amando. Y dudaba que alguna vez pudiera dejar de hacerlo.
Una notificación en su celular la saco de contexto. Era de un número privado, que solo ponía "Prende tu computadora".
Selina hizo caso a esto y lo hizo. Cuando prendió la computadora, casi de inmediato apareció una sala de chat en vivo en la pantalla, y el horror se apodero de ella. Su hermana Maggie estaba al otro lado de la pantalla, amordazada y golpeada. Pero eso era imposible, pues había hablado con ella en la mañana y se habían puesto de acuerdo sobre su salida a Los Ángeles.
-Si quieres volver a verla respirar, será mejor que hagas lo que te digamos, y cuidado en pedirle ayuda a tu amigo el murciélago. Tenemos un trabajo para ti... Catwoman – la voz del otro lado sonaba ligeramente divertida –
-No te atrevas a hacerle...
-No nos importa. No nos importa la vida de tu hermana... solo tus habilidades – las palabras de Selina se cortaron cuando la voz del otro lado comenzó a hablar de nuevo, ignorándola por completo. Había una burla en la voz y un toque de superioridad – las lágrimas brotaron. Selina estaba llorando mientras el hombre continuaba amenazando a su hermana – Tómalo o déjalo. Estoy seguro de que podrás recoger los pedazos de tu hermana cuando te los enviemos por correo. Quién sabe... tal vez yo sea uno de...
Selina no pudo dejarlo que terminara la frase. Limpiándose las lágrimas y respirando hondo, interrumpió.
-Tomaré el trabajo.
Hubo una larga pausa antes de que obtuviera una respuesta.
-Bien, entonces le enviaré los detalles por correo electrónico. Adiós, señorita Kyle. Ahh, y... la queremos a más tardar pasado mañana en Gotham City.
Con eso, la llamada telefónica termino. Selina apago violentamente su computadora y vio que cerro con tanta fuerza su dispositivo que el cristal se rompió un poco.
Le temblaba la mano, le dolía el corazón. Quienquiera que fuera el secuestrador, sabía todo lo que había que saber sobre ella y tenía esa ventaja del conocimiento.
¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto cuando mi vida iba bien?
Tengo que salvar a Maggie...
No entendía qué había hecho que esa gente se fijara en ella. Selina había sido muy cuidadosa en borrar sus rastros y pasar a la clandestinidad. No importaba el cómo, si no el verdadero significado de la vida, de la vida de Selina Kyle. El mundo no era un lugar colorido y nunca pasaban cosas buenas.
Selina Kyle sabía que no tenía más remedio si quería volver a ver a su hermana. Antes de que ella quisiera, volvería a usar el traje.
Catwoman estaría de vuelta para un último trabajo.
***
Ahora...
Cuando Catwoman termino su relato, Batman puso una mano en el hombro de ella y usó la otra para levantar lentamente su barbilla para que pudieran hacer contacto visual nuevamente.
Bruce quería decirle que estaba preocupado por ella, que sabía por lo que estaba pasando y que entendía su miedo por haber actuado de esa manera.
Y Selina supo que él quería consolarla. Ella sabía que Bruce estaba de su lado y se maldijo a si misma por no haber querido ir con él desde un principio.
La voz de Nightwing interrumpió el dulce momento por el que ambos estaban pasando.
-¿Y a todo esto, quien es Maggie? – pregunto Nightwing –
-Maggie es una niña... una monja... es la hermana de Selina – explico Batman –
-Déjenme aclarar que Maggie ya no es monja y que no tiene nada que ver con mis actividades – Catwoman agarró a Batman por los hombros mientras decía esto – ¡Y esos desgraciados se la llevaron!
El propio Batman había estado en la misma posición. Los recuerdos empezaron a inundar su cabeza.
Justo como Jason...
-A ver – interrumpió Nightwing – Una cosa que me parece extraña es tu razón de ser. ¿Para qué hiciste todo el alboroto hace dos noches en el Iceberg Lounge?
-Por que quería rescatarla por mi cuenta. Quería que Penguin me soltara algo de información sobre quien podría tener a Maggie, después de todo él se entera de todo lo que pasa en Gotham... pero esto ya es diferente – Catwoman se mostró preocupada – Lo crean o no, Gotham fue mi hogar y creo que algo malo se acerca – Catwoman dio un paso atrás y se alejó de Batman –
-Te voy a ayudar Selina – le dijo el justiciero de mayor altura – Pero necesito que nos digas la verdad.
-Lo único que les di fue el disco duro del codificador maestro para la red inalámbrica de WayneTech – les respondió Catwoman –
Batman y Nightwing se dieron cuenta de la gravedad de su objetivo. El control de un dispositivo de hackeo de tal poder pondría a Gotham en una situación peligrosa. Y tenía sentido que intentaran que Catwoman se lo robara.
Pero en su mente, Batman agradeció que el tenía el aparato en la Batcueva y el disco duro solo funcionaba en dicho dispositivo, por lo que el disco duro sería difícil de desencriptar y además era inservible.
-Muy bien, tenemos que averiguar quiénes son... ¿tienes alguna pista que pueda ayudarnos? – preguntó Nightwing –
-Eran mercenarios con acento latino, al único que pude identificar fue a un tipo al que llamaban Berto – respondió Catwoman – Bueno, también me enviaron un correo electrónico a través de una sala de chat anónima, pero esa no se las puedo dar.
-¿Quieres salvar a Maggie o no? – pregunto Batman – Tal vez podamos aprender algo sobre ellos a través de ese correo electrónico.
-Es Irena.dot.dubrovna en wtw.dot.com – respondió ella – La contraseña es...
-No la necesito. Nightwing, te toca – respondió Batman con naturalidad, ya que sabía que la Batcomputadora les daría acceso. Nightwing saco de su muñeca una minicomputadora y se puso a trabajar en ella –
-¿Es eso legal? – bromeo Catwoman – ¿Nightwing también es un hacker a tiempo libre cuando no está en su nido?
-No estoy seguro de si la canción de Cat People es el mejor alias para tu personaje – respondió Dick, aun tecleando la computadora – David Bowie ya paso de moda.
-David Bowie nunca pasara de moda, y... Nightwing tampoco esta tan bien – respondió Selina con una sonrisa disfrutando de las bromas – Seguramente buscaste en Google "Nombres de aves para vigilantes" – Selina soltó una risa pequeña – Lo siento, solo quería romper el hielo.
-De hecho la idea fue de Superman, aunque eso es otra historia. No podré rastrear exactamente de dónde vino el correo electrónico, pero tal vez pueda encontrar el servidor de alojamiento. Eso podría darnos algo para empezar – concluyo el vigilante más joven –
-Tengo algunos videos divertidos de gatos que puedo enviarles si me dan su dirección de correo electrónico – le dijo Selina aun tratando de bromear. Esa era su forma de combatir al nerviosismo y al miedo: con comentarios sarcásticos y chistes un poco malo –Podría animarlos mientras meditan en la Batcueva.
-Lo creas o no, tenemos actividades que nos entretienen – respondió Batman. Afortunadamente para ellos, el rastreo enlazado de la Batcomputadora regresó con una respuesta antes de que él tuviera que responderle –
-Maldita sea – fue la primera reacción de Nightwing al ver que la pantalla de la minicomputadora le señalaba un país bastante peculiar en Sudamérica –
-¿Por qué... de dónde vino? – preguntó Catwoman –
-El servidor de alojamiento utilizado para enviar el correo electrónico se encuentra en Santa Prisca – respondió Nightwing, rascándose el cabello algo preocupado –
-¿Qué significa eso? – Selina se estaba poniendo nerviosa por la reacción de ambos –
-¡¡¡Bane!!! – Batman y Nightwing respondieron al mismo tiempo –
-Oh, mierda – Catwoman solo sabía de Bane a través de su reputación y eso fue suficiente para asustarla –
-Tengo que asumir que Bane está de camino a Gotham o ya está aquí. Catwoman... ¿Cuáles son los detalles del intercambio? – pregunto Bruce –
-Se supone que debo llevar el codificador al muelle 14 en Gotham Harbor a las 10 de la noche de este día – respondió ella –
La mente de Batman ya estaba formulando múltiples escenarios como un plan. Una idea bastante sólida se le vino a la mente.
-Eso debería darnos tiempo suficiente para armar una estrategia. Voy a mandar un comunicado de prensa de Waynetech de que se produjo un robo, pero no se llevaron nada importante.
-¿Cómo ayudaría eso? – preguntó Catwoman –
-Es el tipo de declaración que hace una gran empresa cuando realmente ocurrió un robo crítico y no quieren que nadie entre en pánico. También les da alguna prueba de que robaste con éxito el dispositivo.
-Si tú lo dices, Bats.
-Mira, esto solo tendrá éxito si trabajamos juntos. Bane no esperaría que recibieras mi ayuda, así que ese es el elemento sorpresa que nos permitirá salvar a Maggie. Además, esta podría ser la mejor oportunidad para detener a Bane y ligarlo a los acontecimientos recientes. Tengo que preguntar... Selina, ¿puedo confiar en ti?
Catwoman quedó atónita por lo que dijo Batman. No porque se sintiera insultada, sino por el hecho de que Bruce se acercó a ella y le pidió su confianza. Un destello de esperanza pasó por su mente.
¿Tal vez Bruce quiera dejar atrás el pasado? ¿Ya me perdono por lo de Talia?
-Sí, puedes confiar en mí – Catwoman lo miro fijamente y le contesto con toda sinceridad –
Batman metió la mano en su cinturón de herramientas y sacó el transmisor.
-Usa esto para contactarme cuando estés lista. No te preocupes, no transmitirá tu ubicación hasta que presiones el botón.
Antes de que Catwoman lo tomara de la mano de Batman, deslizó sus brazos alrededor de su espalda. Luego apoyó la cabeza en su pecho para completar un abrazo. A Batman le sorprendió, pero movió un brazo alrededor de su espalda y su otra mano la colocó suavemente detrás de su cabeza. En comparación con su encuentro anterior, la conexión fue diferente. Un acto de compasión sincero. Como los que tuvieron hace años, antes de que todo se fuera a la mierda.
Cuando Catwoman se movió para alejarse, miró a Batman y besó suavemente su mejilla.
-Gracias – susurró ella. Luego tomó el transmisor y desapareció en la noche –
-Ustedes siempre fueron mis favoritos – Dick se echó a reír – Aunque me intriga... ¿Ahora piensas en ella, o en la guerra que se avecina? Es decir, ya peleaste con Deathstroke, Bane en Gotham... ¿Supiste de la cafetería en...?
Nightwing fue interrumpido por un fuerte estruendo cuando la puerta del techo se abrió de golpe. Una figura se tambaleó respirando pesadamente.
-Mas vale que no hayan activado el reflector solo para presumir... – era el comisionado Gordon del GCPD – Que bueno que están aquí. Tengo que hablar con ustedes.
Gordon les entregó una sencilla carpeta de archivos. Eran las fotos del incidente con el oficial Owens en el Dini's. Al analizarlas, Batman y Nightwing quedaron con los ojos bien abiertos. Lo que veían era monstruoso. Gente mutilada por ellas mismas en su ataque de locura. Lo que había pasado por su mente al momento de hacerlo debió de haber sido monstruoso.
-Apenas y sabemos que Scarecrow regreso, pero no hubo avistamientos de el en el restaurante – Gordon les explico –
-Súmanle que también asesino a la teniente Yindell en el estadio – interrumpió Nightwing – Y con el mismo gas.
-Él fue quien soltó el gas en el restaurante, eso es seguro – prosiguió Gordon – Lo que no sabemos, es como lo hizo. Los informes de los testigos comparten una correlación con los efectos de la toxina de Crane, pero no hay contaminantes en las rejillas de ventilación, nadie con nada en sus bolsillos que pudiera haberlo liberado. No tenemos idea de dónde vino el material y ni siquiera podemos obtener una muestra. Ahí es donde los necesitamos a ustedes dos.
-Te enviaremos todo lo que encontremos – dijo Batman – Eso debería dar a tus investigadores lo suficiente para obtener una nueva pista. Crane lo pagara.
-No crean que esto acabara tan pronto, Batman. Esto podría ser más grande de lo que pensamos, podría ser que uno de nuestros viejos amigos salga de su retiro para jugar.
-Nos aseguraremos de estar atentos – interrumpió Nightwing – Si resulta ser uno de los grandes, te lo haremos saber.
-Eso es todo lo que pido, chico – respondió Gordon, volteando hacia Batman. Solo que el justiciero más imponente ya no estaba allí. Gordon no pudo evitar sonreír – ¿Cómo hace eso siempre? – le preguntó a Nightwing, pero el joven también se había ido. Gordon suspiró y se preguntó si alguna vez se acostumbraría a eso –
Al otro lado de la calle y escondido en las sombras, Batman vio a Gordon bajar por las escaleras y marcharse, sin mirar ni una sola vez en su dirección.
Bruce sonrió.
Aún tenemos el toque.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro