016: Comida francesa y 'mon amour'.
Fue una mala idea cocinar para nuestra cena. Había terminado por quemar todo y lo único que conseguí fue un pollo quemado y humo rodeando por todo mi departamento.
Estaba por llamar a Ann y cancelar la cita, pero me arrepentí a los segundos ya que la echaba un tanto de menos, no la veía desde el miércoles a costa de mi trabajo en la sección de diversiones. Estaba a un pelo rubio mio de renunciar pero solo pensar en la reacción una vez que la lleve al concierto, me motivaba de cierta manera a seguir allí soportando al chico duende y a Kristen, que de vez en cuando se aprovechaba que era un aprendiz y me dejaba a cargo por horas.
Luego de haberla pillado fumando un porro en la bodega, le dije que compartiera conmigo uno.
Solo bromeo.
Cambiamos los papeles y ahora yo era el que la tenia bajo poder, por lo que le exigí que me cubriera por hoy, ya que estaría ocupado. Claramente acepto inmediatamente, sabia lo que le convenía.
Después de abrir las ventanas y botar el pollo quemado a la basura, llame al restaurante de comida francesa agradecido por está mente tan inteligente que Dios me había entregado. Llegaron en menos de diez minutos con mi pedido y así tenía tiempo de sobra para arreglar los detalles de nuestra cena.
Estaba algo nervioso, por que a decir verdad jamás había tenido una cita formal o parecido, o probablemente solo era el hecho de estar con Ann a solas y no ser capaz de controlar mis hormonas.
Ann me tenía en abstinencia desde que la conocí. Mas de dos meses sin meter el tren en la cueva. Eso no es justo para ningún hombre.
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Iban a dar las diez de la noche y estaba como una nena. No recordaba haberme puesto así, desde que tuve ese papel de árbol en el taller de teatro.
Apenas sonó el timbre, estuve por hacerme en los pantalones. Tranquilice mi respiración y mis manos que temblaban ridículamente. Me miré en el espejo una vez mas y me prepare. Acomodé mi camisa, que traía combinada con unos jeans y zapatillas. Odio los trajes, la única vez que lo utilice fue para el bautizo de Jazzy y Jaxon ¡Y me quedaba 10 tallas mas grande!
—¿Quien es? —Pregunte una vez que llegue a la puerta para molestarla.
—Soy yo. — La voz de Ann se escucho del otro lado. Sonreí.
—¿Que vienes a buscar? — Canté.
—A ti. — Rió siguiéndome el juego.
— Ya es tarde.
—¿Por queeeeee?
—Por que ahora soy yo, el que quiere estar sin ti. —Canturrio y le abrí la puerta, para atraerla hacia mi y besarla en los labios. La había extrañado muchísimo.
—Pensé que querías estar sin mi. — Pronuncio una vez que nos separamos.
— Sabes de sobras que no.
Proporcione un beso casto y mantuve la distancia unos segundos para observarla. Guapísima quedaba corto. Estaba con un vestido que se ajustaba a sus curvas, y allí, mi perdición. Sus piernas bronceadas quedaban perfectamente a mi vista, sintiéndome el gilipollas mas afortunado de la vía lactia.
— Estás preciosa. — Inmediatamente sus mejillas se tiñeron de color rojo. Un tomate.
—Gracias, tu también. —Se balanceo de un lado a otro ocultando el pudor.
— ¿Estoy preciosa? — Me burlé.
—No, tonto. — Carcajeó. — También estás muy guapo.
—Nena, yo nací guapo. — Ella rodeo sus ojos y me empujó entrando a mi departamento.
—Para vivir solo y ser un cerdo la mayoría de veces, tienes muy ordenado. — Hablo mientras observaba cada espacio de mi departamento.
—Gracias por lo de cerdo.
— Denada. — Sin mirarla, sabía que una sonrisa estaba adornando sus labios. Fue hasta el sector donde tenía variados cd de música, se le notaba concentrada leyendo los títulos y los artistas.— ¿Te gusta Coldplay? — Hablo emocionada.
—Es mi banda favorita. — Fui hasta ella rodeando su cintura con mis brazos y apoyando mi cabeza en su hombro, para ver el álbum junto a ella, produciendo que su perfume inundara mis fosas nasales en segundos. — Mi canción preferida es el track seis.
— ¿Fix You? —Volteo levemente su rostro. Asentí.
—Me gusta más Yellow. — Coloco el álbum de los mas grandes éxitos del grupo en la radio. Eleve mi ceja. Eso no estaba en mis planes.
La canción "Clocks" comenzó a sonar por todo el departamento a un volumen moderado, perfecto para poder conversar con Ann y a la vez escuchar el ritmo. La dirigí hasta la mesa, que estaba adornada románticamente con algunas velas.
—Servicio a la mesa señorita Ann. —Moví la silla para que ella se pudiera sentar — Soy Justin Bieber y estaré a sus pedidos está noche. —Hice una reverencia y fui hasta la cocina, donde tenía la comida francesa servida. — El plato de hoy es comida francesa a la Bieber. Mi especialidad. — Traté de imitar un acento francés que apestaba para ser sincero. Cuando ambos nos sentamos, serví un poco de champagne en nuestros vasos. — No mucho para ti, por que ya sabemos lo que pasa luego.
—Que considerado. — Comento irónicamente y tomó el vaso. —No diré por nosotros, por que suena asquerosamente romántico.
—¿Por los puerco espines?
— Por los puerco espines. —Chocamos nuestras copas y bebimos. Luego comenzamos a comer y al primer mordisco Ann me observo. —¿Estas seguro que tú cocinaste esto?
—Como que me llamo Chuck.
La comida había sido suficiente para dejarnos satisfechos a ambos. Mi estómago explotaría, al igual que explotarían mis ganas de acariciar las piernas de Ann hasta que el sol dejara de existir. Tenerla a un lado mío, con las piernas apoyadas en las mías y viendo una serie en la televisión, llamaba solo al peligro de mis hormonas. Parecía un estúpido crío tratando de buscar porno en Youtube. Me removí un poco incomodo cuando las piernas de Pinky rozaron allí abajo. Aclaré mi garganta y traté de concentrarme en la televisión, que hasta el momento no entendía nada de lo que pasaba.
— ¿Estás bien? — Pregunto inocente. Maldita arpía, ella sabía perfectamente lo que estaba sucediendo allí.
—¿Por qué lo dices?
— Luces algo... acalorado.
— Nah, debe ser la calefacción. —Miré hacia atrás donde se encontraba la maquinita para configurar el aire. —Deja ir a ver. — Moví sus piernas de mi regazo y me levanté del sillón, cuando apenas di un paso, Ann tiró de mi mano para luego subirse al sofá, quedar a mi altura y besarme intensamente.
¿Una señal mental? ¿Una conexión? No tenía idea, pero era justo lo que necesitaba ahora. O quizás no por que solo terminaría por romper toda barrera sólida que quedaba en mi ahora.
Tomé su cabello entre mi mano izquierda para acariciarlo, mientras que con la derecha que estaba libre, logre el cometido que había deseado desde que la vi con ese vestido. Subí mi mano por su muslo para bajar nuevamente y así sucesivamente. Ann, sin soltar mis labios, terminó por acercarse más a mi rodeando sus piernas por mi cintura, a lo que por inercia, mis manos pararon en su trasero apretándolo levemente y ganándome un suspiro entre labios de mi chica.
—Justin. — Habló una vez que comencé a dar pequeños besos en su cuello, utilizando mi lengua y dientes de vez en cuando. Ann dejo de rodear con sus piernas mi cintura para tocar nuevamente el piso y así empujarme hasta el sillón y sentarse en mi regazo. Ahora cambiamos el rol.
Ella estaba torturándome con sus labios en mi cuello mientras que descaradamente se dispuso a desabrochar los botones de mi camisa.
— Ann, por favor... Si no te detienes ahora, perderé todo jodido control que he tenido. — Articule con dificultad. —Ann. — La llamé cuando parecía que no me había escuchado y seguía concentrada en torturarme.
—¿Volverás a dedicarme "I don't f*ck with you"? —Preguntó, finalmente separándose de mi cuello y volviendo a regresar toda cordura perdida en un principio. Fruncí el ceño. — Esa noche en el baño, tu me jugaste una broma. —Explico y como si fuera un vídeo, rebobine hacia atrás.
— No... Claro que quiero... uhm, digo, me gustas y, soy hombre. —Volví a aclarar mi garganta. —Solo que no quiero que sientas que debes hacer esto como para ya sabes, satisfacerme.
—¿Por que conmigo debe ser diferente? —Se coloco de pies, comenzando a dar vueltas por el living. —Ya te has acostado con otra chicas.
— ¡Por que contigo ya es diferente Ann! — Me levanté. — ¡Te quiero! — La miré directamente a los ojos, ya que ella no parecía entender la última parte.
—Lo siento solo... Pensé que no querías.
—Estás tan equivocada — Suspiré, calmándome. — Además no podemos darle la razón a los ancianos que dicen que no podemos controlarnos.
— Es cierto, ellos dicen que solo somos adolescentes con las hormonas locas. — Asentí mientras me acercaba.
— ¿No poder controlarnos? Pf, patrañas.
—Nosotros somos muy diferentes, claro que podemos controlarnos. — Ann me observó atentamente.
—Exacto, sabemos controlarnos. —Balbucee al ver como pasaba la lengua sobre sus labios. —¡Jodido sea todo! — Tiré de su rostro para juntar nuestras bocas nuevamente, está vez decidiéndome. Si tenía que ocurrir ahora, ocurriría. Habíamos esperado demasiado tiempo para confesarnos el uno al otro, que simplemente tener la oportunidad de demostrarle a la otra persona cuando la quiere y la desea, uno la aprovecharía al máximo.
Terminando de desabrochar los botones de mi camisa, a pasos medios tontos y lento marchamos hacia atrás para ir directamente a mi habitación. Recosté a Ann sobre la cama para luego acomodarme entre sus piernas y cubrir su cuerpo con el mio tratando de no recargar mi peso sobre ella. Quité mis zapatos con el apoyo de los mismos pies y agradecí a Ann por haberse quitado los de ella cuando estuvimos viendo la serie. Un rato más de besos y caricias, me bastaron para bajar la cremallera del vestido y apreciar cada rincón de su cuerpo. Sonará cliché, pero era simplemente la mujer mas bonita que había alguna vez entrado a mi vida.
—Eres tan linda. — Murmuré en su oído cuando ella se sonrojo levemente.
—Cállate. —Rió nerviosa y acaricio, como lo había hecho los últimos minutos, mi espalda y mi abdomen.
—Lo digo enserio, mon amour. —Besando el lóbulo de su oreja, bajando por su cuello y sus clavículas, hasta su ombligo. Fue desapareciendo cualquier rastro de ropa, como cualquier rastro de vergüenza. Mi mano izquierda baja hasta su zona mas sensible y paso uno de mis dedos para apreciar su humedad.
— Justin. — Escucho un gemido de su boca e introduzco un dedo en su interior y luego el otro, sintiéndola tan estrecha. — ¡Por los ponycornios! — Grita una vez que comienzo a mover ambos dedos.
—¿Ponycornios? — Evite reírme, pero una pequeña carcajada salió de mis labios a pesar del momento.
— ¡Tu me vuelves estúpida! — Se quejó pero rápidamente la calle, introduciendo mi lengua y explorando su cavidad bucal, mientras sentía como se iba tensando y estaba a punto de venirse. Quité mis dedos y Ann gruño.
— Nena, tengo algo mejor para ti. — Ofrecí. Saque un condón de la mesita de noche y lo coloqué. — Se que estás nerviosa, tu solo tranquila, no te diré que no dolerá por que si lo hará pero...
—Justin, no soy virgen. — Se burló y alcé ambas cejas. — ¿Que? No me mires así, que me vea mas pequeña no quiere decir que no haya tenido... experiencias antes. — Un poco de celos me invadieron.
— ¿Quien fue el bastardo?
—¿Realmente es necesario tener está conversación? —Habló haciendo alusión al momento. No. No lo era. Pero eso no evitaba que estuviera a punto de ir a buscar al hijo de fruta que la desvirgo.
—Créeme, yo haré que disfrutes mucho mas a que lo hiciste con el capullo ese. — Lentamente me fui introduciendo en su interior y podría jurar que es la mejor sensación en años. Una cosa es tener sexo, simplemente una follada y ya. Pero cuando estás con alguien que quieres, que realmente te importa y esa persona se importa por ti, se disfruta muchísimo más. — Joder Ann... —Gruñí aumentando la velocidad. Sentí los labios de Ann besar mi hombro y pasar sus dedos por mis abdominales, y por detrás de mi espalda rasguñando levemente.
—No quiero que me dejes. — La escuche decir.
—No podría dejarte, eres mi chica. —Besé su frente, sintiendo como la temperatura se elevaba y la transpiración caía por mis patillas. Corrí el pelo de Ann hacia un lado, besando su mejilla haciéndola sonreír. —Te quiero mucho. — Volví a susurrar.
—Te quiero más. — Atrapo mi labio inferior suavemente. Tiempo después de palabras tiernas, un poco cursis, besos, gemidos tapado por lo besos, alguna que otra broma que no venía al caso, sentí correrme junto a Pinky. Deshaciéndome de la protección y tranquilizando nuestras respiraciones, abrí las mantas de la cama para acostarnos bajo está y cubrir a Ann con una de mis camisas, mientras yo me colocaba mi bóxer.
— Te ves adorable con mi ropa puesta. — Ella se acurruco en mi pecho, plantando un beso justo en el tatuaje que tenía la fecha de nacimiento de mi mamá.
— No creas que no sé que la comida de hoy era de restaurante. —Soltó unos segundos después de solamente escuchar nuestras respiraciones calmadas.
— ¿Como lo supiste?
— Dejar la boleta precisamente en la mesa de centro no fue una gran idea.— Se burló. — Pero de todas formas, fue un lindo gesto. — Me dio un topon.
— ¿Fue un lindo gesto la comida o lo último? — Una sonrisa ladeada inevitablemente se asomo en mi boca.
—Ambos. — Dijo antes de cerrar sus ojos y rodearme mas fuerte con sus brazos como si fuera un peluche. — Te quiero, idiota.
n/a: OKEEEEEEEEEY, me pidieron el momento hold tight y yo como buena esclava se los doy dojfhj NO SOY EXPERTA EN ESCRIBIR COSAS ERÓTICAS, ASÍ QUE NO ME MATEN, hice mi mejor intento así que espero que se hayan puesto cachondas, ahno OJDKJHSJFH espero que hayan quedado conformes.
Me parecio que el capitulo tuvo de todo, a pesar del momento hot -si es que se le puede llamar asi a mi intento xd- hubieron partes comicas que es lo mejor que tienen Ann y Justin, solo quedan dos capitulos :( tininini.
GRACIAS POR LEER <3
LAS AMO MUCHOOOOOOOOOOOOOO.
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