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006: Cita a ciegas.

— ¿Cantante favorito? — Era las segunda pregunta que le hacia. Decidimos jugar a las 10 preguntas para pasar el rato. Sip, un juego bastante trillado pero era interesante saber acerca de la otra persona. 

— Michael Jackson. El siempre será historia. — Hablo con orgullo. 

— El siempre hace el sonido de "jiji" — Traté de imitarlo, a lo que una sonora carcajada salio de los labios de Justin. — Además, siempre se agarraba el paquete, ¿que problema tenia con su amigo? 

— Probablemente sufría de erecciones continuas. — Se encogió de hombros, a lo que ambos reímos. — Como sea, el tipo era y serà genial. Ahora mi turno, ¿de donde venias cuando ibas a tomar el tren? 

— Uhm, tenia una cita a ciegas. 

— No te ves como la clase de chica, que anda en sitios de internet buscando por citas. — Frunció el ceño. 

— No lo soy. — Admití — Me da terror eso de las citas a ciegas, con solo el hecho de imaginar que alguien mienta sobre su edad, sea un asesino en serie o algo me da pánico. 

—¿Entonces? 

— Mi amiga me planeo una, maldita bastarda. — Gruñí, mostrando mi puño. 

—¿Y como fue? ¿Era un anciano o algo por el estilo? — Se burló. 

— Digamos que mi cita en realidad, no fue una cita, por que mi cita jamás llego a la cita. — Explique enredándome con las palabras. 

— ¿Que? Dios, eres tan enredada.

—¡No hubo cita! El tipo se jamás llego y bueno, todo lo que ha pasado es por su culpa. Llegue tarde a la estación, me encontré con mi ex novio y su actual novia y como si fuera poco, estoy encerrada en el baño contigo. No es precisamente como hubiese planeado mi San Valentin. 

— Lo de quedarte encerrada conmigo fue tu culpa. — Me corrigió. — Además, que mejor compañía que Justincito para este día. — Guiño su ojo izquierdo con arrogancia y yo los revoloteo.

— Creído — Finjo toser.

— Sincero. 

— Claro que si campeón. — Reímos. — Mi turno, ¿que hacías tu antes de venir aquí? 

— ¿La verdad o la mentira? — Dije, haciendo con mi mano un gesto de "duh"

— Verdad. 

— También venia a una cita a ciegas. — Abrí mis ojos por la sorpresa. Justin no se veía para nada el tipo que tenia citas a ciegas. ¿Para que? Debía admitirlo, el era bastante guapo como para tener a una fila de la población femenina esperando por el. —  Y si te soy mas sincero aún, creo que eras tu mi cita a ciegas. — Hizo una mueca. 

— ¿Como dices que dijiste? — Feel like Hannah Montana. 

— Las características que me dio, en este caso tu amiga, son similares a las tuyas. Ojos azules, cabello castaño largo con flequillo, sociable, que creo que quiso decir habladora, pero bueno.

—¡Me dejaste plantada en nuestra primera cita no oficial! ¿Pero por que estarías pidiendo una cita a ciegas? 

— Para pasar San Valentìn con alguien para follar. — Pronuncio sin ningún signo de vergüenza.

— Eres tan sutil, pero aunque te hubieras presentado, no hubiera follado contigo. 

— Lo se, no luces como esas chicas que se abren de piernas al primero. — Una sonrisa se asomo en mis labios. Eso era algo tierno. 

— ¿Gracias? Supongo. — Pase mi mano por mi brazo, tratando de quitar la piel da gallina que se estaba formando a costa del frío. Eran pasadas las tres de la mañana y los grados comenzaban a bajar considerablemente. 

—¿Tienes frío? — Asentí a lo que Justin quito su chaqueta.

— Esto es tan cursi. — Se burlo de el mismo, mientras ponía su chaqueta en mis hombros. Pase mis brazos por estas y el perfume que estaba impregnado en su chaqueta, paso a mis fosas nasales. Era exquisito. Podría drogarme en este momento con el. 

— Eres bastante cursi. — Confirme a lo que el rió. — ¿Por que no te presentaste a la cita, si me habías visto?

— No lo se, te veías algo inocente. No creo que una chica como tu, merezca ser botada después de pasar la noche. Mereces algo mejor que eso. — Me miró, pasando su dedo pulgar por mi mejilla. Mordí el interior de mi mejilla. 

— Y eso acaba de ser cursi como la mierda. 

— A las chicas les encanta. 

— Si, a tus chicas. — Hable, resaltando el "tu" — Lo que es yo, lo encuentro bastante estúpido. 

— ¿Me consideras estúpido?

— Mucho.

— Chica honesta, me gusta. — Lo golpee en el hombro.

El era tan coqueto, que creo que no se daba cuenta de serlo. 

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