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Lección 12 || Hay heridas que lucen como girasoles

ADVERTENCIA: Mención de tortura y temas sensibles como body horror y así, pero nada explicito.

ADVERTENCIA 2: Okay, chicos, el nuevo no es Rory ni Wally, me encantaron sus teorías, pero no conozco tanto a esos personajes como para meterlos a un fic, así que será para la próxima. Este nuevo personaje es un OC, inspirado en un dibujito que me hallé en pinterest, creo que es de un manga, no lo sé. Les dejo la imagen y créditos al creador. Había uno en el que DE HECHO no tiene brazos, pero se me hizo un poco fuerte para ponerlo aquí, sooo, this is the idea: 

¡Disfruten!

***

Doll no recordaba su nombre cuando despertó la primera vez en un cuarto oscuro hace mucho tiempo, rodeado de agujas y personas a las que les gustaba cortar.

Cortar, despedazar, armar de nuevo, y cortar otra vez.

Cortar, cortar, cortar, ¿Por qué ellos no podían dejar de cortarlo?

Sin embargo, algo que aprendió durante ese tiempo fue a resignarse. No obstante.

Sentado en donde lo tenían los que, suponía, debían ser sus nuevos captores, él alcanzó a escuchar voces a la distancia. Luego de la pelea, sus oídos seguían un poco entumecidos, así que fue poco lo que logró comprender.

−¿Es que acaso perdiste la cabeza? ¿Cómo vas a enviar a un niño con ese asesino?

Alguien resopló.

−Jason, dile a este hombre que se calme o el nuevo de verdad se va a alterar −y sonidos de tela llegaron a los oídos de Doll, cosas moviéndose. Otro suspiro.

−Timothy no correrá peligro ahí dentro −alguien más se unió a la conversación, respondiendo−. Tú viste cómo nos dejó guiarlo hasta el baño, el chico es inofensivo.

Un bufido.

¿Chico?

Un paso al frente. Una voz que sonaba como a tener los brazos cruzados y la mandíbula en alto. Doll ni siquiera recordaba lo que se sentía tener brazos.

−Sí, chico, eso es lo que es.

Y, no hubo más respuestas.

−Voy a entrar −la voz más tranquila anunció, haciendo movimiento de indumentaria nuevamente.

−Con cuidado −la voz de los brazos cruzados simplemente pidió.

Y los pasos se acercaron.

Doll contuvo la respiración. Una parte pequeña dentro de su pecho tenía genuina curiosidad sobre quién era la persona que venía; él nunca había escuchado unos pasos tan ligeros. Sabían hielo. Sin embargo... sin embargo, normalmente, la parte en la que ellos se acercaban era la parte en la que todo comenzaba a doler. Y, oh, Señor, ellos hacían que todo doliera tan feo. A veces, incluso se reían mientras lo estaban haciendo.

Por su parte, luego de la micro pelea que habían tenido con el insufrible señor Wayne, Tim abrió la puerta del baño en el que tenían a la nueva criatura con cuidado. Él había traído lo que pudo encontrar a última hora para asear al nuevo y poder ver mejor si estaba herido.

Delicado, Tim dejó todo encima de la tapa del retrete, al tiempo que se acuclillaba junto a la tina en donde estaba el muchacho, desnudo ya y sentado en el centro del agua caliente.

−¿Disfrutando tu baño? −Timothy preguntó con la voz calmada, a lo que la criatura no respondió−. Eso creí −masculló más bien para sí mismo− ¿Crees que puedas dejarme ver tus heridas? −pero, el cuerpo del chico no dio señales de reconocerlo una vez más.

Timothy lamió sus labios.

−Estabas sangrando cuando te trajimos aquí −informó−. Solo quiero asegurarme de que no se te infecte nada.

La criatura siguió sin responder.

Tim inhaló.

−¿Por favor? De verdad, de verdad, necesito revisarte.

Y, eso fue tan raro.

Nadie nunca le pedía permiso a Doll para tocar su cuerpo. Nadie nunca le preguntaba qué podían y qué no podían tomar, pero esta persona... esta persona le estaba preguntando y su voz sonaba tan... diferente...

Despacio, Tim observó cómo los músculos del chico se relajaba poco a poco, dubitativos, inclinándose hacia donde la voz de Timothy se escuchaba. Tragando, Tim agradeció el voto de confianza y examinó lo que podía superficialmente. El cuerpo del muchacho era pálido y delgado como el de una bailarina, pero algo con sus extremidades −las que poseía− no estaba bien, y sus ojos azules se perdieron por un momento en el mundo de cicatrices que unían la mayoría de sus coyunturas. Era como si lo hubieran destrozado y lo hubieran vuelto a no una pero cientos de veces.

Timothy tragó, girándose para verlo. Lo que sea que hubieran hecho, así como a Dick, había sido brutalidad pura.

El muchacho tembló.

Tim apretó los labios.

−No vamos a hacerte daño −le prometió, soportando las ganas locas que tenía de acariciar su cabello−. Lo que sea que ellos te hayan hecho para dejarte así... te prometo que no se volverá a repetir. No, mientras estés con nosotros −porque era cierto. Tim estaba convencido de que nadie debía pasar por algo así.

La criatura inhaló. Por un segundo, en su mente llena de girasoles y recuerdos abstractos que usaba para huir cuando el dolor era demasiado, Doll quiso preguntar quiénes eran nosotros. Sin embargo... no lo hizo. Él no recordaba muy bien cómo es que hablar funcionaba, después de todo, y hace un tiempo que ya ni siquiera podía recordar su propia voz.

Sin embargo.

Mientras Tim sacaba algunos productos de higiene del kit que había traído, una pequeña burbuja de baño voló y terminó por posarse en la nariz del chico, quien estornudó en respuesta.

Tim lo volteó a ver.

−Salud −le dijo, sintiendo como algo similar una sonrisa de extrañez casi se formaba en sus labios ante lo absurdo de la situación.

¿Qué esperabas? , se preguntó a sí mismo en tono cínico. No es como que las criaturas míticas tengan prohibido estornudar.

El chico sorbió su nariz, levantando la cara un poco como queriendo limpiarse.

Entonces, Tim se percató.

−Oh, mierda, es cierto −dijo y se paró rápido por un poco de papel sanitario para ayudar al chico a asear su rostro− ¿Puedo limpiarte? −le preguntó, acercando la servilleta al joven para que este sintiera su presencia y no lo tomara desprevenido.

−¿Puedo? −preguntó una vez más y, para su sorpresa, luego de un instante, el muchacho levantó un poco más la nariz y... comenzó a olfatear el papel como si de un gatito se tratara.

Tim lo miró. El muchacho se hizo hacia atrás, y luego comenzó a olfatear de nuevo. El cabello del chico era zanahoria y le llegaba hasta el hombro. Su ceja era delgada y arqueada y tenía ojos nublados de color miel. Con cuidado, mientras el muchacho seguía oliendo el papel como si fuera algo completamente nuevo para él, Tim terminó de acercar la servilleta.

El muchacho dio un respingo.

−Tranquilo −Tim lo calmo−, todo va a estar bien −y, oh, para la criatura de ojos girasol su toque era tan delicado.

Porque, después de todo, esta no era la primera vez que Timothy le limpiaba los mocos a un huérfano, es decir. Sin embargo, mientras lo hacía, algo dentro de su pecho se sintió distinto a las otras ocasiones aun cuando él no tenía idea de lo qué es lo que lo hacía ser diferente.

No obstante...

Saliendo de su trance, internamente, Tim se sacudió el estupor. Este no era el momento de ponerse a meditar sobre la patética vida que había llevado en un orfanato al que extrañaba desesperadamente a cada segundo. Este no era momento de pensar en sí mismo.

−Okay... déjame lavar tu cabello ¿Sí?

***

−Esto es estúpido −Bruce se quejó por milésima vez, mientras Jason vendaba sus propias heridas con el kit de primeros auxilios que no se había molestado en pedir, al tiempo que, por una vez en su vida, usar la expresión de "Ya siéntese, señora" se volvía demasiado tentador para ignorarlo− ¿¡Cómo sabemos que esa cosa no le va a hacer daño?! −Bruce inquirió una vez más.

Y, con su mente cada vez más consciente, Dick sintió un destello de una nueva emoción aflorando en su pecho, mientras escuchaba al hombre despotricar. Y es que, él deseaba tanto que dejara de referirse al muchacho de los cabellos bonitos como un objeto.

Por su parte, Jason pareció comprender.

−Sabemos que no le hará daño porque es un niño igual que él −el sacerdote respondió con sencillez−. Y, aunque , puede que casi nos haya matado, lo cierto es que él solo estaba siguiendo órdenes. Órdenes de personas que lo asustan lo suficiente para que tenga miedo de desobedecerlas si no le ofrecemos protección.

Y, ante eso, Richard se removió un poco, incómodo. Era como si esta discusión fuera sobre todos ellos; sobre él. El muchacho del cabello bonito y él no eran diferentes. No lo eran en lo absoluto. Dick inhaló, apretando los labios.

Sentado un lado de él, Damián colocó una de sus pequeñas manos sobre su muslo en una especie de consuelo al sentir lo que pasaba por su cabeza.

Ellos ya no te deben dar miedo a ti, le quería recordar con ese tacto. Estás con nosotros ahora.

Era cierto.

Dick respiró, tratando de aferrarse a ese conocimiento.

Por su parte, Bruce bufó.

−Esto es increíble −soltó−. Mandas a un niño de catorce años a lidiar con una abominación que−

−¡Hey! −Damián intervino, mirando con el ceño fruncido al temible hombre que no lo intimidaba ni un poco−. Cuida tu lengua −advirtió y, si no hubiera estado tan exasperado con la situación, Jason de hecho hubiera sonreído ante ello.

Sin embargo.

−Ya te dije que no hay peligro −repitió, tratando de extender la poco paciencia que su temperamento le permitía tener, mientras su mente acomodaba las piezas de lo que estaba sucediendo para generar una estrategia que (esperaba) les pudiera dar un poco más de tiempo.

No obstante, eso a Bruce no le convenció. Exaltado una vez más ante la simpleza del padre, él exclamó:

−¡¿Cómo puedes−

Y, ahí fue en donde a Jason se le rompió el saco.

Por decirlo de alguna manera.

De un movimiento rápido, el sacerdote tomó al millonario por el brazo, haciendo que cortara la oración a la mitad, y el murciélago solo se dejó hacer; Bruce sabía que en uno o dos movimientos, él ya tendría al clérigo contra el suelo. Sin embargo, en este momento, él estaba de verdad intrigado por lo que el padre diría al finalmente haber conseguido sacarlo de sus casillas para hacerlo hablar, así que prestó atención.

−Tú no tienes idea de lo que estás hablando, así que cierra la boca de una vez −Jason siseó lo bastante bajo para que ni Dami ni Dick oyeran, habiendo sido discreto en acorralar a Bruce también.

El mayor de los Wayne decidió burlarse.

−¿Y tú sí? ¿Sabe de lo que está hablando, padre Todd? −lo provocó. Él necesitaba tanta información pudiera obtener de este disparate y, si esta hacer explotar al sacerdote era la única forma de conseguirla, pues que así fuera.

Sin embargo, su plan falló.

Casi.

Y es que, Jason había crecido en las calles, y solo le tomó un par de segundos extras el darse cuenta de las verdaderas intenciones que el hombre frente a él tenía.

El padre Todd bufó.

−Lo cierto es que no −soltó en un tono lo suficientemente bajo para que solo el mayor de los Wayne pudiera escuchar−, no tengo idea de lo que pasa aquí, pero veo lo que tratas de hacer, así que te diré lo que sé: Y lo que sé es que una pandilla de locos tan o más poderosos que tú están secuestrando niños para convertirlos en armas. ¿Qué les hacen? No tengo ni puta idea, pero, por ahora, por lo que he visto, puedo decir que los desmiembran, experimentan con ellos, los destrozan y torturan, les lavan la cabeza. Quizás, incluso abusen de ellos... Así que, no, Bruce Wayne, Batman, o como sea que te digan, mi prioridad por el momento no es tratar como criminal de guerra a una de las víctimas de todo esto. Menos cuando esa víctima no debe tener más de trece años −terminó y, con ello, Bruce se quedó callado por una vez. Calculando.

−Así que... ¿Tú no sabes nada de esto? −el propietario de empresas Wayne inquirió y, de verdad, Jason no podía creerlo. Él de verdad necesitaba romperle la cara a este hombre.

−Eres un imbécil −le dijo, hablando en tono normal otra vez−. Y, de cualquier manera, el que debería tener sospechas soy yo. ¿Cómo explicas esto? −escupió, mientras, de su chaqueta, el padre sacaba la copia de los documentos que Tim había encontrado sobre Richard−. Yo tengo la original, y me voy a quedar con ella hasta que me des algunas explicaciones porque, según parece, el único que podría estar relacionado con estos monstruos, eres tú, Bruce Wayne.

***

Y, mientras lo ayudaba a salir de la tina, Tim contempló por un momento la física que influía en que el muchacho frente a él pudiera desempeñarse con tal gracia en una pelea. Sin embargo.

−Wow, despacio −le pidió aun así−. Estás herido, es probable que necesites apoyarte en mí −y, con cuidado, luego de enredar la toalla en el cuerpo del otro chico, Tim alineó sus cuerpos para que el del muchacho pudiera reclinarse fácilmente contra el suyo al cojear.

−Ven, voy a terminar de secarte. Mi hermano Damián robó algo de ropa para ti, espero que te quede −comentó, mientras, despacio, la criatura ponía sus pies sobre el tapete fuera de la tina.

Esto era tan extraño. Tan...

Ups, lo siento −Tim levantó el cepillo dental que había tirado por accidente dentro del lavabo y se giró hacia el muchacho.

Doll dio un paso atrás entonces. El ruido, el eco. Esa era la señal de que ya iban a comenzar. Ellos solo lo habían querido tener limpio antes de... antes de...

−Hey, amigo, no, tranquilo, calma −Timothy pidió al ver cómo el pecho de la criatura comenzaba a tener dificultades para inflarse de nuevo−. Respira, debes respirar.

Pero, la criatura apenas y logro oírle, al tiempo que Tim se maldecía en voz baja por casi pedirle que copiara su respiración como si el chico pudiera verlo.

−Okay, tendrá que ser diferente contigo −masculló y, en un acto de lo que se podría llamar valentía, él unió sus frentes, y comenzó a respirar de forma ruidosa y rítmica para que el muchacho pudiera escuchar− ¿Oyes eso? Quiero que lo intentes conmigo. Inhala. Bien. Ahora, exhala. Okay, inténtalo de nuevo: Inhala, sí, bien, así... y exhala −Tim guío otro par de intentos−. Bien, amigo, eres excelente en esto... Continúa...

El muchacho le hizo caso.

Y es que, algo con Doll siempre había estado mal, después de todo. Ellos se lo habían dicho; le habían asegurado que era por eso que las reconstrucciones habían sido necesarias; armarlo, desarmarlo y volverlo a armar, siempre tratando de corregirlo, tratando de hallar qué es lo que había salido mal para que él nunca dejara de llorar girasoles.

Sin embargo.

−Muy bien... lo estás haciendo muy bien −la voz de la persona que tenía enfrente le dijo y, de alguna manera, esa voz le resultó tan distinta.

Doll decidió concentrarse en ello, y en el olor a fresas que había dejado el extraño en su cabello.

***

−Parece que perdimos al Doll también −alguien anunció en la cámara de los búhos, luego de que el monstruo no reportara su regreso.

La líder ni siquiera lo miró.

−Con que es así −sopesó−. Bueno, tampoco es como que sea una gran pérdida: Con las veces que tuvimos que desmembrarlo porque no dejaba de romperse... Solo lamento las piezas mecánicas que se gastaron en ese proyecto fallido, aunque...

−¿Señora?

−Si es Doll quine está con ellos, entonces puede que tengamos una ventaja después de todo... ¿Alguien tiene el contacto de Slade Wilson?

***

−Bien, con cuidado −Timothy entró a la habitación en la que estaban sus hermanos y el sacerdote, guiando al muchacho a un lado de él. Damián se había quedado dormido−. Jason... ¿Planeamos quedarnos? −preguntó, ignorando significativamente la presencia de Bruce al hacerlo.

Jason lo sopesó sin apartar su mirada, sólida como un roble, del mayor de los Wayne.

−Por ahora su cuartada parece sólida −dijo aun con los brazos cruzados, conservando su posición defensiva.

Timothy simplemente asintió. Mañana Jason le contaría lo que estaba pasando, pero, por ahora, él tenía otras cosas a las que atender.

Tim se acercó a Richard, dejando por un momento al nuevo en la entrada.

−Vamos, amigo, parece que sí usáremos el cuarto que te dio Alfred después de todo −indicó sonando amable solo para Dick, al tiempo que este se levantaba, cargando a Dami en la espalda mientras el pequeño demonio seguía roncando.

−Creí que Alfred les había dado una habitación a cada quién −Bruce mencionó, mientras Tim se acercaba a la criatura una vez más para guiarla. Los hombros del joven estaban temblando, la ropa que llevaba le iba grande y su cabello seguía mojado.

Tim apenas y puso atención al comentario.

−Dormiremos en la misma habitación, gracias −respondió.

−Quizás la criatura debería...

−Hasta mañana, señor Wayne −y se fueron.

Jason los miró marchar antes de girarse hacia donde estaba Bruce una vez más.

−Se ve que tienes ángel con los niños −se burló, seco.

El millonario se lo permitió. No obstante, luego de haber hablado de la manera en la que Richard −su verdadero Richard− había sido arrebatado de sus manos, él se sentía extrañamente expuesto, por lo que necesitaba compensar.

−Veo que el joven Drake fue bastante competente en el manejo de la nueva bestia −comentó, haciendo que Jason estrechara la mirada.

−No lo envié por eso −atajó−. Fueron adultos como nosotros los que lo hirieron; si tú o yo o Alfred lo tocábamos iba a asumir que aquí sería igual. Además... Tim y él deben ser la misma edad −y, eso era algo tan perturbador de decir considerando las circunstancias.

Bruce hizo un sonido en reconocimiento, decidiendo por una vez que no era el momento para abrir un debate sobre si cualquiera de las criaturas podría ser considerada humana si quiera. Sin embargo.

−Bien... pues, creo que funcionó −dijo, y Jason lo observó con desconfianza−. Ahora, solo tenemos que esperar a que todo esto no sea parte de su plan.

Jason rodó los ojos.

−¿Sabes qué? Voy con los chicos −anunció, harto de la discusión con el gran hombre. No obstante, antes de salir−. Solo, antes de irme: Espero que seas consciente de que no he bajado mi guardia contigo. Los niños, todos, están bajo mi protección ¿Entendiste? −inquirió, haciendo que Bruce arqueara una ceja. Los cabellos entrecanos del hombre hablando de lo cansado que se sentía. Sin embargo, aun así, su postura se relajó como hacía antes de un combate.

−¿Esto es una amenaza? −preguntó.

Y, Jason solo respondió:

−Así es −mientras abría la puerta al salir−. Y, por tu integridad, espero que la tomes en cuenta −y se fue del lugar.

Mientras tanto, en cuanto se quedó solo en la baticueva, Bruce habló de nuevo.

−¿Tomaste la muestra, Alfred?

El mayordomo asintió, saliendo de una de las habitaciones auxiliares dentro.

−Así es señor, pero, si me permite...

−Bien −Bruce le cortó−. Ahora sabremos de dónde vienen estas bestias...



*

Recuerden que los comentarios siempre son bien recibidos y le dan vida al autor, so no se detengan, quiero saber qué piensan :3

Por otro lado, este es el último más o menos en el que Bruce es un idiota, ya en los próximos pretendo que entre en modo papá Bruce e, igual, recuerden que estos son one-shots, así que es probable que haya mucho más fluff y comfort en los siguientes caps ya que establecimos bien la problemática. O, díganme si quieren más hurt, I mean, soy toda oídos. 

En fin, nos leemos pronto, luv u all <3  

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