n/a: Ay amo esa foto de Harry, sale hermosísimo.

"Maddie está rara". Comentó Harry a su amigo mientras desayunaban en la cafetería de la universidad. 

Cole se atragantó con la comida y comenzó a toser. El rizado se alarmó y comenzó a darle palmadas en su espalda.

"¿Estás bien?"

"Sí, sí". Respondió moviendo su mano para que le restara importancia al asunto por lo que Harry dejó de golpearlo. "Con que rara, ¿eh? ¿Y por qué está rara?"

"No sé". Contestó jugando con las migajas de su pan que se encontraban sobre la mesa. "Llevo días pidiéndole para que salgamos, pero me dice que está ocupada estudiando". Frunció el ceño. "Siento como si me estuviera evitando, además..."

"Además..." Insistió su amigo moviendo su pierna con nerviosismo.

"El otro día me preguntó por whatsapp que si creía que era una ogra como la de Sherk, ¿puedes creerlo? ¿A qué viene eso?"

Cole tragó con fuerza y una risa nerviosa se escapó de sus labios.

"Ya sabes como son las mujeres de raras, amigo". Se aclaró la garganta. "No creo que te esté ignorando, tal vez de verdad está preocupada por aprobar".

"Tal vez". Meditó para seguir comiendo. 

Cole mordió su labio inferior con nerviosismo. 

Luego del altercado del ascensor, no había hablado con Maddie ni ella había intentado desquitarse con él, ya se esperaba un golpiza de su amigo cuando se enterara que le había dicho todo aquello, pero se sorprendió al darse cuenta que Harry estaba tan normal como siempre. La castaña no había abierto la boca. 

Tal vez era porque sus palabras habían calado hondo en ella.

De repente, una amplia sonrisa se formó en su rostro.

"¿Qué?" Preguntó Harry mirándolo con extrañeza.

"Nada, nada". Respondió aun sonriendo. "Pero estoy seguro que en mi otra vida fui cupido".

Harry iba a responder a esa estupidez, pero justo en ese momento recibió un mensaje.

"Maddie quiere que salgamos hoy". Comentó mirando a Cole después de haber leído el mensaje. "Iré por ella para ir al cine y luego iremos a cenar en alguna hamburguesería, ¿suena bien?"

Su rubio amigo soltó una pequeña risa. 

Fuera Fiona o no, su amigo estaba ilusionado con esa chica.

"Me parece excelente, amigo".

(...)

Llegada la tarde, Harry llegó puntual a su programada cita con Maddie. Se estacionó en uno de los puestos libres del estacionamiento y antes de bajarse del auto chequeo su aspecto en el pequeño espejo retrovisor. 

Una vez afuera, no pasaron ni diez minutos cuando vio a la castaña cerrando la puerta que su edificio. Sonrió al verla tan linda como siempre, enfundada en esos jeans rotos y esa blusa holgada que le quedaban a la perfección. 

"Hola, hermosa". Se atrevió a decir el chico acercándose a ella para dejar un beso en su mejilla. 

"Hola, Harry". Mad le sonrió de vuelta.

"Estaba pensando en ir a ver la película esa en donde los chicos..."

"Maddie, hola". 

Harry se detuvo abruptamente y ambos voltearon para ver quién los interrumpía.

"No puede ser". Susurró Harry dando un paso atrás mientras se cruzaba de brazos.

Maddie se pudo percatar de como el porte del ojiverde había cambiado por completo. 

Se había alejado de ella, su espalda estaba ligeramente encorvada y mantenía la cabeza gacha. Sus brazos cruzados y su pie jugando con una pequeña piedra le indicaban que no haría nada. Ella hizo una mueca, ¿siempre había reaccionado así cuando Jared los había interrumpido? Se dio, que por estar pendiente de estupideces, no se había dado cuenta que de verdad hería al chico que la había cautivado.

"Te traje esto". Jared extendió sus dos brazos donde, en sus manos, se encontraba un enorme y vibrante ramo de rosas rojas. "Pensé en ti en cuanto las vi". Maddie se cruzó de brazos incómoda por la situación, pero Jared aun mantenía el ramo frente a ella. "¿Qué te parece si vamos a...?"

"Quiero que te vayas".

 Esa frase produjo que Harry alzara su mirada y la posara en la chica. Jared estaba en shock, ¿acaso había escuchado bien?

"¿Disculpa?"

"Me escuchaste, quiero que te vayas". Repitió esta vez con un poco más de fuerza en su voz. "Y llévate tus flores cliché, por favor". 

Harry intentó retener la carcajada que amenazaba por salir de sus labios mientras erguía su postura.  

"P-pero amor..."

"No soy ningún amor tuyo, Jared". Lo interrumpió con el ceño fruncido. "Lo dejé de ser en cuanto me engañaste con tus putas". Bufó. "No puedo creer que en verdad pienses que con puros regalitos vas a lograr que regrese contigo, eres más materialista de lo que pensaba". El chico pensaba hablar, pero ella lo interrumpió nuevamente. "Aunque reconozco que fui una idiota en aceptar tus regalos en primer lugar". Maddie se dio la vuelta dispuesta a irse, pero antes se giró recordando un detalle. "Por cierto..." Sacó una pequeña tarjeta (de las tantas que tenían adheridos los regalos) y se la entregó. "Para la próxima, fíjate bien de donde copias y pegas tus frases, el usuario estaba pequeño, pero visible".

Sin ninguna oportunidad a replicar, Maddie retomó su camino hasta estar frente al rizado quien la miraba expectante. Tomó una bocanada de aire y una suave sonrisa se dibujó en su rostro.

"Siento haber sido una tonta que no sabía lo que quería, sé que Jared de verdad no me quiere, el que quiere no lastima... O por lo menos, no de esa manera". Susurró lo último. Echó un vistazo para atrás viendo a su ex con la mandíbula apretada y ambas manos apretando fuertemente el ramo de flores. "Me gusta compartir contigo, me gusta que seas el chico dulce, lo respetuoso y lo divertido que eres, creo que esto es una declaración, ¿no es así?" Una risa nerviosa salió de sus labios bajando la mirada. "Me gustas Harry y... siento mucho si en algún momento herí tus sentimientos".

Unos amplios brazos, de repente, la acercaron a un cálido pecho. Era un abrazo tan reconfortante que le produjo soltar un suspiro. Ella abrazó de vuelta a Harry y sintió los rizos del muchacho acercarse a su mejilla.

"Gracias". Susurró con ternura. "Porque tu también me gustas mucho, Maddie".

Jared veía la interacción y no pudo más que resoplar. 

"¿En serio te vas a quedar con este idiota?" Apretó los puños con fuerza viendo como Mad se volteaba para mirarlo, pero aun sin separarse del rizado.

El ramo de rosas rozaba el suelo al tenerlas guindando bocabajo en su mano. 

"Lo siento, Jared". Respondió intentando sonar un poco amable. "Sé lo que quiero, y ese no eres tú". 

La confesión de la chica dejó a ambos boquiabiertos... Por supuesto que por diferentes razones.

Sin embargo, Jared se sentía mal. 

Él sí quería recuperarla, y sí quería intentarlo una vez más, pero claramente había perdido su oportunidad.

"Entonces, ¿de verdad terminó? ¿Esto es todo?"

Maddie le dirigió una mirada de disculpa a Harry para luego separarse de su lado y acercarse al chico frente a ambos. 

Colocó una mano en su antebrazo y lo apretó suavemente.

"Te agradezco lo bien que me trataste estando juntos y lo dulce que fuiste conmigo". Continuó con una suave sonrisa. "Pero seamos realistas, esto ya no va a funcionar, sin confianza... sin amor". Murmuró viendo el gesto dolido de su ex. "Ve y comienza de nuevo, y por favor, intenta no cometer los mismos errores que cometiste conmigo".

"Pero yo te quiero a ti, Maddie". Ella negó lentamente.

"Quieres la idea de lo que éramos, pero no me quieres a mi, si me quisieras no me hubieras engañado". 

"¿Aun es por eso? ¿No perdonas mi engaño? Yo puedo..."

"Jared". Lo interrumpió bajando su brazo. "Se acabó, y no hay nada que perdonar".

Se miraron a los ojos por varios segundos en los cuales Jared solo pudo ver determinación y una decisión tan grande, que lo hizo caer en la cuenta de que mientras él perdía su tiempo ignorando la situación, pensando que en cualquier momento vendría ella arrepentida de haber dejado el compromiso, otro se encargaba de mimarla y escucharla.

Levantó la mirada encontrándose con el rizado el cual tenía una postura relajada, pero sin perder vista de lo que hacían. 

"Bien". Dijo finalmente bajando la mirada para observar a su ex. "Ten una buena vida, Maddie... y siento haberte lastimado".

Maddie sonrió para luego asentir lentamente. 

"Adiós".

Jared se dio la vuelta y retomó su camino hacia el auto, mientras que la castaña regresaba hasta quedar frente al chico que revolucionaba sus hormonas.

"Entonces..." Dijo Harry encogiendo levemente sus hombros hundiendo aun más sus manos dentro de los bolsillos del jean.

"Entonces... ¿cuál película me decías que querías que viéramos?"

Una amplia y radiante sonrisa se plantó en el rostro del chico y antes de decir cualquier otra cosa, sacó una de sus manos y la colocó en la nuca de Maddie. Acercó sus rostros logrando que la chica soltara una risita. 

"Ahora mismo, solo quiero besarte". 

Y así cumplió su palabra. Unieron sus labios en un beso dulce y calmado. Esta vez, no hubo alcohol de por medio, solo sentimientos profundos y palabras no dichas. 

"¿No quieres sentir amor?" Preguntó Harry en un susurro luego de separarse intentando recuperar su aliento. "Entonces sintámonos como en roma".

"¿Sentirnos como en Roma?"

"Roma al revés es amor, avellana".

"Pero..."

"No te preocupes, tu subconsciente no se dará cuenta, engañalo y hazle creer que te sientes como en Roma". Una sonrisa con hoyuelo se hizo presente. "Yo sabré lo que sientes en verdad".

Maddie mordió su labio reservando lo que quería decir para otro momento y después de un entusiasta asentimiento susurró...

"Roma será".