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22: Día de Campo

n/a: Miren esa hermosura que les dejé de foto, ámenme pues. ahre

Maratón 1/3



Single But Fabulous.

Sé que más de una habrá pensado en como sería tener novio, o incluso a veces les provoca tener uno ya que tienen tiempo desde que terminaron con su ex. Ya saben, alguien que te saque a pasear, te compre dulces, te regale todo tipo de cosas y hable de ti como si se hubiera tragado un poemario. La cuestión es: ¿de verdad es necesario todo aquello?

Supongo que siempre será necesaria una dosis de dulzura y alguien que te quiera incondicional.

Los chicos son problemáticos, sí ustedes ya lo saben, se los he demostrado en mis últimos post. Pero también son aquellos quienes nos hacen reír por sus estupideces o incoherencias. 

Creo que la cuestión está en como nos comportamos nosotras las mujeres. Para querer a otros debes quererte a ti misma, y déjame decirte querida amiga:

Que MAL se ve querer tener a alguien a tu lado por moda, porque sí, o porque te lo imponen.

Ahí es cuando vienen los verdaderos problemas y cuando estás hasta el cuello te preguntas, ¿qué hice mal? 

Pero por supuesto que esta solo es una cara de la moneda, porque cuando te lastiman sin tu merecerlo, es cuando debes preguntarte, ¿qué puedo tomar como lección para no volver a caer en lo mismo? Porque el que se cae dos veces con la misma piedra es porque no tomó previsiones para evitarlo.

Se despide, M.

(...)

"Me gusta el campo". Murmuró Harry estirando sus brazos.

Harry se había reventado la cabeza pensando a donde llevaría a Maddie a salir. No quería nada precipitado, por el momento, conocerse se escuchaba bien. Así que le pidió ideas a uno de sus primos y este le comentó sobre un lindo parque turístico donde se podía hacer cualquier tipo de actividad al aire libre, entre esas, un buen día de campo.

"A mi me gustan tus tatuajes". Dijo Maddie dejando la cesta para el picnic a un lado y extendiendo la manta. "Quisiera que me dijeras por qué... ¡Harry!" Chilló Mad en cuanto el chico la tomó de la cintura y la tiró junto a él en la grama. "Juro que si caíamos sobre la comida te mataba". Lo amenazó riendo volteando a verlo.

"No iba a ser tan tonto como para arruinar mi sustento del día". Harry le sacó la lengua y rodó sus ojos, claramente bromeando. La castaña lo empujó por el hombro y se levantó para terminar de arreglar en donde comerían.

En cuanto todo estuvo listo, se sentaron y sacaron unos sándwiches junto a unos jugos que habían comprado antes de entrar al parque. 

"Dime, ¿cómo conociste a Cole?"

Harry dejó su sándwich a la mitad y retirándolo lentamente la miró con una mueca.

"No estarás queriendo ganarte mi confianza para que te lo presente porque te gusta, ¿verdad?"

"¿Qué?" Mad comenzó a reír mientras negaba. "¿Te volviste loco? ¿De dónde sacas eso?"

"No sé". Admitió encogiéndose de hombros. "Solo me aseguraba".

"Claro".

Harry dio su primera mordida y procedió a contar su común historia.

"Estudiábamos juntos en el curso de cocina, teníamos como quince años".

"¿Curso de cocina?" 

Nuevamente dejó su sándwich a medio camino para sacudir su cabello apartando su mirada lo más lejos posible de su acompañante. 

"Sí, bueno... digamos que nos gusta cocinar". Atrapó su labio inferior entre sus dedos jugando con él. "Prometimos guardarnos el secreto y luego coincidimos en la universidad, comenzamos a vernos más a menudo que antes y desde entonces ese torpe y yo somos amigos". 

"Eres muy tierno, Harry". El aludido se encogió de hombros continuando con su comida.

"¿Cómo conociste a la alborotada de tu amiga?"

"¿Alborotada?"

"Sip, se parece a Cole". 

"Bueno, estudiamos juntas desde el kinder". Abrió el frasco con frutas que había traído y comenzó a comer algunas intercalándola con el sándwich. "No hay mucho más que decir, siempre hemos sido inseparables".

Harry asintió para luego comenzar a hablar de tonterías triviales. 

"¿Qué significan tus tatuajes, Harry?" Preguntó Maddie con curiosidad guardando todo nuevamente en la cesta.

El rizado se acostó en la manta estirándose como un gato colocando sus brazos detrás de su cabeza observando las nubes moverse. 

"No todos tienen un significado si te soy sincero". Admitió. "Recuerdo que desde pequeño siempre quise hacerme algunas, mi primo y yo pasábamos horas buscando tatuajes que nos quisiéramos hacer, y aunque no todos son tan especiales para mi, no me arrepiento de ninguno".

"¿Alguno en especial?" Harry la observó unos minutos para luego asentir. 

Levantó la manga de su camisa y señaló tanto la sirena como el barco que se encontraban en su brazo.

"Mi padre era marino y servía al país". Inspiró profundamente para luego exhalar. "Murió en un día de tormenta junto con veinte soldados". Maddie se acercó a él colocando una de sus manos sobre su brazo y apretando levemente. Harry le sonrió levemente en respuesta. "Solía contarme historias de piratas, sirenas y tesoros ocultos en islas remotas, es mi manera de cargar con su recuerdo". Bajó la manga de su camisa y de pronto, se levantó. "Iré a comprar algo dulce". 

La castaña suspiró viendo como se marchaba. 

Aunque ella no había pasado por la muerte de un familiar tan cercano como él lo había hecho, podía imaginarse cuanto dolía perder a alguien que amabas con locura, justo como ella con sus padres. Es ahí donde encajaba la frase: Se aprende a vivir con el dolor.

Minutos después, Harry volvió con dos manzanas acarameladas. 

"Un dulce para una dulzura". 

 Mad soltó una carcajada tomando su dulce.

"Buena esa". Él le guiñó un ojo y ambos comenzaron a comer.

"Recuerdo una vez cuando era pequeño y estaba jugando con mi primo James, él es mayor que yo por dos años y..." Maddie apartó una abeja que pretendía acercarse tratando de prestar atención a lo que Harry contaba. "Por lo que le tenía mucho miedo a cualquier cosa, incluso a Gasparín, el punto es que mi primo sugirió que jugáramos a las escondidas..." Mad apretó los dientes mientras intentaba apartar la abeja con su mano, pero la pequeña salvaje tampoco se daba por vencido y seguía a la mano de Maddie como insectos a un bombillo. 

El rizado no se percataba de la pequeña lucha que tenía su acompañante ya que estaba lo suficientemente ensimismado entre su postre y la historia que relataba.

"Vamos, vete". Susurró ella dándole un fuerte manotazo al animal. Pero este obtuvo lo que quiso. "¡Ahhh!"

"¡Sí exacto! ¡Ahhh! Grité como nunca antes cuando me asustó ese imbécil".

"¡No Harry! ¡Me ha picado la estúpida abeja!" Soltó la manzana de caramelo ya que sentía como si su mano estuviera en llamas, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas contenidas. 

Harry no sabía que hacer.

"¡Haz algo que me duele!".

"Si, si claro, eh... ¡Ya sé!" Dejó de igual forma la manzana con caramelo a un lado y se paró dispuesto a bajarse el pantalón ahí mismo.

"¡¿Qué haces?!" Chilló ella golpeando sus manos que intentaban abrir el botón de su pantalón.

"Si te orino se te bajará la infección".

"¡Sácame el aguijón, por Dios!"

"Bueno, si quieres eso primero". 

El chico se sentó a su lado y tomó delicadamente su mano. 

"¿Lo hago como si succionara veneno de serpiente?"

"¿Qué?" Maddie no sabía si reír, llorar o hacer ambas. "¿Acaso alguna vez has hecho eso?"

"Lo he visto en la televisión".

"Harry, solo sácalo, en serio, me está doliendo demasiado". Él asintió.

Con sumo cuidado apretó la piel alrededor del aguijón provocando un alarido por parte de Maddie. 

"Tranquila, tranquila, ya sale". Acercó la mano a su boca y con sus dientes, logró sacar el aguijón para luego escupirlo. "¿Está bien?" Ella negó lentamente ya dejando que las lágrimas brotaran. "¿Maddie? Vella, linda, ¿aun te duele? Di algo".

"Algo". 

Harry soltó una risita. 

"Vamos, buscaremos un analgésico y te llevaré a casa".

(...)

Luego de varias pataletas por el dolor, farmacias, analgésicos y gritos de Maddie para evitar que Harry le echara orine en su mano. Llegaron al apartamento de la chica exhaustos. 

"Siento mucho lo de hoy". Murmuró Mad haciendo un puchero. 

"No te preocupes, Avellana". Harry besó su frente. "Te lo recompensaré con una semana llena de magníficas citas". La sonrisa ladeada que se formó en su rostro, fue suficiente para que ella se sintiera mejor. Harry tomó con delicadeza su mano herida y la acercó a sus labios para dejar un beso en el dorso. "¿Quién tiene manita de Fiona?*"     

"Harry" Ambos soltaron una risita para luego despedirse con un abrazo.

"¿Segura que no quieres que orine y te deje mi pipi?"

"Harry..." Él levantó sus manos en señal de rendición. 

"Bien, de acuerdo, ya me voy, pero mañana vendré por ti, aun nos quedan cuatro maravillosos días de esta semana y la dedicaré a nuestras citas". 

Maddie asintió dejando un beso en su mejilla.

"Gracias por todo".

Y aunque tenía una herida en su mano, sentía que la herida en su corazón comenzaba a sanar.

*******

"¿Quién tiene manita de Fiona?" Fiona es la ogra esposa de Sherk.

¡Hola mi gente lindaaaa! 

Siento taaanto la demora, pero aquí les traigo un maratón, mañana sábado subo otro capítulo y el domingo el tercero♥

*inserte un mal chiste de Harry*↓

Traducción: "¿Alguien tiene una máquina del tiempo?"

Harry es un tontito.

Les cuento que los próximos capítulos estarán llenos de más amor-odio, pero del bueno, jajajajaja Se van a divertir bastante lo prometo.

¡Manita arriba la que le pasa esto!:

Jajajajaja esa soy yo siempre.

¡Buenas noches Wattpad!

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