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¿Volveremos a estudiar?

Ya habían convivido como máximo, 2 meses y una semana y media conviviendo en la Madriguera, y ya casi habían conseguido una rutina. Bill preparaba el desayuno, Remus el almuerzo, y Regulus la cena. Sirius se encargaba de la limpieza los jueves y domingos, y James los sábados y martes. Bill y Regulus habían cogido la costumbre de lavar a los gemelos día de por medio todas las semanas, sin falta. Regulus alimentaba a los niños, y Bill los acunaba y se aseguraba de que quedaran dormidos. La misma rutina de siempre. Durante la semana, de vez en cuando, James se ausentaba por que decía que se juntaría con Tom, dejando a Sirius la tarea de lavar la ropa sucia usualmente a él.

- ¡Chicos!- llamó Sirius con el telefono en la mano, asustando a todos.

- ¿que pasa Padfoot?- preguntó Remus con su usual paciencia interminable.

- Severus me dice que su abuelo ah conseguido un lugar en donde todo Hogwarts podrá volver a estudiar...-exclamó emocionado de volver a ver al azabache, ya que por algún motivo que este no confesaba, no pudieron verse en todas las "vacaciones".

- ¿que?...-explotaron todos, totalmente impresionados.

- en Beauxbatons, junto a los mimados, estos dejarán que todo Hogwarts se una a los estudios de sus clases, ¡podremos volver a estudiar!- exclamó lleno de euforia.

- ¡¿enserio?!- exclamó Remus abrazando a su libro con extrema alegría.

- si, y... ah, esperen...-se auto-interrumpió al oír que Severus le llamaba- ¿si, que pasa?- preguntó con una voz, increíblemente, melosa- ah... vale...-siseó Sirius, y de mala gana le tendió el teléfono a Remus, quién lo tomó confundido- Malfoy quiere hablar contigo...-gruñó con bronca, pues realmente no le caía bien, desde ningún ángulo.

- ¿para mi?-Remus acercó el teléfono para así hablar con el rubio- ¿hola?...-

-Hola Remus, ¿estás bien?...-preguntó serio.

- eh, si, ¿porque preguntas?- sonrió el castaño, al cual, el rubio había apodado "Licáno". Por sus cambios de humor dramáticos y feroces.

-... -

- ¿Lucius? -

-... No, por nada... - siseo vacilante el rubio, haciendo que el castaño fruncir el ceño.
- vale, si no me quieres decir, esta bien... Pero no hace falta que me mientas... - gruñó indignado, a lo que el rubio suspiró.

- no te miento, es solo que no estoy muy seguro de que pase algo, es por eso... - suspiró Lucius.

- ¿que es lo que va a pasar? - preguntó inquieto, poniendo su modalidad mercenaria activada.

- no va a pasar nada... - intentó cubrir, pero el castaño insistió al rededor de 3 veces más, y el rubio acabó por entregar la respuesta- esta bien, esta bien... Solo deja de ladrar... Es que... Mi padre tiene un plan junto al Dark Lord, y yo necesito que te incluyas, ya que si lo recuerdas, tú eres mi supuesto aprendiz, y en estos meses vacíos no hemos echo nada... Debería empezar a entrenarte, pero realmente no quiero meterme en un asunto de mafia...-gruñó preocupado por su persona, a lo que Remus sonrió adorable y con dulzura.

- soy un mercenario Luc, solo dame el trabajo, y yo lo completare... - burló con voz confiada, haciendo que el rubio son riera melancólico.

- ¿realmente crees poder entrar, y soportar los castigos del Dark Lord? - preguntó, con la tenue esperanza de que este desistiera y así poder buscar a un peinado que no aprecie.

- Eh pasado ya por tanto que ya me parece un juego Lucius, no temo a los castigos de tu lord... O más bien, a "nuestro"  lord.... - Río Remus, haciendo que Lucius soltara un suspiro de resignación y preocupación mezcladas- ¿que día podrías empezar, y donde podríamos juntarnos? - preguntó con su usual carisma.

- Licáno... - rogó el rubio, neutramente preocupado.

- nada de peros, yo se valerme solo, muchas gracias... - rio Remus.

- en el barrio chino, el quinto bloque a la derecha, podríamos intentarlo mañana a las 3: 30, ¿vale?...-Remus asintió con voz suave, calmando el temor de Lucius por unos breves segundos.

- adiós Luc...-se despidió Remus con su usual ternura.

- adiós Moony...-rió Lucius, antes de pasarle el teléfono a Severus, y que Remus se lo diera al fastidiado Sirius.

- ¿hola? Sevy.,... ¡si, no pasa nada!- exclamó Sirius, ya con su felicidad rápidamente recuperada, mientras se marchaba hacía la cocina, par hablar de una manera más "privada", según él.

- ¿en que quedaste con Lucius?- preguntó Regulus, con su usual indiferencia y calma, mientras acunaba al pelirrojo Fredd.

- pues, mañana comenzará a entrenarme... dice que me necesita para una misión que planearon el Dark Lord, y Abraxas...dice que es necesario que este listo para ese entonces...-respondió serio, a lo que Bill lo miró un tanto preocupado.

- no deberías haber aceptado estar en las filas del Dark Lord, y menos acabando bajo la diestra de los Malfoy's, serás su juguete, y lo que es de los Mafiosos, es de Lord Voldemort...-advirtió Bill preocupado, mientras mecía con suavidad la cuna en donde dormía George-... los entrenamientos de Lucius son duros, provocan desmayos, y una vez inclusive me dejó en coma... no es seguro que salgas ileso de sus entrenamientos, son fríos, y usualmente de larga duración...-siguió anunciando Bill- deberías cancelar, Lucius no se negará si tú le dice que no quieres...- aseguró con esperanzas.

- ¿ah funcionado contigo?- intuyó Regulus con la ceja arqueada a modo de ironía.

- no - respondió seco- pero a Remus nunca le a negado nada, hasta ahora...-suspiró mientras miraba al niño que acunaba el azabache.

- eso es porque yo nunca le eh pedido algo...- masculló Remus.

- exacto...-animó Bill- Lucius quiere que le pidas algo, y ese algo es que te suelte, él no quiere que algo malo te pasase, quiere sacarte del medio, pues realmente te tiene mucha estima...-confesó Bill con una suave sonrisa.

- ¿enserio?- meneó Remus la cabeza.

- ajá, cada noche, cuando me estoy por acostar, recibo un mensaje de él, siempre preguntando si estás bien, y si yo te alimento como es debido...- rió- te quiere, como a mi nunca me ah querido, y te cuida por grandes escalas...- sonrió con melancolía- a mi siempre me ah tratado como escoria, a mi y a sus anteriores aprendices...nos trataba como basura, no quería saber nada de nosotros, siempre que podía nos descuidaba y dejaba en algún peligro...- Regulus frunció el ceño, furioso por el trato que Malfoy le daba, James con indignación, bufó con horror al saber que el rubio le hizo daño a alguien tan amable como a Bill, y Remus solo pudo boquear un poco-... de 17, escucha bien, de 17 chicos, todos más grandes que yo, de 21 y 23 años, yo fui el único que sobrevivió a sus descuidos, era como ser el pez del niño irresponsable de una película... me atormentaba, me odiaba, me denigraba siempre que tenía un gramo de oportunidad...nunca me quiso proteger, ni en su más horrible pesadilla, nunca...- contestó con voz pesada.

- Lucius nunca fue así conmigo...-gruñó Remus indignado, mientras desviaba su mirada por la bronca hacía otro lado.

- ya lo sé, y es por eso que me gusta...-respondió con una sonrisa sincera, captando nuevamente la atención de Remus- antes me gustaba que Lucius sonriera, porque eso significaba que no me torturaría de ninguna manera, ahora... para mi significa que por fin es feliz...-sonrió, a lo que Remus lo miró con deje de odio en la mirada, para luego apartarla, descruzas sus brazos, y marcharse de la casa un aire de furia que lo rodeaba.

- ¿a donde va?- preguntó Sirius, asomando su mirada por la puerta de la cocina al escuchar el furioso portazo que dio el castaño.

- no lo sé, pero si sé; que debo cuidarlo...-suspiró James, levantándose de su asiento, dejando a un lado la guitarra criolla que Bill le había prestado para que no se aburriera y se dirigió hacía la puerta de salida.

- ten cuidado tonto, los mafiosos están rondando por el barrio, esos tíos son tan peligrosos que son capaces de robarte hasta tus pensamientos... ve con cuidado...-advirtió Regulus, mientras se dirigía con el pequeño Fredd hacía la cocina, en busca del biberón del niño.

- claro...-fue todo lo que respondió James, para luego salir de la casa- ¿a donde fuiste, Moony?- preguntó en un susurro para si mismo, mientras buscaba al castaño con la mirada, sin dar con este- joder, Remus, ¿tenías que irte ahora?- gruñó James con los brazos cruzados.

- ¿Que le pasó a Lupin, Citrino?- James pegó el grito al cielo del susto que se pegó.

- ¡¿y tú que coño haces aquí?!- bramó sorprendido, mientras miraba despectivamente al azabache.

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 Hola mis pequeños Citrinos, lamento la tardanza, me matarán, yo lo sé :c

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