La noche en el cuarto del trío de oro pasó como siempre solía ser en Dumstrag: Remus dormido sobre su cama, tapado hasta la boca, Regulus con un libro sobre la cara, tapando sus ronquidos, Sirius planeando junto a James bromas entre susurros para planteárselas encima a los estudiantes. Una noche como cualquier otra para esos cuatro leones, tres si sacamos a la serpiente. En cambio, en el cuarto del trío de plata se podía ver a tres muchachos dormir plácidamente y sin el más mínimo problema. Definitivamente eran muy diferentes, pero con la misma suerte, al menos hasta esa noche.

   Al día siguiente, se podía distinguir como un desarreglado Potter se dirigía hacía el baño, mientras que un desalineado y baboso Sirius se colocaba a tientas su ropa. En una esquina se podían ver a dos chicos; Lupin y el menor de los Black, perfectamente arreglados y listos para bajar a desayunar al gran comedor, casi impacientes por la desesperación que los otros dos chicos les causaban, miraba cada tanto el reloj del despertador. Mientras que en el otro cuarto no se avistaba a ningún miembro del trío de plata, ya los tres estaban sentados en el gran comedor, llenitos y satisfechos, listos para tomar la primera clase. Una vez listos, y habiendo digerido la comida, como les era apropiado, se levantaron de sus asientos, y felices llevaron sus tres bandejas hasta una caja donde se debían depositar las mismas. Al hacerlo no se dieron cuenta que detrás de ellos pasaba el trío dorado, esta vez, separados del menor de los Black, quién tomó la decisión de no estar siempre cerca de ellos y querer independizarse. 

   Al retroceder Lucius, chocó con el brazo de James, obligando al mismo a tirar la bandeja con comida. James no solo no se lo tomó bien, sino que hasta lo tomó como acción intencional. Creyendo esto, obligó a Lucius a voltearse de un brazo, y siendo mirado atentamente por los sorprendidos Lupin y Black, empujó al Malfoy hasta chocar con sus propios amigos, cayendo sobre Tomhas Riddle, quién cayó sobre el estómago de Snape, los últimos gimieron del dolor, para luego levantarse lentamente, Tom con un gesto de furia apartó a Lucius de un empujón y le atinó a James un puñetazo que obligó al golpeado a caer de bruces al suelo. Sirius jadeo indignado, y de un rápido movimiento cogió a Tom del brazo y lo tiró por sobre su hombro, haciendo que Riddle cayera de espaldas contra el suelo. Todo el comedor estalló en un grito de asombro, y poco faltó para que un circulo de alumnos ansiosos se hiciera ante la presente lucha entre los nuevos y los chicos malos del lugar.

- ¡Desgraciado!- Gimió Lucius mientras esquivaba un puño de parte de Sirius, rápidamente se agachó y clavó de lleno un puño en el estómago, provocando que Sirius se contrajera contra el golpe y Lucius pudiera cogerlo del cuello con la pierna para así tirarlo al suelo, dando por "descalificado" a Sirius de la pelea, quién no se levantó, solo se arrastró lo más lejos posible para evitar otro daño.

   Tom apenas y había tenido tiempo de apartarse para que el cuerpo de Sirius no le cayera encima al momento en que Lucius lo había tirado. Riddle rápidamente se levantó y se aventó sobre James, quién aparentemente intentó patear a Lucius. Al momento en que Tom cayó sobre James consiguió que este se quedara un par de segundos sin aire, cosa que le facilitó, ya de por si, demasiado la pelea. En el descuido de James, consiguió propinarle un puñetazo al mismo, quién lo recibió sin protección. James consiguió zafar sus brazos del fuerte agarre que tenían las piernas de Riddle hasta hace un momento, y sujetó con firmeza los puños de Tom, quién forcejeó ferozmente por soltarse (cuyo objetivo, no consiguió), y James se esforzó por pegarle un cabezazo en la cara a Tom. Tom, por instinto, se soltó y echó para atrás, dando oportunidad a James por seguir con una patada en la clavícula, para así hacerlo caer del todo al suelo, para luego sentarse sobre el pecho de Tom y así clavar el último puño en la cornea derecha de Riddle, quién solo grito del dolor, para luego cubrirse el rostro.

   Remus solo se quedó mirando la pelea, sorprendido y molesto con sus amigos, debido a los ataque que estos le proporcionaron al joven Riddle. Severus estaba impresionado, y muy aterrado por la seguridad de sus amigos. En un instante, no se supo cuando, llegó Regulus corriendo hasta su hermano, con cuidado se agachó para estar a la altura de su cara, cogió a su hermano de la espalda y lo apoyó contra su pecho de manera protectora. Severus se agachó frente a Tom y lo agarró de la misma manera que Regulus a su hermano, a lo que Tom se retorció con dolor. Remus se acercó a Tom, y siendo ignorante ante la furia que sus dos amigos le proporcionaban desde sus espaldas, tocó el cabello de Tom con cuidado, y bajo las atentas miradas de Snape y Malfoy, sacó de su bolsillo un pañuelo, y cogiendo la botella de agua fría que había caído de la bandeja de James, la destapó y vertió parte del líquido sobre el pañuelo, para después apartar con extremo cuidado las manos de Tom que cubrían su ojo golpeado, y colocar el paño húmedo sobre la zona golpeada, ganando un suspiro de alivio de parte de Riddle, quién lo miraba con su único ojo visible con desgano.

   Luego de eso, Remus le dejó el pañuelo húmedo a Tom, para después levantarse y acercarse a sus dos amigos, quienes, de los dos, James retrocedió lo mayormente posible de Remus, quién lo miraba con la cabeza en alto, para luego cogerlo del brazo, y obligarlo a pararse, este obedeció con inquietud y una mueca de dolor ante la fuerza que el castaño le ejercía en el apretón, hasta sacarlo a rastras del comedor. Regulus, se las ingenió para ayudar a Sirius a levantarse y seguir a Remus, siempre bajo la atenta mirada de todos los estudiantes, quienes aún no podía creer lo que acababa de pasar. 

   Severus obligó a Tom a pararse con cuidado, y bajo la guía de un shockeado Lucius Malfoy, dejaron los tres el gran comedor, el cual, segundos luego de que ellos se fueran, exclamó en murmullos. El trío de plata fue a la enfermería entre tropezones y jadeos, sobre todo Tom, quién iba recargado sobre los hombros de Lucius y Severus. Grata fue la sorpresa que tuvieron los tres al notar a James y Sirius recostados en las últimas camillas al final de la enorme y espaciosa enfermería, siendo gravemente regañados por Lupin, quién no les hablaba, les gritaba, fuera de sus casillas. El trío de plata se sentó ordenadamente en las tres camillas que estaban en frente de la puerta ni bien se entraba, pero a pesar de la distancia escuchaban los retos del castaño como si estuvieran al lado, claro que no veían al menor de los Back en ninguna parte, pero poco les importaba ese chiquillo.

- ¡Pero, Remus! ¡Él me tiró la comida!- le reclamó a lo lejos el furioso Potter, siendo escuchados atentamente por el trío de plata.

- ¡No me importa James! ¡No debiste haberlo empujado así! ¡No era necesario!- le explicó furioso a su amigo.

- ¡Pero-!- intentó quejarse.

- ¡Si querías pelear lo hubieras echo verbalmente, pero no era necesario empujarlo!- le volvió a gritar, interrumpiendo al castañl- ¡Y tú!- señaló a Sirius.

- Ay, carajo- se lamentó el aludido.

- ¡¿Qué tienes que decir en tu defensa?!- el acusado no pudo objetar nada y solo desvió su mirada hacía la ventana, en donde pudo ver a los tres platinados mirarlos desde el reflejo. Rápidamente intentó decirselo a su castaño, y muy cabreado, amigo, pero este ni caso le hizo al intentar abrir la boca- ¡No me puedo creer que mis dos amigos se comporten como ermitaños! ¡¿Es enserio?! ¡Y yo que pensé que al salir de Dumstrag cambiarían! ¡Pero noooooo...! ¡Ellos son Sirius Black y James Potter! ¡Que nadie los cambie! ¡¿Verdad?!- exclamó furioso.

- Remsy...-musitó Sirius con signo de dolor ante la punzada que le provocó un suave movimiento en su columna.

- ¡No me salgas con eso de "Remsy", sabes muy bien que no estoy de humor para eso!- le calló.

- Remus...-intentó James al notar la presencia de los de plata al comienzo del salón.

- ¡Te callas, Poter!- James inmediatamente se mordió la lengua.

- Moony...-intentó nuevamente Sirius, quién fue ignorado olímpicamente por su amigo.

- ¡Basta, se callan, piensan en lo que hicieron y luego se disculparan con los pobres chicos!- les exigió, o, en realidad, les ordenó, el castaño.

- ¡¿Qué?!- gritaron indignados, al mismo tiempo.

- Nada de eso Remus...- se reveló James, a lo que consiguió una mirada helada de parte de los ojos avellana de su amigo.

- ¡Se disculparan con ellos, por que lo que ustedes hicieron con ellos no tiene justificación alguna! ¡¿me oyeron?!, ¡en tanto os den el alta se largan hasta ellos para pedirles disculpas! ¡el pobre Snape ya tiene que soportar demasiado como para recibir sus abusos, al igual que el rubio y el tal Tom! ¡se disculparan con ellos...!-

- ¡pero-! -reclamó a medias el dúo.

- ¡SE DISCULPARAN CON ELLOS Y ES MI ÚLTIMA PALABRA! ¡espero que ustedes dos estén bien y que no les duela nada, por que no me lo perdonaría jamás si algo les llegara a pasar!- recriminó furioso mientras se alejaba de ellos con la cabeza en alto, pasando al lado de las camillas del trío de plata, quienes estaban atónitos por la escena, y más se sorprendieron cuando se escuchó de parte del castaño furioso un suave y amable gritó diciendo "¡Pomfrey, tienes más alumnos aquí!", cuando después de gritar eso, los miró a los tres y luego volvió a alzar su cabeza con orgullo e ira y abandonó la enfermería, dejando a los 5 muchachos con el corazón en la boca ante la incómoda y extraña escena.

- bien, ¿ustedes tres? ¿aquí? ¿pero que sorpresa, ustedes tres fueron los que pelearon con aquellos dos de allá?- señaló la enfermera a voz firme, a lo que los tres acusado se encogieron sobre si en sus camillas.